martes, 10 de junio de 2008

Capítulo 24

Alejandro lo abrazó a su vez, intentando calmarlo, que se desahogara, que se tranquilizara. Miró hacia la puerta, donde los guardias miraban la escena, y vio a la mujer morena en la puerta, la que le habia dado permiso para entrar. La mujer le hacia una seña a los guardias para que se retiraran. Los guardias lo hicieron, dejándola a ella en la puerta
- Os dejo unos minutos…- dijo ella casi en un susurro, mirándolo intensamente- dejaré un guardia tras la puerta para que se lo lleve cuando acabéis. Por favor, que sea rápido
Alejandro la miró y sonrió mientras afirmaba lentamente con la cabeza.
Ella no le devolvió la sonrisa, perdida en su mirada oscura, pero si vio su asentimiento, y eso fue la señal para dejar solos a los primos.
Alejandro, al saberse solo, apretó con fuerza a Alvaro contra si.
- Alvaro.. tranquilízate… por favor…- pidió casi suplicante. Como pudo, lo condujo hacia la cama, volcada y lo sentó sobre el colchón, sentándose a su lado. Lo apartó un poco de él, interrumpiendo el abrazo
Se quedaron en silencio. Ambos. Uno intentando tranquilizarse.. otro respetando su tiempo. Un tiempo de silencio que los dos necesitaban.
Uno para asimilar todo lo que acababa de pasar. El otro para asimilar que su primo, casi su hermano, ya no era ni la sombra de lo que habia sido una vez. Antes de tomar las riendas de Bulevar 21 y tener a Diego oliéndole el cogote… antes de conocer a Bea y enamorarse de ella como un desesperado. Antes de perder sus sueños e ilusiones en una celda de 20 metros cuadrados.
Tras varios minutos, Alvaro consiguió tranquilizarse lo suficiente como para poder mirar a Alejandro
- ¿Por qué ha venido, Ale?¿Porque? ¿Para hacer mi vida aún mas miserable?¿Para recordarme que yo sigo aquí y ella ahí fuera, lejos de mi, lejos de mi vida, de mi propia cordura?
Alejandro no necesitó preguntar a quien se refería. La presencia de Bea en la penitenciaria era respuesta suficiente.
- No te tortures mas Alvaro…
- ¿Sabes a que ha venido?¡A reírse de mi!¡ A decirme que me ama cuando es mentira!- gritó Alvaro casi rallando la histeria de nuevo- ¡ella me hundió, mintió en el juicio! ¿Y ahora dice que me ama?
Alejandro se sintió bloqueado sin saber que decirle. Quería sacarle de allí, darle paz, que se sintiera bien. Y no conseguirlo, hacia que el sentimiento de impotencia le consumiera. Le cogió el rostro con las dos manos, intentando que lo mirara
- Alvaro.. confía en mi.. todo va a salir bien.. todo…
- ¿¿Cómo va a salir bien??- gritó su primo, mientras seguía llorando con desesperación- ¿cómo si el muro que me habia construido contra ella, me lo acaba de destrozar? ¿Cómo, si me muero por ella?
Alvaro lloraba de forma desgarradora, sin poderse contener. Alejandro también habia comenzado a llorar, sintiendo que la impotencia lo desgarraba por dentro
- ¿Qué puedo hacer, Alvaro?- preguntó sumido en llanto
- Sácame de aquí… - Alvaro cogió a Alejandro de las solapas de la - chaqueta – sácame de aquí…
- Pero..
- ¡Prometemelo Alejandro! Solo te tengo a ti… solo…por favor.. ayudame.. por favor…
Alejandro guardó silencio sin saber que contestarle. El quería mas que nadie que Alvaro saliera de allí… que recuperara su vida, que recuperara su libertad. Pero estaba condenado a 15 años… 15 años. Y ya tenia abogados intentando sacarle de allí. Lo que significaba que la ley no estaba de su parte precisamente. Alvaro se secó las lágrimas y miró a su primo como si de repente un rayo de esperanza se hubiera colado en su alma
- Hay una chica… Driade…búscala. Ella.. ella..- se volvió a secar las lágrimas- ella te podrá ayudar..
- ¿Ayudarme a que? Alvaro…- Alejandro guardó silencio de golpe, empezando a comprender. Miró a su primo con gravedad, sabiendo que era capaz de hacer cualquier cosa por él, cualquier cosa- hablaré con ella… te lo prometo..
Alvaro asintió con la cabeza y se limpió las lágrimas de nuevo. Aún temblaba, aún tenía el alma destrozada, pero la luz del túnel era algo mas limpia. Confiaba en Alejandro mas que en si mismo… y se lo habia prometido. Se levantó del colchón, haciendo que su primo también se levantara y le abrazó
- Dios, no sabes como me alegro de que hayas venido… - dijo tras abrazarle- me has hecho tanta falta..
- Hubiera venido antes de haberlo sabido…- dijo Alejandro
- Lo se…- la fuerza de voluntad que demostraba para no volver a derrumbarse, hizo que Ale lo admirara aun mas. Ya no quedaba nada del antiguo Alvaro.. ni lo bueno, ni lo malo. Quizás tan solo ese amor que lo mataba por dentro
- Vendré a verte pronto…
Alejandro afirmó con la cabeza y él mismo se dirigió a la puerta y picó. Enseguida abrió el guardia y Alvaro miró a Alejandro con una sonrisa triste
- Gracias…- susurró.
Alejandro no pudo contestarle, debido al nudo que tenia en la garganta.
El guardia se llevó a Alvaro, mientras otro le mantenía la puerta abierta para que saliera de la sala. Alejandro lo hizo con lentitud, intentando que sus heridas dejaran de sangrar. Fuera lo esperaba Gonzalo
- ¿Qué ha pasado, tio?- le preguntó
- ¿Cómo está Beatriz?- preguntó Alejandro a su vez
- Se la han llevado al hospital- respondió Gonzalo- me gustaría saber que demonios hacia aquí…
Las chicas estaban tras Gonzalo, escuchando la conversación. Alejandro las miró, pero no encontró a la chica que le habia dejado solo con Alvaro
- Sue ha ido con Beatriz al hospital…- le explicó Pheebs como si le hubiera leído el pensamiento- ¿quiere que le diga algo?
- No…. pero gracias por todo...- Alejandro miró a Gonzalo- ¿nos vamos?
Gonzalo afirmó con la cabeza y los dos amigos se encaminaron hacia la puerta. En la puerta, Alejandro le detuvo
- ¿Conoces a una tal Driade?
Gonzalo se quedó pálido.- No… no me digas que…
- No te digo nada… creo que ya sabes de que va y yo no.. asi que vamos… llevame hasta esa chica… no hay tiempo que perder..

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