Nacho salió de su despacho con una carpeta en la mano y se dirigió al nuevo despacho de Bea. Se detuvo justo en la puerta y se tocó la cara un tanto nervioso. No sabía cómo encarar el tema… de hecho, no sabía que hacer con respecto a nada. Cogió aire y abrió la puerta sin llamar. Bea levantó la cabeza al oírle entrar e intentó sonreir, pero sólo le salió una mueca. Nacho, al notarlo, se sintió peor
- ¿Sigues dándole vueltas?- preguntó él con expresión seria
- No lo puedo evitar…- dijo ella dejándose caer hacia atrás en el respaldo de la silla
Nacho no supo que contestarle. Sentía que en cierta manera la había fallado y que no podía hacer nada al respecto. Sabía muy bien, que aunque ahora le ofreciera una solución, el mal ya estaba hecho… y toda la culpa era suya.
- No te eches la culpa…- dijo Bea en un susurro dolido- ya no merece la pena
- He encontrado una persona que puede ayudarle…- dijo alargándole el dossier que aún llevaba en la mano- es la mejor que he podido encontrar…
Bea le miró.- Nacho, de verdad que no…
- Deja que haga algo bien.. por favor Beatriz- la interrumpió él
Ella no le contestó. Se mordió los labios y levantándose de la silla, se dirigió hacia él, cogiendo el dossier que aún le tendía. Lo abrió, pero ni siquiera consiguió leer una sola sílaba. Miró a Nacho que tenia la vista fija en el suelo, y en un impulso, le abrazó. Él le devolvió el abrazo con fuerza, perdiéndose en ella
- Lo siento Bea.. lo siento tanto…
- No me has decepcionado..¿me oyes? Jamás podrías lograr algo asi..
Alvaro se levantó de la cama y caminó diez pasos.. lo justo que le daba la largura de la celda. Volvió sobre sus pasos hacia la litera, y repitió el camino hacia la pared contraria. No hacia caso de los resoplidos de impaciencia de su compañero de encierro, ni tampoco los escuchaba. La ira y la desesperación le llenaban el alma y la mente. La peor de su pesadilla se había hecho realidad… y no solo era que Bea ya jamás iba a estar en su vida, si no que iba a tener que pagar el resto de su vida por haberla querido.
Odiaba su corazón, su fragilidad, el haberla amado hasta llorar por dentro. Odiaba haberla creído, haberla salvado. Ella le había traicionado.. y él pagaría por haber sido tan idiota. Golpeó la pared con fuerza, como tantas otras veces en las últimas horas, haciéndose daño, pero sin sentirlo, sin importarle. Quería gritar de rabia, golpear, destrozar. Decirle a la cara que de verdad jamás la había querido.. que sólo había sentido pena… que era una más… una más absolutamente olvidable y prescindible. Pero sabia que no serviría de nada… que a ella no le dolía nada de lo que él pudiera decirle…. Aunque tuviera la oportunidad de hacerlo.
- Marquesito… me estás poniendo negro tio.. deja ya de marear, y siéntate- dijo el Anguila sentándose en su litera
- Déjame en paz- contestó Alvaro de malas maneras
- Ey, ey.. conmigo no la pagues que te reviento a ostias, eh? Que tu churry resultara ser al final un zorrón de mucho cuidado no es culpa mia.. ¿entendido?- dijo amenazante
- Claro…- Alvaro lo miró con rabia y volvió a pasearse por la celda. Las ganas de gritar y de destrozar aumentaban por momentos.
En ese momento llegó Muñoz y Alvaro detuvo su caminata. Anguila se puso de pie enseguida. El celador abrió la puerta y miró a Alvaro
- Aguilar, tienes visita- dijo con sorna
- No me apetece ver a nadie, jefe- contestó Alvaro mirándole
- No creo que estés en posición de rechazar esta visita marquesito…- dijo Muñoz con altanería- es tu nueva abogada
- ¿ Mi nueva abogada?- Alvaro se extrañó y avanzó un paso- yo no he pedido ninguna abogada
- No me hagas perder la paciencia Aguilar… y mueve el culo de una buena vez
Alvaro no le contestó y tras mirar a su compañero que permanecía en silencio, precedió a Muñoz por el pasillo, hasta el locutorio de visitas.
Al entrar, vió a una chica sentada, que se levantó al verle. Alvaro la miró con fijeza
- Tienes 5 minutos Aguilar…- le informó Muñoz
Alvaro quiso contestarle que ya lo sabía, pero se contuvo. Se acercó a la silla frente al cristal, pero no se sentó
- ¿Quién es usted?- preguntó con desconfianza
- Me llamo Cristina y soy…
- Yo no he pedido a ninguna abogada. Creo que la sentencia está más que clara..- la interrumpió Alvaro- ahora si me disculpa…
- Déjeme hablar, señor Aguilar- le dijo ella viendo que se giraba para marcharse- Sólo tengo cinco minutos…- dijo él con ironía
- Lo se..y por eso seré breve- Cris cogió aire- estoy aquí porque creo que puede sacarlo de aquí. Su defensa en el juicio fue débil y mal preparada, y creo que el fiscal se ensañó de mala manera. Tiene muchos enemigos, señor Aguilar.. pero yo estoy dispuesta a defenderlo de todos ellos, si me deja…
Alvaro no contestó de inmediato. Le asombraba enormemente la pasión con la que le hablaba… y que alguien por fin le reconociera que su defensa habia sido una auténtica chapuza. Suspiró y se acercó un paso al cristal
- ¿Quién te ha mandado? – le preguntó bajando el tono agresivo de su voz
Cris cogió aire de nuevo y se irguió todo lo que permitió su estatura, que no era poca
- Eso no importa… lo que importa es que tengo esperanzas de poder sacarle de aquí… y lo único que necesito es que confíe en mi. Puedo reabrir el caso y pedir que se haga una nueva recopilación de datos
- No confío en nadie, señorita..- contestó Alvaro sin dejar de mirarla- confiar es lo que me ha llevado a una condena de 15 años sin posibilidad de reducción.
- Eso puede cambiar señor Aguilar…déjeme demostrarle cuanto…- se acercó más al cristal y lo miró de frente- de todas maneras, no tiene nada que perder
Alvaro bajó la cabeza y soltó una carcajada amarga.- ¿Se piensa que no tengo nada que perder, señorita? – dijo volviendo a mirarla- quizá no… pero aún me queda mi dignidad. Perdí parte de ella en el juicio, viendo como la gente que jamás pensé que me traicionaría, lo hizo sin bajar la cabeza… No quiero que esa gente piense que sigo desesperado por mi libertad… no quiero que tengan la más mínima oportunidad de verme derrotado.
- ¿Y cree sinceramente que a pesar de no verlo, no lo están celebrando y sabiendo que va a pudrirse aquí? Quince años le quitarán toda la vida señor Aguilar…toda la vida
- ¿Cree que no lo sé?- el tono de él fue duro
- Pues si lo sabe, déjeme ayudarle a salir de aquí… a demostrarles que no está derrotado…
Alvaro volvió a reir.- ¿Y que va a hacer? ¿Ayudarme a escapar con una cuchara?- acercó la cara al cristal, con la mano apoyada en él- déjeme darle un consejo señorita…
- Huete, Cristina Huete
- Pues señorita Huete.. déjeme decirle que más vale que se dedique a otros que tengan más esperanzas que yo…no pierda su tiempo conmigo-se giró para marcharse, sabiendo, que ya habían pasado los 5 minutos de su tiempo de visita. Pero la voz de la abogada le detuvo de nuevo
- La condena por alzamiento de bienes en este país, va desde los 6 meses hasta los 4 años- le explicó en voz alta y clara- si a eso le juntamos los 5 o 6 delitos que el fiscal se sacó de la manga, podemos sumar los 15 años que le han puesto…. Pero le aseguro que la totalidad de esos 5 delitos son totalmente irregulares…
Alvaro se giró hacia ella una vez mas.- ¿Me está diciendo que el juez pasó por alto todas esas irregularidades?
- No lo se…- Cris puso la mano sobre el cristal- déjeme ayudarle…
Alvaro miró a Muñoz que ya le abría la puerta y avanzó un paso hacia la salida del locutorio. Antes de salir, se detuvo y habló sin girarse
- Haga lo que tenga que hacer… Cristina. Como ya ha dicho anteriormente… no tengo nada que perder.
Cris sonrió ante la respuesta de Alvaro y le miró mientras desaparecía de su vista. Tenía mucho trabajo por delante… pero haría lo necesario para ganar aquella guerra. Lo que fuera necesario
Diego salió de su despacho tatareando una cancioncilla que había escuchado aquella mañana en la radio del coche. Llevaba su inseparable maletín y el tiempo justo para acudir a su cita de las 3 de la tarde con Lecter Group. Aún tenía en mente algunas cosas que tenía pendientes para esa misma tarde, pero sabía que su nueva secretaria, Marie, se lo haría todo en unas pocas horas. Había lamentado la pérdida de Estela a su lado, más que nada porque era una nueva batalla ganada por Beatriz y su condenado novio, pero la “adquisición” de Marie, había sido todo un acierto. Sólo le faltaba que ella le llevara todas las finanzas y se podría relajar de verdad y hacer lo que más le gustaba en la vida: hundir a los Aguilar.
Cuando estaba a punto de coger el ascensor, le salió al paso su hermana Cayetana. Parecía preocupada, pero él sólo lo vió como una distracción
- Diego…- empezó Caye
- ¿Qué pasa, hermanita?- suspiró el director general- tengo algo de prisa
- Tengo que comentarte algo importante Diego.. las cosas se están empezando a complicar…
- ¿Qué ocurre ahora?
- Es Jota…- dijo ella- lo ha hecho…
- ¡Por dios Cayetana! ¿Me vas a decir que ha hecho ese petímetre o tengo que averiguarlo yo con un detective privado?- gritó ya Diego impaciente
Cayetana cogió aire y lo soltó lentamente.- Jota ha comprado Lecter Group…- soltó del golpe
- ¿Qué?- el grito de Diego se escuchó en toda la revista, haciendo que los empleados se paralizaran
- Ha salido en todos los noticieros de la tarde… y eso no es lo peor…
Diego se atusó el cuello de la camisa, mientras esperaba peores noticias
- Ha presentado una oda sobre Bulevar…. Quiere comprar la revista, Diego.
- ¿Sigues dándole vueltas?- preguntó él con expresión seria
- No lo puedo evitar…- dijo ella dejándose caer hacia atrás en el respaldo de la silla
Nacho no supo que contestarle. Sentía que en cierta manera la había fallado y que no podía hacer nada al respecto. Sabía muy bien, que aunque ahora le ofreciera una solución, el mal ya estaba hecho… y toda la culpa era suya.
- No te eches la culpa…- dijo Bea en un susurro dolido- ya no merece la pena
- He encontrado una persona que puede ayudarle…- dijo alargándole el dossier que aún llevaba en la mano- es la mejor que he podido encontrar…
Bea le miró.- Nacho, de verdad que no…
- Deja que haga algo bien.. por favor Beatriz- la interrumpió él
Ella no le contestó. Se mordió los labios y levantándose de la silla, se dirigió hacia él, cogiendo el dossier que aún le tendía. Lo abrió, pero ni siquiera consiguió leer una sola sílaba. Miró a Nacho que tenia la vista fija en el suelo, y en un impulso, le abrazó. Él le devolvió el abrazo con fuerza, perdiéndose en ella
- Lo siento Bea.. lo siento tanto…
- No me has decepcionado..¿me oyes? Jamás podrías lograr algo asi..
Alvaro se levantó de la cama y caminó diez pasos.. lo justo que le daba la largura de la celda. Volvió sobre sus pasos hacia la litera, y repitió el camino hacia la pared contraria. No hacia caso de los resoplidos de impaciencia de su compañero de encierro, ni tampoco los escuchaba. La ira y la desesperación le llenaban el alma y la mente. La peor de su pesadilla se había hecho realidad… y no solo era que Bea ya jamás iba a estar en su vida, si no que iba a tener que pagar el resto de su vida por haberla querido.
Odiaba su corazón, su fragilidad, el haberla amado hasta llorar por dentro. Odiaba haberla creído, haberla salvado. Ella le había traicionado.. y él pagaría por haber sido tan idiota. Golpeó la pared con fuerza, como tantas otras veces en las últimas horas, haciéndose daño, pero sin sentirlo, sin importarle. Quería gritar de rabia, golpear, destrozar. Decirle a la cara que de verdad jamás la había querido.. que sólo había sentido pena… que era una más… una más absolutamente olvidable y prescindible. Pero sabia que no serviría de nada… que a ella no le dolía nada de lo que él pudiera decirle…. Aunque tuviera la oportunidad de hacerlo.
- Marquesito… me estás poniendo negro tio.. deja ya de marear, y siéntate- dijo el Anguila sentándose en su litera
- Déjame en paz- contestó Alvaro de malas maneras
- Ey, ey.. conmigo no la pagues que te reviento a ostias, eh? Que tu churry resultara ser al final un zorrón de mucho cuidado no es culpa mia.. ¿entendido?- dijo amenazante
- Claro…- Alvaro lo miró con rabia y volvió a pasearse por la celda. Las ganas de gritar y de destrozar aumentaban por momentos.
En ese momento llegó Muñoz y Alvaro detuvo su caminata. Anguila se puso de pie enseguida. El celador abrió la puerta y miró a Alvaro
- Aguilar, tienes visita- dijo con sorna
- No me apetece ver a nadie, jefe- contestó Alvaro mirándole
- No creo que estés en posición de rechazar esta visita marquesito…- dijo Muñoz con altanería- es tu nueva abogada
- ¿ Mi nueva abogada?- Alvaro se extrañó y avanzó un paso- yo no he pedido ninguna abogada
- No me hagas perder la paciencia Aguilar… y mueve el culo de una buena vez
Alvaro no le contestó y tras mirar a su compañero que permanecía en silencio, precedió a Muñoz por el pasillo, hasta el locutorio de visitas.
Al entrar, vió a una chica sentada, que se levantó al verle. Alvaro la miró con fijeza
- Tienes 5 minutos Aguilar…- le informó Muñoz
Alvaro quiso contestarle que ya lo sabía, pero se contuvo. Se acercó a la silla frente al cristal, pero no se sentó
- ¿Quién es usted?- preguntó con desconfianza
- Me llamo Cristina y soy…
- Yo no he pedido a ninguna abogada. Creo que la sentencia está más que clara..- la interrumpió Alvaro- ahora si me disculpa…
- Déjeme hablar, señor Aguilar- le dijo ella viendo que se giraba para marcharse- Sólo tengo cinco minutos…- dijo él con ironía
- Lo se..y por eso seré breve- Cris cogió aire- estoy aquí porque creo que puede sacarlo de aquí. Su defensa en el juicio fue débil y mal preparada, y creo que el fiscal se ensañó de mala manera. Tiene muchos enemigos, señor Aguilar.. pero yo estoy dispuesta a defenderlo de todos ellos, si me deja…
Alvaro no contestó de inmediato. Le asombraba enormemente la pasión con la que le hablaba… y que alguien por fin le reconociera que su defensa habia sido una auténtica chapuza. Suspiró y se acercó un paso al cristal
- ¿Quién te ha mandado? – le preguntó bajando el tono agresivo de su voz
Cris cogió aire de nuevo y se irguió todo lo que permitió su estatura, que no era poca
- Eso no importa… lo que importa es que tengo esperanzas de poder sacarle de aquí… y lo único que necesito es que confíe en mi. Puedo reabrir el caso y pedir que se haga una nueva recopilación de datos
- No confío en nadie, señorita..- contestó Alvaro sin dejar de mirarla- confiar es lo que me ha llevado a una condena de 15 años sin posibilidad de reducción.
- Eso puede cambiar señor Aguilar…déjeme demostrarle cuanto…- se acercó más al cristal y lo miró de frente- de todas maneras, no tiene nada que perder
Alvaro bajó la cabeza y soltó una carcajada amarga.- ¿Se piensa que no tengo nada que perder, señorita? – dijo volviendo a mirarla- quizá no… pero aún me queda mi dignidad. Perdí parte de ella en el juicio, viendo como la gente que jamás pensé que me traicionaría, lo hizo sin bajar la cabeza… No quiero que esa gente piense que sigo desesperado por mi libertad… no quiero que tengan la más mínima oportunidad de verme derrotado.
- ¿Y cree sinceramente que a pesar de no verlo, no lo están celebrando y sabiendo que va a pudrirse aquí? Quince años le quitarán toda la vida señor Aguilar…toda la vida
- ¿Cree que no lo sé?- el tono de él fue duro
- Pues si lo sabe, déjeme ayudarle a salir de aquí… a demostrarles que no está derrotado…
Alvaro volvió a reir.- ¿Y que va a hacer? ¿Ayudarme a escapar con una cuchara?- acercó la cara al cristal, con la mano apoyada en él- déjeme darle un consejo señorita…
- Huete, Cristina Huete
- Pues señorita Huete.. déjeme decirle que más vale que se dedique a otros que tengan más esperanzas que yo…no pierda su tiempo conmigo-se giró para marcharse, sabiendo, que ya habían pasado los 5 minutos de su tiempo de visita. Pero la voz de la abogada le detuvo de nuevo
- La condena por alzamiento de bienes en este país, va desde los 6 meses hasta los 4 años- le explicó en voz alta y clara- si a eso le juntamos los 5 o 6 delitos que el fiscal se sacó de la manga, podemos sumar los 15 años que le han puesto…. Pero le aseguro que la totalidad de esos 5 delitos son totalmente irregulares…
Alvaro se giró hacia ella una vez mas.- ¿Me está diciendo que el juez pasó por alto todas esas irregularidades?
- No lo se…- Cris puso la mano sobre el cristal- déjeme ayudarle…
Alvaro miró a Muñoz que ya le abría la puerta y avanzó un paso hacia la salida del locutorio. Antes de salir, se detuvo y habló sin girarse
- Haga lo que tenga que hacer… Cristina. Como ya ha dicho anteriormente… no tengo nada que perder.
Cris sonrió ante la respuesta de Alvaro y le miró mientras desaparecía de su vista. Tenía mucho trabajo por delante… pero haría lo necesario para ganar aquella guerra. Lo que fuera necesario
Diego salió de su despacho tatareando una cancioncilla que había escuchado aquella mañana en la radio del coche. Llevaba su inseparable maletín y el tiempo justo para acudir a su cita de las 3 de la tarde con Lecter Group. Aún tenía en mente algunas cosas que tenía pendientes para esa misma tarde, pero sabía que su nueva secretaria, Marie, se lo haría todo en unas pocas horas. Había lamentado la pérdida de Estela a su lado, más que nada porque era una nueva batalla ganada por Beatriz y su condenado novio, pero la “adquisición” de Marie, había sido todo un acierto. Sólo le faltaba que ella le llevara todas las finanzas y se podría relajar de verdad y hacer lo que más le gustaba en la vida: hundir a los Aguilar.
Cuando estaba a punto de coger el ascensor, le salió al paso su hermana Cayetana. Parecía preocupada, pero él sólo lo vió como una distracción
- Diego…- empezó Caye
- ¿Qué pasa, hermanita?- suspiró el director general- tengo algo de prisa
- Tengo que comentarte algo importante Diego.. las cosas se están empezando a complicar…
- ¿Qué ocurre ahora?
- Es Jota…- dijo ella- lo ha hecho…
- ¡Por dios Cayetana! ¿Me vas a decir que ha hecho ese petímetre o tengo que averiguarlo yo con un detective privado?- gritó ya Diego impaciente
Cayetana cogió aire y lo soltó lentamente.- Jota ha comprado Lecter Group…- soltó del golpe
- ¿Qué?- el grito de Diego se escuchó en toda la revista, haciendo que los empleados se paralizaran
- Ha salido en todos los noticieros de la tarde… y eso no es lo peor…
Diego se atusó el cuello de la camisa, mientras esperaba peores noticias
- Ha presentado una oda sobre Bulevar…. Quiere comprar la revista, Diego.
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