Gonzalo dejó pasar a Driade al restaurante y Alejandro los siguió al interior. El camarero los saludó y los llevó hacia una mesa algo alejada de la puerta. Dríade iba sumamente nerviosa, casi no le aguantaban las piernas, pero no quería demostrarles nada. No hasta que supiera que querían realmente de ella. Al llegar a la mesa, la invitaron a sentarse y Dri lo hizo, esperando pacientemente a que ellos tomaron asiento a su lado.
- Perdona que te hayamos entrado así…- empezó Gonzalo- pero lo que tenemos que hablar contigo es urgente…
- ¿Qué pasa?- Dríade miró a Gonzalo fijamente. No podía mirar a Alejandro… le recordaba demasiado a Alvaro y eso le dolia.
- Alvaro nos necesita….- soltó Gonzalo de golpe
- ¿Alvaro?- Dri empalideció
- Si, Alvaro.. veras, es que…- siguió Gonzalo sin fijarse en que las manos de Driade habían comenzado a temblar. Pero Alejandro si lo notó
- Gonzalo…- dijo mirando a su amigo con una clara advertencia en la mirada. Gonzalo entendió que la estaba poniendo nerviosa y guardó silencio. Alejandro asintió levemente con la cabeza y miró a Driade
- ¿Driade, verdad?- al asentir ella con la cabeza, Ale sonrió y Dri sintió un escalofrío- Alvaro está en la cárcel… y necesitamos tu ayuda. El confía en ti… y por lo tanto eso te convierte en una persona de mi máxima confianza también. Alvaro es mi prioridad ahora mismo… y necesito que le ayudes…
Dríade sintió un nudo en la garganta al oírle hablar, pero contuvo las lágrimas con todas las fuerzas que consiguió reunir. Alvaro era su fantasma, su mundo perdido, su ilusión robada. Tenia miedo de que volviera a convertirse en su prioridad… pero se engañaba a si misma si pensaba que alguna vez habia dejado de serlo.
- ¿Qué es lo que puedo hacer yo? Soy una simple secretaria.. yo…
- Dri…- Gonzalo intervino de nuevo- necesitamos sacar a Alvaro de la cárcel…
- ¿Sacarlo de la cárcel? – Driade pegó un respingo en la silla, justo en el momento en que el camarero se acercaba a la mesa. Los tres cortaron la conversación y pidieron algo para beber. Aunque ninguno de ellos estaba seguro de poder ingerir nada.
- Dri… necesitamos las claves…- siguió Gonzalo cuando el camarero se hubo marchado
- Es una locura…- dijo ella negando con la cabeza- no puedo… no puedo…
Alejandro no sabia muy bien a que se referían. Pero si tanto Alvaro como Gonzalo pensaban que esas claves eran importantes, él estaba dispuesto a convencerla como fuera para que las diera
- Es el pellejo de Alvaro el que está en juego..- decía Gonzalo en aquel momento
- ¿Y si me pilla?- Driade realmente estaba asustada
- Estamos a tu lado.. no te dejaremos sola…- contestó Alejandro
- No es por mi… es mi hermana. Mi hermana está en medio… Si descubre que tengo las claves y que las uso…- se llevó una mano a la boca- tengo miedo..
Alejandro la cogió de una mano y se la apretó.- No quiero obligarte a nada… quiero que nos ayudes porque realmente quieres hacerlo. No se muy bien de que va todo esto… yo solo quiero sacar a mi primo… que sea libre… que busque justicia… Tu me puedes ayudar a mi… y puedes ayudarlo a él.. – le apretó mas la mano y notó que por el rostro de ella, rodaban lágrimas- no se si él ha significado algo en tu vida… no se hasta que punto puedes involucrarte en algo tan serio como ayudar a escapar a un preso por alguien que no ha sido importante para ti… y no se hasta que punto tenemos derecho a pedirte esto. Pero egoístamente te diría que daría cualquier cosa por tener la llave yo mismo y no involucrar a nadie… y menos a ti o a tu hermana…
Dri se secó las lágrimas con la mano libre y miró a Gonzalo que la miraba con expresión seria. Ayudar a Alvaro era lo que mas quería ella en el mundo. Ella quería verlo libre, feliz, completo. Aunque no fuera con ella. Miró a los dos, uno tras otro a la cara
- Dadme unas horas. Tengo que buscarlas. Mañana a esta misma hora quedamos aquí mismo y os traigo las claves. Y también las llaves de la casa. Alvaro sabe que las tengo… y se que las querrá.
- Gracias Driade…- le dijo Gonzalo y alzó los brazos como si no se le ocurriera decir nada mas- gracias…
Alejandro sonrió ampliamente y Driade se levantó. Aquella sonrisa hizo que se le encogiera tanto el corazón. Pero no dijo nada. Se limitó a devolverle la sonrisa, y a marcharse justo cuando el camarero llegaba con las bebidas.
- ¿Se puede saber de que claves estabais hablando?- le preguntó
Alejandro a Gonzalo cuando el camarero volvió a marcharse
- Las claves para la libertad de Alvaro, Ale…las claves a las cuentas de Diego y todo el patrimonio de Bulevar….
- Dios santo…
- No…- contestó Gonzalo bebiendo de su cerveza- esta vez Dios no ha tenido nada que ver…
Beatriz se movió inquieta en la cama de hospital donde estaba acostada y miró a Santi que estaba sentado en una silla justo a su lado
- ¿Cuándo me van a dar de alta?- protestó
Santi la miró de forma distraída.- Hasta que no se cercioren que fue únicamente nervios, tendrás que quedarte aquí.
Bea no contestó. Aún se sentía muerta en vida tras su episodio con Alvaro y también impresionada por la presencia de aquel hombre tan parecido al hombre que tanto amaba. No se habia atrevido a preguntar quien era… tampoco creía que Santi lo supiera.
- ¿Aún sigue la juez fuera?- preguntó intentando pensar en otra cosa
- Si.. quiere hablar contigo antes de irse. Supongo que estará interesada en el resultado del vis a vis
Bea ladeó la cabeza ante el tono de su amigo. Le conocía demasiado bien
- No estas de acuerdo con que haya ido a ver a Alvaro, ¿verdad?
- Simplemente dejemoslo en que no entiendo porque te torturas de esa manera…
- Necesitaba verle…
- Ya…¿sabes como se puede poner Nacho si se entera de esto?
- Pero no se va a enterar..- dijo ella incorporándose de golpe- porque nadie se lo va a contar…
- ¿Estás loca?- Santi hizo ese movimiento suyo con la cabeza tan característico- soy demasiado joven para que estalle la tercera guerra mundial… aunque viene para aca…
- ¿Qué viene?¿Quien le ha llamado?
- Pues yo…¿Qué querías?¿Que se enterase por otra persona y me mandara a los leones?
- Santi.. por favor… no necesitaba un sermón de Nacho ahora..
- Tenia que llamarle Beatriche…- le sonrió con ternura- aunque me alegra mucho que estés bien… me asusté mucho cuando me dijeron que estabas aquí…
- Gracias Santi… - ella le devolvió la sonrisa- me alegra que estes aquí… sólo espero que mi padre no se enfade por no haberle llamado…
- Eso me recuerda….- Santi se levantó de un salto- que no he llamado a mi cucu y tiene que estar muy mosqueada conmigo…- le dio un beso en la mejilla- ahora vengo..
Bea sonrió de nuevo, aunque cuando Santi desapareció, la tristeza se apoderó de su expresión. Quería correr de nuevo a la cárcel y perderse entre los brazos de Alvaro.. ocupar su lugar, llenar su tristeza de nuevas ilusiones. Quería salvarle… llegar hasta él… hacer que volviera a amarla… pero sobretodo quería amarle, cuidarle.. devolverle la vida que le habia arrebatado… ser de nuevo parte de él. Sintió que las lágrimas la traicionaban y cuando iba a abandonarse a ellas, se abrió la puerta y apareció la jueza.
- Me alegra que esté despierta Beatriz…. Creo que es hora de que hablemos… y ya sabe de lo que quiero hablar… - la miró seria- de Alvaro Aguilar…
- Perdona que te hayamos entrado así…- empezó Gonzalo- pero lo que tenemos que hablar contigo es urgente…
- ¿Qué pasa?- Dríade miró a Gonzalo fijamente. No podía mirar a Alejandro… le recordaba demasiado a Alvaro y eso le dolia.
- Alvaro nos necesita….- soltó Gonzalo de golpe
- ¿Alvaro?- Dri empalideció
- Si, Alvaro.. veras, es que…- siguió Gonzalo sin fijarse en que las manos de Driade habían comenzado a temblar. Pero Alejandro si lo notó
- Gonzalo…- dijo mirando a su amigo con una clara advertencia en la mirada. Gonzalo entendió que la estaba poniendo nerviosa y guardó silencio. Alejandro asintió levemente con la cabeza y miró a Driade
- ¿Driade, verdad?- al asentir ella con la cabeza, Ale sonrió y Dri sintió un escalofrío- Alvaro está en la cárcel… y necesitamos tu ayuda. El confía en ti… y por lo tanto eso te convierte en una persona de mi máxima confianza también. Alvaro es mi prioridad ahora mismo… y necesito que le ayudes…
Dríade sintió un nudo en la garganta al oírle hablar, pero contuvo las lágrimas con todas las fuerzas que consiguió reunir. Alvaro era su fantasma, su mundo perdido, su ilusión robada. Tenia miedo de que volviera a convertirse en su prioridad… pero se engañaba a si misma si pensaba que alguna vez habia dejado de serlo.
- ¿Qué es lo que puedo hacer yo? Soy una simple secretaria.. yo…
- Dri…- Gonzalo intervino de nuevo- necesitamos sacar a Alvaro de la cárcel…
- ¿Sacarlo de la cárcel? – Driade pegó un respingo en la silla, justo en el momento en que el camarero se acercaba a la mesa. Los tres cortaron la conversación y pidieron algo para beber. Aunque ninguno de ellos estaba seguro de poder ingerir nada.
- Dri… necesitamos las claves…- siguió Gonzalo cuando el camarero se hubo marchado
- Es una locura…- dijo ella negando con la cabeza- no puedo… no puedo…
Alejandro no sabia muy bien a que se referían. Pero si tanto Alvaro como Gonzalo pensaban que esas claves eran importantes, él estaba dispuesto a convencerla como fuera para que las diera
- Es el pellejo de Alvaro el que está en juego..- decía Gonzalo en aquel momento
- ¿Y si me pilla?- Driade realmente estaba asustada
- Estamos a tu lado.. no te dejaremos sola…- contestó Alejandro
- No es por mi… es mi hermana. Mi hermana está en medio… Si descubre que tengo las claves y que las uso…- se llevó una mano a la boca- tengo miedo..
Alejandro la cogió de una mano y se la apretó.- No quiero obligarte a nada… quiero que nos ayudes porque realmente quieres hacerlo. No se muy bien de que va todo esto… yo solo quiero sacar a mi primo… que sea libre… que busque justicia… Tu me puedes ayudar a mi… y puedes ayudarlo a él.. – le apretó mas la mano y notó que por el rostro de ella, rodaban lágrimas- no se si él ha significado algo en tu vida… no se hasta que punto puedes involucrarte en algo tan serio como ayudar a escapar a un preso por alguien que no ha sido importante para ti… y no se hasta que punto tenemos derecho a pedirte esto. Pero egoístamente te diría que daría cualquier cosa por tener la llave yo mismo y no involucrar a nadie… y menos a ti o a tu hermana…
Dri se secó las lágrimas con la mano libre y miró a Gonzalo que la miraba con expresión seria. Ayudar a Alvaro era lo que mas quería ella en el mundo. Ella quería verlo libre, feliz, completo. Aunque no fuera con ella. Miró a los dos, uno tras otro a la cara
- Dadme unas horas. Tengo que buscarlas. Mañana a esta misma hora quedamos aquí mismo y os traigo las claves. Y también las llaves de la casa. Alvaro sabe que las tengo… y se que las querrá.
- Gracias Driade…- le dijo Gonzalo y alzó los brazos como si no se le ocurriera decir nada mas- gracias…
Alejandro sonrió ampliamente y Driade se levantó. Aquella sonrisa hizo que se le encogiera tanto el corazón. Pero no dijo nada. Se limitó a devolverle la sonrisa, y a marcharse justo cuando el camarero llegaba con las bebidas.
- ¿Se puede saber de que claves estabais hablando?- le preguntó
Alejandro a Gonzalo cuando el camarero volvió a marcharse
- Las claves para la libertad de Alvaro, Ale…las claves a las cuentas de Diego y todo el patrimonio de Bulevar….
- Dios santo…
- No…- contestó Gonzalo bebiendo de su cerveza- esta vez Dios no ha tenido nada que ver…
Beatriz se movió inquieta en la cama de hospital donde estaba acostada y miró a Santi que estaba sentado en una silla justo a su lado
- ¿Cuándo me van a dar de alta?- protestó
Santi la miró de forma distraída.- Hasta que no se cercioren que fue únicamente nervios, tendrás que quedarte aquí.
Bea no contestó. Aún se sentía muerta en vida tras su episodio con Alvaro y también impresionada por la presencia de aquel hombre tan parecido al hombre que tanto amaba. No se habia atrevido a preguntar quien era… tampoco creía que Santi lo supiera.
- ¿Aún sigue la juez fuera?- preguntó intentando pensar en otra cosa
- Si.. quiere hablar contigo antes de irse. Supongo que estará interesada en el resultado del vis a vis
Bea ladeó la cabeza ante el tono de su amigo. Le conocía demasiado bien
- No estas de acuerdo con que haya ido a ver a Alvaro, ¿verdad?
- Simplemente dejemoslo en que no entiendo porque te torturas de esa manera…
- Necesitaba verle…
- Ya…¿sabes como se puede poner Nacho si se entera de esto?
- Pero no se va a enterar..- dijo ella incorporándose de golpe- porque nadie se lo va a contar…
- ¿Estás loca?- Santi hizo ese movimiento suyo con la cabeza tan característico- soy demasiado joven para que estalle la tercera guerra mundial… aunque viene para aca…
- ¿Qué viene?¿Quien le ha llamado?
- Pues yo…¿Qué querías?¿Que se enterase por otra persona y me mandara a los leones?
- Santi.. por favor… no necesitaba un sermón de Nacho ahora..
- Tenia que llamarle Beatriche…- le sonrió con ternura- aunque me alegra mucho que estés bien… me asusté mucho cuando me dijeron que estabas aquí…
- Gracias Santi… - ella le devolvió la sonrisa- me alegra que estes aquí… sólo espero que mi padre no se enfade por no haberle llamado…
- Eso me recuerda….- Santi se levantó de un salto- que no he llamado a mi cucu y tiene que estar muy mosqueada conmigo…- le dio un beso en la mejilla- ahora vengo..
Bea sonrió de nuevo, aunque cuando Santi desapareció, la tristeza se apoderó de su expresión. Quería correr de nuevo a la cárcel y perderse entre los brazos de Alvaro.. ocupar su lugar, llenar su tristeza de nuevas ilusiones. Quería salvarle… llegar hasta él… hacer que volviera a amarla… pero sobretodo quería amarle, cuidarle.. devolverle la vida que le habia arrebatado… ser de nuevo parte de él. Sintió que las lágrimas la traicionaban y cuando iba a abandonarse a ellas, se abrió la puerta y apareció la jueza.
- Me alegra que esté despierta Beatriz…. Creo que es hora de que hablemos… y ya sabe de lo que quiero hablar… - la miró seria- de Alvaro Aguilar…
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