lunes, 23 de febrero de 2009

Capítulo 89

Eran pasadas las seis de la mañana, cuando el abogado de Nacho, Fernández, cruzó la puerta de la habitación de su defendido. Éste, al verlo, resopló
- ¿Qué pasa, que aún no te has acostado?
- Pues con lo complicado que está el caso, la verdad es que no me está dejando muchas horas de sueño… pero no, no es eso. Hay novedades
- ¿Novedades? ¿Qué clase de novedades?- preguntó Nacho, incorporándose
- Está citado para un careo esta misma tarde en el juzgado
- ¿Un careo? ¿Un careo con quien?
- Pues no dispongo de esa información…-dijo el abogado con semblante serio
- ¡Pues yo no puedo ir! – exclamó Nacho señalándose a sí mismo- ¿no ves que estoy herido?
- El propio juzgado ha llamado al hospital para conocer su estado, señor Goñi. El médico ha dicho que usted puede salir durante unas horas, siempre y cuando vaya en silla de ruedas…
- ¡¡¡¡YO NO PIENSO IR EN UNA MALDITA SILLA DE RUEDAS COMO SI FUERA UN LISIADO!!!- gritó Nacho
- Pues no le queda de otra, señor…- el abogado abrió su maletín sobre una silla, y extrajo un documento, que le tendió a Nacho- es una citación judicial…y no puede faltar
- Que vaya Diego de la Vega en mi nombre..- dijo, testarudo
- Diego de la Vega también está citado, señor Goñi… y siento decirle, que le detuvieron ayer por la tarde
- ¿Qué le detuvieron?¿Y eso porque?
- Por desfalco y extorsión.
Nacho soltó un juramento y golpeó la cama con fuerza. Estaba atrapado… tendría que asistir a aquel careo… y si Diego también estaba detenido, las cosas no pintaban nada bien.
Bea abrió los ojos, y lo primero que vio, fue la luz del sol entrando por la ventana, y la cama, vacía a su lado. Emitió un suspiro dolido, preguntándose interiormente, hasta cuando tendría que esperar para disfrutar de su amor…. para tener total libertad… para tener todo lo que anhelaba. Seguía sintiéndose culpable por todo lo que había pasado Alvaro por su culpa… y que todavía estaba pasando. Esperaba poder compensárselo algún día de alguna manera.
Se sentó en la cama, y miró el reloj de la mesita de noche. Eran solo las nueve de la mañana.
Un golpe en la puerta la sobresaltó
- Adelante…- contestó
- ¡Buenos días, Beatriche!- la saludó Santi entrando con una bandeja llena de cosas para desayunar- no sabía que te apetecía, así que te he preparado un poco de todo…
Bea sonrió al ver a su amigo del alma. Tras el ginecólogo, no se había sentido con fuerzas para estar sola, y se había ido a casa de su amigo Santi, que ya se había independizado, y tenía un apartamento muy cuco en el extrarradio de Madrid. El médico le había dicho que todo estaba perfectamente, y que el niño no había sufrido daño alguno a pesar de todo lo acontecido en los últimos días. Eso la tenía feliz… aunque esa alegría estuviera empañada por no poder compartirla con la persona que mas amaba.
- ¿Qué vas a comer?- le preguntó Santi, sacándola de sus pensamientos
- No se…- Bea miró la bandeja, llena de tostadas, mantequilla, mermelada, cereales, fruta, café y leche. También había infusiones en sus bolsitas y una jarrita de agua hirviendo- has pensado en todo..- le miró con cariño- me encanta que me mimes…
- Hace mucho que no lo hacía..- le dijo su amigo acariciándole la mejilla- y la verdad es que me has tenido tan preocupado…
- Las cosas últimamente no han sido fáciles para nadie…- dijo ella de forma triste
- Pues no…- santi cogió una tostada y comenzó a ponerle mermelada
- ¿Has sabido algo de Barbara?- le preguntó Bea, de pronto
Santi dejó de comer y la miró de forma triste
- Pues está en New York.. toda extasiada con las tiendas de la quinta avenida. Me llama de vez en cuando.. y me pide que la llame… pero ¿sabes? Ahora se que no puedo aspirar a ella… que no puedo darle el tipo de vida a la que ella está acostumbrada…
- Pero eso ya lo sabías Santi. Lo sabías antes de que ella admitiera que está enamorada de ti..
- Si.. lo se. Ella se fue porque yo no le hacía caso. Supongo que siempre he tenido miedo de no estar a la altura.. de no poder darle todo lo que ella se merece…
- A lo mejor lo único que quería era que la quisieras, y la mimaras por lo que es, Santi..
Él bajó la cabeza y se levantó, dejando antes la tostada, a medio comer, de nuevo sobre la bandeja
- He estado dándole vueltas a la idea de ir a New York a buscarla…
- ¿Y por que no lo haces?- le preguntó su amiga- si no tienes dinero, yo…
- No, no es por el dinero.. – le interrumpió Santi- ya te he dicho que es por miedo…por miedo a que ella se de cuenta de lo poco que soy
- Por favor, Santi…no te denigres hasta ese punto. Eres un gran hombre, y ella lo sabe. Lucha por lo que quieres…
- Como tú..¿no?- él sonrió y se volvió a sentar en la cama- me encanta saber que voy a ser tío…¿Qué nombre le vas a poner?
Ella se tocó la barriga, feliz.- Pues no lo se… tendremos que decidirlo entre Alvaro y yo… aunque a mi me encanta Abel…. o sebastián, si es niño…
- ¿Y si es niña?
- Pues si es niña, me encantaría Ariadna… o Gabriela…- sonrió- pero ya te digo… Alvaro tiene que estar de acuerdo.. porque a lomejor viene y le quiere poner Renata… o Paquita…
Santi hizo una mueca de espanto y los dos amigos se echaron a reir
- Hombre.. que todos sabemos que Álvaro tiene mal gusto… ¿pero tanto?- dijo Santi entre risas
- Que gracioso…..- Bea le cogió de la nariz y se la pellizcó
- ¡Auyyy!- se quejó él- ¡ que me la arrancas!!
- Tienes demasiada nariz y yo poca fuerza..- se burló Bea
- Mirala ella que graciosa también..
Los dos volvieron a reir y en un impulso, Bea le abrazó
- Dios… te he echado tanto de menos…- susurró
- Y yo a ti, mi Beatriche…no sabes cuanto..
- Gracias por estar ahí…a pesar de todo..- dijo ella separándose un poco
Santi le sonrió.- ¿Quieres que te acompañe al juzgado?
- Por favor..
- Pues venga…¡levántate! Vamos a pasar de ir a trabajar y vamos a dar un gran paseo por el centro de Madrid… ¿Cuánto hace que no caminas por el centro, por el solo gusto de caminar?
- Pues mucho, la verdad
- ¡Pues vámonos! Hasta las cuatro tenemos tiempo de pasar una mañana increíble los dos juntos.. como en los viejos tiempos…
- ¿Y el desayuno?- ella miró la bandeja, ya abandonada
- Me apetecen mas unas porritas y un chocolate caliente… ¿a ti no?
La sonrisa de Bea fue radiante.- Se me hace la boca agua..
- ¡Pues date prisa!- Santi se dirigió a la puerta de la habitación y se marchó, dejando a su amiga libre para que se vistiera. Ella miró la misma puerta con ternura. Si su amigo se marchaba a New York, le iba a echar de menos… mucho de menos. Santi siempre habia sido uno de sus pilares mas importantes en su vida. Y sabía que se tambalearía si no podía contar con él en el futuro.

Gonzalo se sentó enfurruñado encima de la cama, mientras Laura se paseaba por la habitación, con solo la toalla puesta, recién duchada, buscando la ropa que se iba a poner ese día. Él estaba aún en pijama
- ¿No piensas ir hoy a trabajar?- le preguntó ella mirándole
- Cuando me digas porque no puedo ir a ver a Alvaro…
Ella soltó un suspiro exasperado.- Cariño.. ya te lo he dicho. Está citado para el careo de esta tarde… y eso significa que ha de salir de prisión. Por lo tanto, se le restringen las visitas hasta el día siguiente
- Pero necesito hablar con él… y tú sabes que en ese careo, no voy a poder ni acercarme
- ¿Tan importante es? ¿No puede esperar a mañana?
- Si, es importante… y no, no puede esperar a mañana..
- Pues lo siento mucho amor… pero “ tendrás” que esperar a mañana.
Gonzalo soltó una maldición ahogada, y levantándose de la cama, se metió en el baño, con evidente mal humor. Laura miró hacia el techo y lo siguió
- Gonzalo.. no seas niño.. sabes que no puedo hacer nada
Él la miró.- Ya lo se… sólo que me frustra tener que esperar. No se como va a salir el bendito careo…. O el maldito.. porque con la presencia de Nacho, y de Diego, me espero cualquier cosa
- No te preocupes…tienen todas las de perder. Te aseguro que Álvaro saldrá por falta de pruebas…
- ¿Y cómo estás tan segura?- Gonzalo se apoyó en el lavabo para mirarla
- Porque ya es hora de que la justicia se ponga de nuestra parte… y porque tenemos pruebas suficientes para empapelar a Nacho y a Diego por unos buenos 20 añitos…
- Eso espero…- Gonzalo la cogió y la abrazó con fuerza- es increíble todo lo que ha pasado hasta ahora… todo lo que hemos perdido y lo que hemos conseguido…
- Yo he conseguido al hombre mas especial del mundo…- dijo ella contra su boca- y con unos rizos que me vuelven loca…
Gonzalo aceptó la invitación de ella, y la besó, apretándola contra si
- ¿No querías que me fuera a trabajar..?- le dijo él, riéndose
- Mmmmm….. ¿Yo he dicho eso?- preguntó Laura metiéndole las manos por debajo de la camisa del pijama
- Pues si…pero claro… a ti sólo te espera Cris… y yo soy el director..podemos llegar media hora tarde…
- Y una hora también…
Él volvió a reir y la llevó hacia la puerta del lavabo, sin dejar de abrazarla. Ya en el dormitorio, la dejó caer sobre la cama
- ¿Pero no íbamos a trabajar?- preguntó ella entre risas
- Cállate y bésame….
Y a Laura no le quedó mas remedio que obedecer.
Cuatro de la tarde. Jota entró por la puerta del juzgado y nada mas entrar, divisó a Alejandro al otro lado de la sala, apoyado en la pared, completamente solo. Quiso ir a decirle algo, pero se detuvo, al ver que el inspector Vryzas se le acercaba y se ponía a hablar con él.
Siguió mirando por la sala, hasta localizar a Cris, que con la toga puesta, hablaba algo con Laura, que estaba sentada al lado de Gonzalo. Se acercaría mas tarde, decidió, ya que en aquel momento no quería molestarla. También vio a Marie, en un rincón, y a Diana, la ayudante del juez, justo al lado del estrado. En aquel momento, vio llegar a Beatriz y le sonrió, al ver que ella le había visto
- Hola Bea…- la saludó
- Jota…- ella le devolvió la sonrisa, mientras parecía buscar a alguien con la mirada
- Alvaro no ha llegado..- dijo Jota pensando que lo buscaba a él- de hecho, ninguno de los detenidos..
- Ya veo…- ella le miró- ¿cómo estás?
- Bien…contento de que todo se vaya a solucionar…
Bea no contestó, parecía seguir buscando a alguien con la mirada. En ese momento, Jota se dio cuenta, por la expresión de alegría de su cara, que lo había encontrado.
- ¿Me disculpas…?- le preguntó ella, sin esperar respuesta y alejándose hacia el lado opuesto de la sala. Jota se alzó de hombros, sin molestarse en contestar, y se sentó en un banco cercano, a la espera que empezara el careo
La ex secretaria se dirigió directamente hacia donde estaba Alejando, y él, al verla, se separó un poco de la pared. Ella se sentó en el banco de al lado, sin dejar de mirarle, como si con esas miradas, pudieran hablar sin palabras, sin necesidad de ellas. El se quedó de pie, mirándola con anhelo, queriendo acercarse a ella, pero Bea no parecía estar convencida. Su rostro mostraba la lucha interior, las dudas…. la duda de si seguir los convencionalismos, o seguir su propio corazón. Él dio un paso mas hacia ella, y Bea se levantó como un resorte. No podía seguir fingiendo mas…. le amaba demasiado. Adelantó unos cuantos pasos hacia él y él le cogió las manos, sonriendo feliz, mientras ella, en un impulso, se las besaba.
Se quedó a su lado, de pie, y se giró hacia los demás, que parecían no haber perdido detalle de lo que había pasado entre los dos. Zarek, aún a su lado, frunció el ceño, pero no dijo nada. Se alejó, dejándolos solos, y cruzándose con Gonzalo, que no había podido aguantar mas, y se dirigía hacia la pareja.
- Tu y yo tenemos que hablar…- le dijo golpeándolo con el dedo en el pecho- ¡me has de explicar muchas cosas…amigo!
Su amigo no dijo nada, sólo lo miró y asintió con la cabeza. Gonzalo resopló y volvió a su sitio, desde dónde lo miró un par de veces, siempre con la misma decepción en la mirada, que le había mostrado segundos antes.
En ese momento llegó el juez y todos se levantaron
- ¡ Que entren los detenidos!- pidió el juez tras inclinar la cabeza a los presentes
Los guardias abrieron las puertas y los presentes vieron entrar a Diego de la Vega, Ignacio Goñi, en silla de ruedas, y a Álvaro Aguilar, los tres esposados. Diego iba con la vista baja, sin mirar a nadie, y de esta manera, no vio a Marie, que se había levantado al verle entrar. Nacho, por el contrario, miraba a todos, como si desafiera a que alguien le dijera algo. Pero todos se mantuvieron en silencio… observando como los llevaban justo delante del juez.
Alvaro se quedó rezagado. Cris acudió a su lado, y los dos se detuvieron en mitad del pasillo, tras una señal del propio juez, que permaneciera allí. Su mirada era triste, casi derrotada. Miró a su alrededor y vio a su primo al lado de Bea, sintiendo que por fin todo estaba en su lugar, que asi es como debería haber sido siempre.
- Creo que estamos todos…- dijo el juez mirando a su alrededor- aunque Álvaro Aguilar, debería ponerse en el banquillo de los acusados..
Hubo un murmullo general en la sala, y Diego levantó la cabeza
- Pero señor..-dijo Cris- usted le ha dicho a mi defendido que se quede exactamente dónde está…
- Señorita Huete…- le dijo el juez como si hablara con una niña pequeña- estoy hablando del señor Aguilar…
- Pero…
En ese momento, hubo otro gran murmullo en la sala y todo el mundo se giró hacia la puerta. Susana, con paso lento, y sin apartar la vista del detenido, entraba por la puerta. Cris la miró, tan anonadada y tan feliz a la vez, que no consiguió articular palabra. Y estaba tan absorta, que no se dio cuenta de que su cliente, daba un paso hacia su amiga.. y que su amiga, se llevaba una mano temblorosa a los labios, intentando no llorar. Sólo vio, como vieron los demás, como Susana, ahogando un sollozo, corría hacia el preso, y lo abrazaba con todas sus fuerzas, mientras que él, caía de rodillas ante ella, arrastrándola con él, ya sin poder aguantar las lágrimas.

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