Gonzalo se llevó las manos a la cabeza y desistió de mirar un informe mas. Aquel día no tenía ninguna reunión con anunciantes, y pasar todo el día en Bulevar se le estaba haciendo cuesta arriba. Se levantó de la silla para coger el abrigo y marcharse, cuando la puerta se abrió de golpe. Se giró para ver quien era, y la sorpresa inicial, se convirtió en la mas absoluta incredulidad
- ¿Alejandro?- se giró completamente hacia él, sonriendo como un idiota- ¿ eres tu?
- Al menos tu no me confundes con el guaperas de mi primito..- dijo Alejandro sonriendo también- ¡como me alegro de verte, pirata!
Los dos hombres se acercaron y se abrazaron con fuerza. Hacia años que no se veian
- ¡ Serás brivón! ¿Cuándo has vuelto?- le preguntó Gonzalo cuando se separó de él
- Hace pocos días… he pasado a ver a mi hermana y…- su semblante se tornó serio- y ya me he enterado de todo lo que le ha pasado a Alvaro…
La expresión de Gonzalo se volvió cauta.- Ah…si…
- ¿Por qué no me llamasteis, Gonzalo?- preguntó Alejandro directamente
- Lo pensamos Ale… y yo quería llamarte, de verdad. Pero tu vida allí es perfecta… no queríamos enturbiar nada… se que alomejor hicimos mal, pero…
- Alvaro es como mi hermano… es mi hermano…- le interrumpió Alejandro. No habia rastro de recriminación en su voz, sólo tristeza- me hubiera gustado estar a su lado…
- ¿Ya le has visto?- le preguntó Gonzalo sabiendo muy bien como se sentía. No habia habido ni un minuto desde aquel juicio, que Gonzalo hubiera vivido en paz consigo mismo.. sabiendo que no podía hacer nada por ayudar a su mejor amigo.
- No…por eso venia…¿tienes algo que hacer ahora mismo?
- Pues… no
- Acompáñame… -le pidió Alejandro- necesito verle, saber como está… que sepa que estoy aquí
Gonzalo sonrió.- Claro amigo… - se giró y acabó de coger su abrigo- tengo el coche fuera.. vámonos.
Alejandro se lo agradeció con una sonrisa y ambos amigos se marcharon hacia el parking de Bulevar.
Laura golpeó la mesa con los dedos de forma rítmica, mientras Cris se paseaba arriba y abajo del despacho de la penitenciaria. Susana las miró a las dos con impaciencia
- ¿Quereis estaros quietas las dos?- las reprendió
- ¿No está tardando mucho?- preguntó Pheebs que entraba justo en aquel momento
- ¿No será porque sólo ha pasado media hora?- dijo Susana ya medio mosqueada
- ¿Sólo media hora?- preguntó Cris deteniéndose- ¡Joder!
- Chicas… por favor… tengamos paciencia…- dijo Laura- si no ha salido ya, es porque almenos deben de estar hablando…
- ¿Y de que estarán hablando?- preguntó de nuevo Cris
- Pues del IPC y la subida de precios de los pisos en Madrid centro..- respondió Susana con un resoplido
- Ja…- respondió Laura- cada vez mas graciosa… había olvidado esa faceta de ti..
- Es que mi cosi es asi..- dijo Pheebs entre risitas- ¿y si vamos y espiamos por el agujero de la pared norte?
- No digas sandeces- le dijo Susana a su ayudante
- ¿Hay un agujero en la pared norte?- preguntaron Cris y Laura a la vez
- Si… el del culo de Muñoz….- respondió Susana- ¡hacedme el favor las dos!
- Joder Sue… - dijo Cris- es que me muero de la curiosidad…
- No..- fue la respuesta tajante de la jueza
- Puede ser divertido…- intervino Pheebs
- Vale…- Susana las miró a las tres- leerme los labios…no- va-is-a-ha-cer-se-me-jan-te-gi-li-po-llez
- ¿Pero hay un agujero en la pared, si o no?- preguntó Laura
- ¡Si, claro que lo hay!- contestó Pheebs- lo hicieron los guardias hace unos años, porque se aburrían..
- Porque se aburrían.. ya- dijo Cris
- Bonita…- Susana miró a su ayudante- ¿no tienes nada que hacer?¿Tirarte por un puente o torturar al becario?
- Pues no…- miró a Laura- ¿Cuánto tiempo ha pasado?
- Cinco minutos…- respondió ésta
- ¡Pepeeeeeeeeeeeeeee!- gritó Susana en aquel momento haciendo sobresaltar a todas. El oficial tardó segundos en aparecer- traéte café y aspirinas ipso-facto… que se me está levantando un dolor de cabeza que no lo cuento…
- Mira que eres siesa…- le dijo Cris
Susana la fulminó con la mirada y las demás prefirieron seguir esperando en silencio.
Labio con labio. Lengua con lengua… latido a latido.. corazón a corazón. Las mejillas de ambos se mojaron con las lágrimas del otro, se impregnaron del olor del otro. Alvaro seguía oliendo a almendras tostadas… a pesar de la cárcel… a pesar de su cambio de vida. Era el olor de su piel.. la esencia de todo su ser. Bea olía a jazmín y a vainilla… como siempre… un olor que le llenaba el alma.. que le hacía volar.. vivir. El beso, duro al principio, rabioso, lleno de dudas, se convirtió en un acto de necesidad. La lengua de Bea buscó la de Alvaro, mientras sus manos se enredaban en su pelo, sintiendo su suavidad, grabandosela en la yema de los dedos. Alvaro la abrazó con fuerza, acariciándole la espalda con las manos abiertas.. buscando el mayor contacto, la mayor porción de piel. Su mente decía que se detuviera, que la soltara.. que debía odiarla, odiarla como había gritado hacia escasos minutos… pero no podía. Tenerla en sus brazos era como su redención personal, su némesis… todo lo que había deseado es su destrozada vida. Besarla, acariciarla, sentirla… era mucho mas de lo que jamás se hubiera atrevido a desear. Y no podía dejar de disfrutar el momento…Retuvo la lengua de Bea dentro de su boca, jugando, poseyendo… grabándosela a fuego, haciéndola gemir.
Bea no podía pensar, no podía reaccionar. Solo podía sentir. Sentir que vivía, que respiraba… que su corazón por fin latia. Sentía calor dentro de su alma.. como si el hielo se derritiese, como si ya los rayos del sol por fin se acordaran de su presencia. Y no quería renunciar a aquello.. no podía. Necesitaba a Alvaro con una intensidad que la omnubilaba, que la agotaba. Y saberlo, darse por fin cuenta de ello, hizo que todo su interior se removiera, que saltara, que gritara. Porque lo amaba… lo amaba mas allá de toda razón.. mas allá de su presente, de su futuro.. de su realidad… mas allá incluso de si misma. Y eso le haría luchar… luchar por él como jamás lo había hecho por nadie.
Alvaro notó, a través de la neblina de la pasión que le embargaba, el cambio de actitud de Bea. Sintió su rendición, su entrega, su pasión desmedida… y la alarma sonó en su cerebro. Una alarma que le avisaba que estaba a punto de rendirse también… suplicándole que le amara… que no le dejara nunca mas. Se separó de ella de golpe, sintiendo la soledad embargar su alma, al segundo siguiente de hacerlo
- No..no..- susurró él apartándose
- ¿Alejandro?- se giró completamente hacia él, sonriendo como un idiota- ¿ eres tu?
- Al menos tu no me confundes con el guaperas de mi primito..- dijo Alejandro sonriendo también- ¡como me alegro de verte, pirata!
Los dos hombres se acercaron y se abrazaron con fuerza. Hacia años que no se veian
- ¡ Serás brivón! ¿Cuándo has vuelto?- le preguntó Gonzalo cuando se separó de él
- Hace pocos días… he pasado a ver a mi hermana y…- su semblante se tornó serio- y ya me he enterado de todo lo que le ha pasado a Alvaro…
La expresión de Gonzalo se volvió cauta.- Ah…si…
- ¿Por qué no me llamasteis, Gonzalo?- preguntó Alejandro directamente
- Lo pensamos Ale… y yo quería llamarte, de verdad. Pero tu vida allí es perfecta… no queríamos enturbiar nada… se que alomejor hicimos mal, pero…
- Alvaro es como mi hermano… es mi hermano…- le interrumpió Alejandro. No habia rastro de recriminación en su voz, sólo tristeza- me hubiera gustado estar a su lado…
- ¿Ya le has visto?- le preguntó Gonzalo sabiendo muy bien como se sentía. No habia habido ni un minuto desde aquel juicio, que Gonzalo hubiera vivido en paz consigo mismo.. sabiendo que no podía hacer nada por ayudar a su mejor amigo.
- No…por eso venia…¿tienes algo que hacer ahora mismo?
- Pues… no
- Acompáñame… -le pidió Alejandro- necesito verle, saber como está… que sepa que estoy aquí
Gonzalo sonrió.- Claro amigo… - se giró y acabó de coger su abrigo- tengo el coche fuera.. vámonos.
Alejandro se lo agradeció con una sonrisa y ambos amigos se marcharon hacia el parking de Bulevar.
Laura golpeó la mesa con los dedos de forma rítmica, mientras Cris se paseaba arriba y abajo del despacho de la penitenciaria. Susana las miró a las dos con impaciencia
- ¿Quereis estaros quietas las dos?- las reprendió
- ¿No está tardando mucho?- preguntó Pheebs que entraba justo en aquel momento
- ¿No será porque sólo ha pasado media hora?- dijo Susana ya medio mosqueada
- ¿Sólo media hora?- preguntó Cris deteniéndose- ¡Joder!
- Chicas… por favor… tengamos paciencia…- dijo Laura- si no ha salido ya, es porque almenos deben de estar hablando…
- ¿Y de que estarán hablando?- preguntó de nuevo Cris
- Pues del IPC y la subida de precios de los pisos en Madrid centro..- respondió Susana con un resoplido
- Ja…- respondió Laura- cada vez mas graciosa… había olvidado esa faceta de ti..
- Es que mi cosi es asi..- dijo Pheebs entre risitas- ¿y si vamos y espiamos por el agujero de la pared norte?
- No digas sandeces- le dijo Susana a su ayudante
- ¿Hay un agujero en la pared norte?- preguntaron Cris y Laura a la vez
- Si… el del culo de Muñoz….- respondió Susana- ¡hacedme el favor las dos!
- Joder Sue… - dijo Cris- es que me muero de la curiosidad…
- No..- fue la respuesta tajante de la jueza
- Puede ser divertido…- intervino Pheebs
- Vale…- Susana las miró a las tres- leerme los labios…no- va-is-a-ha-cer-se-me-jan-te-gi-li-po-llez
- ¿Pero hay un agujero en la pared, si o no?- preguntó Laura
- ¡Si, claro que lo hay!- contestó Pheebs- lo hicieron los guardias hace unos años, porque se aburrían..
- Porque se aburrían.. ya- dijo Cris
- Bonita…- Susana miró a su ayudante- ¿no tienes nada que hacer?¿Tirarte por un puente o torturar al becario?
- Pues no…- miró a Laura- ¿Cuánto tiempo ha pasado?
- Cinco minutos…- respondió ésta
- ¡Pepeeeeeeeeeeeeeee!- gritó Susana en aquel momento haciendo sobresaltar a todas. El oficial tardó segundos en aparecer- traéte café y aspirinas ipso-facto… que se me está levantando un dolor de cabeza que no lo cuento…
- Mira que eres siesa…- le dijo Cris
Susana la fulminó con la mirada y las demás prefirieron seguir esperando en silencio.
Labio con labio. Lengua con lengua… latido a latido.. corazón a corazón. Las mejillas de ambos se mojaron con las lágrimas del otro, se impregnaron del olor del otro. Alvaro seguía oliendo a almendras tostadas… a pesar de la cárcel… a pesar de su cambio de vida. Era el olor de su piel.. la esencia de todo su ser. Bea olía a jazmín y a vainilla… como siempre… un olor que le llenaba el alma.. que le hacía volar.. vivir. El beso, duro al principio, rabioso, lleno de dudas, se convirtió en un acto de necesidad. La lengua de Bea buscó la de Alvaro, mientras sus manos se enredaban en su pelo, sintiendo su suavidad, grabandosela en la yema de los dedos. Alvaro la abrazó con fuerza, acariciándole la espalda con las manos abiertas.. buscando el mayor contacto, la mayor porción de piel. Su mente decía que se detuviera, que la soltara.. que debía odiarla, odiarla como había gritado hacia escasos minutos… pero no podía. Tenerla en sus brazos era como su redención personal, su némesis… todo lo que había deseado es su destrozada vida. Besarla, acariciarla, sentirla… era mucho mas de lo que jamás se hubiera atrevido a desear. Y no podía dejar de disfrutar el momento…Retuvo la lengua de Bea dentro de su boca, jugando, poseyendo… grabándosela a fuego, haciéndola gemir.
Bea no podía pensar, no podía reaccionar. Solo podía sentir. Sentir que vivía, que respiraba… que su corazón por fin latia. Sentía calor dentro de su alma.. como si el hielo se derritiese, como si ya los rayos del sol por fin se acordaran de su presencia. Y no quería renunciar a aquello.. no podía. Necesitaba a Alvaro con una intensidad que la omnubilaba, que la agotaba. Y saberlo, darse por fin cuenta de ello, hizo que todo su interior se removiera, que saltara, que gritara. Porque lo amaba… lo amaba mas allá de toda razón.. mas allá de su presente, de su futuro.. de su realidad… mas allá incluso de si misma. Y eso le haría luchar… luchar por él como jamás lo había hecho por nadie.
Alvaro notó, a través de la neblina de la pasión que le embargaba, el cambio de actitud de Bea. Sintió su rendición, su entrega, su pasión desmedida… y la alarma sonó en su cerebro. Una alarma que le avisaba que estaba a punto de rendirse también… suplicándole que le amara… que no le dejara nunca mas. Se separó de ella de golpe, sintiendo la soledad embargar su alma, al segundo siguiente de hacerlo
- No..no..- susurró él apartándose
Los brazos de Bea quedaron extendidos, reclamándole, exigiendo contacto. Alvaro le miró las manos como hipnotizado, librando la batalla de su vida en su interior. Una batalla que le estaba dejando sin fuerzas
- Alvaro..- murmuró ella al borde de las lágrimas
Alvaro se levantó luchando contra el temblor de su cuerpo y contra las ganas de volver a abrazarla
- Vete….- murmuró él ya de pie y sin mirarla- vete de aquí y no vuelvas nunca mas…
Beatriz ahogó un sollozo al escucharle. No, no podía marcharse de allí sin decirle al menos parte de lo que quería decirle
- Alvaro… por favor.. no me eches.. tienes que escucharme…- le pidió ella avanzando un paso hacia él. Alvaro retrocedió
- No…no quiero escucharte…
- Me obligaron a mentir en el juicio- dijo Bea sin hacer caso de las palabras de Alvaro- yo no quería… jamás te hubiera hecho daño deliberadamente…
- ¿Y crees que te voy a creer?- explotó Alvaro- yo no te vi atada.. ni con una pistola en la sien.
- Fui chantajeada por Diego…- siguió ella, desesperada- ¿te acuerdas del accidente de mi padre, en el que casi lo atropellan? Diego me dijo que había sido él.. y que si no declaraba en tu contra, él mismo se encargaría de que la próxima vez no fuese sólo un susto…
Alvaro le dio la espalda, dispuesto a no escucharla, a no dejarse engañar por sus historias, por sus palabras. Aún temblaba por la necesidad de volver a tenerla entre sus brazos, y sabía que cualquier palabra dulce proveniente de sus labios, podía romper la coraza de su alma, que ya estaba resquebrajada de por si.
- Tuve miedo Alvaro..- dijo ella a su espalda, acercándose a él- miedo por mi padre. Tú significabas la vida para mi, pero no quería estar contigo si eso significaba que tenía que ocurrirle algo a mi padre…- Bea había comenzado a llorar de nuevo, aún atormentada con el miedo por su padre, por Álvaro.. incluso por si misma
- Claro…- susurró Alvaro en voz tan baja, que a Bea le costó entenderlo en un principio- por eso participaste tan alegremente en las triquiñuelas de Nacho en su afán de hundirme en la mierda.. en su afán de NO defenderme..
- Te equivocas…- empezó Bea- Nacho…
- ¡¡NACHO NADA!!- gritó él girándose hacia ella- ¡¡NACHO MONTÓ UN MALDITO CIRCO EN EL QUE YO ERA EL ESPECTÁCULO PRINCIPAL!! ¡Y TU LE AYUDASTE!¿A ESO TAMBIEN TE OBLIGÓ DIEGO?
Ella lloraba ya desesperadamente.- Nacho me preparó la declaración… él lo hizo por mi…porque yo era incapaz…
- ¿Y tengo que agradecérselo?¿Qué crees que es mejor?¿Le mando un jamón por Navidad o un cheque por los servicios?
- No seas injusto…
- ¿Qué no sea injusto?- él la miró anonadado y luego se echó a reir- ¿quién cometió aquí las injusticias, Bea? ¿Yo? ¿Yo que soy el único que está pagando por un delito que tú también cometiste? ¿Qué estoy pagando por delitos que ni siquiera cometí?
- Lo siento..- dijo ella entrecortadamente
- No te atrevas a pedirme perdón- Alvaro la miró con furia
- ¿Y que hago?- Alvaro se giró de nuevo de espaldas a ella, pero Bea corrió a ponerse frente a él- mírame Alvaro… por favor.. tienes que creerme..- a ella le costaba hablar, debido a los sollozos
- No.. no tengo que creerte…ahora… vete de una maldita vez- la voz de él era dura, sin inflexiones.. casi sin sentimientos.
- Nos hemos besado Alvaro, eso…- era una tentativa ciega, lo sabía, pero su desesperación por el rechazo de Alvaro y su negación a creerla, aumentaba
- Eso no significa nada- la miró con ojos brillantes, interrumpiéndola- un poco de lívido y ya está. Como te he dicho antes, llevo meses sin una mujer y me he dejado llevar.
- Pues tómame- Bea se colocó frente a él y lo miró, seria.
Alvaro la miró sin poder creerse lo que había oído.- ¿Qué?
- Que me hagas el amor..- repitió ella intentando no flaquear
Alvaro se tensó en todas y cada una de las ramificaciones nerviosas que formaban su cuerpo. Apretó los puños y retrocedió un paso ante las ganas inmensas e incontrolables de hacerle caso. Desvió la vista, maldiciéndose por dentro por ser tan débil.
- Estás loca…- no la miró- ¿te marchas o te saco yo a patadas?- era una mera amenaza… lo sabia. Pero ella le estaba desarmando y ya no sabía ni que hacer.
- No se si estoy loca…- contestó ella sin moverse ni un centímetro- pero si es lo que necesitas, aquí estoy…
Alvaro se echó a reir. Una risa nerviosa, casi histérica
- Menudo sacrificio…¿y eso a que se debe? ¿También te lo ha preparado Nacho?
Ella abrió las manos delante de él, desnudas, vacías, mientras sus ojos verdes se humedecían.
- Porque te amo… porque te amo tanto que me duele, que me hace sangrar por dentro. Porque he intentado olvidarte una y mil veces y no lo he conseguido. Porque morí contigo en el juicio y mi alma se vino contigo… a esta celda… Jamás podré perdonarme todo lo que te he hecho…todo lo que me he hecho a mi misma. Y todo lo que hiciste por mi, por sacarme de la cárcel, por mi libertad…-Bea ahogó un sollozo, como pudo y continuó hablando- hace que me sienta mas rastrera… mas miserable… pero también me hace darme cuenta de que te sigo amando… mas que a mi propia vida…
El corazón de Alvaro se contrajo de tal manera que le dolió. Ahogó un gemido y se llevó la mano al pecho, intentando controlar la agonía. Pero las palabras de Beatriz entraban y salían haciendo que las heridas se abrieran mas y mas.
- No digas eso…- se aferró a la furia, como un naúfrago a una simple tabla de madera en mitad del océano.
- ¿El qué?¿Que te amo?- ella volvía a llorar- ¡Vamos a enfrentarnos a la verdad!
- ¡ESO NO ES VERDAD!- le gritó él, esta vez avanzando hacia ella. Bea no se movió- ¡eres una golfa! ¿Me hundes y ahora me dices que me amas? ¿Cómo puedes ser tan cínica?
- No soy cínica- su voz era pura tristeza, puro dolor- te amo Alvaro.. te amo…
- ¡CALLATE! ¡DEJA DE DECIR ESO!
- Te amo…
- ¡¡QUE TE CALLES, MALDITA!!
- Te amo…
- ¡¡¡CALLATEEEE!!!- Bea había retrocedido a la vez que él avanzaba, asustada por la furia que él transmitia, hasta apoyarse en la pared. Alvaro le levantó la mano, lleno de rabia, y la acabó golpeando contra la pared. Ella ya lloraba desconsoladamente
- Mi amor…- susurró ella entre lágrimas
- ¡NO ME LLAMES ASI!¡YO NO SOY TU AMOR!
- Si.. si lo eres…- ella fue a tocarle la cara, pero él se la palmeó haciendo que Bea soltara un respingo. Pero no se amedrentó- eres mi amor… mi vida… la persona que mas he amado en el mundo..
Alvaro habia comenzado a llorar como un niño, de forma desgarradora, sin esperanzas. Le cogió la cara con las dos manos, con fuerza, intentando hacerla callar. Lo había vencido, convirtiéndolo de nuevo en un pelele… en un ser sin vida… pero absurdamente enamorado. Ella le acarició la cara a su vez
- Alvaro…
- Cállate
Y la besó de nuevo, amándola, adorándola. Aquel beso era tan diferente del anterior, que Bea se sintió morir. Lo abrazó con fuerza, entregándole, entregándose, dándole todo lo que pudiera quedar en ella que Alvaro ya no tuviera. Él estaba como loco, desenfrenado, besando, dando, recibiendo. El fuego entre ambos crecía y crecía y ellos se dejaban llevar por una pasión que los consumía.
- Alvaro..- murmuró ella al borde de las lágrimas
Alvaro se levantó luchando contra el temblor de su cuerpo y contra las ganas de volver a abrazarla
- Vete….- murmuró él ya de pie y sin mirarla- vete de aquí y no vuelvas nunca mas…
Beatriz ahogó un sollozo al escucharle. No, no podía marcharse de allí sin decirle al menos parte de lo que quería decirle
- Alvaro… por favor.. no me eches.. tienes que escucharme…- le pidió ella avanzando un paso hacia él. Alvaro retrocedió
- No…no quiero escucharte…
- Me obligaron a mentir en el juicio- dijo Bea sin hacer caso de las palabras de Alvaro- yo no quería… jamás te hubiera hecho daño deliberadamente…
- ¿Y crees que te voy a creer?- explotó Alvaro- yo no te vi atada.. ni con una pistola en la sien.
- Fui chantajeada por Diego…- siguió ella, desesperada- ¿te acuerdas del accidente de mi padre, en el que casi lo atropellan? Diego me dijo que había sido él.. y que si no declaraba en tu contra, él mismo se encargaría de que la próxima vez no fuese sólo un susto…
Alvaro le dio la espalda, dispuesto a no escucharla, a no dejarse engañar por sus historias, por sus palabras. Aún temblaba por la necesidad de volver a tenerla entre sus brazos, y sabía que cualquier palabra dulce proveniente de sus labios, podía romper la coraza de su alma, que ya estaba resquebrajada de por si.
- Tuve miedo Alvaro..- dijo ella a su espalda, acercándose a él- miedo por mi padre. Tú significabas la vida para mi, pero no quería estar contigo si eso significaba que tenía que ocurrirle algo a mi padre…- Bea había comenzado a llorar de nuevo, aún atormentada con el miedo por su padre, por Álvaro.. incluso por si misma
- Claro…- susurró Alvaro en voz tan baja, que a Bea le costó entenderlo en un principio- por eso participaste tan alegremente en las triquiñuelas de Nacho en su afán de hundirme en la mierda.. en su afán de NO defenderme..
- Te equivocas…- empezó Bea- Nacho…
- ¡¡NACHO NADA!!- gritó él girándose hacia ella- ¡¡NACHO MONTÓ UN MALDITO CIRCO EN EL QUE YO ERA EL ESPECTÁCULO PRINCIPAL!! ¡Y TU LE AYUDASTE!¿A ESO TAMBIEN TE OBLIGÓ DIEGO?
Ella lloraba ya desesperadamente.- Nacho me preparó la declaración… él lo hizo por mi…porque yo era incapaz…
- ¿Y tengo que agradecérselo?¿Qué crees que es mejor?¿Le mando un jamón por Navidad o un cheque por los servicios?
- No seas injusto…
- ¿Qué no sea injusto?- él la miró anonadado y luego se echó a reir- ¿quién cometió aquí las injusticias, Bea? ¿Yo? ¿Yo que soy el único que está pagando por un delito que tú también cometiste? ¿Qué estoy pagando por delitos que ni siquiera cometí?
- Lo siento..- dijo ella entrecortadamente
- No te atrevas a pedirme perdón- Alvaro la miró con furia
- ¿Y que hago?- Alvaro se giró de nuevo de espaldas a ella, pero Bea corrió a ponerse frente a él- mírame Alvaro… por favor.. tienes que creerme..- a ella le costaba hablar, debido a los sollozos
- No.. no tengo que creerte…ahora… vete de una maldita vez- la voz de él era dura, sin inflexiones.. casi sin sentimientos.
- Nos hemos besado Alvaro, eso…- era una tentativa ciega, lo sabía, pero su desesperación por el rechazo de Alvaro y su negación a creerla, aumentaba
- Eso no significa nada- la miró con ojos brillantes, interrumpiéndola- un poco de lívido y ya está. Como te he dicho antes, llevo meses sin una mujer y me he dejado llevar.
- Pues tómame- Bea se colocó frente a él y lo miró, seria.
Alvaro la miró sin poder creerse lo que había oído.- ¿Qué?
- Que me hagas el amor..- repitió ella intentando no flaquear
Alvaro se tensó en todas y cada una de las ramificaciones nerviosas que formaban su cuerpo. Apretó los puños y retrocedió un paso ante las ganas inmensas e incontrolables de hacerle caso. Desvió la vista, maldiciéndose por dentro por ser tan débil.
- Estás loca…- no la miró- ¿te marchas o te saco yo a patadas?- era una mera amenaza… lo sabia. Pero ella le estaba desarmando y ya no sabía ni que hacer.
- No se si estoy loca…- contestó ella sin moverse ni un centímetro- pero si es lo que necesitas, aquí estoy…
Alvaro se echó a reir. Una risa nerviosa, casi histérica
- Menudo sacrificio…¿y eso a que se debe? ¿También te lo ha preparado Nacho?
Ella abrió las manos delante de él, desnudas, vacías, mientras sus ojos verdes se humedecían.
- Porque te amo… porque te amo tanto que me duele, que me hace sangrar por dentro. Porque he intentado olvidarte una y mil veces y no lo he conseguido. Porque morí contigo en el juicio y mi alma se vino contigo… a esta celda… Jamás podré perdonarme todo lo que te he hecho…todo lo que me he hecho a mi misma. Y todo lo que hiciste por mi, por sacarme de la cárcel, por mi libertad…-Bea ahogó un sollozo, como pudo y continuó hablando- hace que me sienta mas rastrera… mas miserable… pero también me hace darme cuenta de que te sigo amando… mas que a mi propia vida…
El corazón de Alvaro se contrajo de tal manera que le dolió. Ahogó un gemido y se llevó la mano al pecho, intentando controlar la agonía. Pero las palabras de Beatriz entraban y salían haciendo que las heridas se abrieran mas y mas.
- No digas eso…- se aferró a la furia, como un naúfrago a una simple tabla de madera en mitad del océano.
- ¿El qué?¿Que te amo?- ella volvía a llorar- ¡Vamos a enfrentarnos a la verdad!
- ¡ESO NO ES VERDAD!- le gritó él, esta vez avanzando hacia ella. Bea no se movió- ¡eres una golfa! ¿Me hundes y ahora me dices que me amas? ¿Cómo puedes ser tan cínica?
- No soy cínica- su voz era pura tristeza, puro dolor- te amo Alvaro.. te amo…
- ¡CALLATE! ¡DEJA DE DECIR ESO!
- Te amo…
- ¡¡QUE TE CALLES, MALDITA!!
- Te amo…
- ¡¡¡CALLATEEEE!!!- Bea había retrocedido a la vez que él avanzaba, asustada por la furia que él transmitia, hasta apoyarse en la pared. Alvaro le levantó la mano, lleno de rabia, y la acabó golpeando contra la pared. Ella ya lloraba desconsoladamente
- Mi amor…- susurró ella entre lágrimas
- ¡NO ME LLAMES ASI!¡YO NO SOY TU AMOR!
- Si.. si lo eres…- ella fue a tocarle la cara, pero él se la palmeó haciendo que Bea soltara un respingo. Pero no se amedrentó- eres mi amor… mi vida… la persona que mas he amado en el mundo..
Alvaro habia comenzado a llorar como un niño, de forma desgarradora, sin esperanzas. Le cogió la cara con las dos manos, con fuerza, intentando hacerla callar. Lo había vencido, convirtiéndolo de nuevo en un pelele… en un ser sin vida… pero absurdamente enamorado. Ella le acarició la cara a su vez
- Alvaro…
- Cállate
Y la besó de nuevo, amándola, adorándola. Aquel beso era tan diferente del anterior, que Bea se sintió morir. Lo abrazó con fuerza, entregándole, entregándose, dándole todo lo que pudiera quedar en ella que Alvaro ya no tuviera. Él estaba como loco, desenfrenado, besando, dando, recibiendo. El fuego entre ambos crecía y crecía y ellos se dejaban llevar por una pasión que los consumía.
Bea sintió como le desabrochaba el abrigo y como las manos masculinas buscaban sus pechos. Ella ahogó un gemido y se apoyó mas en él, ofreciéndose, dándose entera. Apoyó las manos en el pecho desnudo de Alvaro y abandonando su boca, bajó la cabeza para besárselo, lamérselo, haciendo que gimiera él.
Alvaro buscó de nuevo su boca y la levantó en brazos, haciendo que ella rodeara su cintura con las piernas, mientras buscaba su lengua, entrelazándola con la suya, besándola, acariciándola, tentándola hasta el límite. Bea gimió en voz alta, haciendo que la excitación de Alvaro se hiciera aún mas insoportable, mas ardiente
Unos golpes en la puerta sonaron en la puerta en aquel preciso instante
- ¡¡ Tres minutos!!- gritó un oficial
La mente de Alvaro cayó de bruces en la realidad y se detuvo. Ella abrió los ojos con lentitud al notar que se había detenido. Se miraron a los ojos con una intensidad que los dejó aún mas exhaustos, y Alvaro la dejó poner los pies en el suelo con mas delicadeza de la que pretendía. Bea quiso gritar al ser devuelta a la realidad de forma tan abrupta. Pero lo que en realidad hizo fue morderse los labios por no llorar, al ver que Alvaro volvía a colocarse la coraza de frialdad
- Alvaro…
- Será mejor que te marches…- le dio de nuevo la espalda
- Alvaro, por favor..- suplicó ella
- Y no vuelvas mas..- exigió él
En ese momento la puerta se abrió y apareció el oficial que había hablado antes
- Ya pasó la hora..- miró a Bea- despídase señorita
- Ya nos despedimos..- intervino Alvaro- llévesela..
Bea quiso decirle algo mas, pero no se atrevió. Se abrochó el abrigo, mientras salía de la sala, sin poder evitar que las lágrimas volvieran a traicionarla.
- Ahora vendrán a llevarte de nuevo a la celda..- le informó el oficial
a Alvaro
Alvaro no contestó. Pero cuando el oficial cerró la puerta y se supo solo, cayó de rodillas llorando desesperadamente.
Alvaro buscó de nuevo su boca y la levantó en brazos, haciendo que ella rodeara su cintura con las piernas, mientras buscaba su lengua, entrelazándola con la suya, besándola, acariciándola, tentándola hasta el límite. Bea gimió en voz alta, haciendo que la excitación de Alvaro se hiciera aún mas insoportable, mas ardiente
Unos golpes en la puerta sonaron en la puerta en aquel preciso instante
- ¡¡ Tres minutos!!- gritó un oficial
La mente de Alvaro cayó de bruces en la realidad y se detuvo. Ella abrió los ojos con lentitud al notar que se había detenido. Se miraron a los ojos con una intensidad que los dejó aún mas exhaustos, y Alvaro la dejó poner los pies en el suelo con mas delicadeza de la que pretendía. Bea quiso gritar al ser devuelta a la realidad de forma tan abrupta. Pero lo que en realidad hizo fue morderse los labios por no llorar, al ver que Alvaro volvía a colocarse la coraza de frialdad
- Alvaro…
- Será mejor que te marches…- le dio de nuevo la espalda
- Alvaro, por favor..- suplicó ella
- Y no vuelvas mas..- exigió él
En ese momento la puerta se abrió y apareció el oficial que había hablado antes
- Ya pasó la hora..- miró a Bea- despídase señorita
- Ya nos despedimos..- intervino Alvaro- llévesela..
Bea quiso decirle algo mas, pero no se atrevió. Se abrochó el abrigo, mientras salía de la sala, sin poder evitar que las lágrimas volvieran a traicionarla.
- Ahora vendrán a llevarte de nuevo a la celda..- le informó el oficial
a Alvaro
Alvaro no contestó. Pero cuando el oficial cerró la puerta y se supo solo, cayó de rodillas llorando desesperadamente.
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