Nacho colgó el teléfono después de hablar con Bea y saber que iba de camino a Bulevar. Se sentía mas tranquilo sabiendo que Bea estaría cerca de él. Ya no se fiaba de nadie.. y menos de ella. Estaba a punto de levantarse para salir en su busca, cuando Diego entró en el despacho sin llamar
- Hombre Diego… tu siempre con la educación por delante…- dijo Nacho con ironía.
- Dejate de ironias.. abogadillo… dejate de ironías y haz el maldito favor de decirme que significa esto..- dijo tirándole la carta sobre la mesa
- La semana que viene tenemos la vista en el juzgado por la opa- dijo Nacho sin coger la carta y sentándose- creo que empieza el show amigo…
- ¡ESO NO PUEDE SER!!- gritó Diego golpeando la mesa- ¿Y que pasa con la quiebra?
- ¿Qué pasa? ¿Qué tu querida secretaria no te ha contado que una empresa que tiene interpuesta una opa, no puede declararse en quiebra?
Diego le miró, lívido. No, nadie le habia dicho nada. Ni siquiera aquel picapleitos al que pagaba una fortuna
- ¿Y a que esperabas para decírmelo?
- ¿A decírtelo yo?- Nacho se echó a reir- vamos Dieguito… bastante tengo con aguantarte, ¿no crees?
- No te pases Nacho… no te pases ni un pelo
- ¿Y que me harás?- le dijo Nacho levantándose- mira Diego, tengo tanto papel en contra tuyo que podría empapelar mi casa entera. Asi que no me trates de secretario o de uno de tus peleles a los que manejas… porque te estás equivocando…
Diego resopló de rabia, pero se contuvo de seguir provocándolo.
Quería vengarse, sacarle a patadas de aquel despacho, pero se sabia atado de pies y manos.
- ¿Me estás diciendo que no podemos hacer nada contra la opa?- siseó
- Bueno… no mucho. Pactar con los nuevos dueños. Pero tratándose de quien es, no creo que tenga muchas ganas de pactar
- ¡Maldita sea! ¿Por qué nadie me dijo que la quiebra no era factible?
- Eso se lo has de preguntar a tu amada secretaria…- dijo con ironía
Diego lo fulminó con la mirada y fue a decirle que a Marie ni la nombrara, cuando la misma por la que medio discutían entró en el despacho. Y parecía furiosa
- Diego.. necesito hablar contigo- dijo sin saludar
- Marie.. hablamos luego..- le dijo Diego mirándola
Pero ella estaba demasiado furiosa como para esperarse.- No… ha de ser ahora… te espero en tu despacho- Y se marchó sin dejarle contestar. Diego se enfureció y miró a Nacho que ya sonreía abiertamente. Lo volvió a fulminar con la mirada y salió del despacho en pos de Marie.
Cuando entró en su despacho, la vio apoyada en su mesa con los brazos cruzados. Cerró la puerta y se acercó a ella
- Marie, no me gusta que me des órdenes en público..- dijo, tenso
- ¿No?- ella estaba muy furiosa y no se molestaba en ocultarlo- cuanto lo siento….. pero ¿sabes? A mi tampoco me gusta que mi única hermana venga a casa y no solo que yo no me entere… si no que no la dejes entrar y encima no me lo digas…
Diego se quedó callado por unos momentos. El, el tiburón de las finanzas, el hombre con menos escrúpulos que existía, el que no parecía tener sentimientos ni necesitarlos, se encogió ante la furia de aquella mujer. El miedo a perderla era una losa que lo aplastaba cada dia un poco mas. Habia estado toda su vida tan falto de cariño, que ahora que no podía controlar el que sentía por aquella mujer, sentía que le faltaba el aire cada vez que él notaba que no la hacia feliz por algo. No sabia llevar una relación, no sabia decir cosas bonitas. Solo sabia hacer negocios y hacer dinero. Las relaciones entre personas no se le daban bien… y se desesperaba cada vez que tenia la sensación de que Marie esperaba algo mas de él. La miró sin saber como apaciguar su furia
- Marie.. lo hice porque pensé…
- ¿Pensaste que, Diego?¿Pensaste que me podias manipular a tu antojo?- casi gritó
- No, yo…
- ¡Maldita sea!- dijo ella al borde de las lágrimas- yo he hecho todo por ti, me he callado, he aguantado tus borderias, tus salidas, tus desprecios… todo por tener una pizca de tu cariño… - ya habia perdido la lucha contra las lágrimas y se echó a llorar- incluso dejé de hablarle a mi hermana, que es mi única familia, por ti…
- Marie, por favor..
- ¡Sólo te pedia un poco de comprensión, Diego! ¡Sólo un poco!- ella ya lloraba sin control- ¿Era mucho pedir?
- Por favor Marie, no llores…- Diego intentó tocarla, abrazarla, acariciarla, pero ella le rechazó, haciendo que su corazón, casi convertido en piedra, gritara de forma agónica
Ella se sentó en una silla y se abrazó a si misma mientras seguía llorando. Él se agachó frente a ella, sin saber que decir, sintiendo que habia empezado a temblar
- Lo siento Marie… yo pensé que ella te hacia daño.. que..
- ¿Daño?- ella le miró- Diego, Dríade es mi hermana.. es la única familia que me queda… y quiero, necesito..¿entiendes eso? Necesito que esté a mi lado… que comparta mi vida conmigo.. que acepte lo que soy y lo que quiero…
- Pero ella y Alvaro…- era aferrarse a una tea ardiendo… y lo sabia. Pero necesitaba, suplicaba que ella dejara de estar enfadada con él
- Si.. ella ama a Alvaro.. y yo te amo a ti..- el corazón de Diego perdió una capa de piedra, al escucharla- esta es vuestra guerra.. no es justo que nos metáis en medio…
- Marie… lo siento… te juro, te juro que no volverá a suceder… pero por favor… no me rechaces…
Marie le miró a los ojos y vio tanto dolor y tanto miedo en ellos, que conteniendo un sollozo, lo atrajo hacia si y lo abrazó con fuerza. Diego se aferró a ella con la misma fuerza, intentando que el miedo se esfumara con tan solo el contacto con su piel. Pero parecía que no era suficiente.. nada de lo que procediera de ella era diferente. Comenzó a llorar como un niño. Porque quería decirle todo lo que sentía… y no pudo.. no le salió. Era incapaz de darle eso.. de decirle lo mucho que él también la amaba.
martes, 10 de junio de 2008
Capítulo 32
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