martes, 10 de junio de 2008

Capítulo 47

Diego y Nacho bajaron a la calle seguidos de Ana justo cuando el tiroteo comenzaba. Diego se detuvo en la puerta del edificio, pensando seriamente en salir, mientras Nacho se adelantaba hasta la calle, abriéndose paso entre la gente que salía corriendo despavorida hacia el interior de Bulevar. Diego acabó por ser barrido por la multitud y se escabulló hacia el ascensor, mientras Ana seguía a Nacho como podía hacia el lado contrario: el exterior.
La policía disparaba al grupo armado y el caos no dejaba ver absolutamente nada. En ese momento, llegó otro coche con Cris y Laura dentro de él. Cris detuvo el coche con un frenazo y se bajaron del coche, mientras se agachaban al lado. Laura divisó a Gonzalo, que escondido tras otro coche, miraba la escena horrorizado. No lo pensó, y ante la mirada asombrada de Cris, corrió hacia Gonzalo
- ¿Qué haces aquí?- le preguntó intentando hacerse oir con el estruendo de los disparos
- Me enteré de la situación de Alvaro y tenia que venir..¡ se ha vuelto loco!- exclamó con sinceridad
- Si, completamente loco…¡pero vámonos de aquí si no quieres que nos maten a todos!
- Necesito saber que va a pasar con él… no puedo irme…- le dijo con desesperación
Laura se mordió los labios ante el tono desesperando de Gonzalo, y le tomó la mano, casi sin darse cuenta, como para hacerle entender que ella estaba allí con él… que no le abandonaría. Gonzalo la miró con ternura y le apretó la mano, mientras se agachaban aún mas, ante la crudeza del fuego cruzado.
Alvaro cubrió el cuerpo de Bea con el suyo, mientras, asustado, escondía la cabeza en el cuello de ella. La oía llorar, asustada, mientras se apretaba contra él. Alzó un poco la cabeza para mirarla, a pesar de que las balas siseaban en el aire
- ¿Estás bien? Dios Bea.. dime que estás bien…-le preguntó, asustado
Ella afirmó con la cabeza, entre lágrimas, mientras en un impulso, pasaba las manos por el cuerpo de Alvaro, en un mudo intento de saber si él se encontraba bien. Él la miró en silencio, sin saber como tomarse ese gesto. En ese momento, una bala pasó justo por encima de su cabeza y Alvaro la volvió a apretar contra el suelo. La pistola que el guardia le habia dado descansaba en la mano de Alvaro, por encima de la cabeza de ell
- No te muevas.. sobretodo no te muevas…- le susurró él al oído
- Nos van a matar..- dijo ella entre sollozos- Alvaro….- Bea le llamó, quería decirle de nuevo que le amaba, que no le importaba nada mas.
Pero para cuando él la miró y los dos se perdieron en esa mirada, unas manos fuertes, levantaron a Álvaro del suelo, haciendo que Bea ahogara un grito.
- Vamos marquesito…nos vamos de este infierno!- le dijo una ruda voz a través del ruido de las balas.
Alvaro lo miró sin reconocerlo y cuando fue a agacharse para tirar de Bea, el hombre volvió a tirar de él
- ¡Déjala tio!¡ No tenemos tiempo para citas románticas!
Alvaro lo miró.- No se quien coño eres… pero ella se viene conmigo..¿está claro?
El hombre se alzó de hombros y tiró de él de nuevo, mientras Alvaro tiraba de Bea y la levantaba del suelo.
Susana miró al inspector de policia que con toda la parsimonia del mundo, se sentaba en una silla frente a ella y la miraba. Pheebs, desde atrás, hacia muecas para atraer la atención de su amiga, pero Sue no estaba por la labor.
- ¿Esto se va a demorar mucho?- le preguntó al policia
Zarek la miró enarcando una ceja.-¿Tiene prisa, señorita?
- Para usted, juez. Y si… tengo prisa. El agredido es amigo mío y me gustaría saber como está
- Vaya, vaya… asi que amigo suyo…¿usted fue entonces quien le otorgó el vis a vis, no?
- La verdad es que no..- dijo ella con énfasis- se lo otorgué a una tal Lucía Pérez que no se muy bien si apareció
- Es decir, que usted no sabe que hacía el agredido en la sala de visitas
- Pues no.. no lo sabia- intervino Pheebs adelantándose- vamos, nosotras vinimos porque el agredido, como usted sabiamente le llama, está como un bombón de chocolate relleno y queríamos….
- Cállate Di- le dijo Susana mirándola- creo que eso no le importa al comisario
- Inspector..- corrigió Zarek
- Capitán inspector, cosi..- la regañó Pheebs
- Inspector a secas- dijo Zarek mirando a la ayudante
- ¿A secas? ¿Y ese que cargo es?
Susana puso los ojos en blanco y miró a su amiga queriendo fulminarla con la mirada. Pheebs no le hizo caso
- Vamos, señor policia…
- Inspector..- volvió a corregir Zarek, ya molesto
- Buenooo, inspector- contestó ella- verá, no se moleste lo que le vaya a decir…. pero no nos puede acusar de querer ver a un bombón, asi, como usted…
El policia la miró con la dos cejas arqueadas y Susana perdió la paciencia
- Pheebs…¿vas a tu mesa a llamar al hospital? Por favor, ve a averiguar cómo van las cosas…
- Pero…
- Di… por favor..- siseó Susana entre dientes
- Valeeee- Pheebs se acercó a la puerta y la abrió, no sin ante mirar al policia que no la miraba. Le hizo un gesto a su amiga de “Woooow” y salió del despacho
- Tendrá que disculparla…- le dijo Susana a Zarek nada más salir su amiga del despacho
Zarek sonrió y meneó la cabeza.- No se aburre con ella eh?
- Pues no..- Susana sonrió con ternura- es como una especie de tsunami…- se irguió en la silla y le miró- por favor… ¿alguna pregunta mas?
- Si..¿de que conocía usted al agredido?
- De verlo por aquí. Es el primo de Alvaro Aguilar. Hablamos un par de días y nos caimos bien
- ¿Le pidió en algún momento alguna cosa hacia su familiar?
- Nunca..- Susana frunció el ceño al recordar cuando le pidió que le dejara entrar en la sala para calmar a Alvaro- no nada legal, me refiero
- ¿Y algo personal?- Zarek la miró, expectante
- Si es personal….¿cómo contarlo?- dijo ella, seria, y Zarek levantó las manos en señal de rendición
- Muchas gracias… juez…- Zarek se levantó- querría volver a hablar con usted… cuando no tenga tanta prisa…
Susana también se levantó.- Llame primero a mi oficina…
- Lo haré..- Zarek se dirigió a la puerta y al salir vio a Pheebs en su mesa, colgada del teléfono. Ella se le quedó mirando y Zarek solo pudo saludarle con la cabeza, antes de marcharse y comenzar a reir
El hombre tiró de Alvaro con mas fuerza, cuando la policia dio la voz de alarma al comprobar que el preso se estaba moviendo. El fuego se agudizó de forma violenta y Alvaro apretó a Bea contra si, al borde del pánico. Ella lloraba y se aferró a él con fuerza, mientras prácticamente corrían hacia el coche que Alvaro había dejado aparcado.
- ¡Date prisa joder!- le gritó el hombre a Alvaro- ¡coge el puñetero coche y vuela de aquí!
Alvaro se tiró hacia el coche, dejando a Bea tras de si. Las balas pasaron rozando, sintiendo incluso el olor a pólvora y se encogió. El hombre que les habia llevado hasta allí, gritó algo, pero Alvaro no le escuchó. Había visto a Gonzalo mas allá del cordón policial, y la culpabilidad hizo mella en él. Ahora sabía que les había fallado a todos… y sobretodo a si mismo.
Fue mucho mas rápido que ni siquiera le dio tiempo a pensar. Vio la expresión de pánico de Gonzalo y se giró casi por inercia, para mirar a su espalda. Un policia lo apuntaba directamente con la pistola, intentando que no montara en el coche. Alvaro lo vio todo rojo en un instante y sólo pudo pensar que aquella bala podía darle a Bea, que aquella bala podía matarla. Saltó hacia delante, cubriéndola con su cuerpo, mientras el hombre volvia a gritar y él sentía un dolor lacerante en el costado que le hizo trastabillar contra el coche.

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