martes, 10 de junio de 2008

Capítulo 39

Susana levantó la vista del ordenador cuando su ayudante entró en el despacho y se dejó caer pesadamente sobre la silla mas cercana
- Ay cosi, esto me está matando…- le dijo suspirando
- ¿El que?- Susana la miró interesada, aunque conociéndola, podía esperarse cualquier cosa
- El no saber que está pasando en ese vis a vis con la tal Lucía…¿de verdad que no sabes quien es?
- Mira que eres cotilla ¿eh?
- No soy cotilla… tengo ansia de cultura y de conocimiento..- dijo teatralmente
- Si, si… de cultura. Tú lo que quieres es cotillear que pasa en esa habitación porque Álvaro Aguilar te parece un bombón… un bombón descarriao.. pero un bombón
- Calla, calla, no me hables de bombones, que me acuerdo del primo y me pongo atacá…¿no tenemos nada que hacer hoy en prisión?
- Creo que no…
- ¡Ayyyyns cosiiiiiiiiiii!!!¿Porque no vamos a hacerle una visita a Pepe? Seguro que está muy solico allí…
Susana se echó a reir.- Eres imposible Pheebs… tenemos trabajo aquí
- Y allí.. no te fastidia- Pheebs se cruzó de brazos en actitud enfadada- primero me explotas, luego viene la Beatriz esa y no me dejas mirar por el agujero… y ahora… ahora me quitas el placer de ver si el primo ha acompañado a la tal Lucía.
La juez sintió un vuelco en el corazón al pensar que quizás volviera a ver a Alejandro. Miró a su amiga con una sonrisa
- ¿Y me puedes explicar cómo demonios has relacionado tu la situación hasta pensar que puedes encontrarte a Alejandro allí?
- ¡Ahhhhhhhhh!- exclamó Pheebs señalándola con el dedo- ¡ si ya le llamas por su nombre y todo!
- No seas boba Di
- ¡Boba dice!- puso cara de soñadora- Alejandro…. Mmmm.. Alejandro….
Susana le tiró un boli que rebotó en la cabeza de la ayudante
- No me vas a dejar en paz hasta que vayamos, no?
- Me encanta cuando lees tan bien en mi…-dijo Pheebs con una risita- además, aún tienes que firmar la libertad condicional del nombre poeta ese que han soltao… que te cuelgas tanto, que a este paso, se lo firmas en su funeral
- Mira que eres burra…- pero se levantó- anda vamos… pero mañana te tocan horas extras para terminar todo el trabajo que dejamos hoy por hacer…
- ¡Uy! Como si eso me asustara…¿te he dicho alguna vez que me tienes explotada?
- Si Di… cada día..
- Me alegra saber que me escuchas cosi… que luego una se frustra por incomprendida e invisible y las terapias son jodidamente caras…
- ¿Quieres callarte ya?- le dijo su amiga entre risas mientras prácticamente la empujaba hacia la puerta

Dríade miró a Gonzalo cuando este detuvo el coche en una calle cercana al centro de Madrid. Se la veía nerviosa, asustada. Gonzalo le cogió una de las manos y se la apretó
- Lo has hecho genial Dri…- la animó
- Ahora sólo falta que todo salga bien allí dentro…- contestó ella sin ocultar su nerviosismo
Gonzalo la miró con cariño.- Tenemos mucho que agradecerte Lucía. Alvaro sabe muy bien a quien tiene al lado. Es muy afortunado
Ella se ruborizó.- Sólo soy su amiga…
- Eres tan inocente…- le dijo Gonzalo sonriendo aún mas
Dríade no supo que decir. Ya casi nadie la llamaba por su nombre, desde que su hermana Marie había comenzado a llamarla Driade porque decía que parecía una ninfa del bosque… con su pelo negro azabache y sus ojos verdes. Y siempre le habia gustado aquel mote… aquella descripción. Pero Alvaro siempre la había llamado por su nombre… siempre. Y para ella ya se habia convertido en un tesoro que la llamaran asi
- Tienes el coche a dos calles de aquí. Recuerda que tienes que ir a comprobar el transporte y cuando des el ok, volver a la oficina.
Ella afirmó con la cabeza y salió del coche. Gonzalo la miró una vez mas y tras mirar el reloj, puso el coche en marcha y se alejó con rapidez. Llegaba tarde a su cita con Laura.
Alvaro levantó la cabeza cuando la puerta se abrió y sonrió ampliamente por vez primera en meses cuando vio a su primo aparecer. Se levantó de un salto y corrió hacia él, abrazándolo
- ¡Ale! ¡Dios, lo has conseguido!- dijo tras abrazarle con fuerza- ¿todo bien?
Alejandro sonrió al ver la felicidad de Alvaro y asintió con la cabeza.- Todo bajo control…¿y tú cómo estás?
- Perfectamente ahora que estás aquí…- Alvaro le miró fijamente y sonrió al ver el gran parecido entre ambos. Alejandro, incluso se parecía mas con la barba- vaya, vaya… si estás hasta guapo…
Ale rió y comenzó a palparse los bolsillos, sacando varios objetos.- Aquí tienes las llaves del coche que traje. En el coche de la zona industrial, están las llaves puestas, como acordamos. La chica irá ahora a comprobar que sigue allí, sino, dejará su propio coche- le alargó otras llaves- y aquí te dejo la copia de las llaves por si acaso- Alvaro lo iba recogiendo todo en silencio- cuando llegues al punto de encuentro, tendrás otro coche y ropa diferente. Allí tienes todo lo demás…
- ¿Habeis vaciado la cuenta de Diego? ¿La que guardaba el dinero de mi padre?
- Lo suficiente para que no se de cuenta de momento. Tenemos suerte de que Saymi le controla las cuentas, asi que de momento no se dará cuenta de nada. Ella te hará llegar dinero si necesitas. No te preocupes por eso
- ¿Y mi padre?
- Lejos de aquí. No te preocupes… nada de esto le salpicará. Se ha marchado con mi hermana y gente de confianza.
Alvaro se giró y dejó los objetos sobre una mesa. Estar allí le dolia terriblemente porque le recordaba a Bea… pero aquel no era momento de flaquear… todo estaba listo ya. Se giró hacia su primo
- Muchas gracias a todos Alejandro… sobretodo a ti
- Sabes que haría cualquier cosa por ti, Alvaro…
El ex director de Bulevar sonrió ante las palabras de su primo.
Sabia que era cierto… pero él no iba a dejar que le salpicara nada de todo aquello. Nada.
Laura miró nerviosa el reloj y cuando lo vió aparecer por la carretera, intentó disimular la mueca de alivio que se dibujó en su cara. Habia tenido miedo de que la dejara plantada y de sentirse como una auténtica estúpida por el plantón. Y ahora que le veía allí, sabia que su miedo había sido infundado… quizás y solo quizás, Gonzalo de Soto no perdería la oportunidad de ridiculizarla… o de hacerla sentir realmente bien.
- Hola princesa..- dijo él bajando la ventanilla del coche del copiloto- sube, que nos vamos a nuestro reino de ensueño..
- ¿Siempre con sus tonterías, señor de Soto?- dijo ella acercándose al coche
- Vamos gatita… llámame Gonzalo- le dijo él estirándose y abriéndole la puerta- creo que un café bien merece que empieces a tutearme, no?
- No estoy tan segura yo de eso..- contestó ella mientras montaba. Gonzalo se la quedó mirando embobado durante unos segundos, hasta desviar la vista y mirar la carretera
- ¿Preparada para la mejor cafetería de Madrid?
Ella no pudo evitar sonreir ante el tono infantil del hombre. Le gustaba muchísimo aquel loco sin remedio… a pesar de las amenazas del principio… incluso de la desconfianza. Porque la desconfianza existía… sobretodo porque ella misma no se sentía demasiado honesta. Y que la hubiera contratado Nacho para hundir a Alvaro Aguilar, aún a pesar de no hacerlo, no la ayudaba a sentirse mejor. Pero quería disfrutar de ese rato… pensar que ella era una chica normal… y él el hombre mas maravilloso de la Tierra.

Alejandro miró asombrado a Alvaro cuando éste le cogió la ropa que le había cogido, pero no quiso darle la suya
- Alvaro, no tenemos tiempo. Tienes que salir de aquí antes de que vuelvan los guardias de seguridad.
- No pienso implicarte en esto, Alejandro….- le dijo Alvaro serio- te necesito fuera… y te necesito libre…- suspiró ruidosamente- ya ha sufrido demasiada gente que quiero por mi culpa. No pienso permitir que tu cargues también con esto…
- ¿Qué estas queriendo decir con todo eso, Alvaro?
Alvaro no le contestó. Si no que cogió una de las sillas cercanas y sin pensárselo dos veces, golpeó a Alejandro con todas sus fuerzas, haciendo que éste cayera al suelo… sin sentido.

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