La mirada de Nacho se volvió dura.- Diego, luego hablamos- dijo con voz dura
- ¿Perdón?- Diego comenzó a reir- mira, abogadito inútil… aquí se habla cuando me de a mi la gana
- Luego.
El tono de Nacho dejó claro a Diego que por mucho que amenazara y dijera, no podría ganar aquella batalla. Goñi parecía muy tranquilo, pero Diego sabía el genio que se gastaba. No le tenía ningún miedo… pero necesitaba tenerlo de su parte. Su odio hacia Alvaro era una de las mejores armas que poseía. Retrocedió un paso, cogiendo a Saymi del brazo
- Querida… será mejor que dejemos a Nachete con la muchacha…
A Saymi no le sorprendió la retirada de Diego. Sabía que necesitaba a Nacho de su parte para que le tapara todas las irregularidades de sus gestiones. Miró de reojo la carta que aún tenia Diego en la mano y salió tras él del despacho de Nacho. Una vez fuera, Diego se giró hacia ella
- ¿Cómo va el informe sobre la quiebra?- le preguntó
Saymi lo miró de frente.- Lo tiene tu secretaria… supuestamente lo está revisando.
- ¿Y ya le has pedido por fin el dinero a Francisco?
- Pues no.
Diego la miró con rabia contenida.-¿ Estás jugando conmigo?
- Pues verás.. me gusta jugar al ajedrez y al scattergories, pero como estoy tan ocupada tapando tus chapuzas, la verdad es que mucho tiempo no tengo…
Diego resopló de ira y levantó la mano. Saymi se la agarró en el aire
- Ni se te ocurra, capullo… porque te juro que la vida de un judío en pleno holocausto nazi, será una vida maravillosa al lado de la tuya…
- ¿Me estás amenazando?- preguntó Diego soltándose de la mano de ella y bajándola
- Es una simple advertencia…a mi tampoco me gusta que jueguen conmigo…
Y se alejó dándole la espalda y sin darle la oportunidad a contestarle. Le oyó volver a resoplar de rabia, pero sabía que a ella, en cierta medida también la necesitaba para conocer los pasos de Francisco. Lo que Diego no sabía era que sin que él lo supiera, era su mismo amado padre quien movía los hilos que Diego creía manejar. Cuando llegó a la puerta de su despacho, se encontró con Sara, la recepcionista.
- Sara..- dijo deteniéndola- necesito que me hagas un favor…
- Dime..-la chica se detuvo, muy dispuesta. Le caía bien Saymi. Era de las pocas que le caían bien en aquella empresa
- Necesito que te enteres de que hablan en el despacho del abogadito…que no se te escape ninguna palabra
Sara afirmó con la cabeza sin preguntar el porque. Se habia visto en medio de aquella guerra por ser la novia de un ex trabajador de Bulevar que se habia marchado al bando enemigo. Y aunque allí, todo el mundo desconfiaba de Saymi, ella habia aprendido a leer mas alla, y a darse cuenta de que no todo era como parecía ser. Que a ella la señalaran con el dedo, habia ayudado mucho a que pensara de la manera que pensaba. Saymi sonrió y entró en su despacho, mientras Sara se ponía el auricular en la oreja y se sentaba en una mesa, muy cercana a la puerta ya cerrada del despacho de Nacho.
Ana se sentó en una silla con lentitud, mientras Nacho la miraba fijamente, muy serio. Pero Ana no parecía importarle
- ¿Hermana de Laura?- preguntó Nacho con voz seca
- Vaya… ya veo que no me recuerdas…- dijo ella chasqueando la lengua y mirándolo casi con odio
Nacho la miró aun mas fijamente y al cabo de unos segundos, alzó una ceja
- Akisa..- dijo sin inflexión alguna en la voz, llamándola por su
antiguo nick de colegio
- Yo también me alegro de verte…- contestó ella con ironía
Nacho se volvió a sentar y la miró a través de la mesa, apoyando los brazos en ella.- Después de mas de 5 años apareces de nuevo, como un fantasma y me das una información que traiciona a tu hermana… ¿ a que viene todo esto, Ana?
- Eso es lo de menos… pero me necesitas… puedo contarte tantas y tantas cosas….
- ¿Cómo sabes que Bea está en la cárcel con Alvaro Aguilar?
- Mi hermanita Lauri se ha unido a la otra abogada, contratada a saber por quien… y la amiga de esta, una jueza muy renombrada, ha tomado el caso. Quieren reabrirlo…
- ¡¡Maldita sea!!- exclamó Nacho levantándose. Se mesó el pelo y luego la miró- ¿Quién es la jueza?
- Se llama Susana… no se mas
- Susana…Susana…- repitió para si mismo. Se habia quedado algo pálido- ¿cómo es?
- Morena.. de ojos oscuros… y tiene un humor algo peculiar..- Ana se alzó de hombros- es la jefa de mi otra hermana
Nacho se habia echado a reir a carcajadas y se apoyó contra la mesa sin poder parar de reir. Ana lo miró con el ceño fruncido
- ¿Qué te hace tanta gracia?- le preguntó
Él la miró.- ¿Mi Susi como jueza del caso? Las cosas no podían salir mejor…- y sin dejar de reir, cogió su abrigo y salió del despacho, dejando a Ana sin entender nada de nada. Su primer encuentro con Nacho no habia salido tal y como esperaba, pero estaba segura de que pronto volvería a saber de él. Muy pronto.
Susana miró a Alejandro que la miraba suplicante. Se le notaba realmente desesperado y a ella comenzaba a latirle el corazón dolorosamente. Pheebs apareció en la puerta junto a Cris con un botiquín en la mano. Los gritos de Alvaro comenzaban a escucharse incluso desde allí.
- Dejale ir cosi..- susurró Pheebs acercándose a ella- las cosas no pueden empeorar mas…
Susana miró a su ayudante, a Cris y por último a Alejandro. Este le apretó la mano que aún tenia agarrada
- Por favor…
La jueza hizo afirmó levemente con la cabeza y Alejandro no esperó un segundo en salir de la habitación. Susana cogió aire, mientras Pheebs se agachaba a auxiliar a Bea que seguía sin sentido y Cris se acercaba a ella
- ¿Estás bien?- le preguntó Cris
- Tengo las piernas de gelatina…- confesó su amiga. En sus ojos se leía el miedo y Cris lo entendió
- ¿De fresa o de limón…? Porque mira que si son de fresa, te
arriesgas a que te meta un buen mordisco..
- El que está para darle un buen mordisco es el bombón que acaba de ir al rescate..- dijo Pheebs acomodando la cabeza de Bea mientras ésta comenzaba a reaccionar. Ninguna de sus dos amigas contestó al comentario
- ¿Se está despertando?- preguntó Cris
- Si…- Pheebs miró hacia la puerta y en ese momento llegó su hermana Laura seguida de Pepe
- La ambulancia ya está aquí- informó aún nerviosa por su encontronazo con Gonzalo.
Susana no escuchó nada mas y ante la mirada comprensiva de Cris, corrió fuera del despacho, hacia la sala de los vis a vis.
Alejandro se acercó con cuidado a Alvaro, que de rodillas, aullaba de dolor. Sus propias lágrimas le estaban traicionando al ver a su primo asi.
No se atrevía a hacer movimientos bruscos, o a hacer algo que no debía. No podía perderlo mas de lo que ya le estaba perdiendo.
- Alvaro… soy yo.. Ale… - dijo intentando no levantar la voz. Pero era imposible que lo escuchara. Sus gritos tapaban la voz de Alejandro
Se acercó un poco mas, casi llegando a su altura.- Alvaro..por dios… escúchame… soy Alejandro..
Alvaro detuvo su grito agónico de golpe. Abrió los ojos y le miró, como si no le reconociera, como si no supiera quien era. Alejandro se detuvo de golpe, sin saber que hacer. Y súbitamente, sin esperarlo, Alvaro se levantó y se abrazó a él con fuerza, mientras lloraba con desesperación.
- ¿Perdón?- Diego comenzó a reir- mira, abogadito inútil… aquí se habla cuando me de a mi la gana
- Luego.
El tono de Nacho dejó claro a Diego que por mucho que amenazara y dijera, no podría ganar aquella batalla. Goñi parecía muy tranquilo, pero Diego sabía el genio que se gastaba. No le tenía ningún miedo… pero necesitaba tenerlo de su parte. Su odio hacia Alvaro era una de las mejores armas que poseía. Retrocedió un paso, cogiendo a Saymi del brazo
- Querida… será mejor que dejemos a Nachete con la muchacha…
A Saymi no le sorprendió la retirada de Diego. Sabía que necesitaba a Nacho de su parte para que le tapara todas las irregularidades de sus gestiones. Miró de reojo la carta que aún tenia Diego en la mano y salió tras él del despacho de Nacho. Una vez fuera, Diego se giró hacia ella
- ¿Cómo va el informe sobre la quiebra?- le preguntó
Saymi lo miró de frente.- Lo tiene tu secretaria… supuestamente lo está revisando.
- ¿Y ya le has pedido por fin el dinero a Francisco?
- Pues no.
Diego la miró con rabia contenida.-¿ Estás jugando conmigo?
- Pues verás.. me gusta jugar al ajedrez y al scattergories, pero como estoy tan ocupada tapando tus chapuzas, la verdad es que mucho tiempo no tengo…
Diego resopló de ira y levantó la mano. Saymi se la agarró en el aire
- Ni se te ocurra, capullo… porque te juro que la vida de un judío en pleno holocausto nazi, será una vida maravillosa al lado de la tuya…
- ¿Me estás amenazando?- preguntó Diego soltándose de la mano de ella y bajándola
- Es una simple advertencia…a mi tampoco me gusta que jueguen conmigo…
Y se alejó dándole la espalda y sin darle la oportunidad a contestarle. Le oyó volver a resoplar de rabia, pero sabía que a ella, en cierta medida también la necesitaba para conocer los pasos de Francisco. Lo que Diego no sabía era que sin que él lo supiera, era su mismo amado padre quien movía los hilos que Diego creía manejar. Cuando llegó a la puerta de su despacho, se encontró con Sara, la recepcionista.
- Sara..- dijo deteniéndola- necesito que me hagas un favor…
- Dime..-la chica se detuvo, muy dispuesta. Le caía bien Saymi. Era de las pocas que le caían bien en aquella empresa
- Necesito que te enteres de que hablan en el despacho del abogadito…que no se te escape ninguna palabra
Sara afirmó con la cabeza sin preguntar el porque. Se habia visto en medio de aquella guerra por ser la novia de un ex trabajador de Bulevar que se habia marchado al bando enemigo. Y aunque allí, todo el mundo desconfiaba de Saymi, ella habia aprendido a leer mas alla, y a darse cuenta de que no todo era como parecía ser. Que a ella la señalaran con el dedo, habia ayudado mucho a que pensara de la manera que pensaba. Saymi sonrió y entró en su despacho, mientras Sara se ponía el auricular en la oreja y se sentaba en una mesa, muy cercana a la puerta ya cerrada del despacho de Nacho.
Ana se sentó en una silla con lentitud, mientras Nacho la miraba fijamente, muy serio. Pero Ana no parecía importarle
- ¿Hermana de Laura?- preguntó Nacho con voz seca
- Vaya… ya veo que no me recuerdas…- dijo ella chasqueando la lengua y mirándolo casi con odio
Nacho la miró aun mas fijamente y al cabo de unos segundos, alzó una ceja
- Akisa..- dijo sin inflexión alguna en la voz, llamándola por su
antiguo nick de colegio
- Yo también me alegro de verte…- contestó ella con ironía
Nacho se volvió a sentar y la miró a través de la mesa, apoyando los brazos en ella.- Después de mas de 5 años apareces de nuevo, como un fantasma y me das una información que traiciona a tu hermana… ¿ a que viene todo esto, Ana?
- Eso es lo de menos… pero me necesitas… puedo contarte tantas y tantas cosas….
- ¿Cómo sabes que Bea está en la cárcel con Alvaro Aguilar?
- Mi hermanita Lauri se ha unido a la otra abogada, contratada a saber por quien… y la amiga de esta, una jueza muy renombrada, ha tomado el caso. Quieren reabrirlo…
- ¡¡Maldita sea!!- exclamó Nacho levantándose. Se mesó el pelo y luego la miró- ¿Quién es la jueza?
- Se llama Susana… no se mas
- Susana…Susana…- repitió para si mismo. Se habia quedado algo pálido- ¿cómo es?
- Morena.. de ojos oscuros… y tiene un humor algo peculiar..- Ana se alzó de hombros- es la jefa de mi otra hermana
Nacho se habia echado a reir a carcajadas y se apoyó contra la mesa sin poder parar de reir. Ana lo miró con el ceño fruncido
- ¿Qué te hace tanta gracia?- le preguntó
Él la miró.- ¿Mi Susi como jueza del caso? Las cosas no podían salir mejor…- y sin dejar de reir, cogió su abrigo y salió del despacho, dejando a Ana sin entender nada de nada. Su primer encuentro con Nacho no habia salido tal y como esperaba, pero estaba segura de que pronto volvería a saber de él. Muy pronto.
Susana miró a Alejandro que la miraba suplicante. Se le notaba realmente desesperado y a ella comenzaba a latirle el corazón dolorosamente. Pheebs apareció en la puerta junto a Cris con un botiquín en la mano. Los gritos de Alvaro comenzaban a escucharse incluso desde allí.
- Dejale ir cosi..- susurró Pheebs acercándose a ella- las cosas no pueden empeorar mas…
Susana miró a su ayudante, a Cris y por último a Alejandro. Este le apretó la mano que aún tenia agarrada
- Por favor…
La jueza hizo afirmó levemente con la cabeza y Alejandro no esperó un segundo en salir de la habitación. Susana cogió aire, mientras Pheebs se agachaba a auxiliar a Bea que seguía sin sentido y Cris se acercaba a ella
- ¿Estás bien?- le preguntó Cris
- Tengo las piernas de gelatina…- confesó su amiga. En sus ojos se leía el miedo y Cris lo entendió
- ¿De fresa o de limón…? Porque mira que si son de fresa, te
arriesgas a que te meta un buen mordisco..
- El que está para darle un buen mordisco es el bombón que acaba de ir al rescate..- dijo Pheebs acomodando la cabeza de Bea mientras ésta comenzaba a reaccionar. Ninguna de sus dos amigas contestó al comentario
- ¿Se está despertando?- preguntó Cris
- Si…- Pheebs miró hacia la puerta y en ese momento llegó su hermana Laura seguida de Pepe
- La ambulancia ya está aquí- informó aún nerviosa por su encontronazo con Gonzalo.
Susana no escuchó nada mas y ante la mirada comprensiva de Cris, corrió fuera del despacho, hacia la sala de los vis a vis.
Alejandro se acercó con cuidado a Alvaro, que de rodillas, aullaba de dolor. Sus propias lágrimas le estaban traicionando al ver a su primo asi.
No se atrevía a hacer movimientos bruscos, o a hacer algo que no debía. No podía perderlo mas de lo que ya le estaba perdiendo.
- Alvaro… soy yo.. Ale… - dijo intentando no levantar la voz. Pero era imposible que lo escuchara. Sus gritos tapaban la voz de Alejandro
Se acercó un poco mas, casi llegando a su altura.- Alvaro..por dios… escúchame… soy Alejandro..
Alvaro detuvo su grito agónico de golpe. Abrió los ojos y le miró, como si no le reconociera, como si no supiera quien era. Alejandro se detuvo de golpe, sin saber que hacer. Y súbitamente, sin esperarlo, Alvaro se levantó y se abrazó a él con fuerza, mientras lloraba con desesperación.
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