lunes, 30 de junio de 2008

Capítulo 49

Gonzalo llegó al sitio donde se encontraba Ana herida, justo a tiempo para agarrar a Laura y evitar que se lanzara sobre su hermana llena de desesperación. La ambulancia ya se la llevaba y Laura no podía dejar de llamarla a gritos. Gonzalo la abrazó por detrás, cayendo los dos al suelo
- Tranquila mi niña… todo irá bien…todo irá bien…- ella se giró sobre sus rodillas y se abrazó a él con fuerza, mientras la ambulancia abandonaba el lugar dejando atrás el sonido de las sirenas. Gonzalo le devolvió el abrazo, atrayéndola, consolándola con su fuerza, intentando transmitirle una tranquilidad que no sentía. Entre la multitud no había podido ver bien lo que había pasado con Álvaro, y eso le estaba matando. Su amigo, su hermano, se había sentenciado a muerte, y Gonzalo se estaba desesperando por no poder ayudarle, por no poder hacer nada por volver atrás y poder cambiar toda aquella locura que se le había escapado de las manos a todos. Laura seguía llorando en sus brazos y Gonzalo la ayudó a levantarse
En ese momento, Laura, llevada como un resorte, corrió hacia Nacho, que cerca de ellos, contemplaba la escena. Estaba serio, como en estado de shock, pero Laura lo conocía demasiado bien
- ¿Qué hacia ella aquí, Nacho?- le preguntó a bocajarro, sin preocuparle que él la viera llorar. El abogado de Bulevar la miró sin entender nada
- No se de que me hablas….
- ¡Maldito bastardo!- le gritó ella- ¿la has utilizado de escudo, verdad?¡Te has metido en el fuego cruzado porque Álvaro se llevaba a Beatriz y la has utilizado a ella!
- ¿Qué estás diciendo?- le gritó Nacho a su vez ante la mirada atónita de Gonzalo- ¡ ha sido ella quien se ha metido delante! ¡ Esa niña estúpida sólo pensaba en ponerse delante!
- ¡¡HIJO DE PUTA!!- gritó de nuevo ella abalanzándose sobre él. Gonzalo la detuvo- ¡¡Eres un hijo de puta!! ¡Y me alegro de que Álvaro te haya ganado! ¡ Se la ha llevado maldito perdedor y ya no puedes hacer nada!!
- ¿Qué pasa?¿Qué ya le has dicho a todos que yo fui quien te contrató para que hundieras a Alvarito?- dijo Nacho con odio, mientras miraba a Gonzalo. Ella, en su desesperación, no le importó
- Pues creo que te queda claro que me despido…y que a partir de ahora si lucharé para verte llorar lágrimas de sangre… Eso te lo juro…
Nacho la miró con mas odio, y levantó la mano a medio camino, como si fuera a golpearla. Gonzalo se adelantó y le cogió el brazo, advirtiéndole con la mirada. Nacho se soltó con rabia y se giró dirigiéndose a la puerta de Bulevar. Laura calló rendida entre los brazos de Gonzalo
- Ven, vamos al hospital…- Gonzalo comenzó a andar hacia el lado contrario, llevándola consigo, donde se encontraba el coche. Cris llegó a su altura a la carrera
- Dios Santo Laura..¿qué ha pasado?- dijo acercándose a su colega
- Nos vamos al hospital..- le comunicó Gonzalo adivinando que Laura no podía hablar- han disparado a su hermana…
- ¿A Pheebs…?- Cris abrió los ojos como platos- pero si ella…
- No..- dijo Laura entre lágrimas- Ana… ha sido a Ana…
- Dios…-Cris se mordió el labio, dolida. Todo había sido un cúmulo de cosas que no aún no había conseguido asimilar. Había visto todo desde el coche, temiendo por su vida, por la de Bea.. incluso por la de Álvaro. No entendía como había llegado a aquel punto… cómo había llegado a escaparse y cometer la locura de secuestrar a su antigua secretaria. En el fondo sabía que no tenía otra opción…no después de haberse escapado, pero su alma de abogada, le llevaba hacia el rechazo de los actos de Álvaro..siempre se hubiera encontrado un camino mejor.. empezando por no huir… por seguir luchando…Se negó a pensar mas y siguió a Gonzalo y a Laura hacia los coches. Ellos se montaron en el coche de él… y ella decidió seguirlos en el suyo. Asi de paso, se enteraría de cómo seguía Alejandro. Ya no tenía nada que hacer hasta que la policía diera noticias de la fuga.
Tras varios minutos que parecieron horas, el médico salió a la sala de espera y preguntó por los familiares de Alejandro. Saymi, que estaba en la puerta junto a Miguel, corrió al escuchar el nombre de su amigo en la boca del médico
- ¡ Aquí!- dijo llegando a la sala de espera- ¡soy su prima! ¿cómo está doctor? Digame algo, por favor…
Susana y Pheebs también se acercaron. La jueza se agarraba las manos con ansiedad, mientras esperaba que el médico hablara.
- Ya ha salido del postoperatorio y gracias a dios, ha ido todo perfectamente. Tanía un pequeño coágulo en la parte posterior de la cabeza debido al golpe… pero hemos podido disolverlo sin mas problemas…En unas horas estará despierto y podrán verlo..- se adelantó el médico ante las caras de expectación de las chicas.
Pheebs se abrazó a su amiga, mientras Saymi alzaba los ojos al cielo, dándole las gracias a lo que mas creyera. Alejandro se había salvado… y aquello sólo tenia que ser el principio. El médico se marchó con una sonrisa y Saymi miró a las dos amigas
- Gracias al cielo… sólo espero que Álvaro también esté bien…
En ese momento sonó el móvil de Sue y ella, disculpándose con la mirada, abrió su bolso para cogerlo. Era Cris
- Hola Cris.. – dijo con el corazón encogido desde que había visto que era ella- dime que ha pasado…
- No son buenas noticias, Sue..- dijo su amiga desde el otro lado del teléfono- Álvaro ha huído llevándose a Beatriz consigo…
- ¿Quée?
- Si.. esto ha sido un infierno Sue.. un infierno…dios..- dijo Cris sintiendo el vello del cuerpo de punta al recordarlo- ha habido un tiroteo y no se como Álvaro ha salido de aquí…
- ¿Pero cómo que se ha llevado a Beatriz?- preguntó Susana llamando la atención de Saymi, Miguel y Pheebs
- No lo se.. – Cris tragó saliva para poder disolver el nudo que sentía en la garganta- pero ha ocurrido algo peor que eso Sue…
- ¿Qué..?- Susana realmente se asustó
- Ana, la hermana de Laura y Di va para el hospital… la han pillado en mitad del tiroteo y le han disparado…
- Dios mio…- susurró Susana
Saymi y Pheebs la miraban ya con el corazón encogido. Susana no se atrevía ni a mirarlas
- ¿Tú dónde estás?- le preguntó Cris
- En el hospital- le contestó su amiga- Alejandro está fuera de peligro
- Al menos una buena noticia…- contestó Cris con un suspiro- no te muevas de allí…que voy para allá siguiendo a Laura
- De acuerdo…- Susana colgó y miró a los demás, que esperaban ansiosos
- ¿Qué es eso de que Bea…?- empezó Saymi
Susana le hizo un gesto para que guardara silencio. No sabia como empezar a explicar
- Ha habido un tiroteo…y Álvaro ha conseguido escapar… pero se ha llevado a Bea consigo..- ellos empezaron a hablar a la vez, sin poder creérselo, pero Susana no les dejó, pidiendo continuar con un gesto, y miró a su amiga- han herido a tu hermana Ana en el tiroteo, cosi.. vienen hacia aquí
Pheebs se quedó pálida y volvió a sentarse en la silla de la que se había levantado. Miró a su amiga, queriendo preguntar, decirle algo, pero no le salían las palabras, no podía siquiera pensar en pronunciarlas.
Lágrimas de dolor salieron de sus pupilas, deslizándose por sus mejillas, pero se las limpió con rabia, odiando perder el control. Susana se acercó a ella y se agachó a su lado
- Cosi..- susurró
- Estará bien..- dijo entrecortadamente- esa niña es cabezona y se que no le ha pasado nada grave…porque vamos.. como se atreva a morirse o algo… sabe que no se escapa de mi capón…
Susana sonrió sin poder evitarlo, ante la manera tan peculiar de animarse de su amiga. Era increíble su fuerza y sus ganas de seguir hacia adelante. Notó la voz de Saymi detrás que lloraba por Álvaro, mientras se abrazaba a su marido y se levantó. Después de todo lo que había pasado, lo mejor que le podía pasar a Álvaro era que no lo encontraran… y todos lo sabían.
En ese momento, se oyó las sirenas de una ambulancia que llegaba y todos se giraron hacia la puerta. Acababan de traer a Ana.

domingo, 15 de junio de 2008

Capítulo 48

La escena fue contemplada, no solo por la policía, sino por mucha de la gente que estaba en primera fila, exponiéndose a los disparos, por el simple hecho de que necesitaba saber que estaba pasando. Entre esas personas estaba Nacho, que no podía dejar de mirar a Alvaro, a pesar de los ruegos de Ana en que se pusiera a cubierto. Y fue el primero en darse cuenta de que Alvaro llevaba a Bea pegada a su cuerpo y que prácticamente la arrastraba hasta el coche. Y lo peor de todo, es que parecía que ella no ponía resistencia.
- ¡Maldita sea!- no lo pensó. Sólo reaccionó y se dirigió hacia el mismo centro del huracán, intentando llegar hasta ellos- ¡Bea! ¡Maldita sea, hagan algo! ¡Bea!¡SE ESTA LLEVANDO A MI NOVIA!
Nadie pareció escucharle, y Nacho enloqueció. No estaba dispuesto a que le ganara la batalla, a que se llevara a Bea consigo. Antes se hacía con un arma, y lo mataba él mismo. Pero no se la llevaría.. no la alejaría de él, ni en ese momento, ni en ninguno. se metió en el círculo del fuego cruzado, y notó que lo agarraban por detrás
- ¡Nacho! ¿Dónde vas?¿Estás loco? ¡Te van a matar!
- ¡Déjame!- le gritó él girándose y atravesándola con la mirada
- ¿Cómo te voy a dejar?¡ Estás en medio del fuego cruzado! ¡Te van a matar!- repitió, como si a él, por una oscura razón, no le hubiera quedado claro
- ¡QUE ME DEJES EN PAZ!- Nacho se soltó de Ana y siguió avanzando, cubriéndose la cabeza, intentando que los disparos no le alcanzaran. Aunque en aquel momento era lo que menos le importaba. Solo quería llegar hasta Bea y Alvaro y arrebatársela. No ganaría… jamás le ganaría.
Bea notó como Alvaro se dejaba caer contra el coche y lo agarró con fuerza para que no cayera. Miró asustada al hombre que estaba junto a ellos, y al ver su reacción, supo lo que había pasado
- No.. no….- susurró inclinándose hacia Alvaro
El hombre que los habia llevado hasta allí, se movió con rapidez y abrió la puerta del coche, mientras le gritaba a un compañero cercano que le cubriera. Se oyeron mas disparos, mas cercanos, mas sibilantes, y Bea sintió que el corazón se le rompia en mil pedazos. Alvaro fue metido casi a trompicones en el coche y Bea corrió, sin que nadie le dijera nada, a sentarse en el asiento del copiloto. Alvaro se llevaba las manos al costado, dónde había recibido el disparo, mientras sus manos se empapaban de sangre
- ¿Puedes conducir?- le dijo el hombre y Alvaro asintió con la cabeza- bien, dirígete a la autopista, y dale al acelerador todo lo que puedas. Cuando llegues a la salida 33, cógela, allí te espera un colega para llevarte a lugar seguro… - Alvaro apretó los dientes y el hombre cerró la puerta- aguanta tio…aguanta
Alvaro puso en marcha el coche y chirrió ruedas saliendo de allí. Nacho al verlo, corrió mas rápido, mientras los disparos arreciaban
- ¡NOOOOOO!¡MI NOVIAA!¡SE ESTA LLEVANDO A MI NOVIA!!!!
Uno de los amigos del Anguila le apuntó, dispuesto a hacerle callar, pero Nacho no se dio cuenta de nada. Ana, detrás de él, lo vio todo y apresuró el paso
- ¡Nacho! ¡Nacho, tírate al suelo!- pero Nacho no la escuchó. Corría hacia el coche como alma que se lleva el diablo, intentando pararlo. El hombre lo siguió apuntando, y Ana, desesperada, le alcanzó y lo tiró hasta hacerle caer al suelo. Nacho se giró, en el suelo, dispuesto a gritarle, a lanzar toda su furia contra ella. Pero no le dio tiempo. El disparo que iba contra él, alcanzó el cuerpo de Ana, haciendo que ella también cayera al suelo con un golpe sordo.
Parte del cuerpo de policia que los rodeaba, se dirigió hacia ellos, mientras la otra mitad, salía en pos del coche de Alvaro, que ya había desaparecido en la distancia. . Laura, que seguía junto a Gonzalo tras el coche, salió a la carrera cuando los disparos acabaron, hacia Nacho y su hermana. Sólo la habia visto caer, pero la desesperación se habia apoderado de ella y no podía hacer otra cosa que correr, correr hacia ella, con el miedo atravesándola. Gonzalo, al ver su reacción , salió corriendo tras ella, asustado de lo que estuviera a punto de hacer.
El caos se hizo aun mayor tras la huida de Alvaro. La ambulancia llegó al lugar dónde se encontraba Ana, y no se vio nada mas. Camilleros, policia, y personas lo rodearon todo. Gonzalo alcanzó a Laura, que ya lloraba desesperada y los dos calleron al suelo, mientras él la abrazaba con fuerza y la contenía. Los gritos de Laura llamando a su hermana, le aplastaban el corazón.
Susana aparcó el coche en el parking del hospital y se quedó quieta tras apagar el motor. Pheebs la miró
- ¿Qué pasa?- le preguntó su amiga
Sue suspiró.- Tengo miedo de lo que nos vamos a encontrar…
- Vamos cosi.. seguro que está bien- la animó Pheebs
- ¿Tú crees?- Susana la miró y luego suspiró- ¡dios! soy idiota…
- ¿Idiota porque? ¿Por qué te gusta el primito y no quieres reconocértelo
Su amiga la miró.- ¿Tú crees realmente que sea inocente de todo?
- ¡Joder cosi! ¡ Si el preso por poco le deja la silla de recuerdo en la cabeza!

Susana no contestó y salió del coche. Esperó a que su amiga también saliera del coche, y cerrándolo, las dos se dirigieron hacia la entrada del hospital. Al entrar y dirigirse a la recepción, Pheebs preguntó por Alejandro, mientras Susana esperaba mirando a su alrededor. Una chica, que esperaba en la puerta, las miró cuando Pheebs preguntó por Alejandro y se acercó con lentitud
- Hola…- las saludó Saymi- ¿venís por Alejandro Garcia?
Susana la miró.- Si..¿tú sabes algo de él?
- Aún le están operando…- bajó la voz- ¿y sabeis algo de Alvaro?
- Nada de nada… solo que la policia lo tenia acordonado…- contestó Susana y acto seguido le ofreció la mano- soy Susana, juez del caso de Alvaro Aguilar. Ella..- señaló a Pheebs- es mi ayudante. Nosotras descubrimos a Alejandro
Saymi afirmó con la cabeza y guardó silencio. Estaba angustiada sin noticias. Gonzalo no cogía el móvil y nadie parecía saber nada. Les dijo a las dos chicas que tendrían que esperar y se fue a buscar a Miguel, su marido, buscando algo de consuelo.
Alvaro condujo a una velocidad vertiginosa, mientras alcanzaba la autopista y sentía las sirenas de la policia tras ellos. Seguía sangrando profusamente y su intento de contener el dolor, hacía que su concentración, se hiciera mas débil. Bea lo miraba asustada y sin poder contener las lágrimas. Verlo herido estaba prácticamente acabando con ella y mas no poder hacer nada por ayudarle. Se giró hacia atrás, mirando los coches patrullas que los perseguían, y vio que otro coche, de color negro, los perseguía, disparando a la policia
- Te gustaría que nos alcanzaran, no?- le dijo Alvaro sin mirarla
Bea lo miró, dolida.- Estás herido Alvaro… tiene que verte un médico
Alvaro pisó mas el acelerador, lleno de rabia.- Como si a ti eso te importara…
- ¡Si que me importa!- gritó ella ya con rabia- ¿te crees que no me importa nada de lo que te pase?¿que no me importa que estés herido?¡Dios santo! ¡si me importa incluso saber que no me crees que te quiero!
- ¡¡CALLATE!!- Alvaro la miró con odio, mientras la señalaba con el arma que aún sostenía en la mano- ¡Cállate o te callo yo!
Bea guardó silencio, mientras las lágrimas recorrían sus mejillas. No sabía que le deparaba el futuro.. pero sabía, sentía que todo iría bien mientras él estuviera junto a ella… siempre junto a ella.

martes, 10 de junio de 2008

Capítulo 47

Diego y Nacho bajaron a la calle seguidos de Ana justo cuando el tiroteo comenzaba. Diego se detuvo en la puerta del edificio, pensando seriamente en salir, mientras Nacho se adelantaba hasta la calle, abriéndose paso entre la gente que salía corriendo despavorida hacia el interior de Bulevar. Diego acabó por ser barrido por la multitud y se escabulló hacia el ascensor, mientras Ana seguía a Nacho como podía hacia el lado contrario: el exterior.
La policía disparaba al grupo armado y el caos no dejaba ver absolutamente nada. En ese momento, llegó otro coche con Cris y Laura dentro de él. Cris detuvo el coche con un frenazo y se bajaron del coche, mientras se agachaban al lado. Laura divisó a Gonzalo, que escondido tras otro coche, miraba la escena horrorizado. No lo pensó, y ante la mirada asombrada de Cris, corrió hacia Gonzalo
- ¿Qué haces aquí?- le preguntó intentando hacerse oir con el estruendo de los disparos
- Me enteré de la situación de Alvaro y tenia que venir..¡ se ha vuelto loco!- exclamó con sinceridad
- Si, completamente loco…¡pero vámonos de aquí si no quieres que nos maten a todos!
- Necesito saber que va a pasar con él… no puedo irme…- le dijo con desesperación
Laura se mordió los labios ante el tono desesperando de Gonzalo, y le tomó la mano, casi sin darse cuenta, como para hacerle entender que ella estaba allí con él… que no le abandonaría. Gonzalo la miró con ternura y le apretó la mano, mientras se agachaban aún mas, ante la crudeza del fuego cruzado.
Alvaro cubrió el cuerpo de Bea con el suyo, mientras, asustado, escondía la cabeza en el cuello de ella. La oía llorar, asustada, mientras se apretaba contra él. Alzó un poco la cabeza para mirarla, a pesar de que las balas siseaban en el aire
- ¿Estás bien? Dios Bea.. dime que estás bien…-le preguntó, asustado
Ella afirmó con la cabeza, entre lágrimas, mientras en un impulso, pasaba las manos por el cuerpo de Alvaro, en un mudo intento de saber si él se encontraba bien. Él la miró en silencio, sin saber como tomarse ese gesto. En ese momento, una bala pasó justo por encima de su cabeza y Alvaro la volvió a apretar contra el suelo. La pistola que el guardia le habia dado descansaba en la mano de Alvaro, por encima de la cabeza de ell
- No te muevas.. sobretodo no te muevas…- le susurró él al oído
- Nos van a matar..- dijo ella entre sollozos- Alvaro….- Bea le llamó, quería decirle de nuevo que le amaba, que no le importaba nada mas.
Pero para cuando él la miró y los dos se perdieron en esa mirada, unas manos fuertes, levantaron a Álvaro del suelo, haciendo que Bea ahogara un grito.
- Vamos marquesito…nos vamos de este infierno!- le dijo una ruda voz a través del ruido de las balas.
Alvaro lo miró sin reconocerlo y cuando fue a agacharse para tirar de Bea, el hombre volvió a tirar de él
- ¡Déjala tio!¡ No tenemos tiempo para citas románticas!
Alvaro lo miró.- No se quien coño eres… pero ella se viene conmigo..¿está claro?
El hombre se alzó de hombros y tiró de él de nuevo, mientras Alvaro tiraba de Bea y la levantaba del suelo.
Susana miró al inspector de policia que con toda la parsimonia del mundo, se sentaba en una silla frente a ella y la miraba. Pheebs, desde atrás, hacia muecas para atraer la atención de su amiga, pero Sue no estaba por la labor.
- ¿Esto se va a demorar mucho?- le preguntó al policia
Zarek la miró enarcando una ceja.-¿Tiene prisa, señorita?
- Para usted, juez. Y si… tengo prisa. El agredido es amigo mío y me gustaría saber como está
- Vaya, vaya… asi que amigo suyo…¿usted fue entonces quien le otorgó el vis a vis, no?
- La verdad es que no..- dijo ella con énfasis- se lo otorgué a una tal Lucía Pérez que no se muy bien si apareció
- Es decir, que usted no sabe que hacía el agredido en la sala de visitas
- Pues no.. no lo sabia- intervino Pheebs adelantándose- vamos, nosotras vinimos porque el agredido, como usted sabiamente le llama, está como un bombón de chocolate relleno y queríamos….
- Cállate Di- le dijo Susana mirándola- creo que eso no le importa al comisario
- Inspector..- corrigió Zarek
- Capitán inspector, cosi..- la regañó Pheebs
- Inspector a secas- dijo Zarek mirando a la ayudante
- ¿A secas? ¿Y ese que cargo es?
Susana puso los ojos en blanco y miró a su amiga queriendo fulminarla con la mirada. Pheebs no le hizo caso
- Vamos, señor policia…
- Inspector..- volvió a corregir Zarek, ya molesto
- Buenooo, inspector- contestó ella- verá, no se moleste lo que le vaya a decir…. pero no nos puede acusar de querer ver a un bombón, asi, como usted…
El policia la miró con la dos cejas arqueadas y Susana perdió la paciencia
- Pheebs…¿vas a tu mesa a llamar al hospital? Por favor, ve a averiguar cómo van las cosas…
- Pero…
- Di… por favor..- siseó Susana entre dientes
- Valeeee- Pheebs se acercó a la puerta y la abrió, no sin ante mirar al policia que no la miraba. Le hizo un gesto a su amiga de “Woooow” y salió del despacho
- Tendrá que disculparla…- le dijo Susana a Zarek nada más salir su amiga del despacho
Zarek sonrió y meneó la cabeza.- No se aburre con ella eh?
- Pues no..- Susana sonrió con ternura- es como una especie de tsunami…- se irguió en la silla y le miró- por favor… ¿alguna pregunta mas?
- Si..¿de que conocía usted al agredido?
- De verlo por aquí. Es el primo de Alvaro Aguilar. Hablamos un par de días y nos caimos bien
- ¿Le pidió en algún momento alguna cosa hacia su familiar?
- Nunca..- Susana frunció el ceño al recordar cuando le pidió que le dejara entrar en la sala para calmar a Alvaro- no nada legal, me refiero
- ¿Y algo personal?- Zarek la miró, expectante
- Si es personal….¿cómo contarlo?- dijo ella, seria, y Zarek levantó las manos en señal de rendición
- Muchas gracias… juez…- Zarek se levantó- querría volver a hablar con usted… cuando no tenga tanta prisa…
Susana también se levantó.- Llame primero a mi oficina…
- Lo haré..- Zarek se dirigió a la puerta y al salir vio a Pheebs en su mesa, colgada del teléfono. Ella se le quedó mirando y Zarek solo pudo saludarle con la cabeza, antes de marcharse y comenzar a reir
El hombre tiró de Alvaro con mas fuerza, cuando la policia dio la voz de alarma al comprobar que el preso se estaba moviendo. El fuego se agudizó de forma violenta y Alvaro apretó a Bea contra si, al borde del pánico. Ella lloraba y se aferró a él con fuerza, mientras prácticamente corrían hacia el coche que Alvaro había dejado aparcado.
- ¡Date prisa joder!- le gritó el hombre a Alvaro- ¡coge el puñetero coche y vuela de aquí!
Alvaro se tiró hacia el coche, dejando a Bea tras de si. Las balas pasaron rozando, sintiendo incluso el olor a pólvora y se encogió. El hombre que les habia llevado hasta allí, gritó algo, pero Alvaro no le escuchó. Había visto a Gonzalo mas allá del cordón policial, y la culpabilidad hizo mella en él. Ahora sabía que les había fallado a todos… y sobretodo a si mismo.
Fue mucho mas rápido que ni siquiera le dio tiempo a pensar. Vio la expresión de pánico de Gonzalo y se giró casi por inercia, para mirar a su espalda. Un policia lo apuntaba directamente con la pistola, intentando que no montara en el coche. Alvaro lo vio todo rojo en un instante y sólo pudo pensar que aquella bala podía darle a Bea, que aquella bala podía matarla. Saltó hacia delante, cubriéndola con su cuerpo, mientras el hombre volvia a gritar y él sentía un dolor lacerante en el costado que le hizo trastabillar contra el coche.

Capítulo 46

Susana levantó la vista y miró a las personas que tenia frente a si. Cris la miraba preocupada, mientras que Pheebs y Laura hablaban en susurros entre si. Cris buscó la mano de su amiga
- Sue..¿estás bien?
Ya estaban solas en la prisión. La policía se habia marchado y todos volvían a su puesto de trabajo.
- No… no lo se..- contestó, triste
- No me puedo creer que Alvaro haya sido capaz de algo semejante…- le dijo Cris- todo el mundo me decía que era un buenazo.. que no se merecía estar en la cárcel… ahora ya no estoy tan segura..
Las dos hermanas dejaron de cuchichear y miraron a la abogada
- Lo que está claro es que el que no se merece estar en el hospital es el bombón relleno de chocolate y nueces…- contestó Pheebs
- ¿Cómo estará..?- preguntó en un susurro Susana
- ¿Por qué no vas al hospital y lo compruebas…?- le dijo Cris
Su amiga le miró diciéndole con la mirada que no se atrevía. Cris suspiró y le apretó la mano que aún tenía sujeta
- Tenemos que hacer algo…- dijo Laura interviniendo por primera vez- porque a este paso no habrá nada para defender.
- Ya queda poco que defender…- dijo Cris
- Perdonad que os lo diga… pero ese tío es tonto…he echado todo a perder a poco tiempo de conseguir la libertad condicional…
Nadie contestó. Las cuatro estaban como en estado de shock… cada cual pensando en las consecuencias que a cada una le acarrearía la fuga de Alvaro Aguilar. Cris sabía que habían perdido el caso… que lo del juicio nulo se detendría ya que habían encontrado nuevos delitos. Pheebs estaba preocupada por su amiga Susana y por Alejandro. Las cosas se habían salido de madre y ya nadie parecía ser capaz de recuperar el control. Y Laura pensaba en como le habría sentado la noticia a Nacho. Era cierto que no estaba de acuerdo con sus métodos, y habia decidido, en cierta manera, actuar por su cuenta, pero no debía olvidar que había sido él quien la había contratado y que su fin no era precisamente que Alvaro se escapara de la cárcel. Suspiró y miró a sus amigas
- Chicas… creo que tengo algo que contaros…
En ese momento sonó el móvil de Cris y Laura se detuvo. Cris se apresuró a cogerlo, sin mirar la pantalla
- Cris.. soy yo cariño.. – le dijo Jota al otro lado- creo que tengo malas noticias..
- ¿Qué pasa, Jota? Mas malas noticias no… por favor..- contestó su novia con voz cansada
- Creo que esta es la peor de todas... Ha llamado Saymi
- ¿Y…?- Cris no estaba de humor para sacarle la información a Jota con sacacorchos
- Alvaro ha ido a Bulevar… y está toda la policía de la ciudad rodeando el edificio…
- ¿¿¿Qué???- gritó Cris levantándose. Sus amigas, alarmadas, lo hicieron con ella- ¿qué estás diciendo?
- Creo que tendrías que ir para allá, Cris…está saliendo en todas las televisiones….- le aconsejó Jota
- Ahora mismo voy…
- Cariño..- la llamó Jota antes de colgar- prométeme que tendrás cuidado
- Te lo prometo…- dijo ella antes de colgar
Pheebs y Laura la rodearon nada mas colgar
- ¿Qué pasa?- preguntó Pheebs
- Alvaro.. Alvaro está en Bulevar. Y la policía rodea el edificio…
- ¿Pero como….?- Laura la miró sin podérselo creer
- Me voy para allá..- dijo Cris sin contestarle
- Voy contigo- afirmó Laura
La ayudante miró a su amiga que no había pronunciado palabra y se acercó a ella, mientras Laura y Cris salían a la carrera del despacho.
- ¿Qué quieres hacer, Sue?
Susana reaccionó como si volviera de un sueño, mirándola.. aún bastante lejos de allí
- ¿De que?- le preguntó mirándola
- ¿Quieres que nos acerquemos a Bulevar..? Alvaro…
La jueza la miró, recordando de golpe las palabras de Cris
- No..- Susana meneó la cabeza- prefiero ir al hospital…
Pheebs no dijo nada y decidió, en silencio, que la acompañaría. Total, a ellas no se les habia perdido nada en Bulevar… y si en el hospital. Aunque fuera conseguir quedarse mas tranquilas sabiendo que Alejandro estaba fuera de peligro.
Susana se levantó, comprendiendo que su amiga la acompañaría y cogiendo su bolso, las dos se dirigieron a la puerta. Allí, las detuvo un hombre, que las miró a través de sus gafas oscuras
- Perdón..- dijo Pheebs retrocediendo- ¿buscaba a alguien?
- A la jueza… me han dicho que ha sido ella quien ha encontrado al agredido..
Pheebs miró a Susana que habia puesto cara de fastidio, casi sin proponérselo
- ¿Y quien la busca?- preguntó de forma mas brusca de lo que realmente pretendía
El hombre se sacó las gafas y la placa del bolsillo de su americana. Sus ojos azules la traspasaron
- Soy el inspector de policía Zarek Vryzas. Necesito hacerle unas preguntas….
Susana suspiró y se giró de nuevo para dejar el bolso sobre la mesa. Su visita al hospital tendría que esperar.
Alvaro anduvo varios pasos en el mas absoluto silencio, mientras sentía el latir de su corazón casi en la garganta. Le sudaban las manos, y el arma, que se habia metido en la cintura del pantalón, le pesaba como una losa. Llegó a la puerta de la habitación y la vio. Estaba de espaldas a él, mirando unos bocetos que tenia sobre una mesa y parecía tan metida en lo que estaba haciendo que ni siquiera se giró. Alvaro tuvo que apretar los puños, para no correr hacia ella y abrazarla, olerla, sentirla. Su cuerpo, sus manos, gritaban de agonía por no poder tocarla y él se encogió, como si hubiera recibido un golpe. Por un momento, al mirarla, la ternura lo invadió, recordando todo lo que habían vivido juntos… todo lo que habían compartido. Pero el dolor del recuerdo del juicio, se impuso y la ternura se evaporó como si nunca hubiera existido. Y el odio irracional que la sustituyó, hizo que Alvaro avanzara un paso.
Bea oyó el movimiento y se giró de golpe. Al verlo, su corazón se
detuvo, y tuvo que agarrarse a la mesa para no caer
- ¿Alvaro?- susurró mientras sentía que las piernas no la sostenían
- ¡Sorpresa…!- dijo él con una sonrisa cínica- apuesto que yo era la última persona a la que esperabas ver por aquí…
Él avanzó hacia ella, mientras Bea, llena de miedo y aprensión, se apartaba de él, poniendo la mesa entre ellos
- ¿Te has escapado..?- preguntó ella con los ojos muy abiertos
- ¿Y eso que mas da?- él se alzó de hombros- ¿qué pasa? ¿Qué no te gusta mi visita?- dijo avanzando hacia ella alrededor de la mesa. Ella siguió separándose de él, los dos girando alrededor de la mesa
- ¿Qué quieres, Alvaro?
- Quería verte…- y era verdad. Pero el tono no era igual a lo que sentía, no era igual a lo que ella quería oir
- ¿Verme?- el corazón de ella latía muy rápido- ¿verme para qué?
- Quería devolverte el favor que me hiciste yendo a visitarme y venir a decirte que no te saliste con la tuya… y que como ves… soy libre…
Bea se llevó una mano al pecho, llena de dolor
- Me alegro mucho por ti…- dijo en un susurro, mientras se quedaba quieta, sin ganas de huir mas. Alvaro se acercó a ella, hasta quedar muy cerca
- ¿Te alegras por mi…?- él agachó la cabeza, hasta sentir el aliento de ella en sus labios. Tenia que hacer un esfuerzo sobrehumano para no besarla, abrazarla y hacerle el amor sobre aquel mismo suelo… a pesar de la policía, a pesar de todo- ¿Qué tal si me acompañas y me lo demuestras?
- ¿Qué?- ella le miró sin comprender
En ese momento, la policía aumentó el volumen del megáfono y la voz se escuchó incluso en el sótano donde se encontraban
- Alvaro Aguilar… le recuerdo que está rodeado.. salga con las manos en alto y nadie saldrá herido… repito.. salga con las manos en alto..
Bea miró asustada a Alvaro y en un impulso, intentó salir corriendo. Pero Alvaro la alcanzó y sacando el arma del pantalón, se la puso en la garganta, mientras la retenia fuertemente contra él. Ella comenzó a llorar
- Alvaro… no… por favor..- dijo entre sollozos desgarradores
- Vamos a salir de aquí..- aseguró él arrastrándola prácticamente fuera de la habitación- y tu me ayudarás a conseguirlo…- al ver que ella lloraba aún mas fuerte, él la apretó aún mas contra si- shhhh- le susurró- estate quieta y todo saldrá bien… no me obligues a hacerte daño Bea… no me obligues…- terminó con dolor.
Bea no hizo ningún movimiento brusco y dejó que él la llevara por el departamento de rotativas. Los empleados comenzaban a llegar y al ver la escena, se quedaban paralizados. Alvaro seguía apuntando a Bea con la pistola y la sacaba con él de allí. No pensaba en lo que estaba haciendo… sabía que necesitaba un rehén para que no lo capturaran… pero el solo pensamiento de que era ella… que se la estaba llevando con él, que estaría con él, le llenaba de energía y de determinación. Cuando llegaron a la puerta trasera, Alvaro la abrió de una patada, mientras apretaba a Bea aún mas contra si. Los empleados los seguían, pero ninguno parecía decidirse a hacer algo mas que murmurar. Alvaro los miró durante un segundo y se dio cuenta de que no harían nada… que no le salvarían… pero tampoco le condenarían. Cogió aire, rezando interiormente para que las fuerzas no le abandonaran, y salió al exterior, mientras sentía el cuerpo de Bea temblar contra si
Gonzalo frenó el coche fuera del círculo de policías que rodeaban Bulevar y se bajó, intentando no echar a correr hacia el edificio. Cerró la puerta del coche y miró a través de los curiosos, mientras caminaba, a paso lento, hacia el cordón policial. Esperaba que su amigo del alma no estuviese allí, y que si estaba, no estuviera cometiendo ninguna otra locura. Rezó para que Bea no se encontrase allí..o que no la hubiera encontrado. Aquel amor iba a destruir a Alvaro… si es que no le habia destruido ya.
La policía, nada mas verlo, le apuntó con armas de fuego. Alvaro, sintió pánico, pero se contuvo. Su pensamiento fue hacia Bea. Bea que lloraba desesperada e indefensa contra él. En ese momento se odió. Se odió por amarla tanto que habia sido capaz de ponerla en peligro solo por estar con ella… y se odió por no tener el valor de soltarla y separarse de ella. Era un maldito egoísta, pero reconocerlo, no le hizo sentirse mejor. Ahora tenia que conseguir salir de allí.. con ella… siempre con ella…
- ¡UN SOLO MOVIMIENTO Y LA MATO!- gritó a la policía fuera de si- ¡ YO NO TENGO NADA QUE PERDER, PERO ELLA SI! ¡DEJENME LLEGAR HASTA EL COCHE!
Una voz ordenó no disparar y Alvaro, aterrado, avanzó hacia el coche con el que habia venido.
Pero de repente, sin esperarlo, el ruido ensordecedor de los disparos rompió el silencio, haciendo que la policía respondiera, y Alvaro cayera al suelo, con Bea a su lado.

Capítulo 45

Saymi llegó al hospital con su marido Miguel prácticamente a la carrera. Tras la llamada de Gonzalo no habían perdido el tiempo y los dos habían llegado a la otra punta de Madrid en tiempo récord. Se dirigieron a la sala de espera buscando a Gonzalo, y cuando le vieron, le llamaron prácticamente desde la puerta. Gonzalo levantó la cabeza al escucharles y el alivio que se vislumbró en su cara fue increíblemente palpable
- ¿Qué es lo que le ha pasado a Alejandro, Gonzalo?- preguntó Saymi muy nerviosa- ¿dónde está Alvaro?
- Se escapó…- dijo Gonzalo tras abrazar a Saymi y después a Miguel- y golpeó a Ale antes de marcharse..
- ¿Qué lo golpeó?- Saymi no podía creer lo que estaba escuchando- ¿pero porque?¡ese no era el plan!
- Shhhh- la hizo callar su marido- ¿y si lo ha hecho porque no quería que nada salpicara a Ale?
Tanto Gonzalo como Saymi lo miraron. Ninguno de los dos había pensado en esa posibilidad, pero a Gonzalo le costaba aceptarla
- ¿Y casi le mata para que nada le salpicara?¡No tiene sentido!- exclamó
Miguel se alzó de hombros y retrocedió un paso. Saymi sacó su móvil y miró a Gonzalo
- ¿Le has llamado?
- Si… pero no lo coge. Y tengo miedo Saymi.. cuando Alvaro le coge gusto a las locuras no se conforma con una sola…y esta vez le pueden acusar de asesinato…
- ¿Cómo está?
- Le acaban de llevar a quirófano. Dicen que tiene un hematoma interior que le hace obstrucción en a saber dónde..- sintió un escalofrío y se abrazó a si mismo- esto me pinta muy mal…
Saymi le cogió las manos.- Saldrá de esta.. ya lo verás. Tenemos que tener fe…
Gonzalo guardó silencio, mientras Miguel informaba que iba dentro para averiguar si ya se sabía algo mas. Saymi no soltó a su amigo
- ¿Te ha dicho algo la policía?- le preguntó
- No.. la policía no. Pero si una de las abogadas de Alvaro… de la que no me fiaba…¿recuerdas que te hablé de ella?- cuando Saymi afirmó con la cabeza, Gonzalo prosiguió- ella me dijo que necesitaba tenerme localizado…
- Puros trámites… no te preocupes…- en ese momento sonó el teléfono de Gonzalo y Saymi, inconscientemente, apretó mas el suyo entre los dedos- ¿Quién es?- le preguntó a Gonzalo
- Anguila…- le respondió tras mirar la pantalla del móvil- dime Anguila- dijo tras coger la llamada
- Tio, Gonzalo… que las cosas se han puesto muuu chungas tio…
- ¿Qué ha pasado?- preguntó Gonzalo alarmado
- Es el marquesito… tio.. al marquesito se le ha ido la olla… está en Bulevar.. se ha metido en Bulevar y tiene a toa la pasma de Madrid en la puerta..
- ¿¿¿QUE???- gritó Gonzalo, alarmando también a Saymi- ¿estás seguro de eso?
- Si tio… me ha llamado un colega que tiene pinchá la radio de la pasma… y me lo ha dicho.. tio.. esto se está poniendo del color de hormiga…Alvaro acaba de dictar su sentencia de muerte…¿es verdad que le ha golpeado al primo?
- Si.. es verdad…- Gonzalo se moria de la angustia- escucha Anguila.. me voy para Bulevar. Por favor, haz algo… pero necesito que Alvaro salga de allí…
- Ya he llamado a unos colegas mios, tio.. pero permíteme que me mantenga al margen… que acabo de salir del truyo... Y tu tampoco deberías ir… estos tios a los que he llamado son buenos… pero muy extremistas…
- No me asustes mas, Anguila…- casi suplicó Gonzalo
- No te asusto…pero Alvaro ha metido la pata hasta el fondo.. y esto no se arregla asi como asi… si es que tiene arreglo…te llamo vale? Pero ten cuidao de ande te metes…
Y colgó. Gonzalo miró el móvil como si quemara. Saymi lo miraba de forma frenética
- ¿Qué ha ocurrido con Alvaro, Gonzalo? ¡Contesta por dios!
- Alvaro.. Álvaro está en Bulevar…
- ¿Qué?
- Tengo que ir para allí… tengo que saber que está pasando…- cogió aire, intentando tranquilizarse- llama a su abogada Saymi… la va a necesitar…
- Dios…- dijo Saymi al borde del llanto- no me lo estás contando todo… por dios Gonzalo.. dime que está pasando…
- La policía Saymi.. la policía está rodeando el edificio..y Alvaro está allí...
- ¿Pero estás seguro de que Alvaro está allí?
Gonzalo no le contestó. Anguila le habia dicho que lo habían escuchado de la emisora de la policía. Pero él no necesitaba ninguna emisora para saber que Alvaro estaba en Bulevar. Allí estaba la única razón para vivir de Alvaro… su única razón para escaparse.. y su única razón para abandonarse a su suerte. Había ido a buscar a Beatriz… ahora estaba seguro de eso… ahora mas que nunca sabía que su mejor amigo habia puesto punto y final a su vida.
- Voy a Bulevar…- le dijo sin responderle- por favor… localiza a la abogada..
- ¿Y yo?- preguntó Saymi saliendo tras él de la sala de espera
- Quédate con Ale… por favor… quedaros con Ale…- y se fue, corriendo hacia el coche desesperado por llegar a Bulevar. No sabia si su presencia allí ayudaría en algo… pero necesitaba estar allí… al lado de Alvaro. Como siempre. Como toda su vida…
Cuando Gonzalo salió del hospital, Saymi miró su móvil que seguía en su mano y limpiándose las lágrimas con la mano libre, marcó el número de J&S International
- J&S International, despacho de Jota López, buenas tardes…- contestó Dríade al otro lado
- Dri.. dile a Jota que localice a Cris, la abogada…
- ¿Pasa algo Saymi?- preguntó Dri al verla tan alterada
- Ha pasado de todo.. pero por dios Dri.. tu no te muevas de ahí..¿avisarás a Jota? Dile que le diga a Cris que vaya a Bulevar…
- ¿A Bulevar?- ahora Dri si que no entendía nada, pero la angustia de la voz de Saymi la estaba poniendo nerviosa
- Si.. a Bulevar. Luego te cuento todo… ahora no puedo…- y le colgó sin decirle nada mas. Driade se guardó los nervios y controlando el temblor de sus manos como pudo, cogió el teléfono y marcó la extensión de su actual jefe.

Capítulo 44

Diego acarició los pies de Marie, mientras los dos estaban descansando en el sofá del despacho de Diego. Un despacho que pronto dejaría de ser suyo, en cuanto el mensajerucho viniera a hacer uso de su nueva adquisición. Se movió intranquilo, y Marie lo notó
- No vas a poder evitarlo…- le dijo con voz suave mientras le acariciaba el brazo.
Él la miró, serio.- A veces me das miedo.... Me conoces demasiado.
- Nunca es demasiado..- dijo ella con una sonrisa- a veces me da la sensación de que te vas muy lejos y no puedo alcanzarte..
- Nunca lejos de ti..- dijo él inclinándose hacia ella para besarla- por cierto…¿ya te encuentras mejor?
Marie lo miró extrañada.- ¿Mejor?¿Mejor que cuando? No me he sentido enferma…
- Esta mañana te he escuchado vomitar en el lavabo…- dijo él mirándola también extrañado
- Ah… eso…- susurró Marie quedándose pálida- supongo que la cena me sentó algo mal. Pero no era nada importante…
- ¿Seguro?- insistió él preocupado
- Seguro- sonrió ella. No quería decirle que estaba embarazada. Todavía no. no sabia como se lo tomaría, pero con todo lo que estaba pasando, sabía que no era el momento. Esperaría un tiempo a que las cosas se calmaran y entonces pudiera pensar en ella y en su bebé… y poder convencer a Diego de que los tres, eran capaces de formar una familia.
En ese momento las oyeron. Fuertes y claras. Las sirenas de los coche patrulla de la policía
- ¿Qué es eso?- preguntó Marie quitando los pies del regazo de Diego y poniéndolos en el suelo. Él se levantó con rapidez y miró a través de los cristales que daban a la redacción. Todos los empleados estaban asomados a las ventanas abiertas. Diego salió del despacho y se encontró con Nacho, que salía de su despacho al escuchar la algarabía de los empleados y las sirenas. Diego lo miró
- ¿Qué es lo que está pasando, Nacho?- le preguntó de mal talante- ¿hay alguna excusa para que todos los empleados estén fuera de su lugar de trabajo?
- Creo que si… - contestó Nacho con una risita- hay espectáculo gratuito querido Diego… y el protagonista no es nada mas ni nada menos que…¡Alvaro Aguilar!- dijo extendiendo los brazos por encima de su cabeza de forma teatral
- ¿Qué?- dijo Marie justo detrás de Diego
- Alvaro Aguilar se ha escapado de la cárcel…- Nacho los miró a los dos mientras hablaba- y está aquí, en Bulevar…
- Dios mio…- susurró Marie llevándose las manos al pecho
Diego no tardó ni dos segundos en reaccionar y comenzó a dar órdenes para que cerraran todas las puertas de Bulevar a cal y canto con tal de que si era verdad que Alvaro estaba allí, no pudiera escapar. Pero dudaba de que las palabras de Nacho fuesen certeras. Su hermano no podía ser tan increíblemente idiota como para escapar de la prisión y dirigirse de cabeza a las fauces del lobo, que lo devoraría sin piedad. Y menos con él y con Nacho allí… que pagaban rescate por ver su cabeza sobre una bandeja de plata…
- Ya he dado yo las órdenes, Diego..- dijo Nacho acercándose a él- ¿o creías que iba a desaprovechar la oportunidad de ver a ese perdedor arrastrándose a mis pies?
- Has sido tú quien ha llamado a la policía…- dijo Diego mirándolo y empezando a comprender- ¿y se puede saber quien te ha dicho que Alvaro estaba aquí?
- He sido yo…- dijo una voz a su lado y Diego se giró. Otra vez aquella chica que parecía saber todo lo que hacía Alvaro en cada momento..
- ¿Tú?- preguntó Diego mirándola
Ana no lo miró. Sólo tenía ojos para Nacho.- Las puertas principales están cerradas. Casi no me dejan entrar…¿habeis cerrado las traseras?
- Sólo hay una puerta trasera que da a rotativas..- intervino Marie- pero seguro que por ahí no puede entrar. Hay un guarda de seguridad apostado todo el día. Ya habrían dado la alarma…
- Eso significa que Alvaro no puede estar en el edificio…
Nacho miró a Ana con disgusto y luego miró a Diego.- ¿Y se va a ir sin ver a su dulce y amada Bea? No me lo creo
- Ah.. tu novia, no?- Diego se echó a reir- si, si, vamos… no sea que te roben al moscorrofio…
Fue demasiado rápido y Diego no vio venir el puño de Nacho que casi lo derribó al suelo. Marie corrió a ponerse delante de su amante para que no se devolviera, mientras por las ventanas abiertas llegaba el primer mensaje de la policía
- Alvaro Aguilar…le habla la policía… le tenemos rodeado… repito… le tenemos rodeado…salga con las manos en alto y ríndase. Todo será mejor para usted…
Álvaro se adentró mas en el edificio, mientras veía la planta extrañamente vacía. No se acordó de que era la hora del segundo turno de comida y que la mitad de los empleados estaban a punto de volver a sus puestos de trabajo. El corazón le latía pesadamente y le costaba respirar. La locura de sus acciones comenzaban a pasarle factura y durante varios minutos pensó en la seria posibilidad de dar media vuelta y salir corriendo de allí. Pero la cercanía de Bea no le dejaba marchar… aunque él siguiera repitiéndose que lo hacía por venganza, por devolverle aunque fuese un minuto del sufrimiento que ella le había ocasionado a él. No podía marcharse sin verla… o almenos intentarlo.. y si eso hacía que volviera a prisión…
No, eso nunca. Él no podía volver a aquel agujero inmundo que estaba acabando con su energía y con sus esperanzas. No podía volver ahora que habia probado de nuevo el sabor de la libertad… la libertad con condiciones, con sabor amargo…pero libertad al fin y al cabo.
- Don Álvaro… dios…¿es realmente usted?¿qué está haciendo aquí?
Las articulaciones de Alvaro se quedaron rígidas y por un momento, temió perder el equilibrio y caer de bruces al suelo. Pero apretó los dientes y luchó por no dejarse llevar por el pánico y se giró con lentitud. El guardia de seguridad le miraba con asombro.
El mismo guardia de seguridad que él había contratado años antes… el mismo guardia de seguridad que le había acompañado a la puerta en sus largas jornadas de trabajo, mientras se cercioraba de que nadie mas se quedaba en el edificio
- Tony.. me has asustado..- dijo intentando sonreir
- ¿Se ha escapado de la cárcel?- dijo Tony mirándolo casi con pena
- ¿Yo?- dijo Alvaro señalándose a si mismo- no…
- Don Alvaro, la policía está rodeando el edificio. Y lo están buscando a usted…
Un sudor frío apareció en el rostro de Alvaro y trastabilló sobre sus propios pies
- Pero… ¿cómo…?
- No se quien les ha avisado…pero debe salir de aquí…- el guardia se quitó la pistola de la guantera y se la adelantó. Alvaro la miró sin saber que hacer- tómela…tómela y salga de aquí. Yo se que usted es inocente. Siempre fue muy bueno con todos nosotros y se que mis compañeros estarían conmigo en este momento…
Alvaro tomó el arma con lentitud mientras se lo agradecía con la mirada, sin saber que decir
- No me diga nada y sálvese. Se que ha venido a buscar a la señorita Beatriz… - el guardia sonrió ante la expresión de asombro de Alvaro- ella bajó hace unos minutos..- señaló hacia una habitación cercana- está allí.. revisando la calidad de unas impresiones…
Y dicho esto, el guardia se alejó hacia el ascensor para subir a la recepción. Álvaro supo entonces que no daría la voz de alarma.. que le daría un margen para poder salir de allí. Miró hacia la habitación y su resolución, a pesar de la presencia de la policía en el exterior se hizo mas fuerte. Solo unos pasos lo separaban de ella… y ella ni siquiera se imaginaba que él estaba allí… tan cerca.

Capítulo 43

Nacho cerró el bolso de Bea mientras miraba la tarjeta de Susana que había encontrado en el interior. Sonrió complacido al ver cuan lejos había llegado su koalita, y cuan cerca volvía a estar de él. Ahora que la volvía a tener a su alcance, no pensaba dejarla escapar.
La puerta se abrió de golpe y se tensó al ver entrar a Bea. Escondió la tarjeta rápidamente en el bolsillo trasero de su pantalón.
- ¿Qué haces aquí?- le preguntó ella mirándole extrañada
- Buscándote…- contestó Nacho acercándose a ella
- Estaba en rotativas…- dijo Bea señalando hacia el exterior del despacho- te lo he dicho antes…
- Pensaba que ya habrías vuelto..- la cogió de la cintura y la atrajo hacia si- ¿Qué pasa? ¿Qué no puedo echar de menos a mi novia?
- Si.. claro..- contestó ella sintiendo un escalofrío. Nacho se inclinó hacia ella para besarla y Bea esperó, en tensión
En ese momento, sonó el móvil de él y Nacho soltó un juramento.
Se separó de ella y cogió el móvil sin mirar quien le llamaba
- ¿Quién es?
- Nacho.. soy Ana…- respondieron al otro lado
- ¿Pero que…?
- Escúchame y no me interrumpas- al notar que él le hacía caso, la chica prosiguió- Alvaro Aguilar se ha escapado de la cárcel… y seguro que va a Bulevar.. Tienes que llamar a la policía…
Nacho colgó el teléfono y miró a Bea con aprensión. Si, ella era un buen motivo para que Aguilar se escapara y cometiera la locura de acercarse a Bulevar.
- ¿Pasa algo?- preguntó Bea al verlo tan descolocado
- Nada..- dijo tras una pausa- voy abajo… creo que hay un problema en cafetería…
- ¿En cafetería? Si quieres voy contigo…
- ¡NO!- le gritó él, pero al ver que ella le miraba realmente alarmada, cambió el tono de su voz- no hace falta… tú quedate aquí y no te muevas, que vuelvo en cinco minutos…¿vale?
Bea afirmó con la cabeza y miró su reloj mientras Nacho salía del despacho. Faltaban 20 minutos para su cita con las abogadas. Tiempo suficiente para acabar de resolver el problema en rotativas. Asi que sin hacer caso de su novio, salió tras él hacia la planta baja del edificio.

Nacho se dirigió a su despacho a la carrera, mientras por el camino marcaba el teléfono de la policía en su móvil. Le contestaron en el segundo tono
- Policia, digame
- Llamo de Bulevar 21. Hay un preso fugado en nuestras instalaciones… Se trata de Alvaro Aguilar…
- ¿Está seguro?- preguntó la voz masculina del otro lado
- Si…por favor, dense prisa…¡se ha vuelto loco!- exclamó fingiendo terror
El policía le aseguró que llegarían enseguida y Nacho colgó con una sonrisa de satisfacción. Estaba casi seguro que aquel estúpido vendría a ver a Bea… ¡claro, su Bea! ¡Maldito! Apretó los puños y supo que aquel día sería el esperado… el de su venganza.

Gonzalo entró en el hospital unos diez minutos después de que la ambulancia se hubiera detenido frente a la puerta y los camilleros entraran con Alejandro a la carrera. Se sentía sumamente nervioso y no lo disimulaba. Por vez primera en su vida, había perdido el control de todo y no entendía absolutamente nada. Había querido llamar a Merche, a Saymi, pero no había acertado en mantener el móvil en la mano el tiempo suficiente como para hacer la llamada. Porque las manos le temblaban tanto que no podían sostener nada…y su corazón latía tan rápido que le amenazaba con salirle por la boca.
Se dirigió al mostrador de información, mientras sentía que un sudor frío le recorría la espalda. Se limpió el sudor de la frente con el dorso de la mano, mientras esperaba que la enfermera le mirara.
Quiso gritarle de impaciencia cuando vio que había pasado un minuto y la enfermera no le atendía. Pero se contuvo. Ni siquiera estaba seguro de que tuviera voz en aquellos momentos…
Al fin, la enfermera lo miró
- ¿En qué puedo ayudarle, señor?
- Acaban de traer a un hombre… se llama Alejandro… Alejandro García Aguilar
- ¿Víctima de agresión?- le preguntó la chica mirando los actas de ingreso. Gonzalo afirmó con la cabeza y ella le miró esperando una respuesta, por lo que él tuvo que volver a mover la cabeza afirmativamente- están con él en box. Tendrá que esperar…
- ¿Pero está bien?- le preguntó Gonzalo, ya frenético
- No disponemos de esa información. Tendrá que esperar al médico…- señaló hacia una sala repleta de gente y de sillas- si es tan amable de esperar en la sala de espera….
- ¿Y no puedo hablar con nadie?¿Preguntar por alguien?- intentó de nuevo
La enfermera lo miró con lástima- lo siento señor… pero no va a poder ser. Lo único que puedo decirle es que ha entrado en estado muy grave… y seguro que están haciendo lo imposible para que salga de esta…
- Dios…- siseó Gonzalo separándose del mostrador.
Sabía que la chica se lo había dicho para tranquilizarle, pero en realidad le había puesto mas nervioso. No podía perder a Alejandro.. no después de tantos años, de tantas cosas compartidas… de tanta amistad. Era el primo de Alvaro, pero también era como su hermano, su colega, su tercera parte de un todo. Y si él faltaba, jamás volvería a ser lo mismo.
Sin contar que Alvaro sería culpado de homicidio en primer grado
Se dirigió a la puerta del hospital buscando aire fresco, mientras lágrimas de dolor salían de sus ojos. Se apoyó sobre una pared cercana y lloró sin control, dejándose llevar por las emociones sin poderlo evitar. Estuvo así minutos, sin saber cuantos con exactitud, pero cuando se sintió algo mas calmado, cogió el móvil y marcó un número
- Saymi…- dijo cuando le respondieron- ven al hospital del norte.. Ha ocurrido una tragedia… te necesito….
Al escuchar la voz de ella y su preocupación, Gonzalo se despidió, y al colgar sintió que las lágrimas lo traicionaban de nuevo. Pero ya no le quedaba siquiera fuerzas para retenerlas.
Alvaro detuvo el coche en la parte de atrás de Bulevar y miró a su alrededor. Todo estaba tranquilo, sin movimiento… y eso le puso los nervios de punta. Estaba cometiendo una locura… lo sabía. Y ser tan consciente de ello, no hacía que pusiera el coche en marcha y se alejara de allí con el acerlerador pisado a fondo. Necesitaba verla… una última vez… una sola vez mas que le quitara el peso de su alma. Pero solo verla no conseguiría arrancar el amor que lo mataba por dentro… y lo sabía. Sabía tantas cosas que no iba a llevar a cabo…Se mordió los labios y encasquetándose bien la gorra, salió del coche. Se puso las gafas de sol y corrió hacia la puerta trasera, que como siempre, permanecía abierta para los empleados que salían a fumar. Aquella puerta daba directamente al departamento de rotativas y pensó en entrar por allí, puesto que el pasillo que daba al ascensor de carga, estaba siempre prácticamente vacío. La puerta se cerró detrás de él con un golpe seco, aislándolo del mundo exterior… Por lo que Alvaro no pudo escuchar las sirenas de las patrullas de la policía, cuando comenzaron a llegar.

Capítulo 42

Alvaro aminoró la velocidad cuando divisó el otro coche color rojo aparcado junto a una calle abandonada al lado de una fábrica. Condujo despacio hacia esa misma calle y aparcó junto a unos matorrales, que sobresalían en la calzada. No ocultaba el coche, pues el plan no era precisamente que lo ocultara, sino que huyera rápidamente con el otro. Corrió hacia el que le había dejado el Anguila y montó en él, dándose cuenta de que las llaves, efectivamente, estaban puestas. Lo puso en marcha y cogiendo el mapa que estaba guardado en la guantera, salió de allí con la primera puesta, guardándose las ganas de salir a la carrera, chirriando ruedas. El miedo hincaba sus garras poco a poco, desgarrándole el alma, y mientras salía de la zona industrial y se incorporaba a la carretera, no pudo evitar que su mente comenzara a divagar…. amenazando con destrozar su coraje y su determinación.
Se había convertido en un prófugo… un prófugo que tendría que huir el resto de su vida si no quería regresar a aquella sucia celda que lo había menguado hasta convertirlo en casi una sombra de lo que había sido. Ahora jamás podría volver a tener una vida normal, poder tener una casa, una familia… una estabilidad…Por vez primera desde que habían planeado su fuga, se preguntó si fugarse realmente merecía la pena. Aquel pensamiento abrió una nueva herida en su interior y una sonrisa cínica se dibujó en su rostro. Demasiado tarde para arrepentirse… ya era demasiado tarde para volver atrás. Jamás iba a volver a ver a su padre, ni a Gonzalo, ni a nadie de sus amigos… Y por supuesto… jamás volvería a verla.. a ella… a la mujer que lo había destrozado hasta casi rozar la locura. Apretó los puños sobre el volante y se mordió los labios. Tendría que sentirse aliviado de la sola idea de no volver a verla… pero no. El corazón se le desgarraba con tan solo pensar que no volvería a verla… que no podría perderse en sus preciosos ojos, ni volvería a escuchar su risa.. ni volvería a sentir mariposas en el estómago porque la tenía cerca.. tanto que podía olerla, sentirla, acariciarla…
- ¡Dios!- exclamó golpeando el volante.
Debería odiarla, detestarla, desterrarla de su vida. Y darse cuenta de que era tarea imposible, hacía que se odiara a si mismo, que se detestara. Pero no podía evitarlo… era mas fuerte que él. La certeza de que jamás volvería a tenerla delante le amenazaba con hacerle llorar como un niño y sin darse prácticamente cuenta, cogió la primera salida que se le presentó de vuelta a Madrid.
Necesitaba verla. Aunque fuese una última vez… aunque fuese simplemente para decirle que no había podido con él.. que era libre. Que al fin volvía a ser libre. Sería un momento.. subir a su despacho y bajar… o mejor, esperarla en la puerta de Bulevar. Que ella lo viera, que sintiera su fracaso.. que supiera que él no iba a estar mas encerrado. Esa idea le hizo sonreir de placer.. la golpearía con las mismas armas… y aceleró el coche, intentando borrar de su corazón, el latido traicionero de la alegría simple de volverla a ver…. una vez mas.. una sola vez.. y grabarse a fuego en el alma su rostro.. hasta el fin de sus días.

Gonzalo llegó a la puerta de la prisión y frenó en seco, bajando del coche al segundo siguiente. Corrió hacia el interior y se detuvo de golpe, al ver el despliegue de agentes de seguridad y de policía que había en el interior. Había llegado tarde.. demasiado tarde. Un escalofrío le recorrió cuando vio al Samur arrastrar una camilla directamente hacia dónde él se encontraba…¿Qué había pasado?
- No…dios santo, no..- susurró al reconocer a Alejandro inmóvil sobre la camilla. Se abalanzó sobre él, llamándolo, pero un guardia de seguridad lo detuvo
- Está muy grave..- susurró una voz a sus espaldas y Gonzalo se giró con rapidez al reconocer la voz de la ayudante de la jueza
- ¿Qué.. que ha pasado?- preguntó sin atreverse a hacerlo
- El preso… Aguilar… le golpeó y huyó con sus ropas… no sabemos nada mas- dijo ella un tanto incómoda por la expresión de desconcierto de Gonzalo
- ¿Qué le golpeó?- Gonzalo sintió un sudor frío- dios santo…- se revolvió el pelo, desesperado- pero…¿cómo?- era una pregunta casi para si mismo que para los demás y se dio cuenta de que la chica no podría contestársela. La miró- ¿dónde se lo llevan?
- Al hospital del norte. Esperemos que llegue con vida… el golpe ha sido muy fuerte…
Gonzalo se dirigió a la puerta llevado por la desesperación. Los camilleros metían a Alejandro en la ambulancia que al llegar no había visto y por un momento, Gonzalo se sintió tan perdido que no supo que hacer. Se detuvo, mirando como los camilleros hacían su trabajo, sin poder entender porque Alvaro había hecho aquello… porque había golpeado a Alejandro… ¿Por qué? Vio un coche llegar y vio a Laura bajar del mismo. A ella se le oscureció el semblante al verlo
- ¿Qué haces aquí?- le preguntó al llegar a su altura
Él la miró un momento sin poder reaccionar
- Tenía que venir a recoger a Lucía…- dijo casi sin pensar
- Ya..- ella desvió la vista- te has enterado ya..¿no?
Gonzalo no contestó. Sentía un peso enorme en su interior.. un peso que le impedía pensar.. incluso respirar. Pero Laura no esperó su respuesta
- No me puedo creer que se haya escapado….- suspiró, vencida- no solo ha tirado por tierra la posibilidad de salir el libertad condicional.. sino que encima, ha sumado un nuevo delito a su ya alargada colección...
- Pero…¿Cómo…..?- Gonzalo se detuvo y guardó silencio. De nada le serviría preguntar en voz alta… porque nadie tendría respuestas.. y él necesitaba estar lo mas limpio posible... Alejandro le iba a necesitar
- ¿Tú sabías algo..?- le preguntó Laura en aquel momento
Él la miró asombrado.- ¿De qué? ¿De que mi amigo iba a golpear a mi otro amigo?
Laura no contestó ante el tono dolorido de Gonzalo. En ese momento le sonó el móvil y miró dentro de su bolso. Cuando lo encontró, miró la pantalla y luego volvió a mirar a Gonzalo
- Necesitaré tenerte localizado…- le dijo sintiéndose mal por la expresión de angustia de su cara
Gonzalo señaló la ambulancia- Estaré en el hospital…
Laura afirmó con la cabeza, deseosa de ofrecerle algo de consuelo, decirle algo mas… pero el móvil seguía sonando. Le ofreció una mirada de disculpa y se alejó para contestar la llamada
- A ver… Ana…¿se ha quemado la casa o es que no encuentras el mando de la tele?- dijo de mal talante
- Joder hija… cuando te levantas de malas, te levantas de malas…- respondió su hermana pequeña
- ¿Me vas a decir que te pasa?- Laura estaba del suficiente mal humor como para no soportar ni el mas minimo comentario. Sólo quería estar con Gonzalo…. y no poder estar, la ponía de peor humor
- Voy de camino a Bulevar…¿ a que hora tenías que estar ahí?
- ¿Y tú como sabes que yo tenía que estar en Bulevar?- dijo Laura extrañada
- Me lo ha dicho tu secretaria…- contestó Ana con sencillez
- Ah…- Laura se mordió los labios. Tenia que avisar a Beatriz de que la entrevista no se iba a poder realizar…dios! ¿Por qué tenia que complicarse tanto las cosas?- pues no voy a ir, Ana
- ¿Y eso porque?
- Porque las cosas se han complicado…. Alvaro Aguilar se escapó de la cárcel
- ¿Qué?- Ana se detuvo al escuchar la noticia- ¿Qué es lo que estás diciendo?
- Mira Ana, ahora no puedo…luego hablamos…- y le colgó el teléfono sin darle tiempo a que respondiera. Mas tarde ya se lo explicaría todo.. o lo que pudiera explicarle. Se giró al escuchar el chirrido de las ruedas de un coche y vio llegar a Cris pegando un frenazo. Salió del coche y la miró. Y sin pronunciar palabra, las dos entraron en la penintenciaria.

Capítulo 41

Susana paró el coche en el aparcamiento al lado de la prisión y rió de nuevo al ver que Pheebs salía como una exhalación del coche. Habia estado todo el camino hablando sin parar de si tendrían la suerte de ver a Alejandro por allí, y la verdad es que había contagiado a su amiga con los nervios y la tensión del momento. Se bajó del coche y la siguió hacia la entrada, sin poder parar de reir
- Venga va, cosi… parece que hoy te has tragado una tortuga…- protestó Pheebs caminando hacia atrás y mirándola
- Vamos Di… no seas infantil. Hemos llegado con tiempo de sobra. Si Alejandro ha venido, que sigo dudándolo muy mucho, te aseguro que aún estará en la sala de espera
- ¡Pues con mayor motivo! Así le hacemos compañía…- puso morritos- venga Sue… espabila!
- Ya va….- aceleró el paso, mas que nada para no seguir escuchándola y las dos entraron en el edificio. En seguida se dieron cuenta de la falta de agentes de seguridad
- ¿Qué ocurre aquí?- preguntó Susana algo alarmada
Pheebs se adelantó y miró cerca del locutorio. Tampoco había nadie allí. Se giró hacia Susana
- No hay nadie Sue…¿Qué demonios está pasando?
Susana no le contestó. Un presentimiento le estaba parando el corazón, al mismo tiempo que un escalofrío le subía por la columna vertebral. Algo no iba bien allí… y algo le decía que no le iba a gustar lo que se iba a encontrar. Tras mirar una vez mas a Pheebs, que estaba a su lado sin saber que hacer, corrió hacia la sala de las visitas, dónde se solían celebrar los vis a vis. Su amiga la siguió casi a la carrera, sin entender dónde se dirigía y porque. Pero ya estaba prácticamente tan asustada como Susana.
Al llegar a la puerta verde, las dos amigas se detuvieron de golpe. Estaba abierta
- ¿Qué…?- empezó Pheebs
Susana la cortó con un gesto para que guardara silencio y lentamente, abrió mas la puerta para ver el interior. Lo que vio, hizo que ahogara un grito
- Dios…!- fue Pheebs la que soltó la exclamación. Susana entró rápidamente en la sala y se agachó al lado de Alejandro. Su amiga la siguió
- ¿Quién es, cosi?- preguntó la ayudante visiblemente nerviosa
Alejandro estaba tendido boca abajo, inmóvil, con la parte baja de la nuca ensangrentada. Susana lo movió un poco, lo suficiente para verle la cara y se tapó la boca con la mano, impresionada.
- ¿Quién es, Sue? ¡Por dios!- pidió Pheebs
- Es Alejandro… dios…. es Alejandro…-lo había conocido enseguida.. a pesar del parecido, a pesar de la barba, de la palidez de su piel… le había conocido porque su corazón había saltado en el pecho, le había gritado que era él. Miró a su amiga con los ojos anegados en lágrimas- llama a una ambulancia y da la alarma Di.. el preso Aguilar ha escapado y ha dejado un herido…- al ver que Pheebs no reaccionaba, la cogió por un brazo y la zarandeó- ¡reacciona Di, necesito que reacciones! ¡Llama a una ambulancia!
- ¿Está… está vivo?
Susana miró a Alejandro, con las lágrimas de miedo resbalándole por las mejillas
- No lo se…dios… no se nada…- se levantó, buscando frenéticamente el móvil en el bolsillo de su chaqueta. Cuando se lo encontró, se lo tendió a Pheebs que enseguida marcó el teléfono de emergencias y corrió hacia la puerta
- ¡Pepeeeeee!¡Muñooooooooz!- gritó la ayudante saliendo de la sala- ¿Dónde estáis?¡Preso fugado!¡Preso fugado!
Pronto acudieron varios guardias que aún seguían refrenando las peleas del interior del módulo. El caos se desató en cuestión de segundos… mientras que Susana lo único que pudo hacer fue quedarse al lado del cuerpo de Alejandro y caer sentada en el suelo, asustada. En sus años de jueza, jamás se habia dejado llevar por sus sentimientos personales… pero ahora era distinto. Ver a Alejandro en el suelo, ensangrentado, casi estaba acabando con ella. Jamás se pudo imaginar que le afectara tanto… que se le hubiera metido tan y tan dentro en tan poco tiempo… pero así era.
Y pasase lo que pasase en aquellos momentos no tenia coraje para enfrentarse a la realidad, ni de hacer nada que no fuese estar inmóvil a su lado, tocándolo… como si con tocarla, retuviera la poca vida que le pudiera quedar
- Por favor… aguanta…. no te puedes ir… tienes que aguantar..dios…- se balanceó sobre sus rodillas, rayando la desesperación, al ver que no llegaba nadie… Todo el mundo estaba pendiente de la fuga de Alvaro Aguilar.
Cayetana abrió la puerta de su apartamento y dejó entrar a Richard y a Daniel con una sonrisa. Le habían llamado hacia poco para decirle que pasarían a tomar café y a hablar con ella. Caye no sabía que le querrían decir, pero la presencia de sus amigos, siempre era bienvenida. Y mas a aquellas alturas de su vida…. cuando habia perdido Bulevar definitivamente… y su vida se habia quedado completamente vacía. Richard la abrazó en cuanto cruzó la puerta
- Ay mi niña….¿cómo estás?- le preguntó, preocupado
Ella se dirigió al sofá mientras le pedía a Daniel con un gesto que cerrara la puerta. Los dos amigos la siguieron y se sentaron junto a ella
- Pues estoy perdida, chicos… me siento perdida…He perdido lo que daba sentido a mi vida… y ya no se que hacer con ella….
- Tienes muchas cosas que hacer con tu vida, Caye…- le dijo Daniel cogiéndole una mano para ofrecerle consuelo
- ¿Si? No puedo chicos… no me veo trabajando en otra empresa… no tengo fuerzas para nuevos retos.. para luchar por algo que no sea mio..
- Por lo pronto te vienes a New York con nosotros!- soltó Richard de golpe
Cayetana lo miró sin entender.- ¿A New York?- su mirada, al darse cuenta de lo que significaban las palabras de Richard, se llenó de dolor- ¿os vais a New York?
- Le han ofrecido a Dani llevar una sucursal del banco…y hemos aceptado!- contestó su amigo, feliz
El golpe lo acusó tanto, que Caye se encogió por dentro. Ahora no podía perderlos… ahora no. Pero la vida se empeñaba en darle una patada tras otra. Bajó la mirada sin saber que decir. No podía decirles que no se alegraba… porque era demasiado egoísta… y ellos no se lo merecían. Pero Richard la conocía demasiado bien
- Caye… chiquilla…¿es que no me has oído?¡Que te vienes con nosotros!
Cayetana miró a su amigo aún sin entender.- ¿Y que voy a hacer yo en New York?
- Pues mira… de entrada venirte con nosotros de compras, y a ayudarnos a buscar un piso… que con mas glamour que tu, no hay nadie…
Caye sonrió ante la intentona de su amigo
- Richard, yo…
- ¡No hay peros que valgan! Te vienes… y mientras nos ayudas, decides que hacer con tu vida…¿Quién sabe? Alomejor Woman, o Vanity Fair… o alguna de estas revistas, descubren la maravillosa profesional que hay en ti…
Cayetana no pudo negarse. Era la solución soñada… aunque estuviera huyendo.. aunque se muriera por la sola idea de separarse de Jota…¿y que mas daba? Jota ya no quería saber nada de ella.. y ella tenia que empezar de cero. Él se la había devuelto… tanto que la habia destrozado por dentro
- Está bien..- rió sin alegría- me habeis convencido…
Los dos amigos la abrazaron con fuerza
- Pues date prisa.. nos vamos en dos días…
- ¿Dos días?- Cayetana los miró sobresaltada- ¡pero si no hay tiempo para nada!
- ¿Dos días para que?- preguntó Bárbara saliendo de su habitación
Los tres amigos se miraron.- Nos vamos a New York, pony..- le contestó Richard
- ¿A New York?- preguntó ella inocentemente- ¿y os vais sin mi?
Los tres amigos se miraron y tras un acuerdo mutuo silencioso, la miraron a ella
- Claro que no, Barbara…- le dijo Caye- tú te vienes con nosotros
Barbara emitió un chillido infantil de alegría y corrió hacia ellos para abrazarlos. Tras el efusivo abrazo, los miró
- ¿Me puedo llevar al gremlin?- les preguntó
- Nooooooo- exclamaron todos al unísono. Pero al ver la cara de pena de Bárbara, Richard la cogió del rostro
- Vamos Pony… él tiene que estar aquí… luego ya podréis estar juntos…
Ella agachó un poco la cabeza.- Total… si no me hace caso…dijo que me llamaría y no lo ha hecho…
- Pues que te eche de menos..- le dijo Daniel- que aprenda…
Bárbara sonrió ampliamente.- Vale…pues que aprenda
Los tres amigos sonrieron mirándola. Lo habían decidido a último momento que Barbara los acompañara… pero sabía que su vida no habría sido lo mismo sin ella.

Capítulo 40

Gonzalo sonrió a Laura lo mas seductoramente que sabía cuando la camarera se alejó de la mesa, con la orden tomada. Laura lo miraba todo con curiosidad
- ¿Te gusta?- le preguntó Gonzalo intentando llamar su atención
- ¿Este es la mejor cafetería de Madrid?- preguntó ella alzando una ceja, mientras miraba a su alrededor y se fijaba en la decoración desvencijada del local
- Touché- le contestó él con un guiño malicioso- pero aunque no lo creas, si que es la mejor cafetería de Madrid..al menos ahora mismo lo es..
- ¿Ahora mismo?
- Si.. porque tu estás dentro de ella..
Laura no pudo evitar ruborizarse.- Mira que eres tonto..
- No soy tonto… es que estoy embobado mirándote..
Ella apretó los dientes, intentando no dejarse tentar por el coqueteo descarado de Gonzalo
- O dejas de decir sandeces, o te juro que me voy
- Vale, vale..- Gonzalo alzó las manos en señal de rendición- no quería incomodarte…
- Pues no lo estás consiguiendo..- contestó Laura
Ambos guardaron silencio al acercarse la camarera con las bebidas. Al marcharse, Laura miró a Gonzalo, mientras este daba un sorbo a su bebida
- ¿Porqué haces esto?- le preguntó directamente
- ¿Hacer el que?- por un momento, Gonzalo pareció descolocado
- Invitarme para intentar sonsacarme si soy de fiar o no…¿o te piensas que soy tonta?
Gonzalo la miró entre sorprendido y dolido. Era verdad que en un principio no se habia fiado de ella, pero ahora… ahora comenzaba a ser diferente.
- ¿De veras piensas eso?
- Tú mismo me lo dijiste… ¿no te acuerdas?
- No me fio de Nacho…- respondió él con sinceridad- y no puedo olvidar que fue él quien te contrató. No me creo que ese malnacido haga algo a favor de Alvaro.
- Que tu no te fies de Nacho, no significa que me tengas que meter a mi en el mismo saco...- respondió ella, algo cortante
- Ya no me fio de nadie… Laura- le dijo él mirándola fijamente- mi amigo está en la cárcel condenado a 15 años por una sarta de falsas acusaciones…. y no puedo fiarme de nadie… cuando nadie mueve un dedo para salvarle..
Laura lo miró y se maravilló de la pasión con la que hablaba de Alvaro Aguilar. Realmente quería a aquel hombre, y le dolía su falta de libertad. No pudo menos que sonreir
- Alvaro Aguilar tiene mucha suerte de tener un amigo como tú..
- No te creas…parte de la culpa de que esté ahí es mia… Jamás supe aconsejarle bien
Laura bebió de su taza y sonrió.- Todo saldrá bien..
- ¿Por qué estás tan segura?
- Bueno… no debería contarte esto…pero…
- ¿Pero que? – él la miró expectante- ¿ha pasado algo?
- Beatriz… tengo una cita con ella en Bulevar. Va a cambiar la declaración contra Alvaro… y creemos que será para bien..
Gonzalo la miró con el corazón en la garganta.- ¿Qué estás diciendo, Laura?
- Si tenemos suerte y ella cuenta la verdad…- siguió ella con una sonrisa- puede que Alvaro esté fuera en menos de un mes
- ¡Dios!- exclamó él levantándose de la silla- ¿estás segura de eso?
- ¡Claro!- ella le miró extrañada- ¿pero que te pasa?
Él cogió la chaqueta del respaldo de la silla y se la puso con rapidez, sacando su cartera para sacar un billete de 10
- Me tengo que ir…lo siento mucho… pero me tengo que ir..- y dicho esto, salió a la carrera, dejando a Laura allí, muy parada y sin saber que hacer
Alvaro observó a su primo inerte en el suelo y sintió que comenzaba a temblar. El corazón le martilleaba en el pecho, doliéndole en cada movimiento, en cada bocanada de aire.
Se agachó con cuidado y colocó dos dedos en la arteria del cuello, buscando, lleno de aprensión, el latido delator, que le tranquilizaría, que le dijera que seguía con vida, que se encontraba vivo.
Lo encontró y el alivio fue tan grande que amenazó con derrumbarlo.
- Lo siento hermano…lo siento. Ojalá algún día puedas entender porque lo he hecho…
Se puso en pie con lentitud, y cogiendo la ropa de Alejandro, se desnudó y se puso la ropa de su primo con la misma lentitud. Sus miembros no le respondían… y aunque sabía que debía darse prisa, no lograba hacer reaccionar a su cuerpo. La ropa le venía algo grande, pero no le importó. También tenia el pelo mas largo que Alejandro, y la barba mas espesa, pero no tenía tiempo para esas minucias. Con un poco de suerte, Martínez aún estaría distrayendo a los guardias y nadie lo vería salir.
Cogió de la mesa todos los objetos que su primo le había dado, y echándole una última mirada, se dirigió a la puerta, que Alejandro no habia cerrado del todo antes de entrar, sabiendo de antemano que si la cerraba, después nadie podría salir. Miró afuera y no vio a nadie, así que salió al pasillo, mirando hacia el suelo, y caminando con velocidad.
En la puerta, un guardia lo miró y Alvaro aminoró el paso para no levantar sospechas. Tras un largo minuto de incertidumbre, el guardia lo saludó con un movimiento de cabeza, y Alvaro, reprimiendo un suspiro de alivio, apresuró el paso de nuevo hasta llegar a la calle. Una vez allí, corrió, ya literalmente hacia el coche y metiéndose en él, lo puso en marcha en segundos. Pisó los pedales y salió chirriando ruedas del lugar, hacia la carretera principal.
Cuando perdió de vista el edificio de la cárcel, se alejó con rapidez hacia las afueras de la localidad, buscando, como le habían indicado, la zona industrial. Sentía el tacto del sol en la cara, a través de la luna delantera y sentía que flotaba… que en realidad no estaba allí. Por fin era libre… libre para tomar el sol… para reir, para llorar, para gritar de frustración. Porque a pesar de toda la euforia que sentía porque estaba libre, el grito de frustración le pugnaba por salir de la garganta.
Se lo tragó, como la euforia.. como todo. Alargó la mano y buscó el móvil en el bolsillo de su chaqueta, que aún no se habia podido quitar. Cuando lo sacó, buscó un número ya registrado y lo marcó.
- Lucía…- dijo al escuchar la voz al otro lado
- ¿Alvaro?- la voz de ella tembló
- Si… cuanto tiempo..¿no?
- ¿Estás bien?- preguntó ella asustada- ¿estás….?
- Si, estoy fuera Lucia. Al fin soy libre… la fase dos está acabada
- Por favor Alvaro… cuidate… cuidate mucho
- ¿Está todo ok?- preguntó él sin poder evitar sonreir
- Todo preparado
- Gracias.. Lucía. Te veo pronto
Dríade colgó el teléfono y no pudo evitar abrazarse a si misma, completamente metida en una nube de ilusión y felicidad. Alvaro colgó el móvil y lo metió de nuevo en el bolsillo para no olvidárselo. Aceleró hasta el límite de velocidad permitido y pronto cogió la salida de la autopista que lo llevaría a la zona de fábricas dónde tendría que cambiar de coche.
Jota y Cris llegaron a la oficina y saludaron a Driade que estaba sentada en su mesa. Se la veía algo agitada, pero ninguno de los dos, le prestó atención. Al llegar a la puerta del despacho, Jota abrió la puerta y Cris le abrazó sin entrar
- Me tengo que ir… he quedado a las cinco…
- ¿Me llamarás para contarme que tal?- le preguntó él
- Sabes que estas cosas son secreto de sumario…
- Yo puedo ser una tumba…- rió él
- Bueno.. yo te llamo y ya veremos…¿esta noche cocinas tu?
- Si eso te hace que me digas que pasará con Bea…- tanteó él
- No seas pesado..- Cris le dio un beso en los labios y se alejó de él de nuevo hacia el ascensor- no trabajes demasiado…
Jota sonrió y entró en el despacho. Tenia que preparar con sus abogados el desalojo de Bulevar. Aquel sería el último día de Diego en aquella revista.

Capítulo 39

Susana levantó la vista del ordenador cuando su ayudante entró en el despacho y se dejó caer pesadamente sobre la silla mas cercana
- Ay cosi, esto me está matando…- le dijo suspirando
- ¿El que?- Susana la miró interesada, aunque conociéndola, podía esperarse cualquier cosa
- El no saber que está pasando en ese vis a vis con la tal Lucía…¿de verdad que no sabes quien es?
- Mira que eres cotilla ¿eh?
- No soy cotilla… tengo ansia de cultura y de conocimiento..- dijo teatralmente
- Si, si… de cultura. Tú lo que quieres es cotillear que pasa en esa habitación porque Álvaro Aguilar te parece un bombón… un bombón descarriao.. pero un bombón
- Calla, calla, no me hables de bombones, que me acuerdo del primo y me pongo atacá…¿no tenemos nada que hacer hoy en prisión?
- Creo que no…
- ¡Ayyyyns cosiiiiiiiiiii!!!¿Porque no vamos a hacerle una visita a Pepe? Seguro que está muy solico allí…
Susana se echó a reir.- Eres imposible Pheebs… tenemos trabajo aquí
- Y allí.. no te fastidia- Pheebs se cruzó de brazos en actitud enfadada- primero me explotas, luego viene la Beatriz esa y no me dejas mirar por el agujero… y ahora… ahora me quitas el placer de ver si el primo ha acompañado a la tal Lucía.
La juez sintió un vuelco en el corazón al pensar que quizás volviera a ver a Alejandro. Miró a su amiga con una sonrisa
- ¿Y me puedes explicar cómo demonios has relacionado tu la situación hasta pensar que puedes encontrarte a Alejandro allí?
- ¡Ahhhhhhhhh!- exclamó Pheebs señalándola con el dedo- ¡ si ya le llamas por su nombre y todo!
- No seas boba Di
- ¡Boba dice!- puso cara de soñadora- Alejandro…. Mmmm.. Alejandro….
Susana le tiró un boli que rebotó en la cabeza de la ayudante
- No me vas a dejar en paz hasta que vayamos, no?
- Me encanta cuando lees tan bien en mi…-dijo Pheebs con una risita- además, aún tienes que firmar la libertad condicional del nombre poeta ese que han soltao… que te cuelgas tanto, que a este paso, se lo firmas en su funeral
- Mira que eres burra…- pero se levantó- anda vamos… pero mañana te tocan horas extras para terminar todo el trabajo que dejamos hoy por hacer…
- ¡Uy! Como si eso me asustara…¿te he dicho alguna vez que me tienes explotada?
- Si Di… cada día..
- Me alegra saber que me escuchas cosi… que luego una se frustra por incomprendida e invisible y las terapias son jodidamente caras…
- ¿Quieres callarte ya?- le dijo su amiga entre risas mientras prácticamente la empujaba hacia la puerta

Dríade miró a Gonzalo cuando este detuvo el coche en una calle cercana al centro de Madrid. Se la veía nerviosa, asustada. Gonzalo le cogió una de las manos y se la apretó
- Lo has hecho genial Dri…- la animó
- Ahora sólo falta que todo salga bien allí dentro…- contestó ella sin ocultar su nerviosismo
Gonzalo la miró con cariño.- Tenemos mucho que agradecerte Lucía. Alvaro sabe muy bien a quien tiene al lado. Es muy afortunado
Ella se ruborizó.- Sólo soy su amiga…
- Eres tan inocente…- le dijo Gonzalo sonriendo aún mas
Dríade no supo que decir. Ya casi nadie la llamaba por su nombre, desde que su hermana Marie había comenzado a llamarla Driade porque decía que parecía una ninfa del bosque… con su pelo negro azabache y sus ojos verdes. Y siempre le habia gustado aquel mote… aquella descripción. Pero Alvaro siempre la había llamado por su nombre… siempre. Y para ella ya se habia convertido en un tesoro que la llamaran asi
- Tienes el coche a dos calles de aquí. Recuerda que tienes que ir a comprobar el transporte y cuando des el ok, volver a la oficina.
Ella afirmó con la cabeza y salió del coche. Gonzalo la miró una vez mas y tras mirar el reloj, puso el coche en marcha y se alejó con rapidez. Llegaba tarde a su cita con Laura.
Alvaro levantó la cabeza cuando la puerta se abrió y sonrió ampliamente por vez primera en meses cuando vio a su primo aparecer. Se levantó de un salto y corrió hacia él, abrazándolo
- ¡Ale! ¡Dios, lo has conseguido!- dijo tras abrazarle con fuerza- ¿todo bien?
Alejandro sonrió al ver la felicidad de Alvaro y asintió con la cabeza.- Todo bajo control…¿y tú cómo estás?
- Perfectamente ahora que estás aquí…- Alvaro le miró fijamente y sonrió al ver el gran parecido entre ambos. Alejandro, incluso se parecía mas con la barba- vaya, vaya… si estás hasta guapo…
Ale rió y comenzó a palparse los bolsillos, sacando varios objetos.- Aquí tienes las llaves del coche que traje. En el coche de la zona industrial, están las llaves puestas, como acordamos. La chica irá ahora a comprobar que sigue allí, sino, dejará su propio coche- le alargó otras llaves- y aquí te dejo la copia de las llaves por si acaso- Alvaro lo iba recogiendo todo en silencio- cuando llegues al punto de encuentro, tendrás otro coche y ropa diferente. Allí tienes todo lo demás…
- ¿Habeis vaciado la cuenta de Diego? ¿La que guardaba el dinero de mi padre?
- Lo suficiente para que no se de cuenta de momento. Tenemos suerte de que Saymi le controla las cuentas, asi que de momento no se dará cuenta de nada. Ella te hará llegar dinero si necesitas. No te preocupes por eso
- ¿Y mi padre?
- Lejos de aquí. No te preocupes… nada de esto le salpicará. Se ha marchado con mi hermana y gente de confianza.
Alvaro se giró y dejó los objetos sobre una mesa. Estar allí le dolia terriblemente porque le recordaba a Bea… pero aquel no era momento de flaquear… todo estaba listo ya. Se giró hacia su primo
- Muchas gracias a todos Alejandro… sobretodo a ti
- Sabes que haría cualquier cosa por ti, Alvaro…
El ex director de Bulevar sonrió ante las palabras de su primo.
Sabia que era cierto… pero él no iba a dejar que le salpicara nada de todo aquello. Nada.
Laura miró nerviosa el reloj y cuando lo vió aparecer por la carretera, intentó disimular la mueca de alivio que se dibujó en su cara. Habia tenido miedo de que la dejara plantada y de sentirse como una auténtica estúpida por el plantón. Y ahora que le veía allí, sabia que su miedo había sido infundado… quizás y solo quizás, Gonzalo de Soto no perdería la oportunidad de ridiculizarla… o de hacerla sentir realmente bien.
- Hola princesa..- dijo él bajando la ventanilla del coche del copiloto- sube, que nos vamos a nuestro reino de ensueño..
- ¿Siempre con sus tonterías, señor de Soto?- dijo ella acercándose al coche
- Vamos gatita… llámame Gonzalo- le dijo él estirándose y abriéndole la puerta- creo que un café bien merece que empieces a tutearme, no?
- No estoy tan segura yo de eso..- contestó ella mientras montaba. Gonzalo se la quedó mirando embobado durante unos segundos, hasta desviar la vista y mirar la carretera
- ¿Preparada para la mejor cafetería de Madrid?
Ella no pudo evitar sonreir ante el tono infantil del hombre. Le gustaba muchísimo aquel loco sin remedio… a pesar de las amenazas del principio… incluso de la desconfianza. Porque la desconfianza existía… sobretodo porque ella misma no se sentía demasiado honesta. Y que la hubiera contratado Nacho para hundir a Alvaro Aguilar, aún a pesar de no hacerlo, no la ayudaba a sentirse mejor. Pero quería disfrutar de ese rato… pensar que ella era una chica normal… y él el hombre mas maravilloso de la Tierra.

Alejandro miró asombrado a Alvaro cuando éste le cogió la ropa que le había cogido, pero no quiso darle la suya
- Alvaro, no tenemos tiempo. Tienes que salir de aquí antes de que vuelvan los guardias de seguridad.
- No pienso implicarte en esto, Alejandro….- le dijo Alvaro serio- te necesito fuera… y te necesito libre…- suspiró ruidosamente- ya ha sufrido demasiada gente que quiero por mi culpa. No pienso permitir que tu cargues también con esto…
- ¿Qué estas queriendo decir con todo eso, Alvaro?
Alvaro no le contestó. Si no que cogió una de las sillas cercanas y sin pensárselo dos veces, golpeó a Alejandro con todas sus fuerzas, haciendo que éste cayera al suelo… sin sentido.

Capítulo 38

Jota se levantó de su escritorio y caminó lentamente hacia la puerta. Estaba eufórico, completamente pletórico debido al resultado del juicio. Por fin tenia Bulevar en sus manos… por fin habia dejado a los De la Vega sin la empresa de su familia. Y se sentía muy feliz por ello.
Habia llamado a su socia aquella misma mañana para comunicarle el fallo de la opa. Y se alegraba de saber que ella también se sentía feliz. Sabia que quedaba mucho trabajo por delante: restructurar toda la empresa y contratar gente para sustituir a la que quería echar. Porque si tenia una cosa clara, era que no quería a Diego al frente de la revista. Ni a Bea. Y mucho menos a Cayetana.
Pensar en Cayetana hizo que la sonrisa se hiciera mas amplia, pero también mas cínica. Habia jugado con él y lo habia perdido todo. Seguro que ya no tenia ganas de menospreciar al mensajero. Y lo que le habia pasado era lo mínimo que se merecía. Lo mínimo.
Salió del despacho y miró a su alrededor. Mercedes y Nuri ya se habían marchado… al igual que Benito. Aun no entendía muy bien porque Mercedes se habia llevado a tanta gente a aquel viaje relámpago que le habia salido por negocios. Pero no le importaba, porque confiaba lo suficientemente en ella como para no pensar en ello. Miró al otro lado de la espaciosa sala y tampoco vio a Driade en su mesa. Frunció el ceño por un momento al no verla, pero miró el reloj de la pared cercana y se dio cuenta de que ya era la hora de comer.
En ese momento, se oyó el ascensor y al ver salir a Cris de él, su sonrisa se hizo alegre
- Justo a tiempo…- la saludó mientras daba dos zancadas hacia ella y la besaba apasionadamente en la boca
- ¿Justo a tiempo para invitarme a comer?- le contestó ella correspondiéndole al beso y metiéndole las manos por debajo de la camisa
- Mmmmm… el verbo comer puede tener muchas variantes..y estoy abierto a posibilidades- dijo mientras bajaba los labios por su cuello
Cris se echó a reir.- Eres insaciable…¿eh?- le separó un poco de ella, riéndose a carcajadas al ver que él ponía morritos- no seas payaso. Lo que quiero es que me invites a comer “comida”- dijo haciendo la señal de las comillas con los dedos- y que celebremos tu gran triunfo sobre Diego de la Vega
- ¿Sabes?- dijo sonriendo como un bobo- ese plan también me gusta…claro que…¿luego habrá postre?
Cris rió de nuevo.- Pues va a ser que no. Tengo una cita a las cinco
- ¿Una cita?¿Debo ponerme celoso?
- Pues va a ser que hoy no va a ser el dia…- dijo ella, divertida- he quedado con Beatriz Pérez Pinzón
- ¿Con Bea?- Jota la miró asombrado- ¿y eso?
- Va a cambiar su declaración….- le dijo Cris con los ojos brillantes
- ¡Que me estás contando!- exclamó él
- Si… todo marcha sobre ruedas… tenemos el caso en las manos Jota… y con un poco de suerte y la declaración de Beatriz, Alvaro Aguilar puede estar en la calle en menos de un mes
Jota soltó un aullido de júbilo que hizo reir a su novia a carcajadas. La besó con pasión
- Eso si que se merece una celebración….!
- ¿El Luxury entonces?
- Apuntas alto, eh?
- De algo tiene que servir tener un novio rico.. no?
Jota volvió a reir y abrazándola, los dos se dirigieron hacia el ascensor
Saymi miró a su alrededor y tras verificar que todo estaba según lo planeado, asintió con la cabeza. Miró el reloj y luego a su acompañante
- Ya son las dos..- dijo
- Será mejó que nos marchemos tia..- le contestó el Anguila
- ¿Las llaves están en su sitio?
- Todo en su sitio...que hablas con un pofesioná eh?
Saymi sonrió y cogió el móvil
- Todo en orden. Fase tres preparada en espera de realización de fase dos..- dijo cuando le cogieron el teléfono- nos volvemos a nuestros lugares de trabajo. Mucha suerte
- La tendrán…- le dijo Anguila cuando ella colgó
- Eso espero…- fue la respuesta de ella
Diego vió entrar a su hermana Cayetana al despacho que aún ocupaba en Bulevar, pero siguió enfrascado en el movimiento giratorio de su bolígrafo, ignorándola deliberadamente. Cayetana se colocó frente a él, no muy dispuesta a que pasara de ella
- ¿Qué piensas hacer, Diego?- le preguntó
- ¿Hacer de que?- respondió él sin mirarla
- ¡Nos han quitado la empresa, Diego!- exclamó ella fuera de si- ¿Acaso no te importa?
Su hermano la miró por un momento, sumamente serio, para después echarse a reir como si estuviera loco
- ¿Importarme?¿Crees que no me importa que me hayan quitado la única arma que tenia para hundir a Francisco Aguilar?
Cayetana lo miró espantada.- ¿Sólo te importaba por eso?
- ¿Y por que mas? Dejame en paz Cayetana…no entiendes nada… absolutamente nada
La directora de contenidos tuvo ganas de echarse a llorar como una niña, pero se contuvo. Todo el trabajo de su padre… el de toda una vida se habia perdido, y a su hermano solo le importaba su absurda venganza contra el hombre que les habia criado. Si hubiera querido gritar de frustración, aquel era el momento idóneo. Miró desesperada a Diego, que aún seguía riendo, sin control
- Déjale Cayetana…- dijo una voz a sus espaldas- no atiende a razones. Esto le ha afectado mas de lo que jamás estaría dispuesto a reconocer…
Cayetana se giró hacia la secretaria de su hermano. Hacia tiempo que sospechaba que entre ellos habia algo… y tras escucharla hablar de él con tanta intimidad, lo supo sin ningún tipo de duda
- Estamos solos en esto…- dijo con un hilo de voz
- Cada uno ha sufrido la pérdida a su manera..- dijo Marie con tristeza- y Diego no sufre por lo mismo que tu. Quizás es momento de enterrar el pasado y empezar de nuevo…
- No se hacer eso…- respondió Caye al borde de las lágrimas- toda mi vida es Bulevar..
Marie se acercó a ella y la cogió de la mano.- Caye…
- Dios…- Caye ya lloraba- aquí está mi infancia, mi juventud, mis inicios como periodista… mi relación con Alvaro, la ruptura, la emoción, la tristeza… todo… está mi vida entera…Y Jota me lo ha quitado todo… todo…
- No dejes que una venganza acabe contigo… Bulevar se desvanece… pero tu sigues aquí… y tienes fuerza para seguir adelante…
- Eso hermanita…- intervino Diego- las venganzas déjamelas a mi…Tú márchate y alejate de todo esto… Será lo mejor.
Cayetana lo miró a través de las lágrimas y supo que tenia razón. No en la venganza… aquello le iba grande, la hería demasiado. Pero si debía alejarse… contra mas mejor. Donde Jota no pudiera continuar dañándola. Miró a Marie que miraba a Diego entre la censura y el amor mas incondicional y por un momento, envidió a su hermano. Él no estaba solo… jamás volveria a estarlo. Pero ella si.. a ella ya no le quedaba nada.
Tendría que buscar un nuevo camino.
Llegaron a la prisión diez minutos antes de lo previsto, el tiempo justo para acabar de poner a punto todo. Aparcaron los coches justo en la puerta. Gonzalo cerró la puerta del coche y se dirigió al coche negro que les seguía. Driade bajó la ventanilla
- ¿Lista?- le preguntó Gonzalo
A modo de respuesta, Driade bajó del coche y le pasó las llaves a Gonzalo. Él le dio las llaves del otro coche y desde la puerta, miró a Alejandro que los miraba sin hacer movimiento alguno. Gonzalo le sonrió, transmitiéndole su apoyo con esa sonrisa y Ale le devolvió la sonrisa. Driade se alejó de Gonzalo y se acercó al primo de Alvaro.
- Vamos alla…- le dijo Alejandro cogiéndola de la mano
Los dos entraron en las dependencias de la prisión y caminaron con lentitud hacia las puertas de acceso a las celdas. A pesar del nerviosismo, se habían soltado las manos y los dos caminaban el uno al lado del otro en silencio. El guardia de la puerta pidió la documentación de los dos y les dejaron entrar al comprobar que efectivamente la chica tenia una cita para un vis a vis.
- Usted tendrá que esperar en la sala..- le dijo el guardia a Alejandro
Alejandro afirmó con la cabeza y miró su reloj. Dríade se giró hacia el guardia con la mayor naturalidad posible.- ¿Cuánto tiempo tengo, oficial?
- Una hora…- en ese momento apareció Muñoz a la carrera- ¿Qué pasa?- le preguntó el guardia al ver a su compañero tan agitado
- Te necesito en el módulo dos, Pepe…Martinez ha provocado una pelea y no podemos contenerlos..
- Mierda…- siseó el guardia
- ¡Vamos, mueve el culo!- le gritó Muñoz alejándose de él
Pepe se giró hacia Driade y Alejandro
- Señorita, el preso la espera tras la puerta verde, a su izquierda..ahora vengo…¿de acuerdo?
- Gracias…- dijo Driade intentando no soltar un suspiro de alivio.
Cuando el guardia desapareció, los dos se miraron durante un segundo y cada uno tomó un camino. Dríade hacia la salida, donde la esperaba Gonzalo. Alejandro hacia la sala del vis a vis.

Capítulo 37

Llegó la noche y Barajas, a pesar de la hora, hervía de actividad. Mercedes miró a su tio Francisco con cara de resignación, mientras la chica del mostrador de facturación les preparaba los billetes. Sara estaba a su lado, junto a Benito y a Nuri.
- Es que no entiendo porque tengo que irme…- decía Nuri con cara de enfado. No se porque mi novio me ha pedido que haga esto
- Yo tampoco se porque tengo que irme…- dijo Benito- para una vez que consigo un trabajo donde no cobro 240 euros…
- Basta ya chicos..- dijo Sara- no hagáis esto mas difícil
Merche se aguantó las ganas de llorar al recordar su despedida de Saúl. Él no habia querido entender porque ella se iba de la noche a la mañana y sin explicarle dónde o porque. Ella habia guardado silencio… no solo porque su hermano Alejandro se lo habia pedido… sino porque sabia, se imaginaba, que la vida de su tio Francisco estaba en juego. Él pareció leerle el pensamiento y la abrazó por los hombros. Ella le sonrió.
- ¿Todo listo?- preguntó Alejandro acercándose
- Todo listo..- contestó Sara cogiendo los tarjetas de las manos de Francisco. Alejandro se acercó a ella y le puso una mano en el hombro
- Saymi confía en ti mas que en si misma…. Asi que te encargo todo.. - Sara afirmó con la cabeza y Alejandro sonrió- tienes el móvil ¿verdad?
- Si, lo tengo todo- contestó ella
- Nos mantendremos en contacto…- afirmó él y se giró hacia su hermana y su tio
- Cuidaos mucho….- dijo con tristeza al mirarlos
- Cuidate tu, muchacho..- dijo Francisco- no se que os tramais… solo espero que salga bien
- No te preocupes por eso…- Alejandro abrazó a su tio y luego miró a su hermana- lo siento mucho pequeña…
- Prométeme que no harás locuras…- le dijo ella mirándole seria
Alejandro sonrió, pero no le prometió nada, porque sabia que no podría cumplirlo. Le dio un beso en la mejilla y despidiéndose una vez mas, se alejó unos pasos al escuchar que ya anunciaban el vuelo por megafonía. Todos cogieron sus maletas de mano y en ese momento, Nuri se acercó a él
- ¿Le dirás a mi Juanra que le quiero?- dijo casi al borde del llanto- dile que no entiendo porque me manda lejos.. pero que si es necesario…- suspiró, sabiendo que aquel hombre tampoco le diría nada- lo van a soltar pronto…¿verdad?
- Mañana sale en libertad condicional- le dijo Alejandro
Nuri soltó un gemido de protesta, pero sin decir nada mas, se alejó tras el grupo, ya perdiendo la batalla contra las lágrimas.
Bea seguía en su oficina, aunque ya hacia varias horas que todo el personal se habia marchado. No quería marcharse a casa y encerrarse en su habitación. Sólo podría llorar y maldecirse a si misma.. y eso no le ayudaba. Trabajar, almenos, hacia que se distrajera, aunque concentrarse le estaba costando la misma vida.
Nacho la habia llamado hacia unas horas para decirle que J&S International se habia hecho con Bulevar y que tenia que quedarse hasta tarde en el juzgado, y después en la oficina de la empresa de Jota para formalizar los papeles. Bea hubiera vendido sus acciones con tal de haberle visto la cara a Diego en el momento en que el juez habia dicho que la opa se inclinaba a favor de J&S. Jota lo habia conseguido… por fin lo habia conseguido… y por fin podrían empezar a respirar. No sabia realmente porque Jota habia querido hacerse con Bulevar21 y que querría hacer ahora que ya la tenia. Pero no podría ser peor que con Diego. Jamás nada sería peor que tener a Diego al frente.
Quizás era el momento de empezar a luchar por un sueño… por el sueño de Alvaro. Alvaro. Bea abrió un cajón a su derecha y sacó la foto del periódico de la fiesta de TMNet y se la quedó mirando. Aún recordaba lo que sintió cuando Alvaro la habia besado esa noche.. cuando, horas mas tarde, lo habia tenido a su lado, en la misma cama… escuchando su respiración pausada, sintiendo sus movimientos, sintiendo su piel cerca de la suya. Se habia muerto por acercarse a él, abrazarle, besarle, entregarse sin resquicios. En aquel momento lo amaba mas que a su vida… y esos sentimientos no habían cambiado ni un ápice. Habia sido una tonta al pensar que podría olvidarle con Nacho… que Nacho le sacaría de dentro. Pero estaba ya demasiado dentro, demasiado dentro como para sacarlo… porque si se lo sacaba, ella quedaría hueca, vacía.
Pero habia sido ella misma quien lo apartara definitivamente.. la que había roto cualquier posibilidad de rehacer su amor. Lágrimas calientes rodaron por sus mejillas al recordar su odio, su ira… las palabras hirientes que le habia gritado a la cara. Y recordó sus besos desesperados, cargados de dolor, de furia contenida. Bea se tocó los labios y su llanto arreció sin poderlo evitar. Hubiera dado la vida por evitar que él sufriera, que estuviera allí encerrado.. pero había sido ella misma quien le habia enviado allí, quien le habia traicionado… con la peor de las traiciones.
Se levantó, sumamente nerviosa, mientras las lágrimas seguían rodando por sus mejillas. Le amaba tanto que le dolía.. quería correr hacia aquella prisión y abrazarle, sentirle. Y no poder, la estaba matando. Se quedó parada un momento y pareció acordarse de algo. Se limpió las lágrimas y miró el teléfono. Y sin dudarlo un momento, cogió su bolso, rebuscó en su interior y sacando una tarjeta, marcó un número
- ¿Susana?- dijo cuando le cogieron el teléfono
Susana, que estaba tumbada en el sofá, mas dormida que despierta, habia cogido el móvil sin mirar quien era. Al reconocer la voz de Beatriz, se sentó en el sofá como un resorte
- Beatriz…- contestó
- Perdone que le moleste a estas horas… espero no haberla despertado…
- No, no, estaba despierta…-contestó atusándose el pelo- ¿ocurre algo?
- Quiero cambiar mi declaración. Quiero contar la verdad
- ¿Estas segura?- dijo Sue tras una pausa
- Si. Muy segura… ¿voy mañana a su despacho?
A Susana le costaba pensar.- No… las abogadas se pondrán en contacto mañana mismo. Ellas son las que te tomarán la nueva declaración
- Gracias…- dijo Bea con un hilo de voz
- Te llamarán pronto- dijo Susana dándole a entender que no dejarían pasar demasiado tiempo para que ella cambiara de idea- cogete la tarde libre… seguramente la necesitarás
- Gracias..- y esta vez la voz de Bea pareció mas relajada, menos nerviosa
Susana colgó el teléfono y sonrió. Enseguida marcó el teléfono de Cris.
El sol brillaba en aquella mañana en las afueras de Madrid. Anguila salió de un coche color burdeos y cerrándolo, dejó las llaves puestas. Miró su reloj de pulsera y se permitió un minuto para poder regodearse en la sensación de saberse libre. Por fin habia salido de aquel agujero apestoso… y no podía evitar sentirse eufórico, a pesar de saber que habia dejado a Alvaro allí dentro. Siseó una maldición al recordarlo, pero se dijo a si mismo que debía centrarse.. que habia mucho de aquella misión que dependía de él. Miró a su alrededor y vio la calle desierta, como siempre pasaba en aquella parte de Madrid llena de fábricas. Comenzó a andar hacia el metro, mientras fijaba la vista en el suelo. Tenia que pasar desapercibido, pero con su pinta de excarcelario, la verdad es que resultaba difícil. Al llegar a la parada de metro, diez minutos mas tarde, volvió a mirar su reloj y se detuvo. No podía llegar tarde a trabajar. Todo debía suceder con la mayor naturalidad posible
Cogió su móvil y marcó un número
- Ey Gonzalito tio… trabajo hecho. Me voy pal curro. Sigue la fase esa…¿Cuál? Coño la 2.. esa misma… la que yo habia dixo.. joeeer con las tonterías… enga ya, que me voy a pillá el metro- y colgó
Cris llegó a la oficina de Susana en el juzgado y se encontró allí a Laura. Se la veía muy nerviosa
- ¿ Me estabas esperando?- le preguntó sorprendida de verla allí
- Si. Tenemos que empezar a estudiar la defensa de Aguilar
- Hay cambios en eso…- le dijo Cris
- ¿Cambios?
- Si… Beatriz Pérez quiere cambiar su declaración. Tenemos que quedar con ella esta misma tarde
Laura la miró sorprendida.- ¿Qué quiere cambiar la declaración? Pero…- quiso decir que porque no habia acudido a ella siendo la abogada contratada por ella misma… pero se contuvo. Ya no quería mentir mas si podía evitarlo.
- Llamó anoche a Susana para decírselo. Creo que está decidida..
- Pues no perdamos tiempo….- dijo cogiendo su móvil del bolsillo exterior de su bolso- quedemos con ella
Fue a marcar cuando recibió un mensaje de texto. Al ver de quien era, se puso nerviosa, pero lo abrió
“ Aún no me has dicho nada de ese café…¿eso es un no o un si? Vamos a enterrar el hacha de guerra y dejarme disfrutar de esa sonrisa. Ya no quiero averiguar si traicionas.. solo quiero conocerte. Gonzalo”
Las piernas de Laura se volvieron de gelatina, pero en ese momento supo que también quería tomarse ese café con él. Miró a Cris que aún esperaba que laura llamara a Beatriz
- ¿Podemos quedar mas tarde?- preguntó
- ¿Pasa algo?¿A que hora quieres quedar?
- A eso de las cinco
- Por mi vale. Tengo que ir a ver a mi novio para que me cuente una cosa… y celebrar algo que tenemos pendiente desde ayer
- Perfecto…pues quedo con ella aquí a las cinco…- Laura se dirigió a la puerta- nos vemos luego
Cris se despidió de ella y Laura salió al ascensor. Al entrar, cogió el móvil y contestó el mensaje
“ Te espero en la puerta de la prisión a las tres”
En seguida recibió contestación
“ Uy, que poco romántico… ¿me esperas mejor a las tres y media en la puerta de tu oficina? Conozco un sitio cercano que te encantará”
Laura sonrió ante la respuesta
“ Siempre tan cabezota señor de Soto… a ver si es capaz de sorprenderme”
Y la respuesta, hizo que Laura riera como una tonta
“ No lo dudes, preciosa”
Alejandro escuchó la puerta y miró el reloj. Eran la una y media. Era puntual. Corrió al recibidor y le abrió. Gonzalo le esperaba al otro lado de la puerta
- ¿Listo?- preguntó serio
- ¿Listo?- preguntó Ale a su vez
- Fase tres preparada. Sólo falta completar la fase dos.
Alejandro cogió aire. Se revisó los bolsillos de la chaqueta, se puso las gafas de sol y le hizo un gesto a Gonzalo para que saliera
- Pues vamos alla.
Los dos amigos salieron a la calle y se dirigieron al coche. Lo pusieron en marcha y salieron al tráfico de Madrid. Gonzalo miró por el retrovisor y suspiró tranquilo al ver que un coche negro no los perdía de vista. Todo marchaba a la perfección.