Susana levantó la vista y miró a las personas que tenia frente a si. Cris la miraba preocupada, mientras que Pheebs y Laura hablaban en susurros entre si. Cris buscó la mano de su amiga
- Sue..¿estás bien?
Ya estaban solas en la prisión. La policía se habia marchado y todos volvían a su puesto de trabajo.
- No… no lo se..- contestó, triste
- No me puedo creer que Alvaro haya sido capaz de algo semejante…- le dijo Cris- todo el mundo me decía que era un buenazo.. que no se merecía estar en la cárcel… ahora ya no estoy tan segura..
Las dos hermanas dejaron de cuchichear y miraron a la abogada
- Lo que está claro es que el que no se merece estar en el hospital es el bombón relleno de chocolate y nueces…- contestó Pheebs
- ¿Cómo estará..?- preguntó en un susurro Susana
- ¿Por qué no vas al hospital y lo compruebas…?- le dijo Cris
Su amiga le miró diciéndole con la mirada que no se atrevía. Cris suspiró y le apretó la mano que aún tenía sujeta
- Tenemos que hacer algo…- dijo Laura interviniendo por primera vez- porque a este paso no habrá nada para defender.
- Ya queda poco que defender…- dijo Cris
- Perdonad que os lo diga… pero ese tío es tonto…he echado todo a perder a poco tiempo de conseguir la libertad condicional…
Nadie contestó. Las cuatro estaban como en estado de shock… cada cual pensando en las consecuencias que a cada una le acarrearía la fuga de Alvaro Aguilar. Cris sabía que habían perdido el caso… que lo del juicio nulo se detendría ya que habían encontrado nuevos delitos. Pheebs estaba preocupada por su amiga Susana y por Alejandro. Las cosas se habían salido de madre y ya nadie parecía ser capaz de recuperar el control. Y Laura pensaba en como le habría sentado la noticia a Nacho. Era cierto que no estaba de acuerdo con sus métodos, y habia decidido, en cierta manera, actuar por su cuenta, pero no debía olvidar que había sido él quien la había contratado y que su fin no era precisamente que Alvaro se escapara de la cárcel. Suspiró y miró a sus amigas
- Chicas… creo que tengo algo que contaros…
En ese momento sonó el móvil de Cris y Laura se detuvo. Cris se apresuró a cogerlo, sin mirar la pantalla
- Cris.. soy yo cariño.. – le dijo Jota al otro lado- creo que tengo malas noticias..
- ¿Qué pasa, Jota? Mas malas noticias no… por favor..- contestó su novia con voz cansada
- Creo que esta es la peor de todas... Ha llamado Saymi
- ¿Y…?- Cris no estaba de humor para sacarle la información a Jota con sacacorchos
- Alvaro ha ido a Bulevar… y está toda la policía de la ciudad rodeando el edificio…
- ¿¿¿Qué???- gritó Cris levantándose. Sus amigas, alarmadas, lo hicieron con ella- ¿qué estás diciendo?
- Creo que tendrías que ir para allá, Cris…está saliendo en todas las televisiones….- le aconsejó Jota
- Ahora mismo voy…
- Cariño..- la llamó Jota antes de colgar- prométeme que tendrás cuidado
- Te lo prometo…- dijo ella antes de colgar
Pheebs y Laura la rodearon nada mas colgar
- ¿Qué pasa?- preguntó Pheebs
- Alvaro.. Alvaro está en Bulevar. Y la policía rodea el edificio…
- ¿Pero como….?- Laura la miró sin podérselo creer
- Me voy para allá..- dijo Cris sin contestarle
- Voy contigo- afirmó Laura
La ayudante miró a su amiga que no había pronunciado palabra y se acercó a ella, mientras Laura y Cris salían a la carrera del despacho.
- ¿Qué quieres hacer, Sue?
Susana reaccionó como si volviera de un sueño, mirándola.. aún bastante lejos de allí
- ¿De que?- le preguntó mirándola
- ¿Quieres que nos acerquemos a Bulevar..? Alvaro…
La jueza la miró, recordando de golpe las palabras de Cris
- No..- Susana meneó la cabeza- prefiero ir al hospital…
Pheebs no dijo nada y decidió, en silencio, que la acompañaría. Total, a ellas no se les habia perdido nada en Bulevar… y si en el hospital. Aunque fuera conseguir quedarse mas tranquilas sabiendo que Alejandro estaba fuera de peligro.
Susana se levantó, comprendiendo que su amiga la acompañaría y cogiendo su bolso, las dos se dirigieron a la puerta. Allí, las detuvo un hombre, que las miró a través de sus gafas oscuras
- Perdón..- dijo Pheebs retrocediendo- ¿buscaba a alguien?
- A la jueza… me han dicho que ha sido ella quien ha encontrado al agredido..
Pheebs miró a Susana que habia puesto cara de fastidio, casi sin proponérselo
- ¿Y quien la busca?- preguntó de forma mas brusca de lo que realmente pretendía
El hombre se sacó las gafas y la placa del bolsillo de su americana. Sus ojos azules la traspasaron
- Soy el inspector de policía Zarek Vryzas. Necesito hacerle unas preguntas….
Susana suspiró y se giró de nuevo para dejar el bolso sobre la mesa. Su visita al hospital tendría que esperar.
Alvaro anduvo varios pasos en el mas absoluto silencio, mientras sentía el latir de su corazón casi en la garganta. Le sudaban las manos, y el arma, que se habia metido en la cintura del pantalón, le pesaba como una losa. Llegó a la puerta de la habitación y la vio. Estaba de espaldas a él, mirando unos bocetos que tenia sobre una mesa y parecía tan metida en lo que estaba haciendo que ni siquiera se giró. Alvaro tuvo que apretar los puños, para no correr hacia ella y abrazarla, olerla, sentirla. Su cuerpo, sus manos, gritaban de agonía por no poder tocarla y él se encogió, como si hubiera recibido un golpe. Por un momento, al mirarla, la ternura lo invadió, recordando todo lo que habían vivido juntos… todo lo que habían compartido. Pero el dolor del recuerdo del juicio, se impuso y la ternura se evaporó como si nunca hubiera existido. Y el odio irracional que la sustituyó, hizo que Alvaro avanzara un paso.
Bea oyó el movimiento y se giró de golpe. Al verlo, su corazón se
detuvo, y tuvo que agarrarse a la mesa para no caer
- ¿Alvaro?- susurró mientras sentía que las piernas no la sostenían
- ¡Sorpresa…!- dijo él con una sonrisa cínica- apuesto que yo era la última persona a la que esperabas ver por aquí…
Él avanzó hacia ella, mientras Bea, llena de miedo y aprensión, se apartaba de él, poniendo la mesa entre ellos
- ¿Te has escapado..?- preguntó ella con los ojos muy abiertos
- ¿Y eso que mas da?- él se alzó de hombros- ¿qué pasa? ¿Qué no te gusta mi visita?- dijo avanzando hacia ella alrededor de la mesa. Ella siguió separándose de él, los dos girando alrededor de la mesa
- ¿Qué quieres, Alvaro?
- Quería verte…- y era verdad. Pero el tono no era igual a lo que sentía, no era igual a lo que ella quería oir
- ¿Verme?- el corazón de ella latía muy rápido- ¿verme para qué?
- Quería devolverte el favor que me hiciste yendo a visitarme y venir a decirte que no te saliste con la tuya… y que como ves… soy libre…
Bea se llevó una mano al pecho, llena de dolor
- Me alegro mucho por ti…- dijo en un susurro, mientras se quedaba quieta, sin ganas de huir mas. Alvaro se acercó a ella, hasta quedar muy cerca
- ¿Te alegras por mi…?- él agachó la cabeza, hasta sentir el aliento de ella en sus labios. Tenia que hacer un esfuerzo sobrehumano para no besarla, abrazarla y hacerle el amor sobre aquel mismo suelo… a pesar de la policía, a pesar de todo- ¿Qué tal si me acompañas y me lo demuestras?
- ¿Qué?- ella le miró sin comprender
En ese momento, la policía aumentó el volumen del megáfono y la voz se escuchó incluso en el sótano donde se encontraban
- Alvaro Aguilar… le recuerdo que está rodeado.. salga con las manos en alto y nadie saldrá herido… repito.. salga con las manos en alto..
Bea miró asustada a Alvaro y en un impulso, intentó salir corriendo. Pero Alvaro la alcanzó y sacando el arma del pantalón, se la puso en la garganta, mientras la retenia fuertemente contra él. Ella comenzó a llorar
- Alvaro… no… por favor..- dijo entre sollozos desgarradores
- Vamos a salir de aquí..- aseguró él arrastrándola prácticamente fuera de la habitación- y tu me ayudarás a conseguirlo…- al ver que ella lloraba aún mas fuerte, él la apretó aún mas contra si- shhhh- le susurró- estate quieta y todo saldrá bien… no me obligues a hacerte daño Bea… no me obligues…- terminó con dolor.
Bea no hizo ningún movimiento brusco y dejó que él la llevara por el departamento de rotativas. Los empleados comenzaban a llegar y al ver la escena, se quedaban paralizados. Alvaro seguía apuntando a Bea con la pistola y la sacaba con él de allí. No pensaba en lo que estaba haciendo… sabía que necesitaba un rehén para que no lo capturaran… pero el solo pensamiento de que era ella… que se la estaba llevando con él, que estaría con él, le llenaba de energía y de determinación. Cuando llegaron a la puerta trasera, Alvaro la abrió de una patada, mientras apretaba a Bea aún mas contra si. Los empleados los seguían, pero ninguno parecía decidirse a hacer algo mas que murmurar. Alvaro los miró durante un segundo y se dio cuenta de que no harían nada… que no le salvarían… pero tampoco le condenarían. Cogió aire, rezando interiormente para que las fuerzas no le abandonaran, y salió al exterior, mientras sentía el cuerpo de Bea temblar contra si
Gonzalo frenó el coche fuera del círculo de policías que rodeaban Bulevar y se bajó, intentando no echar a correr hacia el edificio. Cerró la puerta del coche y miró a través de los curiosos, mientras caminaba, a paso lento, hacia el cordón policial. Esperaba que su amigo del alma no estuviese allí, y que si estaba, no estuviera cometiendo ninguna otra locura. Rezó para que Bea no se encontrase allí..o que no la hubiera encontrado. Aquel amor iba a destruir a Alvaro… si es que no le habia destruido ya.
La policía, nada mas verlo, le apuntó con armas de fuego. Alvaro, sintió pánico, pero se contuvo. Su pensamiento fue hacia Bea. Bea que lloraba desesperada e indefensa contra él. En ese momento se odió. Se odió por amarla tanto que habia sido capaz de ponerla en peligro solo por estar con ella… y se odió por no tener el valor de soltarla y separarse de ella. Era un maldito egoísta, pero reconocerlo, no le hizo sentirse mejor. Ahora tenia que conseguir salir de allí.. con ella… siempre con ella…
- ¡UN SOLO MOVIMIENTO Y LA MATO!- gritó a la policía fuera de si- ¡ YO NO TENGO NADA QUE PERDER, PERO ELLA SI! ¡DEJENME LLEGAR HASTA EL COCHE!
Una voz ordenó no disparar y Alvaro, aterrado, avanzó hacia el coche con el que habia venido.
Pero de repente, sin esperarlo, el ruido ensordecedor de los disparos rompió el silencio, haciendo que la policía respondiera, y Alvaro cayera al suelo, con Bea a su lado.
- Sue..¿estás bien?
Ya estaban solas en la prisión. La policía se habia marchado y todos volvían a su puesto de trabajo.
- No… no lo se..- contestó, triste
- No me puedo creer que Alvaro haya sido capaz de algo semejante…- le dijo Cris- todo el mundo me decía que era un buenazo.. que no se merecía estar en la cárcel… ahora ya no estoy tan segura..
Las dos hermanas dejaron de cuchichear y miraron a la abogada
- Lo que está claro es que el que no se merece estar en el hospital es el bombón relleno de chocolate y nueces…- contestó Pheebs
- ¿Cómo estará..?- preguntó en un susurro Susana
- ¿Por qué no vas al hospital y lo compruebas…?- le dijo Cris
Su amiga le miró diciéndole con la mirada que no se atrevía. Cris suspiró y le apretó la mano que aún tenía sujeta
- Tenemos que hacer algo…- dijo Laura interviniendo por primera vez- porque a este paso no habrá nada para defender.
- Ya queda poco que defender…- dijo Cris
- Perdonad que os lo diga… pero ese tío es tonto…he echado todo a perder a poco tiempo de conseguir la libertad condicional…
Nadie contestó. Las cuatro estaban como en estado de shock… cada cual pensando en las consecuencias que a cada una le acarrearía la fuga de Alvaro Aguilar. Cris sabía que habían perdido el caso… que lo del juicio nulo se detendría ya que habían encontrado nuevos delitos. Pheebs estaba preocupada por su amiga Susana y por Alejandro. Las cosas se habían salido de madre y ya nadie parecía ser capaz de recuperar el control. Y Laura pensaba en como le habría sentado la noticia a Nacho. Era cierto que no estaba de acuerdo con sus métodos, y habia decidido, en cierta manera, actuar por su cuenta, pero no debía olvidar que había sido él quien la había contratado y que su fin no era precisamente que Alvaro se escapara de la cárcel. Suspiró y miró a sus amigas
- Chicas… creo que tengo algo que contaros…
En ese momento sonó el móvil de Cris y Laura se detuvo. Cris se apresuró a cogerlo, sin mirar la pantalla
- Cris.. soy yo cariño.. – le dijo Jota al otro lado- creo que tengo malas noticias..
- ¿Qué pasa, Jota? Mas malas noticias no… por favor..- contestó su novia con voz cansada
- Creo que esta es la peor de todas... Ha llamado Saymi
- ¿Y…?- Cris no estaba de humor para sacarle la información a Jota con sacacorchos
- Alvaro ha ido a Bulevar… y está toda la policía de la ciudad rodeando el edificio…
- ¿¿¿Qué???- gritó Cris levantándose. Sus amigas, alarmadas, lo hicieron con ella- ¿qué estás diciendo?
- Creo que tendrías que ir para allá, Cris…está saliendo en todas las televisiones….- le aconsejó Jota
- Ahora mismo voy…
- Cariño..- la llamó Jota antes de colgar- prométeme que tendrás cuidado
- Te lo prometo…- dijo ella antes de colgar
Pheebs y Laura la rodearon nada mas colgar
- ¿Qué pasa?- preguntó Pheebs
- Alvaro.. Alvaro está en Bulevar. Y la policía rodea el edificio…
- ¿Pero como….?- Laura la miró sin podérselo creer
- Me voy para allá..- dijo Cris sin contestarle
- Voy contigo- afirmó Laura
La ayudante miró a su amiga que no había pronunciado palabra y se acercó a ella, mientras Laura y Cris salían a la carrera del despacho.
- ¿Qué quieres hacer, Sue?
Susana reaccionó como si volviera de un sueño, mirándola.. aún bastante lejos de allí
- ¿De que?- le preguntó mirándola
- ¿Quieres que nos acerquemos a Bulevar..? Alvaro…
La jueza la miró, recordando de golpe las palabras de Cris
- No..- Susana meneó la cabeza- prefiero ir al hospital…
Pheebs no dijo nada y decidió, en silencio, que la acompañaría. Total, a ellas no se les habia perdido nada en Bulevar… y si en el hospital. Aunque fuera conseguir quedarse mas tranquilas sabiendo que Alejandro estaba fuera de peligro.
Susana se levantó, comprendiendo que su amiga la acompañaría y cogiendo su bolso, las dos se dirigieron a la puerta. Allí, las detuvo un hombre, que las miró a través de sus gafas oscuras
- Perdón..- dijo Pheebs retrocediendo- ¿buscaba a alguien?
- A la jueza… me han dicho que ha sido ella quien ha encontrado al agredido..
Pheebs miró a Susana que habia puesto cara de fastidio, casi sin proponérselo
- ¿Y quien la busca?- preguntó de forma mas brusca de lo que realmente pretendía
El hombre se sacó las gafas y la placa del bolsillo de su americana. Sus ojos azules la traspasaron
- Soy el inspector de policía Zarek Vryzas. Necesito hacerle unas preguntas….
Susana suspiró y se giró de nuevo para dejar el bolso sobre la mesa. Su visita al hospital tendría que esperar.
Alvaro anduvo varios pasos en el mas absoluto silencio, mientras sentía el latir de su corazón casi en la garganta. Le sudaban las manos, y el arma, que se habia metido en la cintura del pantalón, le pesaba como una losa. Llegó a la puerta de la habitación y la vio. Estaba de espaldas a él, mirando unos bocetos que tenia sobre una mesa y parecía tan metida en lo que estaba haciendo que ni siquiera se giró. Alvaro tuvo que apretar los puños, para no correr hacia ella y abrazarla, olerla, sentirla. Su cuerpo, sus manos, gritaban de agonía por no poder tocarla y él se encogió, como si hubiera recibido un golpe. Por un momento, al mirarla, la ternura lo invadió, recordando todo lo que habían vivido juntos… todo lo que habían compartido. Pero el dolor del recuerdo del juicio, se impuso y la ternura se evaporó como si nunca hubiera existido. Y el odio irracional que la sustituyó, hizo que Alvaro avanzara un paso.
Bea oyó el movimiento y se giró de golpe. Al verlo, su corazón se
detuvo, y tuvo que agarrarse a la mesa para no caer
- ¿Alvaro?- susurró mientras sentía que las piernas no la sostenían
- ¡Sorpresa…!- dijo él con una sonrisa cínica- apuesto que yo era la última persona a la que esperabas ver por aquí…
Él avanzó hacia ella, mientras Bea, llena de miedo y aprensión, se apartaba de él, poniendo la mesa entre ellos
- ¿Te has escapado..?- preguntó ella con los ojos muy abiertos
- ¿Y eso que mas da?- él se alzó de hombros- ¿qué pasa? ¿Qué no te gusta mi visita?- dijo avanzando hacia ella alrededor de la mesa. Ella siguió separándose de él, los dos girando alrededor de la mesa
- ¿Qué quieres, Alvaro?
- Quería verte…- y era verdad. Pero el tono no era igual a lo que sentía, no era igual a lo que ella quería oir
- ¿Verme?- el corazón de ella latía muy rápido- ¿verme para qué?
- Quería devolverte el favor que me hiciste yendo a visitarme y venir a decirte que no te saliste con la tuya… y que como ves… soy libre…
Bea se llevó una mano al pecho, llena de dolor
- Me alegro mucho por ti…- dijo en un susurro, mientras se quedaba quieta, sin ganas de huir mas. Alvaro se acercó a ella, hasta quedar muy cerca
- ¿Te alegras por mi…?- él agachó la cabeza, hasta sentir el aliento de ella en sus labios. Tenia que hacer un esfuerzo sobrehumano para no besarla, abrazarla y hacerle el amor sobre aquel mismo suelo… a pesar de la policía, a pesar de todo- ¿Qué tal si me acompañas y me lo demuestras?
- ¿Qué?- ella le miró sin comprender
En ese momento, la policía aumentó el volumen del megáfono y la voz se escuchó incluso en el sótano donde se encontraban
- Alvaro Aguilar… le recuerdo que está rodeado.. salga con las manos en alto y nadie saldrá herido… repito.. salga con las manos en alto..
Bea miró asustada a Alvaro y en un impulso, intentó salir corriendo. Pero Alvaro la alcanzó y sacando el arma del pantalón, se la puso en la garganta, mientras la retenia fuertemente contra él. Ella comenzó a llorar
- Alvaro… no… por favor..- dijo entre sollozos desgarradores
- Vamos a salir de aquí..- aseguró él arrastrándola prácticamente fuera de la habitación- y tu me ayudarás a conseguirlo…- al ver que ella lloraba aún mas fuerte, él la apretó aún mas contra si- shhhh- le susurró- estate quieta y todo saldrá bien… no me obligues a hacerte daño Bea… no me obligues…- terminó con dolor.
Bea no hizo ningún movimiento brusco y dejó que él la llevara por el departamento de rotativas. Los empleados comenzaban a llegar y al ver la escena, se quedaban paralizados. Alvaro seguía apuntando a Bea con la pistola y la sacaba con él de allí. No pensaba en lo que estaba haciendo… sabía que necesitaba un rehén para que no lo capturaran… pero el solo pensamiento de que era ella… que se la estaba llevando con él, que estaría con él, le llenaba de energía y de determinación. Cuando llegaron a la puerta trasera, Alvaro la abrió de una patada, mientras apretaba a Bea aún mas contra si. Los empleados los seguían, pero ninguno parecía decidirse a hacer algo mas que murmurar. Alvaro los miró durante un segundo y se dio cuenta de que no harían nada… que no le salvarían… pero tampoco le condenarían. Cogió aire, rezando interiormente para que las fuerzas no le abandonaran, y salió al exterior, mientras sentía el cuerpo de Bea temblar contra si
Gonzalo frenó el coche fuera del círculo de policías que rodeaban Bulevar y se bajó, intentando no echar a correr hacia el edificio. Cerró la puerta del coche y miró a través de los curiosos, mientras caminaba, a paso lento, hacia el cordón policial. Esperaba que su amigo del alma no estuviese allí, y que si estaba, no estuviera cometiendo ninguna otra locura. Rezó para que Bea no se encontrase allí..o que no la hubiera encontrado. Aquel amor iba a destruir a Alvaro… si es que no le habia destruido ya.
La policía, nada mas verlo, le apuntó con armas de fuego. Alvaro, sintió pánico, pero se contuvo. Su pensamiento fue hacia Bea. Bea que lloraba desesperada e indefensa contra él. En ese momento se odió. Se odió por amarla tanto que habia sido capaz de ponerla en peligro solo por estar con ella… y se odió por no tener el valor de soltarla y separarse de ella. Era un maldito egoísta, pero reconocerlo, no le hizo sentirse mejor. Ahora tenia que conseguir salir de allí.. con ella… siempre con ella…
- ¡UN SOLO MOVIMIENTO Y LA MATO!- gritó a la policía fuera de si- ¡ YO NO TENGO NADA QUE PERDER, PERO ELLA SI! ¡DEJENME LLEGAR HASTA EL COCHE!
Una voz ordenó no disparar y Alvaro, aterrado, avanzó hacia el coche con el que habia venido.
Pero de repente, sin esperarlo, el ruido ensordecedor de los disparos rompió el silencio, haciendo que la policía respondiera, y Alvaro cayera al suelo, con Bea a su lado.
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