miércoles, 11 de marzo de 2009

Capítulo 97

Laura salió de la cama, y con ojos somnolientos, se dirigió al lavabo, buscando una ducha que la despejara. En la cocina se escuchaban ruidos, pero nos les dio importancia… porque Gonzalo siempre se levantaba antes y preparaba café. Ya era como una rutina en sus vidas, y a los dos les encantaba… como si los dos siempre hubieran querido hacer lo mismo cada mañana.
Gonzalo le salió al paso, justo en el momento en que ella entraba al baño
- ¿Un café primero…?- le preguntó con la mayor de sus sonrisas
- No.. una ducha..- contesta ella poniendo un puchero
- Te tengo una sorpresa en la cocina….- dice él ampliando la sonrisa
- ¿Una sorpresa?- dice ella abriendo mucho los ojos
- Si…¿no quieres saber de que se trata?
Ella echó a correr como una niña entusiasmada hacia la cocina. Allí no vio nada fuera de lo normal, sólo un sobre encima de la mesa
- Es ese sobre..- le dijo Gonzalo al oído por detrás- mira a ver que hay dentro..
Laura le obedeció y sacó dos billetes de avión, junto a una reserva de hotel. Los leyó, emocionada, y luego miró a Gonzalo
- ¿Praga?- preguntó ella, aún mas emocionada
- Supe que siempre habías querido ir.. y que no pudiste… Creo que nos merecemos una escapadita.. no? Tú como premio de lo bien que has defendido a mi mejor amigo..y yo.. yo porque te adoro..y quiero raptarte unos días…
- ¿Me adoras..?- preguntó ella emocionada
- Un poco, si..- dijo él con una risita, mientras la abrazaba y le besaba en el cuello
Ella se giró hacia él y le abrazó.- Yo si te adoro, Gonzalo de Soto… no sabes cuanto…
- Pues vas a tener que demostrármelo…- le dijo él contra su boca- claro que te doy de margen los próximos.. que.. ¿20 años?
- ¿20 años? ¿Eso no es mucho tiempo?
- No..- Gonzalo la miró, repentinamente serio- nunca tendré el suficiente tiempo para decirte lo mucho que te quiero…
Laura le miró, con los ojos llenos de agua.- ¿Puedes empezar ahora?- susurró
Gonzalo buscó sus labios, besándola con ternura, mordisqueando sus labios con los dientes, transmitiéndole, en un mero roce, todo o parte de lo que sentía por ella
- Te quiero…- le dijo contra la boca de ella
- Te quiero..- repitió ella
- ¿Te vienes a Praga conmigo?
- Me voy contigo al fin del mundo con mochila y descalza…
- No te iba a pedir tanto..- rió él
- Por supuesto.. con lo señorito que tú eres vas a ir descalzo… ¿ te compramos unos italianos? Unos forzieri…por ejemplo
Gonzalo se echó a reir y la abrazó.- Dios.. eres increíble…¡te quiero!
- Mmmm.. sólo van dos veces…
Él volvió a reir y la besó con fuerza, hasta que ella dejó de pedir que él hablara,olvidándose de todo.
Susana aparcó el coche y salió de él, mientras buscaba el móvil en su bolso, pues le estaba sonando. Llevaba las manos llenas de carpetas y las dejó en el asiento del conductor, mientras conseguía coger el móvil y contestaba
- ¿Diga?
- Hola peque… ¿dónde estás..?
Ella sonrió al escuchar la voz de Alejandro
- Pues… ahora mismo en compañía de un morenazo de ojos verdes.. con unas tabletitas de chocolate que está… mmmmm… para comérselo.
- Pues dile a ese musculitos sin cerebro, que me diga a que gimnasio va… mas que nada para ir a partirle unas cuantas onzitas de ese chocolate en la cabeza…
- ¿Y dejarás a tu peque sin chocolate?- ella puso morritos
- Mi amor.. si mi peque quiere chocolate, yo le compro una fábrica entera… pero los morenazos de ojos verdes, al paredón… que luego venimos los morenillos con ojos oscuros, y nos morimos de hambre…
Susana comenzó a reir.- Pero es que los morenillos de ojos oscuros, también tienen su que…
- ¿Ah si? ¿Su qué, como qué?
- Pues no se…. su que…- ella sonrió
- Ahhhhhhh…. ese que…- él también sonrió- ¿y me vas a decir dónde te ha llevado ese morenazo?- soltó, picoso
Ella ya soltó la carcajada.- Ay mi vida.. que pronto te picas
- Yo no me pico…- refunfuñó él- ¿ dónde estás?
- En la prisión. Tengo que dar salida hoy a unos cuantos presos…y firmar algunos documentos…- contestó ella aún entre sonrisas
- Bueno… pues te rapto en… exactamente…. media hora.. que es lo que tardo en llegar allí.
- Pero peque..
- Tengo una noticia que darte…. y es muy importante..
- ¿Una noticia? ¿Qué pasa?
- Te la cuento cuando te recoja
- Cariño.. he traido el coche…
- Pues lo dejas, y que Pepe te lo acerque a Madrid. No es la primera vez que lo hace…
- ¿Lo tienes todo pensado, eh?
- Todo.. voy para allá. Te quiero peque
- Y yo a ti..
Susana colgó el móvil y lo miró con una sonrisa. Cogió las carpetas y cerrando el coche, se dirigió a la entrada del edificio. Había pasado una semana ya desde el funeral de Francisco y Diego, y ella, ya mas tranquila, había decidido volver a trabajar. El juicio de Nacho se había fijado para tres meses después , y le habían retirado toda posibilidad de salida bajo fianza, así que sabía que por ese lado, podía relajarse y seguir adelante. Su relación con Alejandro iba mucho mejor de lo que jamás podía haber imaginado… y era tan feliz con él, la cuidaba tantísimo, que ella no podía mas que vivir sobre una nube. Alejandro también era feliz… su reciente descubrimiento sobre su parentesco con Álvaro, le había dado una alegría que aún, tras una semana, le desbordaba. Se pasaban el mayor tiempo del día juntos… y tanto ella como Bea, se habían acostumbrado ya, a la contínua presencia del otro gemelo.
Aquel día, tal y como le había dicho a Alejandro, tenía cosas pendientes en la prisión. La había intentado evitar durante toda la semana, desde que había vuelto a trabajar, pero sabía que su presencia allí era inevitable. Las posibilidades de ver a Nacho, era prácticamente nulas, pero aún así, le ponía los pelos de punta, saberse en el mismo edificio que él.
Abrió la puerta y saludó a Pepe, que como siempre, estaba cerca de la puerta de su despacho. Él le correspondió el saludo, con una gran sonrisa de bienvenida, y Susana, entró en su despacho, dejando las carpetas sobre la mesa. Sintió frio y se sintió sola. Cris se había cogido unos días de vacaciones y se había marchado con Jota a un país árabe, que ahora ni recordaba el nombre.. Laura se había marchado a Praga.. y Diana.. bueno, Diana estaba en Madrid… pero se había cogido el mismo número de días para escaparse con Zarek a cualquier sitio que se les ocurriera.. aunque Susana sospechaba que no habían salido del apartamento de él.
Se sentó en la mesa y sacó los documentos de las carpetas, poniéndose a trabajar.
- Señoría…- dijo Pepe entrando sin llamar. Susana le miró algo exasperada, pero se mordió la lengua para no decirle nada fuera de tono. Llevaba mas de media hora firmando y leyendo documentos, y la verdad es que le venía bien aquella distracción
- ¿Qué pasa, Pepe?
- Su novio… Alejandro. Me ha dicho que salga.. que ya ha llegado

- Dile que tardo dos minutos… que ya voy
- Muy bien señoría…- contestó Pepe y seguidamente volvió a salir del despacho, cerrando la puerta
Susana se apresuró a firmar los últimos documentos, y los archivó, cogiendo las copias y metiéndolas de nuevo en las carpetas, para que el máximo responsable de la cárcel los tramitara ese mismo día. Se levantó y se puso el abrigo, mientras de su bolso, sacaba un espejito y se arreglaba el maquillaje.
Salió del despacho casi a la carrera, con la sonrisa en los labios, deseosa de ver a Alejandro, y en su huída, no vio a Muñoz, el jefe de módulo, que caminaba directamente hacia ella, y ambos se chocaron, haciéndola trastabillar para atrás
- ¡Perdone señoría! ¿Está usted bien?- preguntó preocupado, sujetándola para que no callera
- Claro.. si, si, no se preocupe….- respondió ella
En ese momento se giró y se quedó helada
- Hola Koalita….- dijo la voz melosa de Nacho
Susana no le contestó y Muñoz los miró a ambos
- Disculpe señoría..- le dijo algo incómodo- pero llevábamos al preso a la zona de aislamiento. No hace mas que provocar problemas…
- No.. no pasa nada…- dijo ella haciendo un amago para marcharse
- ¿Ni siquiera me vas a saludar, koalita? ¿Qué pasa?¿Que aún me tienes miedo..?
La sangre se le congeló en las venas.. para luego, seguidamente, disolverse en una ira que casi la hizo explotar. Aquel hombre la había violado, intimidado hasta casi morir de miedo.. aquel hombre había intentado matar al hombre que amaba… y a su hermano también. Era un ser sin escrúpulos.. un ser que siempre se había servido de cualquier cosa para conseguir lo que quería… a costa de lo que fuese.. incluso de la vida de los demás. Y estaba harta. Harta de tener miedo.. harta de sentir escalofríos cuando escuchaba pronunciar su nombre… harta de no poder ser libre. Ella no se merecía vivir así… ni tampoco las personas que la querían y la rodeaban…No. Aquello se tenía que acabar.
Se giró hacia él y le miró fijamente.
- El miedo es como el respeto… se gana Goñi. Y tú eres un mierda, que lo único que sabe hacer es intimidar, a ver si consigue ser alguien en la vida… ¿pero sabes algo? Ya no me intimidas.. ya no me das miedo. Porque soy mejor que tú.. porque mientras que yo estoy libre, y feliz… y con un futuro increíble ante mis ojos, tú estás aquí.. en una celda de cuatro paredes, sin poder hacer lo que quieres.. sin poder disfrutar de la luz del sol nada mas que una hora al día. Estás encerrado Goñi.. encerrado como la rata que eres..y jamás podrás salir de aquí… te juro.. porque esto si te lo puedo jurar, que yo misma me encargaré de que te pudras aquí.
- Maldita zorra…- siseó él entre dientes
Ella, debido a la furia, no se amilanó. Al contrario, se acercó mas a él, hasta quedar su rostro casi pegado al de él
- Si.. soy una zorra.. pero una zorra feliz… ¿y sabes lo mas triste? Que yo tengo gente que me adora.. que me cuida, que me quiere por encima de cualquier cosa… Tú.. tú estás solo Goñi.. nadie se va a preocupar si vives o mueres… si te quedas encerrado o sales de aquí… porque nadie te quiere.. a nadie le preocupas…
Susana se separó de él, justo cuando él siseaba de furia. Sus ojos, los ojos de Nacho, estaban húmedos, de lágrimas de rabia no derramadas
- ¡YO TE QUERÍA!- le gritó- ¡ TE AMABA, MALDITA SEAS!
Ella le miró de nuevo, sin expresar sentimiento alguno
- Pues yo no. Me dabas asco..y me das asco, Nacho..- pareció pensárselo mejor y rectificó- no.. ahora me das lástima.. porque no eres nadie, Nacho.. porque has te has reducido a no ser absolutamente nadie..quisiste ser alguien a costa de los demás, pero no conseguiste nada… porque sigues siendo un don nadie.
Y se marchó. Se marchó sin esperar a que él le respondiera, aunque el dolor puro que vio en su mirada antes de girarse, le dijo que no lo haría. Por fin sabía que le había dado donde mas le dolía…por fin le había golpeado con sus propias armas. Salió por la puerta, al sol.. a la brillante luz, y la sonrisa de Alejandro, la llenó de felicidad. Por fin se sentía libre… mas libre de lo que jamás se había sentido.
Cayetana miró por los ventanales del aeropuerto que daban a la pista de despegue. Estaba seria, pero Sandra sabía que todo era pura apariencia
- Parece que tu mala suerte con respecto a los retrasos de los aviones, se me ha contagiado..- le dijo a su hermana, mientras se giraba y miraba la pantalla de salidas que anunciaba que su vuelo de vuelta a New York tendría un retraso de al menos una hora. Sandra sonrió
- Bueno hermanita.. no te quejes. Almenos no tienes a Bárbara al lado, quejándose de lo mucho que la espera puede afectar a su cutis ultra mega sensible…
Caye no pudo evitar sonreir al pensar en su amiga Bárbara
- ¿Crees que estará bien con Santi?
- Perfectamente… ese muchacho la adora.. y ella a él. Se desvivirán el uno por el otro.. aunque esto parezca raro hasta pronunciado en mi boca…
- Bárbara lo pasó muy mal cuando pensaba que Santi ya no la quería….
- ¿Ves?- replicó Sandra- entonces estará perfectamente…
- Eso espero… - Cayetana hizo una mueca triste- porque la voy a echar de menos..
Sandra hizo un gesto con las manos.- ¿Y tú que? ¿Estás segura de tu decisión con respecto a Bulevar?
Caye miró a su hermana y asintió con la cabeza.- Muy segura. Mi sitio ya no está allí.. ni siquiera está en Madrid. Me fui a New York huyendo, y encontré mi camino allí. Ahora no podría quedarme aunque quisiera. Se que la empresa está en manos de las personas que deben llevarla… y se que lo harán estupendamente. Confío en Álvaro.. y en Beatriz. Yo seré como tú… - rió- pondré mi mano cada fin de mes para cobrar…
- Que malas somos…¿verdad?- rio Sandra
- Muy malas…pero saben que si me necesitan, cogeré el primer avión- Cayetana suspiró- lo importante es que la empresa de nuestros padres siga hacia delante..
- Y hacia delante seguirá Caye.. eso ni lo dudes. Ya todo está en su lugar…
Cayetana miró a Sandra con cariño.- ¿Y tu que harás?
- Volverme a casa… - dijo con rapidez
- ¿En Madrid?
- No.. en Marsella. Adoro mi vida allí.. y aquí ya no me necesitan. Ya te pasaré las señas, por si quieres visitarme…
- Por favor… no quiero volver a perderte…- rogó Cayetana
Sandra se levantó y la abrazó.- No me vas a volver a perder… Ahora volvemos a ser una familia.. y eso no cambiará.
Cayetana sonrió y supo que su hermana le decía la verdad. Ahora, por fin, iban a ser una familia.

Susana se acercó a Ale, que la esperaba junto al coche
- ¿Y esa sonrisa?-le dijo Ale al llegar a su altura
- Estoy feliz de verte…¿no puedo?- respondió ella abrazándolo y besándolo sonoramente en la mejilla
- Claro que puedes peque..- él buscó su boca y se la besó, con ganas- yo me estaba muriendo por darte un beso como dios manda..- hizo una mueca- esta mañana te has ido demasiado deprisa…
Ella se echó a reir
- Si nos hemos ido a la vez, cariño…- lo miró con ternura- ¿Qué tal la mañana en Bulevar?
- Bastante bien. Yo no tengo mucha idea de llevar una empresa, pero Bea y Álvaro hacen un equipo increíble… ellos la sabrán sacar adelante.
- Me alegro mucho, mi amor…- le dijo abrazándolo por la cintura
- ¿Se puede saber porque estás tan contenta?- volvió a preguntar Alejandro al verla sonreir de aquella manera
- Pues….¿ Porqué iba a estar contenta?- lo abrazó mas fuerte- porque te quiero… porque estoy enamorada del hombre más maravilloso del mundo… y porque hace un día estupendo…¿ no te parece?
- Lo que me parece es que me estás ocultando algo…- le contestó él entre risas
- Que noooo- ella hizo un mohín con la cara, que le hizo reir aún más a él- ¿ Qué es esa noticia tan importante que tenías que contarme?
- Aquí no…- él buscó sus labios- ¿ Nos vamos a comer? Tengo un hambre de lobo..
Ella volvió a reir.- Aprendes rápido…¿eh?
Alejandro sonrió, pícaro.- No lo sabes tú bien…
- Pues entonces vamos..- contestó ella- a mí también me ha entrado un hambre de lobo.
Ambos se besaron, en un beso corto, pero lleno de anhelo. Susana se separó de él, para darle sus llaves del coche a Pepe, y pedirle que se lo bajara cuando terminara de trabajar, y Alejandro se montó en el suyo, esperando a que ella entrara también en el coche. Cuando lo hizo, él puso en marcha el coche y se alejaron hacia la carretera, camino de vuelta a Madrid. Pero pronto, Susana se dio cuenta de que no iban de vuelta a la ciudad.
- ¿Se puede saber dónde vamos?- le preguntó ella mirándole
- Es una sorpresa- contestó él sin desviar la vista de la carretera
- ¿Una sorpresa?- Susana sonrió- suponía que querías comer en un restaurante.. todo romántico
Alejandro sonrió, pero no contestó. Al cabo de un rato, llegaron a un campo, y él detuvo el coche.
- ¿Esto es la sorpresa?- preguntó Susana bajando del coche y mirando a su alrededor. Era un paisaje precioso… césped verde… flores amarillas, blancas y rojas.. y todo en su plenitud, a pesar de no haber dejado aún el invierno atrás
- Es la finca de un amigo de Álvaro y Gonzalo. Él está en Hong Kong por negocios… y Álvaro pensó que nos vendría bien una escapadita a tí y a mi…
- Vaya…- ella le miró, feliz- que considerado es tu hermano…¿ y dónde vamos a comer?
- Esa es la sorpresa…- Ale fue hacia la parte trasera del coche, y abriendo el maletero, sacó una cesta típica de picnic- “Voilà!” ¡Un picnic!
Susana se echó a reir.- Estás loco… ¡con el frío que hace!
- ¿Pero no decías que hacía un día estupendo?
- Y hace un día estupendo… pero también hace frío.
Alejandro se acercó a ella.- Pues vamos dentro de la casa… hay una chimenea preciosa esperándonos…
- ¿Chimenea y todo? Uao.. te lo estás currando, García…
- ¿A que si?- él se echó a reir y la empujó levemente para que empezara a andar- vamos…esto sólo acaba de empezar…
Los dos caminaron abrazados hacia la casa, que no quedaba muy lejos de dónde habían dejado el coche, aunque si oculta por una loma. Al llegar a la puerta, Alejandro sacó unas llaves y la abrió, cediéndole el paso a ella y entrando después. Susana miró la casa maravillada. Era de dos plantas, completamente revestida de madera. Constaba de salón, una cocina enorme y un baño pequeño en la planta baja. Susana, curiosa, subió al piso superior y vio que allí habían dos habitaciones y un estudio. Y cada habitación constaba de baño privado
- ¿Te gusta…?- le susurró Alejandro, acercándosele por detrás
Ella no se giró.- Es preciosa… el amigo de Álvaro tiene muy buen gusto..
- Te he mentido un poco..- le contestó él tras una pausa- no es de un amigo de Álvaro.
En esta ocasión, Susana si se giró.- ¿Ah no? ¿Entonces de quien és?
- Nuestra… tuya y mía.
Susana le miró con los ojos abiertos como platos.- ¿Qué?
- Que la he comprado… para los dos…yo…
- ¿Qué la has comprado…?- Susana miró a su alrededor una vez mas- pero..¿Qué..?
- Pedí una plaza para el hospital del norte, Su… y me la han concedido. Empiezo la semana próxima.
Ella se giró de nuevo hacia él, con los ojos húmedos, de la emoción.
- ¿Vas a trabajar aquí? ¿Por qué no me lo dijiste..?
- Porque no sabía si me darían la plaza.. y tenía miedo de ilusionarte. Sé que nunca hemos hablado de que yo trabajara en Alemania, ni que tuviera mi vida allí.. pero te quiero Su.. te quiero mas que a mi vida. Y no quiero ir a ningún lado dónde no estés tú
- Ale…- ella no podía hablar, debido a las lágrimas
- Quizás me he precipitado comprando esta casa tan lejos de la ciudad…pero si no te gusta, se puede cambiar mi amor.. e irnos dónde tú quieras. Lo importante es que estemos juntos.. juntos para siempre..
- No.. si la casa me encanta..- dijo ella
- ¿Entonces…?
- Es que no se que decir – ella le miró, sonriendo esta vez
- Di que te casarás conmigo
Susana sintió que el corazón se le paralizaba en el pecho, para después volver a latir con un gemido doloroso. No pudo pronunciar palabra
- ¿ No quieres…?- empezó él a preguntar, pero no le dio tiempo de seguir. Ella se le había echado encima
- ¡¡¡SI!!!¡¡¡¡SIII!!!!- gritó ella, abrazándolo y besándolo- ¡ Dios Ale! ¡Te quiero, te quiero, te quiero!
Él comenzó a reir, mientras correspondía a los besos
- ¡ Valeeee! ¡Pero tranquila, que me vas a matar!- dijo entre risas
Ella se apartó de inmediato.- ¡Ay! ¿Te he hecho daño?
Alejandro la atrajo hacia si, y la abrazó
- Daño me harías si te apartaras de mi, mi pequeña luz de sol… porque tú eres lo que ilumina mi vida..
- Mira que eres ñoño cuando quieres.. ¿eh? – dijo ella en broma, pero totalmente mimosa
- Y lo que te gusta…- rió él
- Pues si…¡viva la ñoñería!- ella le abrazó con fuerza y lo besó. Cuando él comenzaba a disfrutar del beso, Susana se apartó- ¿y los muebles se van a quedar así? ¿Los puedo cambiar..? Porque había pensado que…
Alejandro sonrió mientras la seguía y bebía de su imagen. Ella era un torbellino que había entrado en su calmada vida para ponerla del revés. Y adoraba ese cambio… ese tornado que le hacía ser feliz mas de lo que jamás pudo haber imaginado.

Bea se despertó en la gran cama del apartamento de Álvaro, y le buscó con la mano, encontrando, la cama a su lado, completamente vacía. Se incorporó levemente y poniéndose las gafas de encima de la mesita de noche, miró a su alrededor. Estaba ya amaneciendo, y una luz blanquecina, dejaba paso a los primeros rayos de sol. A simple vista no vio a Alvaro, pero se dio cuenta de que la puerta de la terraza estaba abierta. Así que sin pensárselo dos veces, salió de la cama, y poniéndose las zapatillas, se encaminó hacia allí. Se asomó un poco por la puerta, y lo vio sentado en el suelo, mirando hacia el cielo, en silencio, mientras sus dedos, acariciaban la ecografía de su bebé, que se había hecho ella aquella misma tarde. Sonrió, enternecida.
- Álvaro…- le llamó, en un susurro
Él la miró sobresaltado al principio, pero luego, al verla, se relajó y le ofreció una de sus increíbles sonrisas. Le tendió la mano libre, que ella tomó
- Mi amor…¿qué haces levantada? Hace frío…
- Me he despertado y no te he visto… ¿estás bien?- preguntó ella a su vez, mientras se sentaba a su lado, en el suelo
- Si… me ha despertado una llamada al móvil, y ya no he podido coinciliar el sueño…- dijo él atrayéndola hacia si para protegerla del frío.
- ¿Quién te ha llamado?
- El Anguila… es un desastre con eso de la diferencia horaria… y como sigue en México con la novia…
- ¿En México?- Bea le miró sorprendida- pero si Gonzalo me dijo que iba a volver…
- Si… pero como yo ya salí libre y sin cargos, y él dedujo que no le necesitábamos… se ha quedado allí de vacaciones un tiempo…
- Y bien que hace…- sonrió ella
Álvaro la miró, adorándola, y buscó sus labios, besándolos con ternura
- ¿No quieres volver a la cama?- le preguntó ella, mientras apoyaba la cabeza en el hombro de él
- No… quiero ver el amanecer- contestó él volviendo a mirar el cielo- en la cárcel no podía verlo, y pensé que jamás podría volver a disfrutar de él. Nunca me había fijado en lo bonito que es, y en lo mucho que me gusta, hasta que vi la posibilidad de jamás volverlo a ver… y ¿sabes? A partir de ahora, pienso ver todos los amaneceres de los que sea capaz, siempre.
- Y yo contigo… aunque eso signifique levantarme cada día a las cinco de la mañana- rió Bea
- ¿ Harías eso por mí?- preguntó él
- Yo haría cualquier cosa por ti, mi amor.
Alvaro la miró con una sonrisa. Y seguidamente desvió la vista hacia la ecografía
- ¿Me puedes explicar qué haces con la ecografía en la mano?- preguntó ella
- Mirar a nuestro bebé…- contestó él con ternura- y…- se detuvo un instante, mientras observaba la ecografía- y dándole las gracias al cielo, por darme la oportunidad de poder verlo crecer…
Bea le besó en la mejilla, enternecida, y él se giró de tal manera, que quedó sentado frente a ella, con sus piernas rodeando la cintura femenina. Movió a Bea, para que ella quedara exactamente sentada como él estaba… con sus propias piernas alrededor de la cintura de él
- Tendremos que buscar a alguien que lleve las riendas de Bulevar, ¿no?
Ella le miró, extrañada
- ¿Y eso porque?
- Porque tú cogerás la baja maternal… y yo la baja paternal.
Bea comenzó a reir.- Pero tonto, si la baja paternal sólo es de 13 días..
- ¿13 días?- él la miró, espantado- ¿y que hago yo con sólo 13 días?
- Pues no se…- dijo ella ya sin poder parar de reir
- No.. no. Yo quiero mi baja paternal de un año.. o dos, o los que hagan falta hasta que mi niña me diga papá.
- Mira que eres tonto…- ella le pasó los brazos alrededor del cuello, acariciándole la nuca con los dedos- por cierto… ¿qué es eso de “mi niña”? Va a ser niño- dijo ella con una mueca
- Nada de eso… va a ser una niña. Una niña con tus ojos, con tu boquita, con tu naricilla…
- ¿ Mi naricilla? ¡Pero si tengo una nariz que se me ve a tres kilómetros!
- Tienes una nariz preciosa…- le dijo él besándosela- igual que tus labios- se los besó- tus mejillas- se las besó, una a una- tu cuello..- y procedió a besárselo, mientras ella cerraba los ojos y se dejaba hacer. A los pocos segundos, ambos se estaban abrazando mas fuerte y buscando sus bocas mutuamente
- ¿Qué decías de volver a la cama…?- le preguntó ella contra la boca de él
Alvaro rió.- Si.. creo que la una cama iría perfecta para este momento…- y levantándose, con ella en vilo, la llevó en brazos hasta la cama, mientras volvía a besarla con ganas, devorándole la boca, como si no tuviera bastante de ella. La dejó caer sobre la cama, con mucha delicadeza, y se dejó caer a su lado, sin dejar de besarla.
- ¿El médico te ha dicho que podemos….?- le preguntó él, deteniéndose, súbitamente preocupado
Bea se echó a reir.- No seas tonto y bésame.
- Pero Bea…- ella le interrumpió, apoderándose de la boca masculina, y haciendo que él soltara un gemido de indefensión. Ella dejó de besarle, y le miró con una sonrisa
- Si quieres nos quedamos a tres velas hasta que nazca el nene, pero…
- La nena..- le interrumpió él esta vez
- ¿Y si yo quiero que sea un nene? – dijo ella apoyando los codos en la cama
- Pero es que va a ser una nena…porque sólo le hace caso a su papá.
- ¡Ah claro! Porque ella misma decidirá si quiere ser niño o niña ¿no?- dedujo Bea entre risas
- ¡Pues claro! ¿Qué te creías? Mi niña va a ser la niña mas guapa del mundo y también la mas lista.
- Pues entonces seguro que sale a mi.. porque tú te habrás llevado la guapura de los dos… pero tu neurona rebota todo el día contra la pared de tu cráneo, de lo sola que se siente…
- ¡Oyeeeeee! ¿¿¿Qué es esto de meterse conmigo???- ella le sacó la lengua de forma burlona, y él puso cara de enfadado- ¡ahora te vas a enterar, señorita inteligente!!- y empezó a hacerle cosquillas.
- ¡No, no, Álvaro, paraaa! ¡Noooooo!- dijo ella entre carcajadas
- ¿Ahora quien es el que no tiene mas de una neurona?
- ¡Nooooo! ¡Tienes mas, tienes mas!- exclamó ella rindiéndose
Alvaro se detuvo, sin poder evitar reir con ella. Se inclinó sobre Bea, dejando los brazos a los lados de la cabeza de ella
- ¿Te rindes?- preguntó mirándola con ternura
- Pues… si. Vamos a decir que tienes mas de una neurona….- hizo como que pensaba y luego lo miró, entre risas- ¿neurona y media?
- ¡¡Pero bueno!!!- empezó a hacerle de nuevo cosquillas, y ella a retorcerse entre carcajadas, mientras palmeaba las manos de él para que cesara la tortura a la que la estaba sometiendo. Alvaro se echó a reir también, al ver la cara de Bea sonrojada por el esfuerzo, y sus ojos brillando de felicidad. Su corazón saltó gozoso en el pecho, haciéndole sentirse de verdad vivo en muchos meses. Ante ese sentimiento, se quedó quieto y serio, mirándola con adoración. Ella se incorporó un tanto
- ¿Qué ocurre, mi vida?
Él suspiró, mientras se sentaba sobre sus talones y la miraba desde arriba
- Que no me puedo creer que estoy aquí… contigo.. haciéndote reir… y sintiéndome mas feliz de lo que he sido en toda mi vida. Es como si no me lo mereciera…
Bea se movió e incorporándose del todo, se quedó sentada frente a él, de la misma manera
- Tú te mereces todo mi amor… todo. Todo lo bueno del mundo- le dijo, cogiéndole la cara con las manos
- ¿Estás segura de eso?
- Si… claro que si- le miró durante unos segundos, como si ella tampoco se creyera que él estaba allí.
- ¿Qué te pasa? No quería ponerte triste…- le dijo él al ver la expresión de Bea
Pero ella le besó, sin contestarle, le besó dándole su aliento, su respiración, su vida. Buscó su lengua, profundizando en el beso, y dejó que Álvaro la estrechara contra si. Él la besó con pasión, mordiendo, besando, lamiendo, dándole, recibiendo, exigiendo. Parecía que el alma se podía dislumbrar en casa siseo.. en cada gemido que ambos dejaban salir. Las manos de Álvaro cobraron vida sobre el cuerpo de Bea, mientras su lengua se introducía mas en la boca de ella, saboreando todas las texturas y entregándose con absoluto abandono. Ella lo era todo para él… era su vida entera
La tumbó sobre la cama, con todo el cuidado del mundo, sin dejar de besarla. Las manos masculinas buscaban, acariciaban, dejaban regueros de fuego en la piel de Bea. Ella se arqueó, buscando mas contacto, mas de aquella placentera tortura.
- Shhhh… mi amor.. estoy aquí…- le susurró él al oído, mientras sus dientes le mordisqueban el lóbulo
Bea se apartó un tanto de él e hizo que la mirara. Lo que Álvaro vio en las profundidades de aquellos ojos verdes, lo dejó sin aliento
- Te he echado tanto de menos…- le dijo ella tras una pausa, mientras se mordía los labios, para evitar perder el control sobre sus emociones- casi había perdido la esperanza de que volvieras a quererme.. que volvieras a enamorarte de mi.
Alvaro sonrió con ternura, mientras dibujaba el contorno de los labios de Bea con un dedo
- ¿Acaso crees que alguna vez dejé de estar enamorado de ti?¿Qué alguna vez dejé de quererte?
Ella se alzó de hombros sobre la cama. La angustia del dolor de los recuerdos, había sustituido la alegría anterior
- Sé que llegaste a odiarme…tanto como me llegué a odiar a mí misma. Y no te culpo, de verdad que no.
Alvaro le pidió que no siguiera hablando, con el dedo que antes le acariciaba los labios
- Jamás dejé de quererte. Por mucho que lo intenté, por mucho que luché contra ello, tú siempre estuviste en mi alma y en mi corazón, manteniéndome con vida, manteniéndome cuerdo en aquella celda. Te odiaba por no poder tenerte, por no poder besarte, ni abrazarte, ni perderme en tus maravillosos ojos. No podía respirar sin ti…y sigo padeciendo de la misma agonía. Me ahogo si no estás cerca….
Bea le miró, con lágrimas en los ojos.- ¿ Intentaste olvidarme?
- Con todas mis fuerzas…pero no pude. Tú eres mi vida Bea, toda mi vida. Sólo contigo hay esperanzas…sólo contigo hay luz en la oscuridad. Me da igual el mundo entero, si tú estás a mi lado…
- ¿Y cuánto tiempo voy a estar a tu lado?- preguntó ella, llorando ya
- Para siempre…- dijo él contra su boca- porque necesito un “para siempre” para demostrarte lo mucho que te amo.
Bea le abrazó.- Tú no sabes cuanto amor he estado, toda mi vida, guardando para ti…
Alvaro soltó un gemido y buscó su boca de nuevo, mientras las lágrimas de ambos, se entremezclaban. Eran lágrimas de felicidad, lágrimas de emoción. Ambos lo sabían.. y los dos se encargarían de recordárselo el uno al otro por el resto de sus vidas. Pero cuando las manos de Álvaro descendieron por el cuerpo de ella, comenzando a derribar las barreras de ropa y a inflamar su piel, Bea se olvidó de todo… excepto de que por fin tenían un horizonte lleno de luz y esperanzas delante de sus ojos… un horizonte dónde podrían reir, soñar… y amarse el uno al otro, incluso mas allá del último aliento de vida. Porque, la vida ,estaban seguros de ello, les recompensaba con la eternidad. Y esa hermosa eternidad, empezaba justo en aquel momento
.

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