jueves, 19 de febrero de 2009

Capítulo 88

Cristina se detuvo cuando vio a Bea llorar y le hizo un gesto a Laura para que le diera un respiro. El juez se inclinó hacia ella en su silla, y la miró con seriedad
- Señorita… por favor.. intente continuar…- le pidió Fernando
Bea lo miró y limpiándose las lágrimas, asintió con la cabeza. Debía mantenerse fría y no perder el control… aunque le costara la vida
- No… no lo sabía- dijo tras una pausa- me enteré el día que tuve un vis a vis con Álvaro… él mismo me lo dijo
- Usted afirma que él no la secuestró cuando estuvo dos meses con Álvaro Aguilar en aquella casa.. ¿es cierto?
- Totalmente cierto… yo fui por mi propio pie…y me quedé con él porque quise. Cuando me quedé embarazada, él mismo me pidió que me fuera… y me fui, pero eso si lo hice contra mi voluntad…
- Una pregunta, señorita Pérez…- intervino el juez- mas que nada, por curiosidad…¿ de dónde sacaron el dinero para mantenerse, si el señor Aguilar tenía las cuentas congeladas?
- Hubo… hubo gente, amigos, que nos dejaron dinero- Bea miró a Laura, realmente incómoda, pero ésta la animó a seguir- en un principio, se que llegaron a conseguir unas cuentas de Diego de la Vega, a las que tenían acceso por medio de una persona, que yo desconozco… pero nunca llegaron a tocarlas….
- ¿Y estos amigos son…..?- empezó el juez
- Gonzalo de Soto y Alejandro García Aguilar…- dijo Cris mirándolo- pero están limpios, señor.
- No me quiero yo imaginar porque están limpios y no acusados de complicidad en la fuga….
Cris enrojeció y bajó la cabeza.- Señor…
- No querida… no te disculpes. Si Álvaro Aguilar resulta ser tan inocente como un bebé, no hay cargo alguno sobre ninguno de estos dos señores…
- Gracias señor…- fue Laura la que habló
- Sólo una pregunta mas…- dijo el juez
- ¿El que, señor?- preguntó Cris
- ¿Son imaginaciones mías o aquí hay mucha gente metida…?
Laura y Cris se miraron, y a continuación miraron a Bea. Ésta enrojeció y bajó la mirada.
- Señor..- empezó Laura
- No quiero saber nada mas.. por hoy- dijo Fernando levantándose- mañana, por muy irregular que parezca, quiero a todos los implicados en el juzgado a las cuatro en punto de la tarde. Y cuando digo todos, digo… todos. Incluyendo los presos.
Las dos abogadas también se habían levantado
- Pero.. no sabemos dónde está Susana.. e Ignacio Goñi está en el hospital..
- Pues que venga en silla de ruedas… ¡pero que venga!- miró a las chicas- y busquen a Susana y tráiganla… - se giró hacia la puerta- pasense en media hora por mi despacho. Les tendré las autorizaciones judiciales, para poder traer a los presos…
El juez se marchó, y Cris y Laura se miraron entre si. Sabían, sin necesidad de preguntar, que quería el juez… un careo masivo entre todos los implicados. Y no era mala idea, pero…
- Se va a liar muy gorda….- dijo Cris a modo de broma. Pero su expresión no denotaba diversión alguna.
Laura no le contestó. No hacía falta, las dos sabían que pensaban exactamente igual. Comenzó a recoger sus cosas en silencio
- Abogadas…- intervino Bea en un tono de voz tan bajo, que casi fue un susurro
- Dime Bea…- Cris la miró, con una sonrisa
- ¿Voy a tener problemas con….?- le dio miedo hacer la pregunta, y guardó silencio antes de acabarla. Pero las dos abogadas la entendieron
- No te preocupes Beatriz- le dijo Laura- fuiste coaccionada para mentir… y has demostrado que tú, de haber tenido libertad para decidir, no hubieras mentido en ese juicio. No va a haber cargos en tu contra…asi, que no te preocupes mas por eso..
- ¿Y Álvaro?
- Vamos ahora mismo al juzgado a presentar una instancia para que lo dejen en libertad por falta de pruebas- le explicó Cris- por eso tenemos que dejarte…. vamos con el tiempo justo…y además tenemos que volver a buscar las autorizaciones para mañana…
Beatriz sonrió, feliz, y no dijo nada mas, mientras las dos chicas salían del despacho a todo correr. Bea se sentó en una silla, pues le temblaban las piernas, y pensaba que no la iban a sostener. Por fin Álvaro iba a tener la libertad… y con su libertad se acabarían los remordimientos, la pena, la ansiedad por las esperanzas perdidas… Por fin empezaría su propia libertad.. su libertad para amar, para ser amada.. y poder gritarle al mundo, que se había ganado el derecho a ser feliz
Reconoció la música del móvil nada mas escucharla y abrió el bolso para buscarlo. Miró la pantalla, sintiendo que el corazón le latía a mil por hora
- Álvaro…- susurró al descolgar
- Mi amor…- respondió él
- ¿Cómo estás…?
- Echándote de menos….¿ Ya has….?
- ¿Cambiado la declaración..? Si… y no has de preocuparte por nada. Las abogadas me han dicho que mentí bajo coacción, y que eso no está penado
- Me alegra tanto saberlo, mi vida… Tú sabes que estaba asustado…
- Lo se…. pero todo va a salir bien… ya lo verás….
- ¿Cuándo te voy a ver..?-preguntó él
- Pronto…muy pronto..Creo que mañana hay un careo…
- ¿Un careo? ¿Cómo….?
- No lo se… tus abogadas ya te avisarán… no se muy bien lo que busca ese juez…
- ¿Tú también tienes que ir?
- Todos.. tenemos que estar todos- Bea suspiró- y yo no lo veo buena idea…
- Bea.. tengo tanto miedo por ti…
- ¿Sabes? Hoy tengo cita con el ginecólogo….- le cortó ella, queriendo cambiar de tema
Alvaro hizo una pausa, consciente de su cambio de tema, pero no dijo nada al respecto. Rompió la pausa, para hablar con el tono mas triste que Bea le había escuchado jamás
- Me voy a perder tantas cosas…
- No cariño.. claro que no te vas a perder nada. Te vas a perder la visita de hoy… pero estarás en las futuras…
- ¿Me lo prometes?
Las lágrimas se deslizaron por las mejillas de ella, sin que pudiera evitarlo
- Claro mi amor…te lo prometo
- Bea… te amo tanto…-él suspiró al otro lado de la línea- te he de dejar.. ya sabes… el móvil no es seguro…
- Cuídate…
Alvaro colgó, y Bea siguió llorando, mientras sus manos se tocaban el vientre donde crecía lo mas bonito que le había pasado en la vida. Y aquel niño era algo mas que le había dado Álvaro sin pedir nada a cambio…
Zarek observó a Diana, mientras ésta mordía el capuchón del bolígrafo, totalmente metida en lo que estaba leyendo en el ordenador. Parecía que trabajaba… pero el policía sabía, por la posición de los hombros, y los ojos abiertos como platos, que podía estar haciendo cualquier cosa, menos trabajar
- ¿Qué es eso tan interesante que lees, cariño?- preguntó él de golpe, sobresaltándola
Diana lo miró con enfado
- Joder, Zarek.. menudo susto me has dado. Pensaba que era el juez…
- Uy, uy… así que estás haciendo algo que no debes.. ¿eh?- él soltó una risita
- Algo que no debo, no… que no es culpa mía si estos libros son como una secta, que no te sueltan hasta que no te has dejado los ojos, el alma, y las ojeras por falta de sueño
Zarek puso cara de escandalizado.- ¿Te estás leyendo un libro, en el ordenador además, en horas de trabajo?
Ella le sacó la lengua.- ¿Quieres dejar de parecerte a un monje ursulino con pinta de jefe y darme un beso como dios manda?
El policía no se hizo de rogar y la besó, atrayéndola hacia él
- ¿Nos vamos a cenar?- le preguntó él contra su boca- tengo tanta hambre que me comería un caballo con crines y todo
- Mmmm….
- ¿Mmmmm? ¿Eso es un sí o un no?
- Es que quiero pasarme por casa de Su
- ¿Por casa de Su? ¿Para que?
- Para regarle las plantas…- dijo Diana en tono inocente
- ¿Para regarle las plantas?
- No cuela… no?
- Pues.. no
Ella resopló y se apartó de él
- ¿Para que quieres ir a casa de Susana, cielo? Ella te dijo que se había marchado..
- Si.. lo se, pero estoy muy preocupada, Zarek. Susana no se marcha así como así.. y me cuesta creer que ni siquiera me contara el verdadero motivo… o a mi, o a Cris. Y quiero saber si ha dejado algo que me ayude a saber donde está… o que me ayude a comprender porque se ha ido…
- Di… no es buena idea…- empezó él
- ¿Por qué no?
- Porque si ella se ha ido, es porque necesitaba irse. No creo que lo mejor en estos momentos, sea intentar buscarla.. o presionarla de alguna manera
- Yo no quiero presionarla… sólo quiero saber que está bien..- frunció los labios, en señal de protesta- además, mañana hay un careo en el juzgado a las cuatro de la tarde… y el juez quiere que vaya…
- Lo se… he recibido la citación hace escasamente media hora… Seguro que Susana también lo ha recibido…
- Si… pero si no está en su casa, no lo sabrá…
- Diana, no insistas… seguro que ella está bien…
- Yo no lo creo…- ella si insistió- últimamente ha pasado por muchas cosas, Zarek. Y no es tan fuerte como parece…
Él la abrazó con fuerza.- ¿Por qué no te esperas a mañana? Si le han mandado la citación y ella la recibe, no le quedará de otra que presentarse en el juzgado… Así, podrás hablar con ella..
- ¿Y si no se presenta?
- Yo mismo te ayudaré a buscarla….
- Te estás tomando muchas molestias para que no vaya a casa de Su esta noche…- dijo ella con una sonrisa divertida
- ¿Yo…?- Zarek la abrazó, aún mas fuerte- verás… es que tengo hambre.. quiero estar contigo mas que nada en este mundo.. porque en un rato tengo que volver a comisaría a preparar algunas cosas para el careo de mañana..
- ¿Mas misterios…?- ella alzó una ceja
- A ti te lo voy a contar….
- Pues hoy pagas tú la cena, señor misterios…
- ¿Pero no te tocaba a ti?- la miró él sorprendido
- ¡Serás…..! ¡Anda y vámonos pa’lante!
Zarek se echó a reir mientras Diana, riendo también , lo sacaba de la oficina tirándole de la chaqueta
El timbre sonó por tercera vez en el apartamento, pero nadie parecía tener intención de abrir. Al quinto timbrazo, ya algo impaciente, se oyeron unos pasos en el interior, que se dirigían cautelosos a la puerta. Él se mantuvo en silencio, esperando a que ella se decidiera a abrir la puerta
- ¿Quién es…?- dijo la voz femenina tras la puerta
- Abre la puerta… soy yo, Zarek
Se hizo de nuevo el silencio. El policia había dejado a Diana en casa, después de una larga cena de dos horas, y había empezado con lo que mas prisa tenía. La puerta del apartamento se abrió con lentitud, apareciendo una figura tras ella
- ¿Qué haces aquí?
- Mañana es el día… y te necesito allí…
Susana se mordió el labio inferior, y aún en silencio, abrió mas la puerta para que Zarek pudiera pasar.

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