viernes, 6 de marzo de 2009

Capítulo 94

Alvaro se levantó con rapidez del suelo y corrió hacia Diego que estaba tendido a escasos metros. Se dejó caer a su lado, con el rostro desencajado por la pena y la sorpresa y le cogió una mano, que Diego apretó. Marie estaba a su lado, balanceándose, rota por el llanto, sin poder pronunciar palabra.
- Diego…- susurró Álvaro asustado
Diego lo miró. Tenía los ojos inyectados en sangre y la piel lucía pálida, casi mortecina. Temblaba convulsivamente
- Alvaro… no….- empezó
- No hables… tienes que guardar fuerzas….no hables…- se giró hacia el resto de personas que los rodeaban- ¡ que alguien llame a una ambulancia!! ¡¡Por favor!!!
- Está de camino…- le dijo Zarek desde atrás
Alvaro volvió a mirar a su hermano, que no apartaba la mirada de él
- La ambulancia viene de camino…- le dijo apretándole la mano que tenía cogida- aguanta Diego… vas a salir de esta…
Diego había comenzado a llorar.- No me dejes solo Álvaro.. no me dejes…
- Estoy aquí…. no me iré… estoy aquí…

Alvaro levantó la cabeza cuando un vaso de café humeante fue puesto delante de su cara. Miró a la persona que se lo brindaba y se levantó con rapidez
- Mi amor… ¿Por qué has venido…? Has de descansar…ya es mas de media noche
- Estoy bien, Álvaro..- le dijo Bea besándolo en la mejilla- no podía dejarte solo en esto..¿se sabe algo?
Alvaro retuvo el vaso en sus manos, cogiéndolo por el borde para no quemarse. No contestó enseguida
- No.. nada..- dijo tras varios segundos- los médicos siguen con él. La bala le ha atravesado parte de un pulmón y le ha tocado la parte baja del corazón…. Dicen que no saben si saldrá de esta..
- Saldrá mi vida… ya lo verás…- le dijo Bea con el corazón encogido, al ver la pena que lo consumía- ¿Y Marie? ¿Dónde está?
- Sentada en la puerta del quirófano.. ha sido imposible sacarla de allí…- miró a Bea, con un dolor infinito en la mirada oscura- está destrozada Bea… ni siquiera he sabido que decirle..- desvió la vista- ni siquiera se que decirme a mi mismo…
- Alvaro… no es culpa tuya…-le susurró Bea adivinando que estaba pensando
El la cogió de las manos, tras dejar el vaso en el suelo y se las besó
- ¿ Sabes? Si llegan a decirme, que me iba a pasar el día de mi liberación, y la noche, en un hospital, velando a Diego, no me lo hubiera creído….Como cambian las cosas… ¿verdad?
- Alvaro… esto te honra ¿sabes? – Bea le acarició el rostro
- Esa bala iba para mí, Bea… iba a matarme… y él se puso en medio…
Los ojos se le llenaron de lágrimas, y bajó la mirada, para que Bea no le viera, para no hacerla sufrir con su dolor. Tenerla a su lado, era un consuelo que agradecía… pero que no aliviaba el dolor de la culpabilidad que lo estaba carcomiendo por dentro. Pero ella le conocía demasiado
- No es culpa tuya…- le repitió- él quiso salvarte… devolverte en parte todo lo que te quitó… y eso también le honra, Álvaro… eso le absuelve de todos los errores que cometió en el pasado…
Alvaro la miró, esta vez sin preocuparse de que ella viera sus lágrimas
- Ella está embarazada Bea… como tú…- Bea no necesitó preguntar para saber que se refería a Marie-van a tener un hijo… un niño…como el nuestro… ¿y si no sobrevive..? ¿Y si…?
- No pienses en eso, mi amor…- le interrumpió ella- no te martirices de ese modo..
En ese momento vieron acercarse al médico, que se quitaba los guantes de quirófano e iba seguido por Marie, que se aferraba a si misma, asustada. Alvaro se levantó de la silla, sin soltar las manos de Bea
- ¿Familiares de Diego de la Vega?- preguntó el médico
Alvaro miró a Bea y seguidamente al médico de nuevo
- Yo soy su hermano- contestó con voz débil
El médico lo miró con expresión grave.- Hemos hecho lo que hemos podido por su hermano- empezó- pero la cosa no pinta bien. Como ya le han informado antes, la bala ha atravesado el pulmón izquierdo y parte del corazón, rompiéndole varias arterias. Eso le ha provocado un hemoneumotorax, que no hemos podido parar. Hemos tenido que cerrar y parar la operación porque el corazón casi no bombea de la cantidad de sangre que está perdiendo e invadiendo su organismo. Le hemos extraído la bala y recompuesto los tejidos rotos. Tambien le hemos puesto oxigeno artificial para ayudar al pulmón que le queda…el sano, me refiero. Sólo nos queda esperar a ver como evoluciona…
Alvaro lo miraba como el que mira algo que no ha visto en su vida. No había entendido la mayor parte de la explicación del médico, pero algo le decía que las cosas iban peor de lo que pensaba. Los sollozos de Marie, tras ellos, lo sacaron del trance
- ¿Pero… tiene ninguna posibilidad, doctor…?- fue Bea la que preguntó
El médico suspiró con lentitud
- Hay que esperar….las próximas 24 horas son decisivas. Yo tengo esperanzas de que salga… pero les repito que hay que esperar. Su estado es grave… pero de momento reservado… mantengan la fe…. Y esperemos que todo salga bien….- Álvaro se dejó caer hacia atrás y Bea le ayudó a sentarse en la misma silla donde había estado sentado antes de llegar el médico. Marie se había llevado un puño a la boca para no soltar un sollozo
- Doctor..- siguió Bea- ¿podríamos verlo..?
- Está consciente…- dijo el médico tras una pausa- pero también está muy débil. No debería ser molestado… que esté tranquilo también puede ayudar mucho..
- Por favor…- pidió Bea
- Pero de uno en uno, por favor… y sean breves. No puedo prohibirles que entren… se que deben estar deseando verlo…pero en silencio, por favor… almenos, debe estar tranquilo…- repitió
- Gracias doctor- le agradeció Bea
- Está en la UCI. Habitación 202
- Gracias de nuevo…- Bea agradeció de nuevo, y miró a Álvaro, que la miraba con una sonrisa de esperanza
El médico asintió con la cabeza y se alejó. Bea se agachó frente a Álvaro
- Mi amor…¿quieres verle…?
Él negó con la cabeza.- No… llevala a ella… yo puedo esperar… esperaré a que salga ella….- miró a Marie
- ¿Estás seguro…?
Alvaro le cogió las manos y se las volvió a besar. Bea sonrió con tristeza, e incorporándose, miró a Marie, dirigiéndose hacia ella
- Marie…vamos a verle… ¿quieres que te acompañe..?
Marie la miró. En su mirada clara, llena de lágrimas, se podía leer la derrota, la desesperación, y un dolor tan infinito que hizo que la fortaleza de Bea se tambaleara. La cogió de las manos e hizo que se incorporara
- No quiero perderle Bea…. dios… no puedo… no puedo vivir sin él…
- No te preocupes Marie… ya has escuchado al médico.. seguro que todo va a salir bien….
- ¿Y si no sale bien…? Dios Bea… tengo tanto miedo…
Bea le pasó un brazo por los hombros, mientras la hacía caminar hacia la UCI
- Tranquila… has de ser fuerte Marie…. Por él… por vuestro niño…
- No puedo…- repitió ella entre lágrimas- no puedo …
Bea la apretó mas fuerte los hombros, y las dos llegaron a la habitación indicada por el médico. Marie se detuvo en la puerta, asustada, sabiendo que tras ella, estaba lo único que la hacía mantenerse con vida…lo único que la hacía levantarse cada mañana. Bea la miró
- ¿Quieres que entre contigo..?
Marie afirmó con la cabeza, incapaz de hablar. Bea le soltó los hombros, pero se mantuvo a su espalda, dándole las fuerzas que necesitaba. Marie se quedó un momento quieta, pero después cogió aire, se secó las lágrimas, y entró en la habitación.
Diego estaba tumbado en una cama estrecha, mientras un par de máquinas, que emitían pitidos casi inaudibles, estaban conectadas en su nariz y en sus brazos. Marie se llevó una mano a la boca, conteniendo un sollozo, y se acercó con lentitud, intentando, con todas sus fuerzas, no correr hacia aquella cama y derrumbarse llorando.
Diego movió la cabeza y la vio justo cuando estaba a dos pasos de la cama. Su palidez era tan extrema que a ella le dolió mirarlo. Y su sonrisa, forzada en el rostro de él, le acabó de romper la poca coraza que le quedaba, obligando a sus lágrimas, que volvieran a recorrer sus mejillas
- Mi amor..- susurró Diego- has venido…
Él le había ofrecido una mano y ella corrió a cogérsela. Bea sonrió, triste, y en silencio, empezó a retirarse de la habitación
- ¿Beatriz…?- era la voz de Diego y ella se detuvo, girándose de nuevo hacia la cama- tu…. – Diego se había quedado asombrado al verla allí
- Estamos todos preocupados por ti, Diego..- le dijo ella con la misma sonrisa triste
- ¿Todos…?- Diego entendió- Ah… Álvaro está fuera…¿verdad?- Bea asintió con la cabeza e hizo un nuevo movimiento para marcharse- Bea…
Bea se volvió a detener, cuando Diego la llamó de nuevo
- Dime, Diego…
- ¿Me…. Me perdonas…?
Ella contuvo el aliento y lo miró, sorprendida por un instante. En ese momento, su corazón latió de forma dolorosa
- No tengo nada que perdonarte, Diego…
- Me porté fatal contigo… yo…
- Salvaste a Álvaro hace unas horas, Diego..- le interrumpió Beatriz- para mí es el mejor regalo, lo mas bonito que podían hacerme… yo no tengo nada que perdonarte…sólo espero que te recuperes.. de verdad.
Diego desvió la vista durante un segundo, que Bea aprovechó para marcharse. Marie se acercó a la cama, asustada, mientras él volvía la mirada hacia ella e intentaba brindarle una sonrisa
- Hola mi amor… estás aquí…- susurró él
Ella también intentó sonreir, pero las lágrimas no le dejaban. Acabó de acercarse a la cama y cogió una de las manos de él que tenía sobre la sábana
- ¿Dónde voy a estar si no? Siempre tengo que ir arreglando tus desbarajustes…
- Ha sido una tontería lo que he hecho.. ¿verdad?- preguntó él con una mueca de dolor
- Has salvado a tu hermano….- susurró ella- eso es lo mas bonito que he visto en mi vida…. y por fin dejaste salir al Diego del que me enamoré…
- Un poco tarde… ¿no?- preguntó él, triste
- No digas eso… por favor..- ella ya no podía controlar las lágrimas
- Tienes que prometerme algo..- le dijo él apretándole la mano que ella le había cogido
- No, Diego… no… no vas a marcharte…. Yo te necesito… ¿entiendes?- le dijo ella entre lágrimas
- Escúchame…- insistió él- escúchame, por favor..
- Diego…no…por favor…
- Prométeme que vas a salir adelante.. por favor….- él había comenzado a llorar- prométeme que nuestro hijo será el niño mas feliz del mundo….que lo adorarás, que lo tendrá todo…
- ¡Cállate! ¡No puedes pedirme eso! ¡Te quiero conmigo! ¡El quiere a su padre!- gritó ella ya llorando con desesperación
- Yo no te merezco Marie… te mereces a alguien que pueda hacerte sonreir.. a alguien que te ame sin resquicios, sin pasados… sin miedo a que ese amor le pueda hacer daño… y se que lo vas a encontrar..
- ¡No Diego! Yo te quiero a ti…sólo a ti…por favor… por favor..
- Sólo te pido que le hables a nuestro hijo de mi… cuando sea mayor quizás… pero no le digas lo monstruo que fui… sólo dile que le quise mas que a nada en el mundo aún sin ver su carita…
Ella había caído de rodillas, al lado de la cama, y él le apretó la mano con mas fuerza
- Vete Marie…
Marie levantó la cabeza como un resorte
- No… ¡NO! ¡Diego, vas a recuperarte! El médico ha dicho que tiene muchas esperanzas!
- Márchate… recuérdame en mis días felices, contigo…. No quiero que me veas asi..
- ¡Me da igual! ¡Te vas a recuperar! ¿Me oyes?
- Por favor….-él también lloraba- no quiero despedirme de ti… no puedo…
- ¡ No lo hagas, tienes que vivir!
Él la miró, con las lágrimas surcándole las mejillas.- Se acabó mi tiempo… mi momento Marie… sólo puedo arrepentirme de no haber sabido amarte mejor…Ahora… por favor.. hazlo por mi… vete… vete… por favor….
Ella lloraba completamente destrozada y al retroceder, sobre sus rodillas, cayó al suelo, hacia atrás. Diego apartó la vista, apretando los puños sobre las sábanas con las pocas fuerzas que le quedaban. Ella le llamó, una vez mas, y al no recibir respuesta, se levantó, como pudo y se dirigió a la puerta. Allí se giró, una vez mas
- Te querré toda mi vida, Diego de la Vega…. toda mi vida…Asi que cuando salgas de este hospital, búscame.. porque te estaré esperando…
Diego no se giró. Sentía que el cuerpo le ardía de fiebre y de dolor, y todo su organismo pugnaba por explotar en mil pedazos en cualquier momento. Pero todo el dolor físico no era nada comparado con lo que sentía en su alma… con las heridas del corazón. Quería gritarle que no se marchara, que se quedara a su lado… pero le quedaba poco.. lo sentía, lo palpaba… y no podía aferrarla a él… no mas. No podía seguir siendo un egoísta. Cerró los ojos durante un instante, mientras ráfagas de un dolor agónico lo traspasaban. Suponía que los calmantes ya no le hacían efecto… y una gélida brisa se instaló en su alma
- ¿Diego…?
Aquella voz la hubiera reconocido entre un millón…por que la había odiado.. aborrecido hasta la obsesión… y ahora sólo hacía que sus heridas sangraran con mas fuerza. Giró la cabeza y se encontró con la mirada preocupada de Álvaro
- Alvaro…- susurró él con la voz rota
- ¿Cómo estás…? El médico nos ha dicho que hay esperanzas de que todo salga bien…- Álvaro sonreía
- ¿Tú crees…?
- Claro… mala hierba nunca muere….
Diego se echó a reir, pero le dolió e hizo una mueca
- Siempre tan chistoso…- rezongó
Alvaro volvió a sonreir y se sentó en una silla cercana, a su lado
- Quería darte las gracias… yo..- dijo tras una pausa
Su hermano lo miró.- No Álvaro… no me des las gracias… yo…- bajó la vista durante un instante- quería pedirte perdón…
- No Diego… por favor…-empezó Álvaro
- No…escúchame…- le interrumpió Diego- no se que ha dicho el médico.. pero yo no se si voy a salir de esta…y tampoco me lo merezco…- Álvaro fue a hablar, pero él no le dejó- necesito que me escuches, Álvaro… por favor…- Álvaro asintió con la cabeza y le miró, en silencio- tú eres mi hermano… mi hermano pequeño.. lo único que he tenido en la vida… e intenté destruirte… como todo lo que tenido… como todo lo que se me ha acercado. Nunca supe quererte… valorarte… darme cuenta de lo grande que eres.. porque me bastaba con el odio.. me bastaba con pensar que yo era mejor que tu. Pero no es así… nunca ha sido así. Tú te llevaste el corazón.. el alma limpia, las ganas de ser mejor persona.. y nada te frenó… nada. Yo, en cambio, me convertí en una sombra…en una sombra que se destruyó a si mismo, en el camino hacia mi inútil vendetta personal… Y ahora lo sé, Álvaro. Ahora se que te odiaba por quererte… por querer ser como tú… igual que Nacho..pero nuestras motivaciones eran diferentes…
- ¿Por qué… porque me odia tanto Nacho?- preguntó Álvaro con un nudo en la garganta
- Porque tu representas todo lo que él quiere ser y jamás conseguirá ser… porque te tiene envidia.. rabia y envidia. Y porque odia perder… y menos ante una persona tan inocente como tú
- Yo no soy tan inocente…
- Si.. si lo eres. Engañarte fue lo mas fácil del mundo… con Bea, con el desfalco.. con todo. Y en el fondo me daba tanta rabia… ver que caías… que te dejabas vencer… sin casi darte cuenta
Su voz se había ido tornando mas débil y mas débil conforme su monólogo iba atravesando los minutos del tiempo. Alvaro se dio cuenta, y se inclinó hacia su hermano, visiblemente preocupado
- Diego… descansa… ya hablaremos.. ¿estás bien?
- Me duele….- susurró éste llevándose una mano al pecho- siento que me arde…
- Es normal… la bala perforó un pulmón….¿quieres que llame a la enfermera?
- No…- le miró, de nuevo- ¿la cuidarás…?
- ¿Qué…?- Álvaro le miró sin comprender
- A Marie… si me pasa algo..¿la cuidarás?
- Diego.. deja de decir tonterías… no te va a pasar nada
- Respóndeme…¿la cuidarás…? Ella está embarazada…
- Lo se… pero la vas a cuidar tú… y ahora deja de hablar y descansa un poco…
- Habla con mi abogado… él sabe que tiene que darle todo lo que dejo a Marie…
- Diego… - Álvaro le miró, entre asustado y enfadado- descansa, por favor…
- ¿Es que no ves…..?- se detuvo y se llevó de nuevo una mano al pecho. Alvaro le miró asustado
- ¿Diego…?
- Alvaro… - susurró éste con un hilo de voz- mi hermano… siempre… siempre estuve orgulloso de ti…
- Dios… Diego…- Álvaro había comenzado a llorar al escucharle
- Y papá también…- siguió Diego- te adoraba hermanito… no sabes como te adoraba…
- Diego… deja de hablar.. por favor…- Álvaro le cogió una mano, desesperado, y Diego le miró, mientras se aferraba a ella- tienes que descansar…
- Si… voy a descansar… - Diego sonrió, mientras las lágrimas también corrían por sus mejillas- y tú vas a vivir hermanito.. a vivir la vida que te quité… que trunqué…
- La viviremos juntos… como una familia…- le aseguró Álvaro
- Te quiero hermano… siempre… de una forma u otra… siempre fuiste parte de mi… no me olvides… por favor… no me olvides..
- ¿Cómo te voy a olvidar, cabezota? ¿Por qué no…..?- Álvaro se detuvo, mientras sus ojos miraban sin mirar… y su corazón se detenía, gritando, agónico. La máquina soltó un pitido que se le metió en el alma.. un pitido que lo dejaba solo… desprotegido… aterrorizado. Miró la mano de Diego que se había quedado inerte entre las suyas y un grito de dolor pugnó por salir de su garganta. Negó con la cabeza, una y otra vez, mientras por la puerta de la habitación empezaban a llegar médicos y enfermeras a la carrera. Alguien lo apartó, empujándolo hacia la puerta, y Álvaro cayó contra la pared, sin fuerzas, sintiéndose morir por dentro. Quiso gritar, quiso llorar desesperado, pero no podía.. se sentía totalmente paralizado..como si la misma muerte se lo estuviera llevando a él también.
Escuchó los gritos de Marie como si estuvieran muy lejos de él, y las voces de los médicos que gritaban dando órdenes que se seguían a rajatabla. El terror hizo que resbalara por la pared, hasta quedar sentado en el suelo, sin poder hacer nada… sin poder reaccionar. La voz del médico que decía que lo dejaran, se le clavó en el alma… rompiéndosela en fragmentos diminutos que lo hicieron gritar en silencio. Se mordió los nudillos, incapaz de aguantar el dolor… y sólo cuando sintió las manos de Bea rodeándole y las lágrimas de ella, mezclándose con las suyas propias, pudo dejar salir el dolor, en un llanto incontenible que los destrozó.

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