- Dejame en paz…- siseó ella intentando no gritar de frustración. La presencia de aquel hombre la ponía enferma.
Nacho se echó a reir.- Vamos mi amor…. no seas tan arisca conmigo…- la miró de arriba abajo- estás mas guapa de lo que recordaba…has cambiado mucho…
- No.. no tanto. Sigo despreciándote como el primer dia…
- Sin embargo yo…- la intentó coger de la cintura, pero ella se soltó, pegándole un manotazo. El se echó a reir- te encuentro tan deseable…¿y si nos vamos y recordamos viejos tiempos…?
- Vete al infierno..- medio gritó Susana
Nacho se apartó de ella entre risas y con las manos en posición de rendición
- Vale, vale koalita…me rindo
- No me llames asi….- le dijo ella mirándolo con odio. Odiaba aquel mote… como todo lo que proviniera de él
- ¿De que conoces a mi novia, koalita?
Susana se mordió los labios. Habia vuelto a llamarla con aquel mote. Y ella sabia que solo lo hacia para provocarla.
- A ti eso no te importa…
- Por supuesto que me importa…. ¿de que puede conocer la jueza que quiere reabrir el caso de Alvaro Aguilar con mi novia?
- No se de que me hablas…- el ascensor habia llegado y Susana entró con rapidez. Nacho la cogió del brazo justo en la puerta, haciendo que al cerrarse, la puerta la golpeara. Ella hizo una mueca de dolor, pero no se giró
- Como yo me entere que intentas sacar a ese imbécil de la cárcel y utilizas a mi novia para conseguirlo, te juro, mi querida Susi, que el pasado será como una dulce infancia comparado con lo que te haría…
Ella cerró los ojos ante la amenaza, pero no hizo ningún movimiento mas. Nacho se acercó mas a ella y la besó en la mejilla, antes de empujarla en el interior del ascensor. Cuando Susana se supo sola, picó con frenesí a los botones, mientras lágrimas de impotencia le recorrían las mejillas.
Jota se mesó el pelo y suspiró cansado. Estaba solo en la oficina. Hacia tiempo que se habían ido todos, pero él no se decidia a dejar de trabajar y marcharse a casa. En pocos días tendrían la vista para la opa, y quería tenerlo todo listo… aunque supiera que Mercedes estaba perfectamente capacitada para ello.
Pero estar trabajando era la excusa perfecta para no encerrarse en casa y ponerse a pensar en su encuentro con Cayetana. Verla le habia hecho mas daño del que jamás pensó que tuviera el poder de hacerle. La habia visto tan triste, tan débil, tan desamparada que se maldijo a si mismo por querer consolarla, por querer evitar ese dolor que transmitia su mirada. Ahogó una maldición y se dispuso a seguir trabajando. No quería pensar mas.
Llevaba ya unos minutos intentando hacer una suma demasiado sencilla, cuando la puerta de su despacho se abrió con lentitud. Jota miró hacia allí algo alerta. Era muy tarde para recibir visitas
- ¿Quién es?- preguntó a la oscuridad. El despacho estaba en penumbra, sólo iluminado por la lámpara de la mesa
- ¿Tanto tiempo trabajando y ya no me conoces..?
Jota sonrió al reconocer a Cris. Se echó atrás en la silla y la miró mientras ella se acercaba a la mesa
- ¿Vienes a rescatarme?
- Mmm… me he dejado la armadura y el caballo blanco en el vestíbulo… - dijo ella llegando hasta él y sentándose en su regazo
- ¿Qué haces aquí?- le preguntó Jota besándola en la punta de la nariz
- He llegado a casa y al no verte he imaginado que te habría entrado el síndrome del soyeljefeytengoquetrabajarmasquenadie.. asi que si.. he venido a rescatarte…- sonrió y buscó sus labios- pero vamos, que mis honorarios te van a salir caros…
- ¿Ah si…?- preguntó contra su boca- ¿Cómo de caros?
- Pues….- se besaron, hablando entre beso y beso- primero una cena… luego una copa… y puede.. solo puede, que si me gusta el plan, te deje hacerme mimitos mas tarde…
Jota se levantó de la silla, levantándola con él, manteniéndola abrazada
- Pues empecemos con el plan…. Y cuando acabemos, te aseguro que serás tu quien me suplique mimitos…
- Vamos a ver quien se los pide a quien..- dijo Cris retrocediendo hacia la puerta mientras buscaba de nuevo su boca
- ¿Eso es una apuesta?- rio Jota, feliz de tenerla con él
- Es una apuesta en toda regla….
Alvaro dejó caer la cabeza contra la almohada y suspiró ante la cháchara de su compañero. Le habia contado todo el dia con su churry, y cuando él le habia explicado su episodio con Bea, no habia parado de hacer conjeturas e intentar buscarle el porques de las cosas. Pero no habia porque. Bea le habia dicho que le amaba… aun a pesar de haber destruido su vida, quería seguir torturándolo
- Poos marquesito.. de verdad de la buena que yo no entiendo porque la tipa esa ha venio a verte…
- Dejalo ya Anguila…- pidió Alvaro intentando que el dolor no se notara en su voz
- Pero amos a ver marquesito… ella te ha dicho que te quiere no?
- Si.. eso ha dicho..- tenia rota el alma entera y los trozos le estaban destrozando por dentro- pero todos sabemos que eso es mentira…
- ¿Mentira? Pero eso no pue ser marquesito…- se sentó a su lado, en la cama- amos a ver..¿ Tu crees posible que se tomara tantas molestias para decirte que te quiere y toas esas cosas y que sea mentira?
¿Después de todo lo que pasó en el juicio? No creo que se pusiera a tiro de tu cabreo solo porque se aburría..
- No, lo hizo porque quería seguir torturándome… porque su venganza no ha terminado.
- ¿Venganza?¿Venganza de que, tio? Joder, si tú estás pagando hasta por llevar calzoncillos de esos pijos que llevabas antes.
Alvaro chasqueó la lengua impaciente.- No lo entiendes… entre Beatriz y yo jamás podrá haber paz… jamás podremos olvidarnos el uno del otro.
Anguila negó con la cabeza pero no contestó. El silencio los abatió por unos segundos. Por la cabeza de Alvaro pasó todo lo ocurrido con Bea hacia escasas horas. El alma aún gritaba de puro dolor y el corazón parecía que se resistía a latir. Acababa de matar cualquier esperanza o ilusión que pudiera tener, que pudiera anhelar. Sentirla entre sus brazos una vez mas, cuando jamás pensó que volvería a besarla, a acariciarla, a sentirla temblar por su cercanía, habia sido aún mas duro que asumir que no volvería a tenerla nunca mas. Porque ella estaba fuera de su alcance.. porque ella ya no formaba parte de su vida. Porque su vida eran cuatro paredes y unas rejas.
No podía ser posible que después de llorarla y añorarla como un loco, ella se hubiera ofrecido a él de aquella manera. Bea habia temblado y se habia entregado a sus besos como cuando estaban juntos, felices, amándose. Le habia devuelto la vida por unos instantes… se la habia devuelto para después arrebatársela. Una lágrima traicionera le resbaló por la mejilla y se la limpió con rabia.
- Si te pidiera que me ayudaras, lo harias… ¿verdad, Anguila?- le preguntó a su amigo
A Anguila no le gustó su tono. Ni siquiera le estaba mirando al hablar.
- ¿En que estás pensando, Alvaro?- le preguntó muy serio
- Necesito que me ayudes- le contestó levantándose y sentándose en la cama- necesito que seas mi enlace con el mundo exterior.
- Tio..- Anguila negó con la cabeza- no te vayas a meter en lios, eh? Que no está el horno para bollos
- No tengo nada que perder, Anguila.. ya estoy condenado a 15 años.
- ¿Pero tú no tienes dos abogadas que están tratando de sacarte de aquí, tio?
- No pueden sacarme de aquí…- su tono era seguro, pero también cargado de rabia
- Poos marquesito.. que repitan el juicio tio… que hagan algo!
- No puedo esperar tanto…. se pasó la mano por el pelo, pensativo. Parecía que acababa de irse muy lejos, pero aún seguía allí- escúchame Anguila. Necesito que prestes mucha atención a lo que te voy a decir
Anguila afirmó con la cabeza y se agachó frente a Alvaro, dispuesto a escucharlo atentamente
martes, 10 de junio de 2008
Capítulo 29
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