Alejandro le abrió la puerta a su hermana del apartamento que ésta tenía en el centro, y entró tras ella, cerrando la puerta tras de si. Sonrió al ver como Mercedes dejaba el bolso en el sofá con gesto cansado, seguido del abrigo
- ¿Quieres beber algo mientras preparo la cena?- ofreció ella quitándose los zapatos y alejándose hacia una puerta cercana
- Si, una cerveza….- contestó él mirando a su alrededor- es bonito tu apartamento….
- ¡Gracias!- contestó su hermana desde el dormitorio- coge lo que quieras.. el frigorífico es todo tuyo..
Alejandro se dirigió a la pequeña cocina, y abriendo la nevera, cogió una lata de cerveza. La abrió mientras volvía al salón. Mercedes ya se encontraba allí
- Aún estoy intentando digerir todo lo que me has contado..- le comentó a ella mientras bebía de la lata- no me puedo creer que mi primo esté condenado a 15 años por las mentiras de una mujer y su novio…
- Pero así es…- dijo ella con rabia- y no sabes la de veces que he querido ir a Bulevar para cantarle las cuarenta a esa… bueno, a ella
- Quiero verle, Merche… decirle que estoy aquí.. que como siempre, puede contar conmigo…
- Ya te he dicho que tio Francisco opina que puede ser peligroso para él..
- ¿Cómo va a ser peligroso que él sepa que hay gente que le apoya y que sigue ahí?
- Ale…
- Por dios Merche… tu sabes lo mucho que Álvaro significa para mi… es como mi hermano… como mi otra mitad. Hubiera vuelto antes de haberlo sabido…pero no lo sabía. Y sabes que daría lo que fuera porque él estuviera libre y feliz..
- Eso es lo que me asusta, Ale..- le confesó su hermana
- No tienes porque asustarte… solo quiero que sepa que volví y que estoy aquí…
- Pero es que me asusta pensar que ya no nos crea.. que de verdad piense que le hemos abandonado. Jamás estuvimos a su altura.. al menos yo.
- No digas eso Merche… siempre fuimos el cuarteto feliz… el cuarteto loco como nos llamaba Titina.
- Me duele tanto todo lo que está pasando..- dijo ella con tristeza- se que estoy haciendo todo lo que puedo.. pero Alvaro siempre ha estado tan solo, tan aislado de lo que realmente quería…
- No… nos tuvo a nosotros… nosotros que compartíamos sus sueños, sus miedos, sus alegrías.
- Nosotros y Gonzalo..- recordó Mercedes
- Gonzalo…- Alejandro sonrió- el bueno de Gonzalo…¿sigue en Bulevar?
- Si… sigue allí.. igual que ella.. que Bea
Alejandro apretó los puños. Aún recordaba cuando Alvaro le había llamado para decirle que estaba enamorado, que por fin sabía lo que era el amor.. y que la afortunada era la criatura mas sencilla y mas buena que existía sobre la faz de la Tierra. Que engañado había estado… que engañados habían estado todos.
- Tenemos que ayudar a Alvaro, hermanita… él lo hubiera hecho por nosotros…
- Pero es que ya no se que hacer…- Mercedes le miró dolida
- Algo podremos hacer.. estoy seguro. No te dejes vencer. Debemos ser fuertes, por Alvaro. Si los demás, gente que no es realmente nadie para él, lo está haciendo… nosotros, que somos su familia, no podemos quedarnos atrás.
Mercedes se acercó a él y le abrazó.- Ojalá hubieras vuelto antes…
- Ojalá hubiera vuelto antes…- confirmó Alejandro abrazándola a su vez- pero ya estoy aquí…. Y todo va a comenzar a salir bien.
Dríade llegó frente a la puerta del apartamento de su hermana y cogió aire. Eran mas de las ocho de la tarde y sabía que quizás era mal momento… pero necesitaba hablar con ella. No podía quitarse de la cabeza la conversación que habían tenido aquella misma mañana y lo desesperada que la había dejado…. Porque Marie estaba desesperada… a ella no podía engañarle. Soltó el aire que tenia retenido en los pulmones, y volvió a coger antes de picar a la puerta.
A los pocos minutos, se oyeron pasos que se dirigían a la puerta. Dri no los reconoció y se puso aún mas nerviosa. Al abrirse la puerta, sus temores se hicieron realidad
- Hombre, la hermanita descarriada!- exclamó Diego al verla. Llevaba unos pantalones, medio desabrochados. La camisa también abierta.
- Perdón…- susurró Dríade retrocediendo un paso- venía a ver a mi hermana…
- A buenas horas..¿no?- soltó él de malas maneras- pues da la casualidad de que tu hermana ahora mismo está muy ocupada y no recibe visitas… ¿Por qué no te pasas mañana? O mejor… ¿el año que viene?
- Diego..- empezó Driade
- ¿Qué parte no has entendido, monina? Anda, anda… desaparece de aquí, que empiezas a resultar un poco patética
- ¡Quiero ver a mi hermana!- casi gritó ella
Diego la cogió de un brazo.- Haz de cuentas de que ya no es tu hermana, queridísima Dri..y ahora.. o te marchas, o te juro que cuando acabe contigo, habrás querido hacerme caso..
Las lágrimas inundaron el rostro de Driade y retrocedió hasta alcanzar los escalones. Vio como Diego sonnreia complacido y cerraba la puerta… antes de girar sobre si misma y marcharse de allí.
El sonido del teléfono sobresaltó a Bea que estaba perdida en sus pensamientos. Aún no habia acabado el informe, de hecho, ni siquiera había tecleado una sola letra desde la marcha de Nacho. Miró su reloj y vio con desesperación que ya habían pasado las dos horas de margen que su novio le había dado. Su novio. Sonrió con amargura.
Cogió el móvil y miró la pantalla. Pensaba que era Nacho, ya reclamando que no hubiera llegado… pero no conoció el número. Lo cogió con rapidez
- ¿Si?- preguntó
- ¿Beatriz?- contestó una voz femenina
- Si, soy yo… ¿Quién es usted?
- Soy Laura… la abogada. Perdone que le moleste tan tarde, pero sólo quería comunicarle que le han concedido el vis a vis con mi cliente. Será mañana a las tres de la tarde…
El corazón de Bea se detuvo y luego, al segundo siguiente, empezó a latir con furia.
- ¿Quieres beber algo mientras preparo la cena?- ofreció ella quitándose los zapatos y alejándose hacia una puerta cercana
- Si, una cerveza….- contestó él mirando a su alrededor- es bonito tu apartamento….
- ¡Gracias!- contestó su hermana desde el dormitorio- coge lo que quieras.. el frigorífico es todo tuyo..
Alejandro se dirigió a la pequeña cocina, y abriendo la nevera, cogió una lata de cerveza. La abrió mientras volvía al salón. Mercedes ya se encontraba allí
- Aún estoy intentando digerir todo lo que me has contado..- le comentó a ella mientras bebía de la lata- no me puedo creer que mi primo esté condenado a 15 años por las mentiras de una mujer y su novio…
- Pero así es…- dijo ella con rabia- y no sabes la de veces que he querido ir a Bulevar para cantarle las cuarenta a esa… bueno, a ella
- Quiero verle, Merche… decirle que estoy aquí.. que como siempre, puede contar conmigo…
- Ya te he dicho que tio Francisco opina que puede ser peligroso para él..
- ¿Cómo va a ser peligroso que él sepa que hay gente que le apoya y que sigue ahí?
- Ale…
- Por dios Merche… tu sabes lo mucho que Álvaro significa para mi… es como mi hermano… como mi otra mitad. Hubiera vuelto antes de haberlo sabido…pero no lo sabía. Y sabes que daría lo que fuera porque él estuviera libre y feliz..
- Eso es lo que me asusta, Ale..- le confesó su hermana
- No tienes porque asustarte… solo quiero que sepa que volví y que estoy aquí…
- Pero es que me asusta pensar que ya no nos crea.. que de verdad piense que le hemos abandonado. Jamás estuvimos a su altura.. al menos yo.
- No digas eso Merche… siempre fuimos el cuarteto feliz… el cuarteto loco como nos llamaba Titina.
- Me duele tanto todo lo que está pasando..- dijo ella con tristeza- se que estoy haciendo todo lo que puedo.. pero Alvaro siempre ha estado tan solo, tan aislado de lo que realmente quería…
- No… nos tuvo a nosotros… nosotros que compartíamos sus sueños, sus miedos, sus alegrías.
- Nosotros y Gonzalo..- recordó Mercedes
- Gonzalo…- Alejandro sonrió- el bueno de Gonzalo…¿sigue en Bulevar?
- Si… sigue allí.. igual que ella.. que Bea
Alejandro apretó los puños. Aún recordaba cuando Alvaro le había llamado para decirle que estaba enamorado, que por fin sabía lo que era el amor.. y que la afortunada era la criatura mas sencilla y mas buena que existía sobre la faz de la Tierra. Que engañado había estado… que engañados habían estado todos.
- Tenemos que ayudar a Alvaro, hermanita… él lo hubiera hecho por nosotros…
- Pero es que ya no se que hacer…- Mercedes le miró dolida
- Algo podremos hacer.. estoy seguro. No te dejes vencer. Debemos ser fuertes, por Alvaro. Si los demás, gente que no es realmente nadie para él, lo está haciendo… nosotros, que somos su familia, no podemos quedarnos atrás.
Mercedes se acercó a él y le abrazó.- Ojalá hubieras vuelto antes…
- Ojalá hubiera vuelto antes…- confirmó Alejandro abrazándola a su vez- pero ya estoy aquí…. Y todo va a comenzar a salir bien.
Dríade llegó frente a la puerta del apartamento de su hermana y cogió aire. Eran mas de las ocho de la tarde y sabía que quizás era mal momento… pero necesitaba hablar con ella. No podía quitarse de la cabeza la conversación que habían tenido aquella misma mañana y lo desesperada que la había dejado…. Porque Marie estaba desesperada… a ella no podía engañarle. Soltó el aire que tenia retenido en los pulmones, y volvió a coger antes de picar a la puerta.
A los pocos minutos, se oyeron pasos que se dirigían a la puerta. Dri no los reconoció y se puso aún mas nerviosa. Al abrirse la puerta, sus temores se hicieron realidad
- Hombre, la hermanita descarriada!- exclamó Diego al verla. Llevaba unos pantalones, medio desabrochados. La camisa también abierta.
- Perdón…- susurró Dríade retrocediendo un paso- venía a ver a mi hermana…
- A buenas horas..¿no?- soltó él de malas maneras- pues da la casualidad de que tu hermana ahora mismo está muy ocupada y no recibe visitas… ¿Por qué no te pasas mañana? O mejor… ¿el año que viene?
- Diego..- empezó Driade
- ¿Qué parte no has entendido, monina? Anda, anda… desaparece de aquí, que empiezas a resultar un poco patética
- ¡Quiero ver a mi hermana!- casi gritó ella
Diego la cogió de un brazo.- Haz de cuentas de que ya no es tu hermana, queridísima Dri..y ahora.. o te marchas, o te juro que cuando acabe contigo, habrás querido hacerme caso..
Las lágrimas inundaron el rostro de Driade y retrocedió hasta alcanzar los escalones. Vio como Diego sonnreia complacido y cerraba la puerta… antes de girar sobre si misma y marcharse de allí.
El sonido del teléfono sobresaltó a Bea que estaba perdida en sus pensamientos. Aún no habia acabado el informe, de hecho, ni siquiera había tecleado una sola letra desde la marcha de Nacho. Miró su reloj y vio con desesperación que ya habían pasado las dos horas de margen que su novio le había dado. Su novio. Sonrió con amargura.
Cogió el móvil y miró la pantalla. Pensaba que era Nacho, ya reclamando que no hubiera llegado… pero no conoció el número. Lo cogió con rapidez
- ¿Si?- preguntó
- ¿Beatriz?- contestó una voz femenina
- Si, soy yo… ¿Quién es usted?
- Soy Laura… la abogada. Perdone que le moleste tan tarde, pero sólo quería comunicarle que le han concedido el vis a vis con mi cliente. Será mañana a las tres de la tarde…
El corazón de Bea se detuvo y luego, al segundo siguiente, empezó a latir con furia.
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