lunes, 23 de marzo de 2009

Epílogo

Un año después…

- ¡ Diana! ¿Quieres estarte quieta? ¡ Al final te voy a destrozar el vestido!
Diana miró a su amiga con el ceño fruncido.- Pues tú haz el favor de no pincharme con esos alfileres asesinos que tienes en las manos.
Susana resopló, pero no dijo nada, y siguió arreglándole la cinturilla del vestido de novia que llevaba puesto.
Era el día de la boda de Zarek y Diana, y los nervios de todos estaban a flor de piel. Diana no hacía mas que protestar por todo, y encima, de los mismos nervios pasados en los últimos días previos a la boda, había adelgazado mas de la cuenta, y el vestido le quedaba demasiado holgado en la cintura. Susana estaba intentando arreglárselo, pero era una tarea prácticamente imposible, puesto que Diana no se estaba quieta ni un momento.
- Su… aquí te traigo mas hilo- dijo Cris entrando en la habitación
- ¿Y el metro? Necesito el metro- le dijo Susana sin mirarla
- Aquí está- respondió Bea entrando tras Cris y tendiéndole el metro a Susana- ¿cómo va?
- Fatal. No para quieta
- Haz el favor de no hablar como si yo no estuviera delante…¿eh?
- ¿¿Quieres callarte de una vez y estarte quieta??- le medio gritó su amiga ya exasperada
Esta vez fue el turno de Diana de resoplar
- ¿Alguien ha visto a mi hijo?- preguntó Marie entrando como un vendaval en la habitación
- Debe estar con sus tíos- le contestó Bea- Álvaro hace como diez minutos que me ha quitado a la nena y se la ha llevado, así que a Dieguito lo debe de tener Ale.
- Seguro- afirmó Susana sin apartar la vista de lo que estaba haciendo-Alejandro lleva mucho tiempo sin merodear por aquí, así que debe de estar con uno de sus sobrinos.
Marie puso los ojos en blanco y salió de nuevo, en busca de su hijo.
- Hay que ver que malcriados tienen a los niños…- suspiró Bea
- Y que lo digas… - declaró Susana- si Dieguito y Lorena están en casa, por Alejandro como si me estampo contra la pared o me sale un cogollo de algo en la cabeza…Él ni se entera
- Que exagerada eres…- le dijo Cris entre risas
- Si.. si… exagerada dice…- bufó Susana
- A ver cuando te animas tú a darle un primito a ese par de granujillas..- dijo Bea también entre risas
Susana dejó de coser y las miró con una sonrisa
- Creo que estoy embarazada…
Sus amigas comenzaron a gritar, mientras Susana intentaba hacerlas callar
- Shhhh…no chilléis, que Alejandro no sabe nada, por favor…
- ¿Qué es lo que pasa?- preguntó Saymi entrando en la habitación seguida de Laura
- ¡Que Su está embarazada!- gritó Cris
- ¿¿Qué??- exclamó Laura
- ¡Por favor!- dijo Susana entre risas- ¡ que sólo he dicho que lo creía!
- Oyeeeee… ¿y mi vestido?- saltó Diana al ver que comenzaban a dejarla al margen- ¡que me caso en una hora!
Nadie le hizo caso. Todas rodeaban a Susana, llenas de alegría.
Aquel cuadro de felicidad y complicidad, se repetía día a día en el año que había transcurrido desde la muerte de Diego y la liberación de Álvaro. La tragedia, el dolor y la desesperanza, las habían unido… como si de una familia se tratara. Una familia que no podía dejar de verse mas de dos semanas seguidas, sin contar que los gemelos, estaban juntos prácticamente todos los días, y siempre había una celebración, una noticia, una película, que hacía que se reunieran. O simplemente las ganas de verse.
Susana y Alejandro se habían casado dos meses atrás, pero vivían juntos en la casita que había comprado Alejandro, casi desde el principio. Él era ya uno de los neurocirujanos mas renombrados de Madrid, mientras que ella seguía ejerciendo de juez y compaginando los juzgados con la prisión. Había sido una ceremonia sencilla, con los mas allegados… y con Rosa. Aquel fue el momento en que el los hermanos pudieron agradecerle personalmente todo lo que había hecho por ellos… y Álvaro le pidió llamarla mamá. Rosa no había podido evitar las lágrimas y había llorado desconsoladamente en los brazos de sus hijos.
Susana no había vuelto a ver a Nacho. Ignacio Goñi fue condenado a 35 años de prisión por estafa, extorsión, posesión de armas, secuestro, intento de homicidio y homicidio en primer grado, y llevado a la prisión de alta seguridad de Herrera de la Mancha en la provincia de Ciudad Real. Ella se había sentido tranquila… y feliz. Feliz para poder disfrutar de toda la dicha del mundo. Tiempo mas tarde, Cris y Diana, que habían asistido al juicio, le habían contado, que tras dictarse la condena, Nacho había comenzado a llorar y a gritar el nombre de Susana como un loco, mientras pedía clemencia. Susana no había vuelto a pensar en ello. Todo, absolutamente todo lo malo había quedado atrás.
Laura y Gonzalo habían hecho el vivir juntos como algo oficial, y pensaban en boda… aunque a Gonzalo aún le provocara algo de urticaria el sólo escuchar la palabra matrimonio. Pero eran felices… mas felices de lo que nunca habían sido por separado. Gonzalo seguía trabajando en Bulevar, ahora al lado de Álvaro y Beatriz, y Laura había montado un bufete privado con Cris. Aquello de trabajar juntas y ganar, les había gustado, y ambas habían decidido no separarse profesionalmente desde entonces.
Cris y Jota también habían seguido su camino, juntos. Aquel viaje que habían hecho hacía ya un año, había sido el primero de muchos… porque habían decidido disfrutar de la vida. Aunque Jota, en ausencia de Sandra, seguía al frente de J&S, y Cris trabajara con Laura, y los fantasmas del pasado, ya no les ensombreciera, se habían escapado miles de veces fuera de la ciudad… hasta perderse. Y nadie, nadie, nunca habían sabido dónde iban.
Y todo había sido amor y felicidad…aunque también se hubieran roto algunas historias. Benito y Sara se habían separado al poco tiempo de volver de México, y él se había marchado con su madre fuera de Madrid. Miguel y Saymi seguían juntos y felices… y ella era uno de los pilares fundamentales de Bulevar, al lado de Bea y Álvaro. Nuri y Anguila se habían alquilado un pisito en Madrid, en Lavapiés y Álvaro lo había trasladado de vigilante a Bulevar… mientras que Nuri seguía en J&S. Las continuas escapadas de la pareja, mientras siguieron trabajando juntos, había hecho que tuvieran que separarlos. A ellos no les había hecho gracia el tema, pero Álvaro aún reía al recordarlo.
Mercedes, la hermana de Alejandro, y Saúl no estaban juntos..pero tampoco lo habían intentado. Ella conoció a alguien en Puerto Vallarta, durante su estancia allí, y tras comprobar que su hermano estaba bien y feliz, había volado hasta el estado mexicano para tratar de buscar su propia felicidad. Tan sólo había vuelto a Madrid para la boda de Ale… y éste, aunque apenado por la ausencia de su hermana, también estaba feliz por que ella estuviera contenta y enamorada.
Cayetana se había casado en New York con su nuevo amor, hacía pocos meses, justo en el mismo mes en el que había nacido la primogénita de Álvaro y Bea, Lorena. Sandra había viajado a Madrid para asistir al bautizo de la criatura, y de paso, comunicar la noticia de la boda de su hermana.
Todos, incluído Jota, se habían alegrado por ella.
Santi y Bárbara seguían juntos y bastante revueltos. Se adoraban, pero a él le faltaban horas para poder darle todos los caprichos a su niña del alma. Y ella se lo agradecía, siempre a su manera. Aunque para él parecía ser suficiente.
Ana, la hermana de Laura y Diana, seguía en Segovia. No se había olvidado de Nacho, pero el miedo inicial de la familia, pensando que haría lo impensable por marcharse a Ciudad Real, ya no existía. Ana no parecía querer olvidar a Nacho, pero tampoco quería ir a verle. Poco a poco, y con una lentitud que hacía daño en el corazón de quienes la querían, se iba dando cuenta de lo estúpida que había sido.
Lucía no había vuelto a Madrid. Marie la había localizado en Alicante, y tras pasar una temporada con ella, habían sabido de los éxitos de Álvaro y Bea, y ella había decidido no volver.
Marie, por el contrario, tras las múltiples llamadas de Álvaro y Alejandro, y sus súplicas porque volviera con ellos, había querido volver… y dejar que su hijo se criara con ella.. y con los hermanos de su padre.
Había sido niño… y como no, le habían llamado Diego. El primer día que Marie vio su carita, lloró como una niña… y el primer día que vio sus ojos, supo que dios le había devuelto una gran parte de Diego. El niño era su viva imagen… sus mismos ojos.. su misma sonrisa… era él. Y Marie se juró a si misma, que mientras ella viviera, él sabría que era una familia… y jamás lo separaría de sus tíos, sus tías.. y del recuerdo de su padre.
Bea y Álvaro se habían comprado un piso en pleno centro de Madrid, a muy pocos metros de Bulevar. Habían vivido en el apartamento de soltero de Álvaro hasta que Bea dio a luz a la niña mas preciosa del mundo, y decidieron, que su nido de amor, aquel que había sido testigo de los momentos mas bonitos de su historia, se les había quedado pequeño.
El nacimiento de Lorena fue el momento más mágico y maravilloso en la vida de los dos. Alvaro había llorado de emoción al ver la carita de su pequeña, y Bea le había sonreído, con una sonrisa tan hermosa, que Álvaro pensó que estallaría de felicidad. Ninguno de los dos, ni Bea, ni Álvaro, habían podido olvidar ese momento…como no habían podido olvidar la primera vez que Lorena arrugó la naricilla, o la primera vez que la pequeña lanzó su primera carcajada.
Alvaro había cumplido su promesa, y se había quedado sin trabajar mas de 6 meses. Dejó a Saymi al mando de Bulevar, junto con Gonzalo, y se había dedicado exclusivamente a su Bea y a su pequeña. Al sexto mes, Bea había decidido volver a trabajar… y Álvaro no tuvo mas remedio que hacer lo mismo… a pesar de las protestas, y las contínuas llamadas de teléfono a la niñera, que acabó harta de las llamadas preocupadas del padre. Al final habían decidido trabajar sólo media jornada cada uno y estar con la peque el máximo tiempo posible. Pero Bea acabó llevándose el trabajo a casa… porque no daba abasto, así que Álvaro tuvo que obligarse a tranquilizarse y dejar que las niñeras hicieran su trabajo, sin llamarlas cada media hora del día.
Pero la presencia de la pequeña no era lo único que los mantenía felices. Estar juntos era para ellos el mejor regalo.. y se lo demostraban cada día el uno al otro, sin cansarse de hacerse mimos, arrumacos y de hacer el amor a todas las horas en que estaban en casa y Lorenita dormía. Sus amigos se reían y les decían que parecían una pareja de adolescentes… pero es que ellos se sentían mas enamorados que nunca… y que cada día que pasaba, se amaban con mas y mas fuerza. Jamás se cansarían de darle las gracias a la vida, por haberles dado esa segunda oportunidad de ser felices… y pensaban aprovecharla hasta el último momento.
La boda de Zarek y Diana era la ocasión perfecta para volver a unirse todos, como siempre hacían cada poco tiempo. Zarek, que en un arranque de romanticismo, le había pedido que se casara con él, había cuidado hasta el último detalle para que aquel día fuera perfecto… mientras se dedicaba a adorar a su Diana, de la que no se ocultaba en demostrar, que estaba perdidamente enamorado. Y Diana se había dejado querer… mientras ella quería a su vez con toda su alma. No podía creerse aún lo afortunada que era.
- Falta media hora para que empiece la ceremonia…- anunció Álvaro asomándose por la puerta y sonriendo a Bea que se acercó a él, dando pequeños saltitos.
- Hola mi amor…- le saludó Bea devolviéndole la sonrisa- ¿ y la nena?
- Con Marie y mi hermano.
Bea se giró hacia sus amigas, tras lanzar una sonrisa pícara a Alvaro.- Chicas, os espero en la capilla
- Vale…- dijo Susana levantándose y mirando el vestido ya finalizado- aquí queda poco ya
- Pues nos vamos a ir colocando… no?- dijo Laura- tengo que averiguar dónde se ha metido el tarambana de Gonzalito. Que este es capaz de haberse quedado dormido en algún confesionario.
- Bueno, no te quejes…- dijo Cris entre risas- que hace un tiempo, habría estado intentando averiguar si las monjas llevaban ropa interior debajo del hábito.
- ¿Y te crees que ahora no?- saltó Álvaro
- ¡Será…..!- Laura salió a la carrera de la habitación, mientras todos estallaban en carcajadas
Todos salieron de la habitación, dejando a Diana a solas con Susana. Ésta se retiró unos pasos para verla bien, mientras su amiga daba vueltas sobre si misma
- Estás preciosa…-le dijo Susana con una sonrisa
- ¿De verdad?- Diana se miró a si misma, metida en su vaporoso vestido blanco- dios… parezco un merengue móvil
- Pareces una princesa…- Susana se acercó a ella y le cogió las manos- todo va a salir genial…
- ¿Me lo prometes?- Diana hizo una inspiración- tengo tanto miedo de meter la pata…
- No vas a meter la pata. Zarek te adora… y tú a él. Lo demás es un puro trámite.
- Si.. pero eso de “ para siempre” suena tan… no se… tan “ para siempre”….
- ¿Crees que algún día dejarás de querer a Zarek?
- Nunca..- contestó con rapidez- jamás en la vida
- Pues ya está… deja de preocuparte. Todo saldrá a pedir de boca.
Diana se volvió a mirar a si misma y luego miró a su amiga.- ¿Te arrepientes de haberte casado con Alejandro? ¿No perdiste tu libertad?
- No.. al contrario. Gané la libertad de amar y sentirme amada de una forma que jamás imaginé. Casarme con Ale fue ganar un compañero, una persona a la que cuidar y que me cuidara para toda la vida. Quizás no era necesario casarse para sentirse así…pero a nosotros nos hacía ilusión… ilusión por compartirlo con vosotros… porque fuerais parte de algo tan nuestro…
- Mira que eres ñoña…
- Eso se me ha debido de pegar de Ale… - rió Susana- y ahora te dejo. Voy a avisar a tu padre
- ¿Ya es la hora?- preguntó Diana, asustada
- Casi…- Susana miró el reloj- faltan diez minutos
Susana se fue a girar, cuando Diana la llamó
- Cosi…
- Dime
- Sabes que te quiero, ¿verdad?
- Lo se
- Que eres como mi hermana…¿verdad?
- ¿Quién es la ñoña ahora?- rió la jueza
- Joder cosi… no te rías
- No seas tonta… yo también te quiero.
Diana sonrió y dejó que Susana se marchara, mientras esperaba a su padre. Nada mas salir de la habitación, Su se encontró con Ale, que llevaba a Lorena dormidita en los brazos
- ¿Estos ya se han escapado otra vez?- le preguntó Susana a su marido, refiriéndose a Álvaro y a Bea
- Déjalos… trabajan mucho
Susana miró a la niña que dormía plácidamente en los brazos de su tío y sonrió
- Serías un padre estupendo…- susurró
Él se inclinó hacia ella, y la besó en los labios.- Pues ya sabes...
- Tendremos que encargarlo…¿no?- preguntó ella
- Cuando tú quieras…- dijo él volviéndola a besar- tú sabes que tus deseos son órdenes para mí
- Pues encarguemos uno a París…- contestó ella contra su boca- que llegue mas o menos hacia…. ¿ noviembre..?
Alejandro fue a contestar, pero algo en la mirada de ella, hizo que guardara silencio. Quiso decir algo, cualquier cosa, pero la sonrisa radiante de ella, hizo que el corazón se le detuviera, y que tuviera que parpadear con fuerza, para que lágrimas tontas no lo traicionaran.
- ¿Estás segura…?- preguntó en un susurro de voz
Susana desvió la vista.- Sí… creo que sí. No me he hecho la prueba, pero llevo un retraso de 2 semanas. Sabes que nunca se me retrasa…
- Peque…- dijo él con emoción contenida
- No quiero darte ilusiones. Si al final no estoy…
- Si al final no estás, seré igual de feliz…- la interrumpió él- porque estoy contigo… porque la vida me ha dado el privilegio de estar a tu lado.
- ¿Y si lo estoy?
- Entonces…-él sonrió- entonces no tendré palabras para describir lo feliz que me siento…
Ella buscó en su bolso de mano, y sacó un predictor, aún sin usar.- ¿Lo averigüamos?
Alejandro asintió con la cabeza, y fue a abrazarla, dejando a la niña dormida entre ellos. Al verse achuchada, la pequeña protestó y ellos se separaron entre risas
- Será mejor que vayamos a buscar a mi hermano. Es hora de que ejerza de padre- dijo Ale empezando a caminar hacia la capilla- porque yo quiero saber.
- Pero Ale…-dijo ella deteniéndolo entre risas- faltan 5 minutos para la boda…tendremos que esperar hasta mas tarde
Él se giró hacia ella, poniendo morritos.- ¿Es necesario?
Susana se echó a reir.- Si peque… es necesario. Es la boda de Diana y Zarek.. y yo soy dama de honor. Tendremos que esperar a llegar a casa…o como mucho, al banquete
- Del banquete no pasamos…. ¿entendido?
- Entendido..- Susana volvió a reir y palmeándole el culo, hizo que su marido avanzara hacia la capilla, mientras ella lo seguía a pocos metros de distancia.
Zarek estaba al lado del cura, mientras los últimos invitados se sentaban, y el padrino, un compañero del cuerpo de policía de Zarek, revisaba que todo estuviera en orden, que llevaba los anillos y esas cosas. Todo estaba listo ya, cuando Susana ocupó su lugar y miró al novio con una sonrisa. Éste afirmó con la cabeza y se dispuso a esperar los minutos de cortesía que le permitían a la novia llegar tarde.
- Me pregunto cuando seremos nosotros los que estemos ahí… frente al altar..- le dijo Álvaro a Bea en un susurro, mientras mecía a su nena en los brazos. Alejandro se la acababa de devolver.
- ¿Es eso una proposición indecente, Álvaro Aguilar?- le preguntó ella mirándolo con ternura
- Dirás mejor una proposición decente…- él sonrió
- Pues si es una proposición, no va acompañada de lo básico, señor Aguilar… ni de velas, ni de cena romántica, ni de anillo.. y mucho menos, te veo postrado de rodillas…
- No sabía yo que eras tan clásica…- bromeó él
- ¿Clásica? No… pero a una mujer nunca le va mal que le doren la píldora de vez en cuando… no?
- ¿No te la doro lo suficiente?-contestó él riendo también, mientras atrapaba el lóbulo de su oreja entre los dientes, y la hacía estremecer
- Eres un tramposo…- le dijo ella entre sonrisas
- Un tramposo que te ama perdidamente…- dijo él bajando la cabeza y buscando su boca- y si es necesario, ya te prepararé la cena romántica, las velas, el anillo y me pondré una mantita en el suelo para que puedas tenerme de rodillas, todo el tiempo que sea necesario…
Bea besó sus labios y entreabrió la boca, dejándolo entrar. Alvaro se deleitó en las sensaciones que provocaba su lengua contra la suya, y detuvo el beso para mirarla
- ¿Eso es un sí?-dijo contra sus labios
- ¿A ponerte de rodillas?
- Bea….- él lamió los labios femeninos, haciendo que ella se estremeciera de nuevo
- Si me pidieras que me fuera al Ártico en manga corta, sabes que iría… y que iría feliz por el simple hecho de que me lo has pedido tú
- No voy a pedirte que vayas al Ártico en manga corta…- él rió
En ese momento, sonó la marcha nupcial e hizo que se separaran. Lorenita abrió los ojos, ante el sonido de la música y empezó a protestar
- Shhh…princesa.. ya está… estás con papi… duerme mi niña.. duerme..
- Seguro que se duerme… como te hace caso en todo…- Bea sonrió
- Claro.. ¿ves como nació niña?-él sonrió con autosuficiencia
Bea puso los ojos en blanco.- Entonces…¿cuándo será la cena romántica?
- Cariño… déjame escuchar la ceremonia…- le dijo Álvaro, haciéndose el serio, mientras mecía a la niña
- ¡ Serás…..!- ella le pegó suavemente en el hombro y él se giró hacia ella, riendo ya
- El resto de nuestras vidas, mi amor… el resto de nuestras vidas estará lleno de cenas románticas, de velas, de anillos… y de mi postrado de rodillas delante de tí, suplicándote que jamás dejes de amarme…
Ella le miró, con todo el amor del mundo puesto en su mirada verde
- Eso jamás podría suceder… porque creo que te he amado hasta en mis vidas pasadas…
- Pues haré que me ames también en las futuras…
- Te amo, tonto….- ella se había echado a reir ante la seguridad de él
- Te amo, mi vida…
Él la volvió a besar, hasta que Alejandro, sentado a su lado, carraspeó con fuerza. Álvaro se separó de Bea y miró a su hermano, que le señalaba a Diana que caminaba por el pasillo.
- ¿La ceremonia?- preguntó Bea en un susurro
- La ceremonia- respondió Álvaro
Y los dos se echaron a reir.
Diana avanzó hacia el altar y hacia Zarek del brazo de su padre, mientras sentía que las piernas le temblaban. El policía estaba impresionante, con su cabello negro echado hacia atrás, su traje oscuro enmarcándole el cuerpo, y sus ojos, tan increíblemente azules, brillándole de felicidad. Se sintió aturdida, feliz, acojonada… tantas cosas a la vez, que por un momento tuvo ganas de huir de allí. Se obligó a mirar a Zarek, y al ver su seguridad, siguió avanzando hacia él, hasta que le cogió de las manos.
El policía asintió a lo que le dijo su suegro y la miró con una sonrisa. Ella estaba pálida y sus manos estaban heladas
- Mi amor… ¿estás bien?- le preguntó él algo preocupado- sabes que no…
Diana le detuvo con un gesto, interrumpiéndole.- Estoy bien…
- Sabes que no hace falta pasar por esto- insistió él
- Te amo Zarek- dijo ella simplemente
- Por favor… ¿podemos empezar ya?- dijo el cura
- Un momento…- le contestó Zarek y miró a su novia- lo se… pero no necesitas demostrármelo
- No hago esto para demostrártelo- ella miró al cura- empiece por favor.
El cura asintió y empezó la ceremonia, mientras Zarek apretaba la mandíbula, visiblemente preocupado. Durante minutos, la ceremonia continuó, y nadie dijo nada. Pero Diana tenía la mente muy lejos de allí. Porque lo cierto era que estaba aterrada. La palabra matrimonio se le antojaba demasiado grande… demasiado ostentosa. Y siempre había creído que para querer a alguien, no necesitaba firmar un papel… o pasar por el engorro de llevar un vestido de color merengue.
Lo estaba haciendo por él… porque él se lo había pedido, porque él estaba mas ilusionado que nadie… y porque él “ quería” casarse con ella. Y eso la emocionaba hasta el tuétano. Pero le estaba costando respirar, y eso no podía ser bueno.
Cogió aire para inspirar, y en ese momento se dio cuenta de que el cura le había preguntado algo
- ¿Qué…?- preguntó aturdida
- Señorita… ¿me ha escuchado?- le preguntó el cura
- Diana…-empezó Zarek, haciendo que ella le mirara
- ¿Dónde es el viaje de novios?- preguntó ella de golpe
- ¿Qué?- Zarek la miró sin comprender
- ¿Qué donde era el viaje de novios?
- Cariño… a Edimburgo.. tú misma lo elegiste
- ¿Y crees que podremos irnos igual, aunque no seamos novios?
- Diana… ¿qué estás diciendo…?
- Pues…- miró al cura- mire, señor cura.. que usted lo hace muy bien y esas cosas, pero es que este vestido me está mantando.. y encima yo soy del Málaga, y esto parece que sea del Madrid.. y uggg.. que asquito… ¿sabe? Y no es por hacerle un feo… pero a mi firmar, por firmar, como que no.. porque encima seguro que no me da tiempo a leer la letra pequeña y seguro, seguro que hay cosas, como que firmar me puede dar urticaria y esas cosas… porque yo siempre he sido muy delicadita.. y a ver que va a pasar con mi Zarek, si a mi me da un chungo raro de esos que dan y se queda solito… Pues…. Ya le digo yo lo que pasaría.. que vendría una lagarta de esas a beneficiárselo.. y no, señor cura, por eso no paso yo… que este hombre es muy mio… como diría el Gollum del señor de los anillos… ¿usted sabe que es el señor de los anillos? Hombre, pues me imagino que no, porque usted no debe salir de sus salmos y sus rezos…
- ¡Diana!- exclamó Susana empezando a acercarse- ¿qué….?
Pero Zarek la detuvo, mientras no quitaba la vista de encima a su prometida
- ¡Pero…!- empezó el cura-¿Qué diantres está diciendo?
- Uy… diantres dice… ¿ sabe cuanto hace que no escuchaba esa expresión..?- siguió ella- claro que usted no debe decir ni joder, ni me cago en la puta, ni nada de eso… ¿verdad? uy.. usted perdone.. que ya se que no se debe blasfemar en la iglesia…-comenzó a retroceder, hacia la puerta de salida, mientras todos la miraban, sin hacer un solo movimiento hacia ella- pero es que a una le sale solo..-giró la cabeza y vio a sus padres, y a sus dos hermanas- siempre he sido la loca de la familia… ¿no? pero es que de verdad, me está costando respirar… necesito un poco de aire…¿ es eso tan malo?
Nadie le contestó y ella llegó hasta la puerta con paso lento. Allí se giró de espaldas a la gente, contemplando la luz del día, los rayos de sol entrando, acariciándole el rostro helado, y seguidamente miró de nuevo hacia atrás, clavando la mirada en el hombre que amaba
Zarek estaba serio, muy serio, y apretaba los puños. Su mirada clara estaba cargada de dolor, dolor por el solo pensamiento de que ella le abandonara. Y Diana lo amó mas que nunca en ese momento… porque en ese momento supo hasta que punto la amaba él…hasta que punto era capaz de sacrificar su propia felicidad por la suya… y hasta que punto era capaz de darlo todo por ella. Y en ese momento supo que si, que se casaría con él..pero no con un vestido blanco y rodeados de gente… sino en algo sólo para ellos dos.. para unir mas sus corazones… y para demostrarle, por que si, por que él se merecía que se lo demostrara, lo mucho que le amaba.
- Oye.. inspector…¿vas a venir o te saco de las orejas? Que Edimburgo nos espera… y siempre nos podemos casar en uno de esos maravillosos castillos a la orilla del lago…
Zarek sonrió. Y su sonrisa iluminó el mundo de Diana. Echó a correr hacia ella y la alzó en brazos, mientras la besaba como un loco.
- Estos no van a cambiar nunca..- dijo Susana con un suspiro sin dirigirse a nadie. Pero no pudo evitar sonreir
- Entonces… ¿no hay boda?- preguntó el cura
Susana se alzó de hombros, mientras los presentes se echaban a reir. En el exterior, ya alejados de la iglesia, sólo se escuchó la voz de Diana, en una réplica de las suyas y la carcajada de felicidad de Zarek.
Bea y Álvaro se sonrieron, mientras salían de sus asientos, con su hija en los brazos, al igual que Alejandro, que abrazó a Susana, cuando ella llegó a su altura. Laura se acercó con Gonzalo, y seguidamente Cris con Jota. Todos sonreían… todos .
Y todos supieron, de manera definitiva, que todo estaba perfectamente. Por fin, todo estaba en su lugar.

Fin

miércoles, 11 de marzo de 2009

Capítulo 97

Laura salió de la cama, y con ojos somnolientos, se dirigió al lavabo, buscando una ducha que la despejara. En la cocina se escuchaban ruidos, pero nos les dio importancia… porque Gonzalo siempre se levantaba antes y preparaba café. Ya era como una rutina en sus vidas, y a los dos les encantaba… como si los dos siempre hubieran querido hacer lo mismo cada mañana.
Gonzalo le salió al paso, justo en el momento en que ella entraba al baño
- ¿Un café primero…?- le preguntó con la mayor de sus sonrisas
- No.. una ducha..- contesta ella poniendo un puchero
- Te tengo una sorpresa en la cocina….- dice él ampliando la sonrisa
- ¿Una sorpresa?- dice ella abriendo mucho los ojos
- Si…¿no quieres saber de que se trata?
Ella echó a correr como una niña entusiasmada hacia la cocina. Allí no vio nada fuera de lo normal, sólo un sobre encima de la mesa
- Es ese sobre..- le dijo Gonzalo al oído por detrás- mira a ver que hay dentro..
Laura le obedeció y sacó dos billetes de avión, junto a una reserva de hotel. Los leyó, emocionada, y luego miró a Gonzalo
- ¿Praga?- preguntó ella, aún mas emocionada
- Supe que siempre habías querido ir.. y que no pudiste… Creo que nos merecemos una escapadita.. no? Tú como premio de lo bien que has defendido a mi mejor amigo..y yo.. yo porque te adoro..y quiero raptarte unos días…
- ¿Me adoras..?- preguntó ella emocionada
- Un poco, si..- dijo él con una risita, mientras la abrazaba y le besaba en el cuello
Ella se giró hacia él y le abrazó.- Yo si te adoro, Gonzalo de Soto… no sabes cuanto…
- Pues vas a tener que demostrármelo…- le dijo él contra su boca- claro que te doy de margen los próximos.. que.. ¿20 años?
- ¿20 años? ¿Eso no es mucho tiempo?
- No..- Gonzalo la miró, repentinamente serio- nunca tendré el suficiente tiempo para decirte lo mucho que te quiero…
Laura le miró, con los ojos llenos de agua.- ¿Puedes empezar ahora?- susurró
Gonzalo buscó sus labios, besándola con ternura, mordisqueando sus labios con los dientes, transmitiéndole, en un mero roce, todo o parte de lo que sentía por ella
- Te quiero…- le dijo contra la boca de ella
- Te quiero..- repitió ella
- ¿Te vienes a Praga conmigo?
- Me voy contigo al fin del mundo con mochila y descalza…
- No te iba a pedir tanto..- rió él
- Por supuesto.. con lo señorito que tú eres vas a ir descalzo… ¿ te compramos unos italianos? Unos forzieri…por ejemplo
Gonzalo se echó a reir y la abrazó.- Dios.. eres increíble…¡te quiero!
- Mmmm.. sólo van dos veces…
Él volvió a reir y la besó con fuerza, hasta que ella dejó de pedir que él hablara,olvidándose de todo.
Susana aparcó el coche y salió de él, mientras buscaba el móvil en su bolso, pues le estaba sonando. Llevaba las manos llenas de carpetas y las dejó en el asiento del conductor, mientras conseguía coger el móvil y contestaba
- ¿Diga?
- Hola peque… ¿dónde estás..?
Ella sonrió al escuchar la voz de Alejandro
- Pues… ahora mismo en compañía de un morenazo de ojos verdes.. con unas tabletitas de chocolate que está… mmmmm… para comérselo.
- Pues dile a ese musculitos sin cerebro, que me diga a que gimnasio va… mas que nada para ir a partirle unas cuantas onzitas de ese chocolate en la cabeza…
- ¿Y dejarás a tu peque sin chocolate?- ella puso morritos
- Mi amor.. si mi peque quiere chocolate, yo le compro una fábrica entera… pero los morenazos de ojos verdes, al paredón… que luego venimos los morenillos con ojos oscuros, y nos morimos de hambre…
Susana comenzó a reir.- Pero es que los morenillos de ojos oscuros, también tienen su que…
- ¿Ah si? ¿Su qué, como qué?
- Pues no se…. su que…- ella sonrió
- Ahhhhhhh…. ese que…- él también sonrió- ¿y me vas a decir dónde te ha llevado ese morenazo?- soltó, picoso
Ella ya soltó la carcajada.- Ay mi vida.. que pronto te picas
- Yo no me pico…- refunfuñó él- ¿ dónde estás?
- En la prisión. Tengo que dar salida hoy a unos cuantos presos…y firmar algunos documentos…- contestó ella aún entre sonrisas
- Bueno… pues te rapto en… exactamente…. media hora.. que es lo que tardo en llegar allí.
- Pero peque..
- Tengo una noticia que darte…. y es muy importante..
- ¿Una noticia? ¿Qué pasa?
- Te la cuento cuando te recoja
- Cariño.. he traido el coche…
- Pues lo dejas, y que Pepe te lo acerque a Madrid. No es la primera vez que lo hace…
- ¿Lo tienes todo pensado, eh?
- Todo.. voy para allá. Te quiero peque
- Y yo a ti..
Susana colgó el móvil y lo miró con una sonrisa. Cogió las carpetas y cerrando el coche, se dirigió a la entrada del edificio. Había pasado una semana ya desde el funeral de Francisco y Diego, y ella, ya mas tranquila, había decidido volver a trabajar. El juicio de Nacho se había fijado para tres meses después , y le habían retirado toda posibilidad de salida bajo fianza, así que sabía que por ese lado, podía relajarse y seguir adelante. Su relación con Alejandro iba mucho mejor de lo que jamás podía haber imaginado… y era tan feliz con él, la cuidaba tantísimo, que ella no podía mas que vivir sobre una nube. Alejandro también era feliz… su reciente descubrimiento sobre su parentesco con Álvaro, le había dado una alegría que aún, tras una semana, le desbordaba. Se pasaban el mayor tiempo del día juntos… y tanto ella como Bea, se habían acostumbrado ya, a la contínua presencia del otro gemelo.
Aquel día, tal y como le había dicho a Alejandro, tenía cosas pendientes en la prisión. La había intentado evitar durante toda la semana, desde que había vuelto a trabajar, pero sabía que su presencia allí era inevitable. Las posibilidades de ver a Nacho, era prácticamente nulas, pero aún así, le ponía los pelos de punta, saberse en el mismo edificio que él.
Abrió la puerta y saludó a Pepe, que como siempre, estaba cerca de la puerta de su despacho. Él le correspondió el saludo, con una gran sonrisa de bienvenida, y Susana, entró en su despacho, dejando las carpetas sobre la mesa. Sintió frio y se sintió sola. Cris se había cogido unos días de vacaciones y se había marchado con Jota a un país árabe, que ahora ni recordaba el nombre.. Laura se había marchado a Praga.. y Diana.. bueno, Diana estaba en Madrid… pero se había cogido el mismo número de días para escaparse con Zarek a cualquier sitio que se les ocurriera.. aunque Susana sospechaba que no habían salido del apartamento de él.
Se sentó en la mesa y sacó los documentos de las carpetas, poniéndose a trabajar.
- Señoría…- dijo Pepe entrando sin llamar. Susana le miró algo exasperada, pero se mordió la lengua para no decirle nada fuera de tono. Llevaba mas de media hora firmando y leyendo documentos, y la verdad es que le venía bien aquella distracción
- ¿Qué pasa, Pepe?
- Su novio… Alejandro. Me ha dicho que salga.. que ya ha llegado

- Dile que tardo dos minutos… que ya voy
- Muy bien señoría…- contestó Pepe y seguidamente volvió a salir del despacho, cerrando la puerta
Susana se apresuró a firmar los últimos documentos, y los archivó, cogiendo las copias y metiéndolas de nuevo en las carpetas, para que el máximo responsable de la cárcel los tramitara ese mismo día. Se levantó y se puso el abrigo, mientras de su bolso, sacaba un espejito y se arreglaba el maquillaje.
Salió del despacho casi a la carrera, con la sonrisa en los labios, deseosa de ver a Alejandro, y en su huída, no vio a Muñoz, el jefe de módulo, que caminaba directamente hacia ella, y ambos se chocaron, haciéndola trastabillar para atrás
- ¡Perdone señoría! ¿Está usted bien?- preguntó preocupado, sujetándola para que no callera
- Claro.. si, si, no se preocupe….- respondió ella
En ese momento se giró y se quedó helada
- Hola Koalita….- dijo la voz melosa de Nacho
Susana no le contestó y Muñoz los miró a ambos
- Disculpe señoría..- le dijo algo incómodo- pero llevábamos al preso a la zona de aislamiento. No hace mas que provocar problemas…
- No.. no pasa nada…- dijo ella haciendo un amago para marcharse
- ¿Ni siquiera me vas a saludar, koalita? ¿Qué pasa?¿Que aún me tienes miedo..?
La sangre se le congeló en las venas.. para luego, seguidamente, disolverse en una ira que casi la hizo explotar. Aquel hombre la había violado, intimidado hasta casi morir de miedo.. aquel hombre había intentado matar al hombre que amaba… y a su hermano también. Era un ser sin escrúpulos.. un ser que siempre se había servido de cualquier cosa para conseguir lo que quería… a costa de lo que fuese.. incluso de la vida de los demás. Y estaba harta. Harta de tener miedo.. harta de sentir escalofríos cuando escuchaba pronunciar su nombre… harta de no poder ser libre. Ella no se merecía vivir así… ni tampoco las personas que la querían y la rodeaban…No. Aquello se tenía que acabar.
Se giró hacia él y le miró fijamente.
- El miedo es como el respeto… se gana Goñi. Y tú eres un mierda, que lo único que sabe hacer es intimidar, a ver si consigue ser alguien en la vida… ¿pero sabes algo? Ya no me intimidas.. ya no me das miedo. Porque soy mejor que tú.. porque mientras que yo estoy libre, y feliz… y con un futuro increíble ante mis ojos, tú estás aquí.. en una celda de cuatro paredes, sin poder hacer lo que quieres.. sin poder disfrutar de la luz del sol nada mas que una hora al día. Estás encerrado Goñi.. encerrado como la rata que eres..y jamás podrás salir de aquí… te juro.. porque esto si te lo puedo jurar, que yo misma me encargaré de que te pudras aquí.
- Maldita zorra…- siseó él entre dientes
Ella, debido a la furia, no se amilanó. Al contrario, se acercó mas a él, hasta quedar su rostro casi pegado al de él
- Si.. soy una zorra.. pero una zorra feliz… ¿y sabes lo mas triste? Que yo tengo gente que me adora.. que me cuida, que me quiere por encima de cualquier cosa… Tú.. tú estás solo Goñi.. nadie se va a preocupar si vives o mueres… si te quedas encerrado o sales de aquí… porque nadie te quiere.. a nadie le preocupas…
Susana se separó de él, justo cuando él siseaba de furia. Sus ojos, los ojos de Nacho, estaban húmedos, de lágrimas de rabia no derramadas
- ¡YO TE QUERÍA!- le gritó- ¡ TE AMABA, MALDITA SEAS!
Ella le miró de nuevo, sin expresar sentimiento alguno
- Pues yo no. Me dabas asco..y me das asco, Nacho..- pareció pensárselo mejor y rectificó- no.. ahora me das lástima.. porque no eres nadie, Nacho.. porque has te has reducido a no ser absolutamente nadie..quisiste ser alguien a costa de los demás, pero no conseguiste nada… porque sigues siendo un don nadie.
Y se marchó. Se marchó sin esperar a que él le respondiera, aunque el dolor puro que vio en su mirada antes de girarse, le dijo que no lo haría. Por fin sabía que le había dado donde mas le dolía…por fin le había golpeado con sus propias armas. Salió por la puerta, al sol.. a la brillante luz, y la sonrisa de Alejandro, la llenó de felicidad. Por fin se sentía libre… mas libre de lo que jamás se había sentido.
Cayetana miró por los ventanales del aeropuerto que daban a la pista de despegue. Estaba seria, pero Sandra sabía que todo era pura apariencia
- Parece que tu mala suerte con respecto a los retrasos de los aviones, se me ha contagiado..- le dijo a su hermana, mientras se giraba y miraba la pantalla de salidas que anunciaba que su vuelo de vuelta a New York tendría un retraso de al menos una hora. Sandra sonrió
- Bueno hermanita.. no te quejes. Almenos no tienes a Bárbara al lado, quejándose de lo mucho que la espera puede afectar a su cutis ultra mega sensible…
Caye no pudo evitar sonreir al pensar en su amiga Bárbara
- ¿Crees que estará bien con Santi?
- Perfectamente… ese muchacho la adora.. y ella a él. Se desvivirán el uno por el otro.. aunque esto parezca raro hasta pronunciado en mi boca…
- Bárbara lo pasó muy mal cuando pensaba que Santi ya no la quería….
- ¿Ves?- replicó Sandra- entonces estará perfectamente…
- Eso espero… - Cayetana hizo una mueca triste- porque la voy a echar de menos..
Sandra hizo un gesto con las manos.- ¿Y tú que? ¿Estás segura de tu decisión con respecto a Bulevar?
Caye miró a su hermana y asintió con la cabeza.- Muy segura. Mi sitio ya no está allí.. ni siquiera está en Madrid. Me fui a New York huyendo, y encontré mi camino allí. Ahora no podría quedarme aunque quisiera. Se que la empresa está en manos de las personas que deben llevarla… y se que lo harán estupendamente. Confío en Álvaro.. y en Beatriz. Yo seré como tú… - rió- pondré mi mano cada fin de mes para cobrar…
- Que malas somos…¿verdad?- rio Sandra
- Muy malas…pero saben que si me necesitan, cogeré el primer avión- Cayetana suspiró- lo importante es que la empresa de nuestros padres siga hacia delante..
- Y hacia delante seguirá Caye.. eso ni lo dudes. Ya todo está en su lugar…
Cayetana miró a Sandra con cariño.- ¿Y tu que harás?
- Volverme a casa… - dijo con rapidez
- ¿En Madrid?
- No.. en Marsella. Adoro mi vida allí.. y aquí ya no me necesitan. Ya te pasaré las señas, por si quieres visitarme…
- Por favor… no quiero volver a perderte…- rogó Cayetana
Sandra se levantó y la abrazó.- No me vas a volver a perder… Ahora volvemos a ser una familia.. y eso no cambiará.
Cayetana sonrió y supo que su hermana le decía la verdad. Ahora, por fin, iban a ser una familia.

Susana se acercó a Ale, que la esperaba junto al coche
- ¿Y esa sonrisa?-le dijo Ale al llegar a su altura
- Estoy feliz de verte…¿no puedo?- respondió ella abrazándolo y besándolo sonoramente en la mejilla
- Claro que puedes peque..- él buscó su boca y se la besó, con ganas- yo me estaba muriendo por darte un beso como dios manda..- hizo una mueca- esta mañana te has ido demasiado deprisa…
Ella se echó a reir
- Si nos hemos ido a la vez, cariño…- lo miró con ternura- ¿Qué tal la mañana en Bulevar?
- Bastante bien. Yo no tengo mucha idea de llevar una empresa, pero Bea y Álvaro hacen un equipo increíble… ellos la sabrán sacar adelante.
- Me alegro mucho, mi amor…- le dijo abrazándolo por la cintura
- ¿Se puede saber porque estás tan contenta?- volvió a preguntar Alejandro al verla sonreir de aquella manera
- Pues….¿ Porqué iba a estar contenta?- lo abrazó mas fuerte- porque te quiero… porque estoy enamorada del hombre más maravilloso del mundo… y porque hace un día estupendo…¿ no te parece?
- Lo que me parece es que me estás ocultando algo…- le contestó él entre risas
- Que noooo- ella hizo un mohín con la cara, que le hizo reir aún más a él- ¿ Qué es esa noticia tan importante que tenías que contarme?
- Aquí no…- él buscó sus labios- ¿ Nos vamos a comer? Tengo un hambre de lobo..
Ella volvió a reir.- Aprendes rápido…¿eh?
Alejandro sonrió, pícaro.- No lo sabes tú bien…
- Pues entonces vamos..- contestó ella- a mí también me ha entrado un hambre de lobo.
Ambos se besaron, en un beso corto, pero lleno de anhelo. Susana se separó de él, para darle sus llaves del coche a Pepe, y pedirle que se lo bajara cuando terminara de trabajar, y Alejandro se montó en el suyo, esperando a que ella entrara también en el coche. Cuando lo hizo, él puso en marcha el coche y se alejaron hacia la carretera, camino de vuelta a Madrid. Pero pronto, Susana se dio cuenta de que no iban de vuelta a la ciudad.
- ¿Se puede saber dónde vamos?- le preguntó ella mirándole
- Es una sorpresa- contestó él sin desviar la vista de la carretera
- ¿Una sorpresa?- Susana sonrió- suponía que querías comer en un restaurante.. todo romántico
Alejandro sonrió, pero no contestó. Al cabo de un rato, llegaron a un campo, y él detuvo el coche.
- ¿Esto es la sorpresa?- preguntó Susana bajando del coche y mirando a su alrededor. Era un paisaje precioso… césped verde… flores amarillas, blancas y rojas.. y todo en su plenitud, a pesar de no haber dejado aún el invierno atrás
- Es la finca de un amigo de Álvaro y Gonzalo. Él está en Hong Kong por negocios… y Álvaro pensó que nos vendría bien una escapadita a tí y a mi…
- Vaya…- ella le miró, feliz- que considerado es tu hermano…¿ y dónde vamos a comer?
- Esa es la sorpresa…- Ale fue hacia la parte trasera del coche, y abriendo el maletero, sacó una cesta típica de picnic- “Voilà!” ¡Un picnic!
Susana se echó a reir.- Estás loco… ¡con el frío que hace!
- ¿Pero no decías que hacía un día estupendo?
- Y hace un día estupendo… pero también hace frío.
Alejandro se acercó a ella.- Pues vamos dentro de la casa… hay una chimenea preciosa esperándonos…
- ¿Chimenea y todo? Uao.. te lo estás currando, García…
- ¿A que si?- él se echó a reir y la empujó levemente para que empezara a andar- vamos…esto sólo acaba de empezar…
Los dos caminaron abrazados hacia la casa, que no quedaba muy lejos de dónde habían dejado el coche, aunque si oculta por una loma. Al llegar a la puerta, Alejandro sacó unas llaves y la abrió, cediéndole el paso a ella y entrando después. Susana miró la casa maravillada. Era de dos plantas, completamente revestida de madera. Constaba de salón, una cocina enorme y un baño pequeño en la planta baja. Susana, curiosa, subió al piso superior y vio que allí habían dos habitaciones y un estudio. Y cada habitación constaba de baño privado
- ¿Te gusta…?- le susurró Alejandro, acercándosele por detrás
Ella no se giró.- Es preciosa… el amigo de Álvaro tiene muy buen gusto..
- Te he mentido un poco..- le contestó él tras una pausa- no es de un amigo de Álvaro.
En esta ocasión, Susana si se giró.- ¿Ah no? ¿Entonces de quien és?
- Nuestra… tuya y mía.
Susana le miró con los ojos abiertos como platos.- ¿Qué?
- Que la he comprado… para los dos…yo…
- ¿Qué la has comprado…?- Susana miró a su alrededor una vez mas- pero..¿Qué..?
- Pedí una plaza para el hospital del norte, Su… y me la han concedido. Empiezo la semana próxima.
Ella se giró de nuevo hacia él, con los ojos húmedos, de la emoción.
- ¿Vas a trabajar aquí? ¿Por qué no me lo dijiste..?
- Porque no sabía si me darían la plaza.. y tenía miedo de ilusionarte. Sé que nunca hemos hablado de que yo trabajara en Alemania, ni que tuviera mi vida allí.. pero te quiero Su.. te quiero mas que a mi vida. Y no quiero ir a ningún lado dónde no estés tú
- Ale…- ella no podía hablar, debido a las lágrimas
- Quizás me he precipitado comprando esta casa tan lejos de la ciudad…pero si no te gusta, se puede cambiar mi amor.. e irnos dónde tú quieras. Lo importante es que estemos juntos.. juntos para siempre..
- No.. si la casa me encanta..- dijo ella
- ¿Entonces…?
- Es que no se que decir – ella le miró, sonriendo esta vez
- Di que te casarás conmigo
Susana sintió que el corazón se le paralizaba en el pecho, para después volver a latir con un gemido doloroso. No pudo pronunciar palabra
- ¿ No quieres…?- empezó él a preguntar, pero no le dio tiempo de seguir. Ella se le había echado encima
- ¡¡¡SI!!!¡¡¡¡SIII!!!!- gritó ella, abrazándolo y besándolo- ¡ Dios Ale! ¡Te quiero, te quiero, te quiero!
Él comenzó a reir, mientras correspondía a los besos
- ¡ Valeeee! ¡Pero tranquila, que me vas a matar!- dijo entre risas
Ella se apartó de inmediato.- ¡Ay! ¿Te he hecho daño?
Alejandro la atrajo hacia si, y la abrazó
- Daño me harías si te apartaras de mi, mi pequeña luz de sol… porque tú eres lo que ilumina mi vida..
- Mira que eres ñoño cuando quieres.. ¿eh? – dijo ella en broma, pero totalmente mimosa
- Y lo que te gusta…- rió él
- Pues si…¡viva la ñoñería!- ella le abrazó con fuerza y lo besó. Cuando él comenzaba a disfrutar del beso, Susana se apartó- ¿y los muebles se van a quedar así? ¿Los puedo cambiar..? Porque había pensado que…
Alejandro sonrió mientras la seguía y bebía de su imagen. Ella era un torbellino que había entrado en su calmada vida para ponerla del revés. Y adoraba ese cambio… ese tornado que le hacía ser feliz mas de lo que jamás pudo haber imaginado.

Bea se despertó en la gran cama del apartamento de Álvaro, y le buscó con la mano, encontrando, la cama a su lado, completamente vacía. Se incorporó levemente y poniéndose las gafas de encima de la mesita de noche, miró a su alrededor. Estaba ya amaneciendo, y una luz blanquecina, dejaba paso a los primeros rayos de sol. A simple vista no vio a Alvaro, pero se dio cuenta de que la puerta de la terraza estaba abierta. Así que sin pensárselo dos veces, salió de la cama, y poniéndose las zapatillas, se encaminó hacia allí. Se asomó un poco por la puerta, y lo vio sentado en el suelo, mirando hacia el cielo, en silencio, mientras sus dedos, acariciaban la ecografía de su bebé, que se había hecho ella aquella misma tarde. Sonrió, enternecida.
- Álvaro…- le llamó, en un susurro
Él la miró sobresaltado al principio, pero luego, al verla, se relajó y le ofreció una de sus increíbles sonrisas. Le tendió la mano libre, que ella tomó
- Mi amor…¿qué haces levantada? Hace frío…
- Me he despertado y no te he visto… ¿estás bien?- preguntó ella a su vez, mientras se sentaba a su lado, en el suelo
- Si… me ha despertado una llamada al móvil, y ya no he podido coinciliar el sueño…- dijo él atrayéndola hacia si para protegerla del frío.
- ¿Quién te ha llamado?
- El Anguila… es un desastre con eso de la diferencia horaria… y como sigue en México con la novia…
- ¿En México?- Bea le miró sorprendida- pero si Gonzalo me dijo que iba a volver…
- Si… pero como yo ya salí libre y sin cargos, y él dedujo que no le necesitábamos… se ha quedado allí de vacaciones un tiempo…
- Y bien que hace…- sonrió ella
Álvaro la miró, adorándola, y buscó sus labios, besándolos con ternura
- ¿No quieres volver a la cama?- le preguntó ella, mientras apoyaba la cabeza en el hombro de él
- No… quiero ver el amanecer- contestó él volviendo a mirar el cielo- en la cárcel no podía verlo, y pensé que jamás podría volver a disfrutar de él. Nunca me había fijado en lo bonito que es, y en lo mucho que me gusta, hasta que vi la posibilidad de jamás volverlo a ver… y ¿sabes? A partir de ahora, pienso ver todos los amaneceres de los que sea capaz, siempre.
- Y yo contigo… aunque eso signifique levantarme cada día a las cinco de la mañana- rió Bea
- ¿ Harías eso por mí?- preguntó él
- Yo haría cualquier cosa por ti, mi amor.
Alvaro la miró con una sonrisa. Y seguidamente desvió la vista hacia la ecografía
- ¿Me puedes explicar qué haces con la ecografía en la mano?- preguntó ella
- Mirar a nuestro bebé…- contestó él con ternura- y…- se detuvo un instante, mientras observaba la ecografía- y dándole las gracias al cielo, por darme la oportunidad de poder verlo crecer…
Bea le besó en la mejilla, enternecida, y él se giró de tal manera, que quedó sentado frente a ella, con sus piernas rodeando la cintura femenina. Movió a Bea, para que ella quedara exactamente sentada como él estaba… con sus propias piernas alrededor de la cintura de él
- Tendremos que buscar a alguien que lleve las riendas de Bulevar, ¿no?
Ella le miró, extrañada
- ¿Y eso porque?
- Porque tú cogerás la baja maternal… y yo la baja paternal.
Bea comenzó a reir.- Pero tonto, si la baja paternal sólo es de 13 días..
- ¿13 días?- él la miró, espantado- ¿y que hago yo con sólo 13 días?
- Pues no se…- dijo ella ya sin poder parar de reir
- No.. no. Yo quiero mi baja paternal de un año.. o dos, o los que hagan falta hasta que mi niña me diga papá.
- Mira que eres tonto…- ella le pasó los brazos alrededor del cuello, acariciándole la nuca con los dedos- por cierto… ¿qué es eso de “mi niña”? Va a ser niño- dijo ella con una mueca
- Nada de eso… va a ser una niña. Una niña con tus ojos, con tu boquita, con tu naricilla…
- ¿ Mi naricilla? ¡Pero si tengo una nariz que se me ve a tres kilómetros!
- Tienes una nariz preciosa…- le dijo él besándosela- igual que tus labios- se los besó- tus mejillas- se las besó, una a una- tu cuello..- y procedió a besárselo, mientras ella cerraba los ojos y se dejaba hacer. A los pocos segundos, ambos se estaban abrazando mas fuerte y buscando sus bocas mutuamente
- ¿Qué decías de volver a la cama…?- le preguntó ella contra la boca de él
Alvaro rió.- Si.. creo que la una cama iría perfecta para este momento…- y levantándose, con ella en vilo, la llevó en brazos hasta la cama, mientras volvía a besarla con ganas, devorándole la boca, como si no tuviera bastante de ella. La dejó caer sobre la cama, con mucha delicadeza, y se dejó caer a su lado, sin dejar de besarla.
- ¿El médico te ha dicho que podemos….?- le preguntó él, deteniéndose, súbitamente preocupado
Bea se echó a reir.- No seas tonto y bésame.
- Pero Bea…- ella le interrumpió, apoderándose de la boca masculina, y haciendo que él soltara un gemido de indefensión. Ella dejó de besarle, y le miró con una sonrisa
- Si quieres nos quedamos a tres velas hasta que nazca el nene, pero…
- La nena..- le interrumpió él esta vez
- ¿Y si yo quiero que sea un nene? – dijo ella apoyando los codos en la cama
- Pero es que va a ser una nena…porque sólo le hace caso a su papá.
- ¡Ah claro! Porque ella misma decidirá si quiere ser niño o niña ¿no?- dedujo Bea entre risas
- ¡Pues claro! ¿Qué te creías? Mi niña va a ser la niña mas guapa del mundo y también la mas lista.
- Pues entonces seguro que sale a mi.. porque tú te habrás llevado la guapura de los dos… pero tu neurona rebota todo el día contra la pared de tu cráneo, de lo sola que se siente…
- ¡Oyeeeeee! ¿¿¿Qué es esto de meterse conmigo???- ella le sacó la lengua de forma burlona, y él puso cara de enfadado- ¡ahora te vas a enterar, señorita inteligente!!- y empezó a hacerle cosquillas.
- ¡No, no, Álvaro, paraaa! ¡Noooooo!- dijo ella entre carcajadas
- ¿Ahora quien es el que no tiene mas de una neurona?
- ¡Nooooo! ¡Tienes mas, tienes mas!- exclamó ella rindiéndose
Alvaro se detuvo, sin poder evitar reir con ella. Se inclinó sobre Bea, dejando los brazos a los lados de la cabeza de ella
- ¿Te rindes?- preguntó mirándola con ternura
- Pues… si. Vamos a decir que tienes mas de una neurona….- hizo como que pensaba y luego lo miró, entre risas- ¿neurona y media?
- ¡¡Pero bueno!!!- empezó a hacerle de nuevo cosquillas, y ella a retorcerse entre carcajadas, mientras palmeaba las manos de él para que cesara la tortura a la que la estaba sometiendo. Alvaro se echó a reir también, al ver la cara de Bea sonrojada por el esfuerzo, y sus ojos brillando de felicidad. Su corazón saltó gozoso en el pecho, haciéndole sentirse de verdad vivo en muchos meses. Ante ese sentimiento, se quedó quieto y serio, mirándola con adoración. Ella se incorporó un tanto
- ¿Qué ocurre, mi vida?
Él suspiró, mientras se sentaba sobre sus talones y la miraba desde arriba
- Que no me puedo creer que estoy aquí… contigo.. haciéndote reir… y sintiéndome mas feliz de lo que he sido en toda mi vida. Es como si no me lo mereciera…
Bea se movió e incorporándose del todo, se quedó sentada frente a él, de la misma manera
- Tú te mereces todo mi amor… todo. Todo lo bueno del mundo- le dijo, cogiéndole la cara con las manos
- ¿Estás segura de eso?
- Si… claro que si- le miró durante unos segundos, como si ella tampoco se creyera que él estaba allí.
- ¿Qué te pasa? No quería ponerte triste…- le dijo él al ver la expresión de Bea
Pero ella le besó, sin contestarle, le besó dándole su aliento, su respiración, su vida. Buscó su lengua, profundizando en el beso, y dejó que Álvaro la estrechara contra si. Él la besó con pasión, mordiendo, besando, lamiendo, dándole, recibiendo, exigiendo. Parecía que el alma se podía dislumbrar en casa siseo.. en cada gemido que ambos dejaban salir. Las manos de Álvaro cobraron vida sobre el cuerpo de Bea, mientras su lengua se introducía mas en la boca de ella, saboreando todas las texturas y entregándose con absoluto abandono. Ella lo era todo para él… era su vida entera
La tumbó sobre la cama, con todo el cuidado del mundo, sin dejar de besarla. Las manos masculinas buscaban, acariciaban, dejaban regueros de fuego en la piel de Bea. Ella se arqueó, buscando mas contacto, mas de aquella placentera tortura.
- Shhhh… mi amor.. estoy aquí…- le susurró él al oído, mientras sus dientes le mordisqueban el lóbulo
Bea se apartó un tanto de él e hizo que la mirara. Lo que Álvaro vio en las profundidades de aquellos ojos verdes, lo dejó sin aliento
- Te he echado tanto de menos…- le dijo ella tras una pausa, mientras se mordía los labios, para evitar perder el control sobre sus emociones- casi había perdido la esperanza de que volvieras a quererme.. que volvieras a enamorarte de mi.
Alvaro sonrió con ternura, mientras dibujaba el contorno de los labios de Bea con un dedo
- ¿Acaso crees que alguna vez dejé de estar enamorado de ti?¿Qué alguna vez dejé de quererte?
Ella se alzó de hombros sobre la cama. La angustia del dolor de los recuerdos, había sustituido la alegría anterior
- Sé que llegaste a odiarme…tanto como me llegué a odiar a mí misma. Y no te culpo, de verdad que no.
Alvaro le pidió que no siguiera hablando, con el dedo que antes le acariciaba los labios
- Jamás dejé de quererte. Por mucho que lo intenté, por mucho que luché contra ello, tú siempre estuviste en mi alma y en mi corazón, manteniéndome con vida, manteniéndome cuerdo en aquella celda. Te odiaba por no poder tenerte, por no poder besarte, ni abrazarte, ni perderme en tus maravillosos ojos. No podía respirar sin ti…y sigo padeciendo de la misma agonía. Me ahogo si no estás cerca….
Bea le miró, con lágrimas en los ojos.- ¿ Intentaste olvidarme?
- Con todas mis fuerzas…pero no pude. Tú eres mi vida Bea, toda mi vida. Sólo contigo hay esperanzas…sólo contigo hay luz en la oscuridad. Me da igual el mundo entero, si tú estás a mi lado…
- ¿Y cuánto tiempo voy a estar a tu lado?- preguntó ella, llorando ya
- Para siempre…- dijo él contra su boca- porque necesito un “para siempre” para demostrarte lo mucho que te amo.
Bea le abrazó.- Tú no sabes cuanto amor he estado, toda mi vida, guardando para ti…
Alvaro soltó un gemido y buscó su boca de nuevo, mientras las lágrimas de ambos, se entremezclaban. Eran lágrimas de felicidad, lágrimas de emoción. Ambos lo sabían.. y los dos se encargarían de recordárselo el uno al otro por el resto de sus vidas. Pero cuando las manos de Álvaro descendieron por el cuerpo de ella, comenzando a derribar las barreras de ropa y a inflamar su piel, Bea se olvidó de todo… excepto de que por fin tenían un horizonte lleno de luz y esperanzas delante de sus ojos… un horizonte dónde podrían reir, soñar… y amarse el uno al otro, incluso mas allá del último aliento de vida. Porque, la vida ,estaban seguros de ello, les recompensaba con la eternidad. Y esa hermosa eternidad, empezaba justo en aquel momento
.

lunes, 9 de marzo de 2009

Capítulo 96

- ¿¿¿Qué???- esta vez fue el grito de Alejandro el que rompió el silencio impuesto tras las palabras de Sandra.
- Dios…- susurró Susana
- Por favor… explícate- pidió Álvaro con un nudo en la garganta
- Veréis… por lo visto- empezó Sandra- como ya os he dicho, Alejandro nació enfermo, y los médicos dijeron que no duraría demasiado tiempo.. asi que Titina, que lo vio como una contrariedad, eso de tener gemelos, prohibió que alguno de los médicos informase de la existencia de los dos pequeños, y pagó para que se deshicieran del bebé…. como si nunca hubiera existido.
- Dios…- susurró Bea- ¿y los médicos accedieron?
- Por lo visto la cifra fue la suficiente como para callar algunas bocas…- dijo Sandra asintiendo- pero lo que Titina no previó es que la hermana de Francisco, tu tía Rosa- miró a Álvaro- osea, tu madre- miró a Alejandro- se enteró de todo por casualidad… y habló con el médico para quedarse con el niño. Se lo contó a su marido, y ambos viajaron a Alemania… durante un tiempo..mas que nada para curar al bebé… hasta que pudieron volver diciendo que ella se había quedado embarazada y que el niño era suyo..
Alejandro se había echado hacia atrás en el sofá y se retorcía las manos, en un intento vano de asimilar todo lo que le estaban contando. Una vida entera se estaba desmoronando delante de sus ojos, y no podía ni siquiera reaccionar. Sintió las manos de Susana aferrando las suyas, pero ni siquiera tuvo fuerzas para mirarla.
- ¿Y tú como sabes todo eso?-preguntó Álvaro, bastante mas calmado
- Cuando Francisco murió, Rosa me llamó. Me extrañó que me localizara, cuando no le había dado mi teléfono a casi nadie.. pero me dijo que mi abogado le había dado mis señas. Quería quedar conmigo… porque era importante. Creía que había llegado el momento de darle a Alejandro el lugar que se merece dentro de esta familia…Asi que cuando llegué a España, me reuní con ella y con mi abogado… y esto es lo que me contó.
- ¿Y….Y porque no me lo contó a mi..?- preguntó Alejandro al borde del llanto
- Supongo que por miedo…- le contestó Sandra. Titina siempre supo la verdad ante vuestro enorme parecido.. pero Rosa siempre la esquivó diciendo que ella jamás diría nada… y menos a Francisco.
- ¿Y porque a ti..?- esta vez fue Álvaro quien preguntó
Sandra se alzó de hombros.- Siempre nos hemos llevado bien… y supo, de alguna manera, que yo estaba detrás de la compra de Bulevar… asi que me llamó y probó. No pude ocultarle la verdad.
- ¿Por qué?- Alejandro se levantó- ¿Por qué ahora? Dios… ya no se ni quien soy…
- Siempre has considerado a Álvaro tu hermano… - le susurró Susana acercándose a él- y ahora sabes que si lo es, peque… es tu hermano de verdad… Deberías estar feliz… muy feliz..
Alejandro la miró, perdiéndose en sus ojos oscuros. Ella le sonrió, mientras le acariciaba la cara con la yema de los dedos.
- Bulevar es de los dos ahora…- dijo Sandra mirándolos a ambos- y todo el patrimonio de los Aguilar.
- No somos Aguilar…- dijo Álvaro
- ¿Y crees que a mi eso me importa?- Sandra le miró- ¿ o a mi hermana? Esto es vuestro por derecho propio. Lo que hicieran nuestros padres no es culpa de nadie… y menos vuestra..- se levantó- he de irme, chicos…Aprended a vivir con esta verdad… que en el fondo es hermosa..- sonrió- la vida os acaba de quitar un hermano.. pero os da otro. Eso es hermoso. Y permitirme, que en todo este lío familiar, también me quede con algo vuestro…. como si yo también fuera vuestra hermana... o algo asi…- hizo un mohín con la cara, que hizo sonreir a Álvaro. Éste se acercó para abrazarla y ella se dejó abrazar
- Gracias Sandra… por todo…
- Gracias a ti por no rendirte..- le dijo ella separándose un tanto y mirándolo- tu padre siempre creyó en ti, Álvaro… siempre. Y estaba muy orgulloso..- Álvaro sintió que se le humedecían los ojos al escucharla- aunque no te lo dijera. El siempre dijo que tú habías heredado su parte buena…lo mejor que él podía dar de si mismo.. y que eras muy grande Álvaro… increíblemente grande…
Él la besó en la mejilla sin poder contenerse y ella, con una sonrisa, le secó una lágrima solitaria que le rodaba ya por la mejilla. Se separó de él y miró a Alejandro
- Cuidaos… ¿vale?
Él no le contestó, pero asintió con la cabeza, mientras Sandra besaba a Bea y se despedía de Susana, a la que había conocido en el coche, de camino a casa de Álvaro. Pronto se quedaron los cuatro solos
- ¿Por qué no vamos a tomar un café…?- le propuso Bea a Susana- de repente me ha entrado un antojo de capuccino que no me aguanto… y Álvaro no tiene una cafetera decente…
- Claro… vamos.. – accedió Su- a mi también me irá bien un café
Bea se giró hacia Álvaro y vio que éste le sonreía, agradecido. Tenía que hablar muchas cosas con Alejandro.. su hermano.. y era mejor que lo hicieran a solas
- Estaremos en la cafetería de abajo..- dijo Susana mirando aprensivamente a Alejandro. Pero al ver su expresión relajada, casi feliz, se tranquilizó- en un rato subimos…
- Hasta ahora…- susurró Ale
Las dos chicas salieron por la puerta y los dos hermanos se miraron. Estaban serios… muy serios. Como si el ambiente se pudiera cortar con unas tijeras… pero no de tensión.. sino de emoción contenida. Estuvieron así durante unos minutos… unos minutos que para los dos fue como si fueran horas.. hasta que Álvaro sonrió..y de esa sonrisa derivó a que los dos estallaran en carcajadas y se abrazaran con fuerza.
- No me lo puedo creer..- dijo Alejandro entre lágrimas de risa
- Yo tampoco… - Álvaro se apartó de él para mirarlo y sonrió, feliz- toda la vida considerándote mi hermano y resulta… ¡que lo eres! Jamás pensé que podría recibir un regalo semejante de parte de la vida…
- Y mira que hicimos cábalas de porque nos parecíamos tanto..-rió Alejandro- y jamás pensamos en la posibilidad de ser hermanos… ¡y gemelos!
- Somos unos cafres…- dijo Álvaro entre risas- y ¿sabes lo que te digo? Que soy muy feliz de que seas mi hermano… porque te quiero… te quiero mucho Ale… y me da igual si tenemos que hablar con Rosa.. o buscar respuestas…lo que sea..pero pienso disfrutar de mi hermano gemelo todo lo que no me dejó la vida y mas.. asi que vete olvidando de volverte a Alemania o a donde quieras que estuvieras…
Alejandro se echó a reir.- He pedido plaza como médico en el hospital del norte de Madrid… aún no me han contestado.. pero…
- ¿Lo estás diciendo en serio?
- Si…- Alejandro meneó la cabeza- Susana aún no lo sabe..quería darle una sorpresa.. decirle que me quiero quedar con ella aquí… para toda la vida…- sonrió- pero ahora.. con lo que he sabido.. tengo mas motivos para quedarme en España…
- Me alegro… mucho, Ale… aunque suene egoísta…
- No me iría de aquí por nada del mundo..- Alejandro le abrazó con fuerza- yo también te quiero, Álvaro… te quiero mucho.
- ¡Dios! La vida no para de darnos sorpresas… - Álvaro se quedó serio, de repente- Diego… Diego también era nuestro hermano…
- Un hermano que dio la vida por ti, Álvaro… y por eso debes vivir.. vivir feliz.. sin nubes, sin llantos.. sólo rodeado de felicidad. Porque Diego se merece que su sacrificio valga la pena…
- Lo se…- Álvaro volvió a sonreir, aunque de forma triste- tenemos una vida por delante… tengo una vida por delante al lado de Bea.. de mi hijo.. y no pienso desaprovecharla…
- ¿Eso significa que voy a tener un sobrino?
- O una sobrina… -le miró Álvaro- mejor una niña no? con los ojos de Bea, con la boquita de Bea, el pelo de Bea, la naricilla de Bea…
- ¡Anda pesado, cállate ya! – Alejandro se echó a reir y le empujó hacia la puerta- y vamos a buscar a nuestras niñas… que seguro que se mueren por saber…
Álvaro también rió y los dos salieron del apartamento entre bromas
Sandra llegó a la casa que tenía en Madrid y en cuanto entró por la puerta, se sacó los zapatos y les dio un par de patadas, que los lanzaron lejos de ella. Soltó un suspiro de alivio y se masajeó uno de ellos, el que mas le dolía, intentando calmar el dolor. En ese momento, su hermana Cayetana salió del salón
- Llegaste…- le dijo a modo de saludo
- Si hermanita…- Sandra bajó el pie y se cogió el otro, dándole el mismo trato que al anterior- siento mucho haberte dejado sola… tenía que hablar con Álvaro..
- Lo se…. ¿todo bien?
- Perfecto…- puso ambos pies sobre el suelo y soltó un gemido ahogado- dios… esos zapatos me han destrozado…
- ¿Por qué no te das un baño?- le propuso Cayetana- luego podríamos salir a comer… no se.. hacer algo de hermanas…
- Claro…- Sandra sonrió- y mientras me baño..- rebuscó en su bolso y sacó un sobre- ¿Por qué no te lees esta carta de Jota?
Cayetana perdió el color.- ¿De.. de Jota?
- Si… creo que deberías leerla...y ahora si no te importa… voy a darme ese baño…
Sandra se fue y Cayetana se quedó sola. Las manos le temblaban convulsivamente y se tuvo que sentar en una silla cercana, porque las piernas iban por el mismo camino que las manos. Abrió el sobre con lentitud. Un sobre grande… alargado.. con unos documentos dentro. Miró esos documentos y no entendió nada de nada, debido a los nervios, así que los dejó a un lado, y abrió la carta, dónde reconoció, con el corazón encogido, la caligrafía de Jota
“ Hola Caye,
Seguro que te sorprende esta carta, pero creo que es necesaria. No tendré el valor de decirte esto en la cara… ni de dártela yo en mano.. porque no quiero hacerte sufrir mas.. así que posiblemente la hayas recibido por otra persona.
Como habrás visto ya, en los documentos que te adjunto, te devuelvo tus acciones de Bulevar..Son tuyas, Cayetana.. y has de tenerlas tu. Quizá pedir perdón a estas alturas, no sirva de mucho… y sobre todo porque aún me duelen muchas de las heridas…pero ahora soy feliz.. y necesito empezar de cero.
Siento mucho lo que pasó.. lo que no vivimos.. y como terminamos. Te amé mucho Caye… mucho.. y no quiero ensuciar algo tan bonito de mi vida. Así que a pesar de las venganzas, de los odios.. y de todo lo que ha pasado, no quiero que ni tu vida, ni la mía, se manche de sentimientos que no sean bonitos y hermosos.
Cuídate mucho Caye, siempre.
Jota”
Cayetana volvió a coger los documentos y los miró sin podérselo creer. Volvió a releer la carta, mientras una sonrisa de felicidad se dibujaba en su cara.

domingo, 8 de marzo de 2009

Capítulo 95

La mañana era gris y fría, como si con ese clima, quisiera acompañar el ánimo de las personas que se encontraban en el cementerio en aquel momento. Ya habían pasado tres días desde la muerte de Diego, y las cosas, poco a poco, parecían volver a su lugar… como cuando al mar le baja la marea y las olas se van retirando, dejando a la tierra respirar. También habían llegado los restos mortales de Francisco y Álvaro había decidido darles sepultura a los dos a la vez. No quería pasar dos veces por lo mismo, había dicho… y todos le habían dado la razón.
Sandra hizo una mueca de dolor, cuando los tacones de sus zapatos se clavaron de nuevo en la tierra húmeda, pero continuó caminando, sin hacer caso de la certeza de que tendría que tirar aquellos zapatos en cuanto llegara a casa. Había llegado tarde…una vez mas, por culpa del retraso del avión, como si pareciera que siempre estuviera ahí ese retraso para complicarle un poco mas la vida. Aunque no le importaba demasiado en esta ocasión. Ir al funeral de su hermano, y del mejor amigo de su padre, no era para ella el mejor de los entretenimientos.
Agarró con fuerza el maletín que llevaba en la mano, mientras se detenía. Cayetana, su hermana pequeña, se dirigía hacia ella
- ¡Sandra!- exclamó al llegar a su altura y abrazarla- ¡ que alegría tenerte aquí! ¡Pensaba que no ibas a venir!
- El avión.. se retrasó… una vez mas- Sandra esbozó una sonrisa triste mientras la miraba- iba a venir al funeral de Francisco… cuando me llamaron para comunicarme lo de Diego…¿y tú como estás?
- Asimilándolo.. todo.. – Caye desvió la vista- no me puedo creer que Diego ya no esté.. no fue el mejor hermano del mundo.. pero…- se detuvo
- Si.. era muy especial..pero era nuestro hermano…
Cayetana se mordió el labio y miró a Sandra.- ¿Tú sabías que éramos adoptadas?
- ¿Quién te lo ha dicho..?- Sandra la miró, ladeando la cabeza
- Alvaro… resulta que él y Diego eran hermanos.. y pensaba que nosotras también…
- No..- Sandra la interrumpió- nosotras no somos sus hermanas… pero ¿ sabes? Eso no importa…tú siempre serás mi hermana pequeña…
- Si… lo se.. es verdad que ya no importa…-Caye sonrió
Sandra miró mas allá del hombro de su hermana.- ¿Has venido sola?
- No… con Barbara. Richard y Daniel estaban muy ocupados… y se disculparon con Álvaro por no venir. Bárbara quiso acompañarme… pero ahora ya se el porqué…- sonrió
- ¿Porqué…? ¿Quiere algún bolso Tous de última colección que no venden en la quinta avenida?
- No… lo que no hay es un Santiago que la mime y la adore… - sonrió- tan sencillo como eso…
- Ay el amor…- Sandra también sonrió- ¿y tú como estás de tu…. bueno, de tu ruptura…?
- Mejor…- Caye se miró las uñas, algo incómoda- he conocido a alguien en New York.. alguien que me hace reir….
- Me alegro…eso me lo tienes que contar con pelos y señales…- hizo una pausa- ¿Jota no ha venido?
- Si… está allí… con su novia- señaló hacia el grueso del grupo, que aún permanecía en el cementerio- no nos hemos hablado…y creo que tampoco tenemos mucho que decirnos…
- Lo siento mucho, cariño…pero todo pasa… poco a poco…- Cayetana sonrió de nuevo, pero no contestó. Sandra le acarició una mejilla con ternura- ¿Por qué no me esperas en el coche…? Yo si tengo que hablar con él…
- ¿De que..?- su hermana la miró, asombrada
- Luego te lo cuento…. ¿me esperas y nos vamos juntas..?
- Claro.. si Barbara me va a abandonar.. como si lo viera…
Las dos hermanas se echaron a reir y Sandra le apretó el brazo, antes de seguir caminando hacia el grupo que permanecía de pie al lado de la tumba. Al llegar a su altura, se detuvo
- Buenos días…- dijo mirándolos a todos
Las reacciones fueron muy diversas. Algunos le sonrieron, pero se mantuvieron a una distancia prudencial, puesto que Sandra llevaba tanto tiempo fuera de sus vidas, que ya no había la confianza de antaño. Pero otros, como Jota y Álvaro se acercaron a ella
- Sandra… por fin- le dijo Jota abrazándola
- Pensábamos que ya no vendrías…- siguió Álvaro
Sandra hizo una mueca.- El avión… como siempre. Voy a tener que plantearme seriamente en comprarme un jet privado
- Cuando se deshaga J&S International, tendrás el dinero suficiente para comprártelo…- le dijo Jota
Alvaro le miró sorprendido, pero Sandra también
- ¿Y quien te ha dicho a ti que quiero disolver esa empresa, chiquillo? Esa empresa está muy bien como está.
- Pero…- empezó Jota
- Ni peros ni nada… - le acotó ella- en medio año me ha hecho ganar mas dinero del que me dio Bulevar en dos.. asi que quiero que sigas al frente… y que lo sigas haciendo tan bien…a no ser..- le miró con una ceja alzada- que tengas alguna otra cosa pensada…
- No.. claro que no, pero…
- ¿Me podéis explicar de que va esto…?- interrumpió Álvaro
En ese momento, se acercó Bea, que abrazó a Álvaro porla cintura. Este, en un movimiento reflejo, la atrajo hacia si
- Hola Sandra…- la saludó
- ¡Bea!- la aludida le cogió de la mano libre, que no abrazaba a Álvaro - ¿estás bien?
- Si…- Bea sonrió- me alegra verte…
- Y yo a ti…mucho….- Sandra le devolvió la sonrisa
- Sandra…- les interrumpió Álvaro, algo impaciente- ¿me puedes explicar que…?
- Yo soy la socia capitalista de Jota… la que le dio el dinero para que montara J&S International…
- ¿Tú?- Álvaro y Bea la miraron, atónitos
- Si.. yo. Jota quería vengarse de mi hermanito… y yo… bueno, yo quería darle una lección también. Bulevar es la empresa de nuestras familias.. y no estaba dispuesta a que Diego la utilizara como polvorín y luego la vendiera al mejor postor.. o lo que fuese que quería hacer. Así que me puse en contacto con Jota y le ofrecí el dinero, a cambio de que intentara apoderarse de Bulevar… y se la devolviera a los Aguilar en el momento apropiado. En todo ello incluía proteger a Francisco, y sacarte a ti de la cárcel, demostrando que tu juicio fue un auténtico circo… pero para ello necesitábamos poder… tener un lugar privilegiado en el mercado de labores. Asi que creamos la empresa J&S… y empezamos a actuar. Yo, desde la sombra… ni siquiera Francisco supo que era yo la que les ayudaba. Nadie de los que os ayudaron..ni tan siquiera Saymi… o Gonzalo…nadie- miró a Álvaro y le tendió el maletín
- ¿Qué es esto?-preguntó él
- Las escrituras de Bulevar… con todo al día. Ya no hay deudas.. ni embargos… ni nada de nada. Toda la empresa está saneada..sólo necesita que vuelvas a dirigirla…- miró a Bea- junto a ella
- Pero yo…- empezó Álvaro- yo no puedo aceptarlo… es tu dinero..
- Mantengo mis acciones Alvarito… - dijo Sandra- mis acciones y un paquete pequeño accionarial que me ha pedido Jota… por lo demás, está todo a tu nombre… a tu nombre y al de Alejandro…
- ¿Al de Alejandro…?- Álvaro no entendía nada
- Si.. se que él es médico…y que no querrá trabajar en la empresa… pero es su derecho de nacimiento… y no se lo puedo negar.
- ¿Su derecho de nacimiento?- preguntó Bea- ¿Qué…?
- Ya me imaginaba que no lo sabías…- Sandra miró a Jota y después miró a la pareja, que esperaba, visiblemente confundida- Alejandro es tu hermano gemelo Álvaro… Titina os separó al nacer.
- ¿¿Qué…?- Álvaro la miró, con los ojos desmesuradamente abiertos
Sandra suspiró.- ¿Por qué no nos vamos a un sitio mas… oportuno? Allí os puedo contar todo…
- Si… Sandra tiene razón- apuntó Jota- deberíais ir a otro lado..
Álvaro soltó el aire que tenía retenido y girándose, miró a Alejandro como si lo viera por primera vez. Toda su vida le habían dicho que era su primo… y a pesar del parecido, ninguno de los dos, había puesto en duda esa realidad. Alejandro, al sentirse observado, le miró
- ¿Ocurre algo..?- preguntó
- Vamos a mi casa…- le contestó Álvaro- creo que hay cosas que necesitamos saber…
Alejandro no contestó. Cogió a Susana de la mano, que hablaba con Laura y Gonzalo, y le dijo algo al oído. Ella le miró y asintió con la cabeza. Y los dos siguieron a Sandra, Bea y a Álvaro hacia los coches.
Jota se quedó mirándolos, mientras Cris se acercaba a él
- ¿Todo bien..?-le preguntó ella
Él la miró.- Si… perfectamente- sonrió
- Me he fijado que no has hablado con Cayetana...- siguió la abogada- pensé que…
- No cariño… no tenemos nada de que hablar… Todo quedará en su sitio…pero yo no he de hablar con ella.
- ¿Estás bien, por eso?- volvió a preguntar ella
- Si… deja de preocuparte..- Jota sonrió ampliamente y le dio un beso muy sonoro en el cabello- me encanta tu parte celosa, cielo.. pero de verdad, que no tienes porque…
Cris le dio un codazo en las costillas.- A este paso, esta noche duermes en el sofá….
- ¿Ah si….?-Jota rio mientras la abrazaba y comenzaba a caminar con ella hacia el coche- pues alomejor es el mejor momento para retomar mi idilio con el DVD… tú no sabes lo abandonado que lo tengo..
Ella volvió a golpearle en las costillas, mientras se dejaba llevar
- Pero mira que eres tonto…
Pero no pudo evitar reir… mientras sentía que era la mujer mas feliz de la tierra en aquellos momentos.
Diana salió por la puerta del juzgado donde tenía su oficina y se subió el cuello del abrigo antes de comenzar a andar. Hacia un viento infernal, y sentía frío… pero no se sentía con ánimos de quedarse mas tiempo encerrada entre aquellas cuatro paredes. Aunque sólo fuese para ir a almorzar, saldría…y asi cogería fuerzas para encerrarse de nuevo después. No había ido al doble funeral… mas que nada porque sentía que ella no pintaba nada allí.. y porque, debía confesárselo a si misma, no quería encontrarse con Zarek. Con Susana había hablado el mismo día del careo.. horas mas tarde, cuando le llamó para contarle lo que había pasado con Diego. Hablaron un rato, en el que Su le pidió perdón por no contarle nada… y Diana la había escuchado al final. No era culpa de su amiga… sino de él. Y eso era lo que mas le dolía…porque él le dolía en el alma entera.
Caminó con rapidez hacia la cafetería donde iba siempre, cuando un coche se le acercó. Iba despacio, casi a su paso.. y Diana no necesitó mirar para saber quien era.
- ¿Te llevo a algún sitio?- le preguntó Zarek
- No
- ¿Puedo invitarte a desayunar?
- No
- Diana…¿puedes esperar un momento?- preguntó él ya impaciente
- No
Zarek detuvo el coche, dejándolo en doble fila, y salió de él a la carrera. Varios coches pitaron, por lo mal que había dejado el coche, pero Zarek los ignoró. Diana lo miró con una sonrisa burlona
- No hay nada como ser policía… ¿verdad inspector?
- ¿Por qué no hablas conmigo?- preguntó él deteniéndola, sin hacer caso de su sarcasmo
- Porque mi momento “ vamos a escuchar lo que tú tengas que decirme” se caducó en el momento en el que no me contaste que mi mejor amiga estaba a salvo…
- Diana… ¡ sabes que no podía contártelo! ¡ Era un caso policial!- exclamó él desesperado
- Claro… trabajo. Ya me quedó claro que estaba trabajando, inspector… como siempre… asi que si me permite, no le interrumpo mas y le dejo que siga trabajando…- fue a marcharse, pero Zarek la retuvo mas fuertemente por el brazo
- Diana, por favor.. escúchame…- pidió él- entiendo que estés enfadada… pero sabes que no ha sido fácil para mi ocultarte las cosas… yo…
- ¡Me pediste que confiara en ti contándote todo lo que yo sabía y lo hice!- le gritó ella- ¿Asi me devuelves la confianza? ¡Creí que yo significaba algo para ti!
- ¿Y crees que no? ¡Te amo, maldita sea! ¿Es que no te lo he demostrado lo suficiente?
Ella se quedó parada, mirándolo. Sus ojos se humedecieron
- Jamás me lo habías dicho…- susurró
Zarek se apresuró a acercarse a ella y la cogió por los brazos.- ¿De verdad necesitabas que te lo dijera, cariño? Dios… si me muero por ti.. estos tres días han sido un completo infierno… Te dejé espacio porque Susana…
- Susana es tonta…- replicó ella interrumpiéndole
Él sonrió.- Lo siento, amor… lo siento en el alma. Sabes que confío en ti… pero no podía… de verdad que no podía decirte nada. A veces tengo que priorizar mi trabajo…pero te juro, te juro Diana, que tú eres lo mas importante para mi…Te amo.. te amo mas que a nada en el mundo.. y si necesitas que te lo diga, te lo diré hasta que me mandes callar … te lo prometo.
Ella también había sonreído, sin poderlo evitar.- Vas a tener que compensarme muy mucho, señor inspector…
Zarek la abrazó y buscó sus labios, con anhelo.- Yo te compenso lo que tu quieras, mi amor… dios..- dijo contra su boca- como te he echado de menos…
- Y yo a ti..- le contestó Diana, agarrándole de las solapas de la chaqueta, y besándolo con pasión, mientras lo atraía hacia si con fuerza- y yo a ti…
Álvaro abrió la puerta de su apartamento y dejó entrar a los que lo acompañaban. Hacía pocos días que había puesto en orden su casa, y aparecía impoluta a la vista de los demás. Por no contar, que la mano de Bea se notaba por cada rincón de la casa. Sandra, que había mandado a su hermana a casa, tomó asiento sin que la invitaran, en uno de los sillones, mientras Bea y Susana también se sentaban, esta última junto a Alejandro. Alvaro permaneció de pie
- ¿Me vais a contar ahora que está pasando?- preguntó Alejandro mirando alternativamente a Álvaro y a Sandra. A esta la conocía desde que era pequeño.. pero hacía demasiado que no sabía de ella… y no sabía como tomarse su presencia allí.
- Por favor, Sandra… explícate- pidió Álvaro
- Pues… es muy fácil.. aunque la historia sea larga… - les miró a los dos- vosotros sois hermanos gemelos… sólo que nadie lo supo. Alejandro nació enfermo… y Titina lo despreció.. asi que pagó una bonita suma para que lo hicieran desaparecer…sólo que las cosas no salieron como ella esperaba…
- ¿¿¿Qué???- esta vez fue el grito de Alejandro el que rompió el silencio impuesto tras las palabras de Sandra.

viernes, 6 de marzo de 2009

Capítulo 94

Alvaro se levantó con rapidez del suelo y corrió hacia Diego que estaba tendido a escasos metros. Se dejó caer a su lado, con el rostro desencajado por la pena y la sorpresa y le cogió una mano, que Diego apretó. Marie estaba a su lado, balanceándose, rota por el llanto, sin poder pronunciar palabra.
- Diego…- susurró Álvaro asustado
Diego lo miró. Tenía los ojos inyectados en sangre y la piel lucía pálida, casi mortecina. Temblaba convulsivamente
- Alvaro… no….- empezó
- No hables… tienes que guardar fuerzas….no hables…- se giró hacia el resto de personas que los rodeaban- ¡ que alguien llame a una ambulancia!! ¡¡Por favor!!!
- Está de camino…- le dijo Zarek desde atrás
Alvaro volvió a mirar a su hermano, que no apartaba la mirada de él
- La ambulancia viene de camino…- le dijo apretándole la mano que tenía cogida- aguanta Diego… vas a salir de esta…
Diego había comenzado a llorar.- No me dejes solo Álvaro.. no me dejes…
- Estoy aquí…. no me iré… estoy aquí…

Alvaro levantó la cabeza cuando un vaso de café humeante fue puesto delante de su cara. Miró a la persona que se lo brindaba y se levantó con rapidez
- Mi amor… ¿Por qué has venido…? Has de descansar…ya es mas de media noche
- Estoy bien, Álvaro..- le dijo Bea besándolo en la mejilla- no podía dejarte solo en esto..¿se sabe algo?
Alvaro retuvo el vaso en sus manos, cogiéndolo por el borde para no quemarse. No contestó enseguida
- No.. nada..- dijo tras varios segundos- los médicos siguen con él. La bala le ha atravesado parte de un pulmón y le ha tocado la parte baja del corazón…. Dicen que no saben si saldrá de esta..
- Saldrá mi vida… ya lo verás…- le dijo Bea con el corazón encogido, al ver la pena que lo consumía- ¿Y Marie? ¿Dónde está?
- Sentada en la puerta del quirófano.. ha sido imposible sacarla de allí…- miró a Bea, con un dolor infinito en la mirada oscura- está destrozada Bea… ni siquiera he sabido que decirle..- desvió la vista- ni siquiera se que decirme a mi mismo…
- Alvaro… no es culpa tuya…-le susurró Bea adivinando que estaba pensando
El la cogió de las manos, tras dejar el vaso en el suelo y se las besó
- ¿ Sabes? Si llegan a decirme, que me iba a pasar el día de mi liberación, y la noche, en un hospital, velando a Diego, no me lo hubiera creído….Como cambian las cosas… ¿verdad?
- Alvaro… esto te honra ¿sabes? – Bea le acarició el rostro
- Esa bala iba para mí, Bea… iba a matarme… y él se puso en medio…
Los ojos se le llenaron de lágrimas, y bajó la mirada, para que Bea no le viera, para no hacerla sufrir con su dolor. Tenerla a su lado, era un consuelo que agradecía… pero que no aliviaba el dolor de la culpabilidad que lo estaba carcomiendo por dentro. Pero ella le conocía demasiado
- No es culpa tuya…- le repitió- él quiso salvarte… devolverte en parte todo lo que te quitó… y eso también le honra, Álvaro… eso le absuelve de todos los errores que cometió en el pasado…
Alvaro la miró, esta vez sin preocuparse de que ella viera sus lágrimas
- Ella está embarazada Bea… como tú…- Bea no necesitó preguntar para saber que se refería a Marie-van a tener un hijo… un niño…como el nuestro… ¿y si no sobrevive..? ¿Y si…?
- No pienses en eso, mi amor…- le interrumpió ella- no te martirices de ese modo..
En ese momento vieron acercarse al médico, que se quitaba los guantes de quirófano e iba seguido por Marie, que se aferraba a si misma, asustada. Alvaro se levantó de la silla, sin soltar las manos de Bea
- ¿Familiares de Diego de la Vega?- preguntó el médico
Alvaro miró a Bea y seguidamente al médico de nuevo
- Yo soy su hermano- contestó con voz débil
El médico lo miró con expresión grave.- Hemos hecho lo que hemos podido por su hermano- empezó- pero la cosa no pinta bien. Como ya le han informado antes, la bala ha atravesado el pulmón izquierdo y parte del corazón, rompiéndole varias arterias. Eso le ha provocado un hemoneumotorax, que no hemos podido parar. Hemos tenido que cerrar y parar la operación porque el corazón casi no bombea de la cantidad de sangre que está perdiendo e invadiendo su organismo. Le hemos extraído la bala y recompuesto los tejidos rotos. Tambien le hemos puesto oxigeno artificial para ayudar al pulmón que le queda…el sano, me refiero. Sólo nos queda esperar a ver como evoluciona…
Alvaro lo miraba como el que mira algo que no ha visto en su vida. No había entendido la mayor parte de la explicación del médico, pero algo le decía que las cosas iban peor de lo que pensaba. Los sollozos de Marie, tras ellos, lo sacaron del trance
- ¿Pero… tiene ninguna posibilidad, doctor…?- fue Bea la que preguntó
El médico suspiró con lentitud
- Hay que esperar….las próximas 24 horas son decisivas. Yo tengo esperanzas de que salga… pero les repito que hay que esperar. Su estado es grave… pero de momento reservado… mantengan la fe…. Y esperemos que todo salga bien….- Álvaro se dejó caer hacia atrás y Bea le ayudó a sentarse en la misma silla donde había estado sentado antes de llegar el médico. Marie se había llevado un puño a la boca para no soltar un sollozo
- Doctor..- siguió Bea- ¿podríamos verlo..?
- Está consciente…- dijo el médico tras una pausa- pero también está muy débil. No debería ser molestado… que esté tranquilo también puede ayudar mucho..
- Por favor…- pidió Bea
- Pero de uno en uno, por favor… y sean breves. No puedo prohibirles que entren… se que deben estar deseando verlo…pero en silencio, por favor… almenos, debe estar tranquilo…- repitió
- Gracias doctor- le agradeció Bea
- Está en la UCI. Habitación 202
- Gracias de nuevo…- Bea agradeció de nuevo, y miró a Álvaro, que la miraba con una sonrisa de esperanza
El médico asintió con la cabeza y se alejó. Bea se agachó frente a Álvaro
- Mi amor…¿quieres verle…?
Él negó con la cabeza.- No… llevala a ella… yo puedo esperar… esperaré a que salga ella….- miró a Marie
- ¿Estás seguro…?
Alvaro le cogió las manos y se las volvió a besar. Bea sonrió con tristeza, e incorporándose, miró a Marie, dirigiéndose hacia ella
- Marie…vamos a verle… ¿quieres que te acompañe..?
Marie la miró. En su mirada clara, llena de lágrimas, se podía leer la derrota, la desesperación, y un dolor tan infinito que hizo que la fortaleza de Bea se tambaleara. La cogió de las manos e hizo que se incorporara
- No quiero perderle Bea…. dios… no puedo… no puedo vivir sin él…
- No te preocupes Marie… ya has escuchado al médico.. seguro que todo va a salir bien….
- ¿Y si no sale bien…? Dios Bea… tengo tanto miedo…
Bea le pasó un brazo por los hombros, mientras la hacía caminar hacia la UCI
- Tranquila… has de ser fuerte Marie…. Por él… por vuestro niño…
- No puedo…- repitió ella entre lágrimas- no puedo …
Bea la apretó mas fuerte los hombros, y las dos llegaron a la habitación indicada por el médico. Marie se detuvo en la puerta, asustada, sabiendo que tras ella, estaba lo único que la hacía mantenerse con vida…lo único que la hacía levantarse cada mañana. Bea la miró
- ¿Quieres que entre contigo..?
Marie afirmó con la cabeza, incapaz de hablar. Bea le soltó los hombros, pero se mantuvo a su espalda, dándole las fuerzas que necesitaba. Marie se quedó un momento quieta, pero después cogió aire, se secó las lágrimas, y entró en la habitación.
Diego estaba tumbado en una cama estrecha, mientras un par de máquinas, que emitían pitidos casi inaudibles, estaban conectadas en su nariz y en sus brazos. Marie se llevó una mano a la boca, conteniendo un sollozo, y se acercó con lentitud, intentando, con todas sus fuerzas, no correr hacia aquella cama y derrumbarse llorando.
Diego movió la cabeza y la vio justo cuando estaba a dos pasos de la cama. Su palidez era tan extrema que a ella le dolió mirarlo. Y su sonrisa, forzada en el rostro de él, le acabó de romper la poca coraza que le quedaba, obligando a sus lágrimas, que volvieran a recorrer sus mejillas
- Mi amor..- susurró Diego- has venido…
Él le había ofrecido una mano y ella corrió a cogérsela. Bea sonrió, triste, y en silencio, empezó a retirarse de la habitación
- ¿Beatriz…?- era la voz de Diego y ella se detuvo, girándose de nuevo hacia la cama- tu…. – Diego se había quedado asombrado al verla allí
- Estamos todos preocupados por ti, Diego..- le dijo ella con la misma sonrisa triste
- ¿Todos…?- Diego entendió- Ah… Álvaro está fuera…¿verdad?- Bea asintió con la cabeza e hizo un nuevo movimiento para marcharse- Bea…
Bea se volvió a detener, cuando Diego la llamó de nuevo
- Dime, Diego…
- ¿Me…. Me perdonas…?
Ella contuvo el aliento y lo miró, sorprendida por un instante. En ese momento, su corazón latió de forma dolorosa
- No tengo nada que perdonarte, Diego…
- Me porté fatal contigo… yo…
- Salvaste a Álvaro hace unas horas, Diego..- le interrumpió Beatriz- para mí es el mejor regalo, lo mas bonito que podían hacerme… yo no tengo nada que perdonarte…sólo espero que te recuperes.. de verdad.
Diego desvió la vista durante un segundo, que Bea aprovechó para marcharse. Marie se acercó a la cama, asustada, mientras él volvía la mirada hacia ella e intentaba brindarle una sonrisa
- Hola mi amor… estás aquí…- susurró él
Ella también intentó sonreir, pero las lágrimas no le dejaban. Acabó de acercarse a la cama y cogió una de las manos de él que tenía sobre la sábana
- ¿Dónde voy a estar si no? Siempre tengo que ir arreglando tus desbarajustes…
- Ha sido una tontería lo que he hecho.. ¿verdad?- preguntó él con una mueca de dolor
- Has salvado a tu hermano….- susurró ella- eso es lo mas bonito que he visto en mi vida…. y por fin dejaste salir al Diego del que me enamoré…
- Un poco tarde… ¿no?- preguntó él, triste
- No digas eso… por favor..- ella ya no podía controlar las lágrimas
- Tienes que prometerme algo..- le dijo él apretándole la mano que ella le había cogido
- No, Diego… no… no vas a marcharte…. Yo te necesito… ¿entiendes?- le dijo ella entre lágrimas
- Escúchame…- insistió él- escúchame, por favor..
- Diego…no…por favor…
- Prométeme que vas a salir adelante.. por favor….- él había comenzado a llorar- prométeme que nuestro hijo será el niño mas feliz del mundo….que lo adorarás, que lo tendrá todo…
- ¡Cállate! ¡No puedes pedirme eso! ¡Te quiero conmigo! ¡El quiere a su padre!- gritó ella ya llorando con desesperación
- Yo no te merezco Marie… te mereces a alguien que pueda hacerte sonreir.. a alguien que te ame sin resquicios, sin pasados… sin miedo a que ese amor le pueda hacer daño… y se que lo vas a encontrar..
- ¡No Diego! Yo te quiero a ti…sólo a ti…por favor… por favor..
- Sólo te pido que le hables a nuestro hijo de mi… cuando sea mayor quizás… pero no le digas lo monstruo que fui… sólo dile que le quise mas que a nada en el mundo aún sin ver su carita…
Ella había caído de rodillas, al lado de la cama, y él le apretó la mano con mas fuerza
- Vete Marie…
Marie levantó la cabeza como un resorte
- No… ¡NO! ¡Diego, vas a recuperarte! El médico ha dicho que tiene muchas esperanzas!
- Márchate… recuérdame en mis días felices, contigo…. No quiero que me veas asi..
- ¡Me da igual! ¡Te vas a recuperar! ¿Me oyes?
- Por favor….-él también lloraba- no quiero despedirme de ti… no puedo…
- ¡ No lo hagas, tienes que vivir!
Él la miró, con las lágrimas surcándole las mejillas.- Se acabó mi tiempo… mi momento Marie… sólo puedo arrepentirme de no haber sabido amarte mejor…Ahora… por favor.. hazlo por mi… vete… vete… por favor….
Ella lloraba completamente destrozada y al retroceder, sobre sus rodillas, cayó al suelo, hacia atrás. Diego apartó la vista, apretando los puños sobre las sábanas con las pocas fuerzas que le quedaban. Ella le llamó, una vez mas, y al no recibir respuesta, se levantó, como pudo y se dirigió a la puerta. Allí se giró, una vez mas
- Te querré toda mi vida, Diego de la Vega…. toda mi vida…Asi que cuando salgas de este hospital, búscame.. porque te estaré esperando…
Diego no se giró. Sentía que el cuerpo le ardía de fiebre y de dolor, y todo su organismo pugnaba por explotar en mil pedazos en cualquier momento. Pero todo el dolor físico no era nada comparado con lo que sentía en su alma… con las heridas del corazón. Quería gritarle que no se marchara, que se quedara a su lado… pero le quedaba poco.. lo sentía, lo palpaba… y no podía aferrarla a él… no mas. No podía seguir siendo un egoísta. Cerró los ojos durante un instante, mientras ráfagas de un dolor agónico lo traspasaban. Suponía que los calmantes ya no le hacían efecto… y una gélida brisa se instaló en su alma
- ¿Diego…?
Aquella voz la hubiera reconocido entre un millón…por que la había odiado.. aborrecido hasta la obsesión… y ahora sólo hacía que sus heridas sangraran con mas fuerza. Giró la cabeza y se encontró con la mirada preocupada de Álvaro
- Alvaro…- susurró él con la voz rota
- ¿Cómo estás…? El médico nos ha dicho que hay esperanzas de que todo salga bien…- Álvaro sonreía
- ¿Tú crees…?
- Claro… mala hierba nunca muere….
Diego se echó a reir, pero le dolió e hizo una mueca
- Siempre tan chistoso…- rezongó
Alvaro volvió a sonreir y se sentó en una silla cercana, a su lado
- Quería darte las gracias… yo..- dijo tras una pausa
Su hermano lo miró.- No Álvaro… no me des las gracias… yo…- bajó la vista durante un instante- quería pedirte perdón…
- No Diego… por favor…-empezó Álvaro
- No…escúchame…- le interrumpió Diego- no se que ha dicho el médico.. pero yo no se si voy a salir de esta…y tampoco me lo merezco…- Álvaro fue a hablar, pero él no le dejó- necesito que me escuches, Álvaro… por favor…- Álvaro asintió con la cabeza y le miró, en silencio- tú eres mi hermano… mi hermano pequeño.. lo único que he tenido en la vida… e intenté destruirte… como todo lo que tenido… como todo lo que se me ha acercado. Nunca supe quererte… valorarte… darme cuenta de lo grande que eres.. porque me bastaba con el odio.. me bastaba con pensar que yo era mejor que tu. Pero no es así… nunca ha sido así. Tú te llevaste el corazón.. el alma limpia, las ganas de ser mejor persona.. y nada te frenó… nada. Yo, en cambio, me convertí en una sombra…en una sombra que se destruyó a si mismo, en el camino hacia mi inútil vendetta personal… Y ahora lo sé, Álvaro. Ahora se que te odiaba por quererte… por querer ser como tú… igual que Nacho..pero nuestras motivaciones eran diferentes…
- ¿Por qué… porque me odia tanto Nacho?- preguntó Álvaro con un nudo en la garganta
- Porque tu representas todo lo que él quiere ser y jamás conseguirá ser… porque te tiene envidia.. rabia y envidia. Y porque odia perder… y menos ante una persona tan inocente como tú
- Yo no soy tan inocente…
- Si.. si lo eres. Engañarte fue lo mas fácil del mundo… con Bea, con el desfalco.. con todo. Y en el fondo me daba tanta rabia… ver que caías… que te dejabas vencer… sin casi darte cuenta
Su voz se había ido tornando mas débil y mas débil conforme su monólogo iba atravesando los minutos del tiempo. Alvaro se dio cuenta, y se inclinó hacia su hermano, visiblemente preocupado
- Diego… descansa… ya hablaremos.. ¿estás bien?
- Me duele….- susurró éste llevándose una mano al pecho- siento que me arde…
- Es normal… la bala perforó un pulmón….¿quieres que llame a la enfermera?
- No…- le miró, de nuevo- ¿la cuidarás…?
- ¿Qué…?- Álvaro le miró sin comprender
- A Marie… si me pasa algo..¿la cuidarás?
- Diego.. deja de decir tonterías… no te va a pasar nada
- Respóndeme…¿la cuidarás…? Ella está embarazada…
- Lo se… pero la vas a cuidar tú… y ahora deja de hablar y descansa un poco…
- Habla con mi abogado… él sabe que tiene que darle todo lo que dejo a Marie…
- Diego… - Álvaro le miró, entre asustado y enfadado- descansa, por favor…
- ¿Es que no ves…..?- se detuvo y se llevó de nuevo una mano al pecho. Alvaro le miró asustado
- ¿Diego…?
- Alvaro… - susurró éste con un hilo de voz- mi hermano… siempre… siempre estuve orgulloso de ti…
- Dios… Diego…- Álvaro había comenzado a llorar al escucharle
- Y papá también…- siguió Diego- te adoraba hermanito… no sabes como te adoraba…
- Diego… deja de hablar.. por favor…- Álvaro le cogió una mano, desesperado, y Diego le miró, mientras se aferraba a ella- tienes que descansar…
- Si… voy a descansar… - Diego sonrió, mientras las lágrimas también corrían por sus mejillas- y tú vas a vivir hermanito.. a vivir la vida que te quité… que trunqué…
- La viviremos juntos… como una familia…- le aseguró Álvaro
- Te quiero hermano… siempre… de una forma u otra… siempre fuiste parte de mi… no me olvides… por favor… no me olvides..
- ¿Cómo te voy a olvidar, cabezota? ¿Por qué no…..?- Álvaro se detuvo, mientras sus ojos miraban sin mirar… y su corazón se detenía, gritando, agónico. La máquina soltó un pitido que se le metió en el alma.. un pitido que lo dejaba solo… desprotegido… aterrorizado. Miró la mano de Diego que se había quedado inerte entre las suyas y un grito de dolor pugnó por salir de su garganta. Negó con la cabeza, una y otra vez, mientras por la puerta de la habitación empezaban a llegar médicos y enfermeras a la carrera. Alguien lo apartó, empujándolo hacia la puerta, y Álvaro cayó contra la pared, sin fuerzas, sintiéndose morir por dentro. Quiso gritar, quiso llorar desesperado, pero no podía.. se sentía totalmente paralizado..como si la misma muerte se lo estuviera llevando a él también.
Escuchó los gritos de Marie como si estuvieran muy lejos de él, y las voces de los médicos que gritaban dando órdenes que se seguían a rajatabla. El terror hizo que resbalara por la pared, hasta quedar sentado en el suelo, sin poder hacer nada… sin poder reaccionar. La voz del médico que decía que lo dejaran, se le clavó en el alma… rompiéndosela en fragmentos diminutos que lo hicieron gritar en silencio. Se mordió los nudillos, incapaz de aguantar el dolor… y sólo cuando sintió las manos de Bea rodeándole y las lágrimas de ella, mezclándose con las suyas propias, pudo dejar salir el dolor, en un llanto incontenible que los destrozó.