lunes, 19 de enero de 2009

Capítulo 78

Nacho apretó a Bea con fuerza, para que no volviera a gritar, mientras los coche patrulla rodeaban la casa, envueltos en el ruido ensordecedor de las sirenas. Todo el mundo se movió con lentitud, mientras Zarek bajaba la pistola, aún humeante. Diana, a su lado, tuvo ganas de soltar un comentario sarcástico ante la escena con el tiro al aire que el policía acababa de protagonizar, pero se mordió la lengua guardando silencio. No estaba el horno para bollos.
- ¡Goñi!¡Suelta el arma! ¡¡AHORA!!- le exigió Zarek
- ¡Aguilar está en la casa!- vociferó Nacho fuera de si- ¡ es a él a quien tienen que detener!
- Eres tú el que tiene el arma, Goñi.. – intentó razonar Zarek con un tono de voz mas normal- suéltala y nos ocuparemos de Álvaro Aguilar
- ¡Y se piensa que me lo voy a creer!- siguió gritando el abogado- ¡ ese cretino tiene una estrella en el culo, y no cederé hasta que no esté arrestado!
Zarek siseó entre dientes, mientras le hacía una señal a sus hombres para que no dispararan. Diana, a su lado, se tensó visiblemente
- Esto pinta muy jodido Zarek- dijo en un susurro tan bajo que a Zarek le costó oírla- pero jodidamente jodido…¿Por qué no le pegas un tiro y acabamos antes?
- Goñi… esto es trabajo de la policía- habló Zarek de nuevo, sin hacer caso del comentario de Diana- baja el arma y no te pasará nada
Nacho comenzó a reir a carcajadas
- Ahora el crédulo es usted, inspector..¿se piensa que voy a bajar el arma, para que ese mal nacido se salga con la suya? ¡No pienso hacer nada hasta que ese hijo de puta de la cara!- terminó encañonando con mas fuerza contra la cabeza de Bea, haciéndola soltar un gemido. Un murmullo de horror, se extendió, haciendo que Zarek alzara la mano derecha, pidiendo silencio. La orden no tardó en cumplirse
- Goñi, se está complicando la vida… lo sabe ¿verdad?
- Me importa una mierda… ¡si yo voy al infierno, me llevaré a Aguilar conmigo!
Una voz se escuchó en el pinganillo que Zarek se había puesto en el oído antes de salir del coche
- Inspector…
- Dime Gutierrez- Zarek se llevó una mano al pinganillo, y habló, sin apartar la vista de Nacho
- Tenemos que hacer que Álvaro Aguilar salga de esa casa. Me da en la nariz que este tío está loco… y hasta que no salga, no podremos razonar con él.. y a este paso le pega un tiro a la muchacha…
Zarek supo que su subalterno tenía razón. Y visto dónde estaban, tampoco podían acabar la operación sin detener a Álvaro. Miró a Diana, que a su lado, aún tensa, observaba la escena
- Lo siento Diana..- susurró
Ella negó con la cabeza, sin mirarlo. Sabía a lo que se refería, después de la conversación que acababan de tener en la oficina. Las cosas se habían precipitado… y ya no había marcha atrás
- Deten a Álvaro y acaba con esto de una vez….- dijo firme, pero con la tristeza marcando cada línea de tono de su voz- y de postre métele un tiro de una buena vez entre los huevos, a ese hijo de perra de Goñi…- terminó con odio
Dentro de la casa, Álvaro se había detenido en seco al escuchar las sirenas de los coches patrulla. Un sudor frío le cubrió la frente, y se giró hacia su primo y el Anguila, que le miraban espantados
- Mierda…- siseó el Anguila
- ¡Álvaro, o sales o la agujereo entera!- gritó Nacho en ese momento- ¿no quieres tanto a tu zorra? ¡ Pues sal a buscarla y demuéstralo!
Alvaro dio un paso hacia delante, llevado por el pánico de perder a Bea, pero Alejandro lo detuvo cogiéndolo del brazo. Alvaro no se giró para mirarlo
- ¡Cállate Goñi!- gritó una voz desde el exterior. Al segundo siguiente, se escuchó otra voz, amplificada por la ayuda de un altavoz
- Alvaro Aguilar, le habla la policía. Le estamos rodeando.. repito, le estamos rodeando. No presente resistencia y salga con las manos en alto. Repito.. salga con las manos en alto
Álvaro soltó una maldición y se llevó las manos a la cabeza, desesperado. El Anguila se adelantó
- Esta pasma es la hostia, tio… tienen a un cabrón apuntando a una pava con la pistola y sólo se preocupan de que tú te entregues…¿alguien me puede explicar esa gilipollez?
- Es una táctica…- contestó Alejandro, que seguía al lado de Álvaro- si quieren que Goñi razone para que suelte el arma, han de darle lo que quiere.
- ¿¿¿Te digo yo lo que quiere???- soltó Anguila, agresivo- una buena sartá de hostias.. eso es lo que quiere…. ¡¡¡¡ ayyyy que no me lo pille yo en el trullo, porque va a tener que ahorrar toa su puta vida para cambiarse la cara de cómo se la voy a dejar!!!
- Tranquilo Anguila…a ver que hace cuando vea que Álvaro no está solo….
Alvaro no les escuchaba. Estaba tan metido en su propio dolor y desesperación, que la cabeza estaba a punto de explotarle. Quería salir de la casa como un loco y matar a tiros a aquel hijo de puta que se estaba atreviendo a amenazar a Bea, pero la presencia de la policía le detuvo. Pero lo extraño era que no tenía miedo de lo que pudiera pasarle a él, no mientras Bea saliera de aquel trance. A pesar del miedo anterior a acabar en la una celda de nuevo, ahora ya no lo sentía.. y lo único que quería hacer era salvarla a ella. Porque ella era lo único que importaba… nada, absolutamente nada, importaba fuera de ella.
Las voces de Alejandro y Anguila llegaron a su mente como un eco, y el corazón se le detuvo en el pecho. Su presencia allí les comprometía como cómplices… y aunque sabía que ellos darían y harían cualquier cosa por él, él no estaba dispuesto a que nada de todo aquello les salpicara, y que por su culpa, una vez mas, ellos dos acabaran en una celda. Entonces entendió su miedo al escuchar las sirenas, y se dio cuenta de que era la hora final. Había llegado el momento de hacer lo correcto
- Nadie va a salir conmigo- dijo de espaldas a ellos y con la voz mas clara que pudo- vosotros os quedais aquí
- ¿¿Qué??- exclamaron ambos a la vez
Alvaro se giró hacia ellos, mientras observaba como el resto de los hombres que les ayudaban, marcaban posiciones dentro de la casa
- Voy a salir, y voy a salir solo- afirmó
- Tu estás majareta, tio..- exclamó Anguila
- Alvaro…- Alejandro hizo una pausa, escogiendo bien las palabras- sabes que no estoy en contra de que te entregues…- hizo una nueva pausa- pero no creo que este sea el mejor momento….
- Pos no…- enfatizó Anguila
- ¡¡Tiene a Bea!!!- medio gritó Álvaro, dejando salir parte de su pánico- ¡¡No puedo permitir que le pase nada!!!
- ¿Y quien te garantiza a ti que si sales no le meta un tiro en la cabeza sólo para que tú la veas morir?- preguntó Alejandro con crueldad- ese tío está loco… Tiene a toda la policía de Madrid detrás, y él sigue apuntando a Beatriz como si le importara una mierda todo lo que no seas tú saliendo de la casa completamente desarmado…
- ¿No hablaste hace un rato de riesgos, Ale?- le preguntó Álvaro, mirándolo con fijeza- quizás ha llegado el momento de que me arriesgue...
- ¡No hablaba de esto, Álvaro!- exclamó Alejandro, frustrado- entregarte a la policia, no ponía en riesgo tu vida…¡pero ahora si!
- ¿Y crees que eso realmente me importa?
- ¡Maldito egoísta!- le gritó Alejandro, furioso- ¡ siempre pensando en ti! ¡Y los demás te importamos una mierda!
- Si hago esto es precisamente, es por vosotros…- dijo Álvaro mirándolo, intentando mantener la calma- porque no quiero que os perjudique…
- Deja de pensar por nosotros..- soltó Alejandro, con la misma furia
Alvaro no le prestó atención y miró al Anguila, que había permanecido en silencio todo el tiempo
- Anguila… coloca a los hombres en las ventanas, y si Nacho intenta algo a espaldas de la policia, ya sabeis lo que teneis que hacer
- No lo dudes, Álvaro…- Anguila se giró y con un solo movimiento de mano, hizo que los hombres tomaran posiciones. Alejandro se adelantó, al ver que su primo avanzaba hacia la puerta
- Alvaro… por favor..
El aludido se giró hacia él.- Tengo que hacerlo Ale… ella se merece todo… que haga lo que sea para que sea feliz.
- Ella no será feliz viéndote morir…
- Cuida de ella, ¿vale?- pidió sin responder
- No… - Alejandro negó con la cabeza
- Por favor… cuida de ella…Bea es mi vida… por favor…
Alejandro negó con la cabeza, incapaz de pronunciar palabra, mientras veía como su primo, su hermano, se dirigía hacia el interior. Se dirigía a una muerte prácticamente segura. El Anguila se le acercó por detrás y le tendió un arma
- Colocate en la ventana de la izquierda. Alvaro nos necesitará si la cosa se pone muy fea…
Él miró el arma durante un momento, y luego miró al Anguila. Este lo animó con un movimiento de cabeza, y aunque dudó durante unos segundos, al final, cogió la pistola con determinación.
Alvaro abrió la puerta y salió al exterior, quedando cegado unos momentos, por la luz brillante procedente del sol. Alzó las manos por encima de la cabeza y caminó varios pasos hacia delante, mientras sentía como la puerta de la casa se cerraba a su espalda. Se cerraba la puerta, y con ellas, la esperanza de libertad…. Y la esperanza de un futuro junto a Bea.
La vio al lado de Nacho, con el arma de este apuntándola a la cabeza, y tuvo que sacar toda su fuerza de voluntad, para no correr hacia ella. La miró a través del espacio, a través del odio, y de la desesperanza, y a pesar de todo eso, cuando ella clavó sus ojos verdes en él, sintió que su corazón volvía a latir.
- Permanezca quieto, Álvaro Aguilar- dijo la misma voz por el megáfono- y mantenga las manos en alto
Pero Álvaro no les prestaba atención. Estaba mirando a Nacho
- Ya me he entregado, maldito cabrón… ahora..¡suéltala!
Nacho comenzó a reir.- Si claro… para que tú te quedes mas tranquilo..¿no?
Alvaro apretó los dientes.- Eres un hijo de…
- Shhh Alvarito…¿ cómo puedes tener esa boca? ¿No querrás que Bea se escandalice, verdad? ¿ o el maldito bastardo que habéis engendrado, follándotela a mis espaldas?
Bea soltó un gemido al escucharle, pero Álvaro contuvo el aire, al darse cuenta de lo que significaban aquellas palabras. Miró a Bea, adorándola mas con cada segundo que pasaba. Quiso avanzar hacia ella, pero una voz, una voz que había escuchado en alguna ocasión le detuvo
- ¡ Suéltala Nacho! ¡ Esto no va con ella! ¿Por qué no la sueltas y me tomas a mi? Eso es lo que siempre has querido…¿verdad? ¡Vamos a poner las cartas sobre la mesa de una buena vez!
Todo el mundo se giró hacia la voz, y Diana maldijo entre dientes, mientras Nacho sonreía complacido. Nadie, ni siquiera Zarek que estaba a su lado, la había visto llegar. Y menos se dieron cuenta del temblor descontrolado que sacudía el cuerpo de Susana, enfrentándose a Nacho por vez primera en su vida.

1 comentario:

Pheebs dijo...

Cuatro días??? Cuatro que serán más.... yo te mato. Una cosa es dejarlo en suspense y otra que casi me da algo cuando he visto que no había más.
No tienes piedad cosi, no la tienes.

Sigue pronto y a la de ya!!!