martes, 3 de junio de 2008

Capítulo 5

Alvaro cerró el libro que estaba leyendo y miró al Anguila que en ese momento entraba en la celda. Venia del comedor y se tocaba la barriga con cara de resignación
- Joeeeer tio- protestó al cerrarse la puerta tras él- cada día la comida es mas mierda… a este paso, mi churry tendrá que pillá una lupa pa verme…
- Por eso, yo ni me molesto en ir a comer..- contestó Alvaro volviendo a abrir el libro
- Tu lo que vas a conseguir es que te de un chungo de esos raros… amos! Que cada dia estás mas chupao…- le regañó su compañero de celda
- No me eches el sermón..- dijo Alvaro sin mirarle- que no eres mi padre
El Anguila no le hizo caso y se sentó en la cama de Alvaro, a sus pies
- ¿Qué ha pasado durante la visita de ese amigo tuyo tan pijin, eh marquesito?
Alvaro lo miró con mala cara durante un momento, pero luego su expresión cambió. Llevaba varios meses en la cárcel y en ese tiempo habia aprendido que no solo podía confiar en él, sino que se habia convertido en una especie de amigo
- Ha llegado una chica diciendo que era mi nueva abogada… que la ha mandado mi padre… ¡mi padre! ¿te puedes creer eso?
- Pues… no… porque tu viejo pasaba de ti, no?
- Si.. un poco bastante..- murmuró Alvaro sin poder evitar que el dolor adornara sus palabras- pero lo peor del caso es que ya se habia presentado otra abogada diciendo que quería sacarme de aquí…. Y creo firmemente que Diego vuelve a estar detrás de todo esto…
- Joer con el Diego ese marquesito…¿no se conforma con haberte metido en el talego 15 años?
- No… el culpable de eso no fue Diego…- Alvaro cayó de repente y giró la cara.
Anguila sabia que acababa de acordarse de su ex y se levantó de la cama, para darle espacio. Sabia lo destrozado que estaba a pesar de las apariencias, a pesar de gritarle al mundo y a si mismo, que la odiaba… que no sentía nada por ella. Pero era desde su traición, que Alvaro no comia, no reía… ni siquiera salía de la celda. Iba de duro, de hombre que lo habia perdido todo y que no le importaba seguir perdiendo a causa del odio o del rencor. Pero en aquel tiempo que prácticamente habían pasado las 24 horas del dia juntos, habia aprendido a respetarlo, a admirarlo… y a conocerlo. Alvaro sufría… sufría como un condenado. Y no era precisamente por su encierro de 15 años… era por ella… solo por ella
- Me voy al patio a tomar el aire…¿vienes?- dijo cuando justo en ese momento se abrieron las puertas de las celdas
Alvaro no le contestó y su compañero acabó por marcharse. Miró la pared sin verla, sintiendo como un torbellino de emociones contradictorias lo desgarraban por dentro. Recordó su risa, sus besos, la forma en que le brillaban los ojos cuando le miraba… las lágrimas que él mismo habia provocado al mentirle tantas veces…. Y la frialdad de ella al decirle que ya no le amaba. Se incorporó en la cama con gesto desesperado y se tocó el pelo de forma frenética. Los recuerdos bonitos se le borraban, se le deshacían, burlándose de él, burlándose de su lucha por retenerlos. Golpeó el colchón con fuerza, sin hacerse daño, sin sentirlo, queriendo gritar de frustración. Pero es que su mente sólo parecía recordar su frialdad en el juicio… su sonrisa hacia Nacho… como si ellos lo hubieran preparado todo desde el principio. Recordó sus ganas de suplicarle que no le hiciera aquello… de gritarle que la amaba… Pero ella no lo miró ni una sola vez, como si él no existiera… como si la persona a la que hundía, no fuera la persona que mas la amaba en el mundo. Y recordó como se fue de la sala… sin mirar hacia atrás… arrebatándole las esperanzas, las ilusiones… la esencia de vida.
Ya no tenia fuerzas para luchar…. para sentir. El odio se hacia hueco en su alma con cada dia que pasaba… con cada segundo que los recuerdos buenos se borraban. Parecía que ya no se acordaba del olor de su pelo… ni del tacto de su piel… ni de lo que latia su corazón al verla, al nombrarla, al sentirla. Su corazón se habia muerto… y en su lugar había vacío, un vacío que lo mataba por dentro.
Recordó sus palabras… sus palabras ante el fiscal…” Alvaro Aguilar me compró para que escondiera las evidencias de la empresa fantasma. No fue con dinero… sino con mentiras. El me dijo que me amaba.. y yo le creí. Hizo que todo lo que tuviera que ver con la empresa, lo firmara yo, pero lo único que quería era irse a Suiza, quebrar la empresa, y a mi, meterme en la cárcel. De hecho, lo consiguió…. Pero lo pillaron en el aerpuerto a punto de irse a República Dominicana. Él lo preparó todo… y nos engañó a todos…”
Aún podía recordar su grito de angustia al escuchar las palabras de Bea. Unas palabras que lo condenaban, que lo destruían. La llamó a gritos, mientras los alguaciles de la sala y el propio Nacho, intentaban apaciguarlo… pero no le miró… ni una sola vez.. ni una mísera ocasión
Se levantó de la cama y caminó por ella, intentando que el dolor desgarrador que sentía le dejara respirar. Se apoyó contra los barrotes de la celda que ya se habia vuelto a cerrar y cerró los ojos, intentando recuperar el control. Pero le resultaba imposible…todas las imágenes del juicio, de Bea, pasaban sin piedad por su mente, a una velocidad que lo aturdía
- ¡MALDITA SEAS!- gritó- ¡MALDITA, MALDITA, MALDITA, MALDITAAA!- había cerrado los ojos, y al volverlos a abrir, una lágrima rodó por su mejilla, dejando que las demás, como un imán, la siguieran. Se separó de las rejas y se dirigió hacia su litera, quedando sentado en el suelo. Y Alvaro quedó allí sentado, llorando ya sin consuelo

Saymi salió de su despacho con una carpeta en la mano. Era el borrador del informe sobre el plan de quiebra de la empresa que le habia pedido Diego. Parecía una ironia que hasta para quebrar una empresa, se necesitaba un plan de viabilidad. Pero asi era… y Saymi se había esmerado en aquel borrador. Sabia que tenía que pasar el ojo crítico de Marie antes de poder dárselo a Diego, pero esperaba que ella no pusiera ningún tipo de traba. Al acercarse al despacho de Diego para ir al de la secretaria de éste, se topó con Nacho. Este, al verla, se detuvo
- ¿Has sabido algo nuevo de la opa?- le preguntó directamente
- No..- Saymi se detuvo también y lo miró- pero no te preocupes, que en cuanto esta empresa sea comprada, seremos los primeros en enterarnos….
- Estás muy segura de que la empresa va a ser comprada…- observó Nacho
- ¿Acaso tú no?- contraatacó Saymi
- Yo sólo quiero lo mejor para la empresa…- dijo Nacho con expresión seria.
- Claro.. como todos…por cierto…¿y tu novia? Tengo que hablar con ella…
- La directora adjunta no está..- contestó Nacho enfatizando el cargo de Beatriz- pero no te preocupes… cuando vuelva, ya le diré que la buscas…
- Perfecto..- Saymi siguió caminando, pero la voz de Nacho la detuvo
- No creo que a Diego le guste saber que quieres que Jota compre la empresa…
Saymi se giró hacia él con una sonrisa de oreja a oreja.- Tú déjame a Diego a mi, corazón, y ocúpate de tus cositas.. como tu novia, que no hace mas que suspirar por las esquinas…
Nacho miró con expresión dura, como Saymi desaparecia en el despacho de Diego
Bea siguió a Santi hasta un despacho al final del pasillo y dejó que él entrara, antes de hacerlo ella. Una vez en el interior, Santi cerró la puerta tras de si, y la invitó a sentarse. Bea no lo hizo. Se limitó a mirar a su alrededor, viendo sin ver los detalles del pequeño despacho…. Pero tan iluminado que parecía mas grande
- Parece que te va bien..- comentó ella casi en un susurro
Santi no contestó. La miraba, muy fijamente, como poniendo en orden sus ideas. Su amiga estaba más delgada, mas pálida.. y el dolor se reflejaba en sus enormes ojos verdes. Le habia dolido separarse de ella… pero nada de lo que habia pasado, se lo habia puesto fácil. Soltó un suspiro y sin decirle nada, la abrazó. Con fuerza, con sentimiento.
Bea se aferró a él con la misma fuerza, comenzando a llorar
- Te he echado tanto de menos…- murmuró ella entre lágrimas
- Bea.. mi Bea…- su amigo le dio un último apretón y se apartó de ella para mirarla a la cara- yo creía que no querías saber nada de mi… aquella llamada del otro día me asombró tanto..
- Ya no podía mas… necesitaba verte… necesitaba a mi mejor amigo..- contestó ella entre lágrimas
Santi la condujo a una silla y se sentó en otra, frente a ella.- ¿Cómo estás, Bea?
- Mal Santi… estoy muy mal. No puedo olvidar lo que hice.. lo que le hice a Alvaro…e intento que mi vida siga… no fallarle también a Nacho.. pero es que no puedo Santi… no puedo. Recuerdo el dia del juicio con una claridad que me está volviendo loca… sus palabras, sus gritos de angustia tras mi declaración. Esos gritos me están matando cada día mas… y mas… y no soy capaz de olvidar ni un segundo de ese día…
Santi guardó silencio durante un momento. le cogió las manos y se las acarició, mientras con ese gesto intentaba que ella dejara de llorar. Pero Bea no podía parar… como hacia un rato en el ascensor… como todas las noches de su maldita vida desde que habían condenado a Alvaro a 15 años.
- Bea, si yo supiera…- empezó Santi
- Ojalá fuera tan fácil como decirte la verdad..- dijo ella levantándose, demasiado nerviosa e inquieta como para estar sentada- pero es que este secreto me está consumiendo por dentro.. está acabando conmigo. Al principio me dolia que todo el mundo se hubiera puesto en mi contra…que todo el mundo me odiara por lo que habia hecho… ¿y te crees que ahora me importa?- sus palabras sonaban desgarradoras- no, no me importa nada… sólo puedo pensar en Alvaro.. en lo mucho que debe odiarme… en el daño que le he hecho mintiendo como mentí- las lágrimas arreciaron, haciendo que sus rodillas se tambalearan. Santi se apresuró a ayudarla a volver a sentarse- ya ni siquiera me importa no poder vivir con esta culpa… si pudiera volver atrás y arreglar las cosas, lo haría… lo haría aunque fuese lo último que hiciera...
Santi volvió a sentarse frente a ella.- Bea.. cuéntame por dios… necesito entender.
Ella lo miró dolida, desesperada. Se habia separado de él tras el juicio por un sentimiento de impotencia… no quería que su amigo también la rechazara. Santi la habia llamado, la habia buscado.. pero habia dejado de hacerlo cuando Jota apareció con una suma escandalosa de dinero y se lo habia llevado con él.. como a la mitad de la plantilla de Bulevar. y aún así… Santi seguía ahí… preocupándose por ella. Sabia que era lo mínimo que le debía.. pero le costaba mucho contar una verdad que la estaba destruyendo tan rápidamente
- Cuando descubrimos lo de Lozano y Diego y pusimos a Nacho en su lugar… diego montó en cólera. Para aquel entonces, y lo sabes…- empezó entre lágrimas- Nacho y yo comenzábamos a intentarlo, aunque yo me sentía perdida, muy confundida. Yo quería hacer bien las cosas, y cuando Nacho consiguió sacar a Alvaro de la cárcel con la condicional, quise ir a apoyar a Alvaro, a pesar de todo… pero supe que quizás no era lo correcto.. aunque ya no se para quien era lo correcto y para quien no- hizo una pausa para limpiarse las lágrimas, pero estas no cesaban de salir
- Todo eso lo se Bea..- le ayudó su amigo- pero lo que no entiendo es lo del juicio… lo de tu posición frente a Alvaro… él y tu casi ni os visteis mientras estuvo fuera de la cárcel… ¿entonces?
- Alvaro y yo nos vimos poco durante su libertad condicional, es cierto..- afirmó Bea tocándose la cara con unas manos que le temblaban- pero es que tanto él como yo, nos evitamos a posta. Él no quiso volver a Bulevar tras conocer mi relación con Nacho, y yo se lo agradecí… aunque a ti no puedo mentirte Santi..- las lágrimas seguían saliendo, sin piedad- me destrozó no tenerlo a mi lado… que no luchara por mi… que no me dijera que no quería que estuviera con Nacho…
- ¿Y qué querías que hiciera, Bea? Creo recordar que le dejaste muy claro que todo lo que tú sentías por él estaba muerto…- le recriminó su amigo
- Si, si…ya lo se Santi.. no hace falta que me hagas un análisis clínico de la situación- le había hablado mal y lo sabía, pero no habia podido evitarlo. Volvió a levantarse y se dirigió a los ventanales, que daban al centro de la ciudad- perdona…- susurró
- No.. perdona tu..- contestó su amigo
Bea sonrió con tristeza y sin girarse, siguió hablando.- Supimos que Diego seguía intentando amañar el juicio.. y pese a todo, Nacho le paró los pies en un par de ocasiones cuando le descubrió comprando al fiscal.. o incluso al juez. Yo me sentía fatal, nerviosa.. pensando que no podía ayudar a Alvaro…. – soltó una risita amarga- claro que lo que menos llegué a pensar era que yo justamente sería la que le hundiría…
Santi se acercó a ella, sin tocarla.- ¿Qué pasó, Bea?- volvió a preguntar
Ella suspiró antes de seguir hablando.- Diego...como siempre Diego y sus golpes mortales….
- ¿Diego?- Santi se tocó el pelo, tirando de él, mientras retrocedía hacia de nuevo hacia la silla. Se lo habia imaginado… se había dicho interiormente miles de veces, que Diego tenía que estar detrás de todo aquello… pero no entendía como… ni cuando… no cuando tantas veces, tanto Bea, como Nacho como él mismo, habían destruido sus planes una y otra vez- pero… ¿cómo?
Bea le miró y se secó una lágrima ya solitaria que le recorría la mejilla. Se acercó lentamente a su amigo y se sentó en la silla que antes habia dejado vacía.
En ese momento se oyó un griterío en el pasillo, y apareció Bárbara en el despacho, seguida de Nuri, que intentaba detenerla
- ¡Santi!- protestó Bárbara en ese momento- ¡dile a la chusma esta quien soy yo!
Santi miró a Bea y le pidió con la mirada que no se marchara, que no habían terminado. Bea se puso de pie al ver a Barbara… no quería que la viese allí.. no quería mas problemas con Diego. Vio como su amigo se acercaba a ella
- Bárbara… ¿Qué haces aquí?- le preguntó con voz pausada
- Hace mucho que no me llamas…- contestó ella poniendo morritos. En ese momento se dio cuenta de la presencia de Bea- ¿qué hace aquí la fea?
- Bea ha venido a verme…- le cogió una mano y la condujo a la puerta, mientras le hacia un gesto a Nuri para que le dejara a él controlar la situación- y necesito seguir hablando con ella…
- Pero…- Bárbara quiso seguir protestando, pero se dio cuenta de que seria un error… como habia sido un error ir a verle. Su cara cambió reflejando pesar, y aunque ella lo quiso evitar, Santi se dio cuenta- mejor me voy… no quiero molestarte…
- Barbara…- empezó Santi. Pero ella se marchó… sin que él la detuviera. Santi suspiró y se volvió hacia Bea- perdona..
- Veo que las cosas han cambiado mucho entre vosotros…- susurró
Santi medió sonrió, sin poder evitarlo.- Yo sigo loquito por ella… pero es ella la que tiene que darse cuenta de que está loquita por mi… y no quiero ponérselo fácil…
Bea se encogió de hombros y no comentó nada. Su amigo la cogió de las manos y la acercó a él
- Por favor… sígueme contando…- pidió
- Es que…- Bea ya había perdido las fuerzas. La aparición de Bárbara le habia devuelto de un golpe a la realidad, y se habia dado cuenta de que contar la verdad no era la solución mas inteligente- no quiero seguir hablando del tema…
- Bea, por favor…- pidió Santi maldiciendo por un momento la aparición de Bárbara- no puedes dejarlo asi… sabes que quiero ayudarte…
- Lo se… - Bea intentó sonreir, pero las lágrimas no se lo permitieron- me duele tanto Santi… tanto….
Santi la abrazó, con fuerza, intentando transmitirle tranquilidad. Pero él mismo era un mal receptáculo, porque tenia los nervios de punta.

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