Santi salió del taxi a la carrera en cuanto hubo llegado al hospital. Había escuchado por la radio todo lo que había pasado en Bulevar con Álvaro, y lo único que había logrado averiguar, además de que Alejandro, el primo de Álvaro, había resultado herido, es que se había llevado a Bea consigo.
Había llamado a Nacho, desesperado por noticias, pero el novio de su amiga había desconectado el móvil. Desconectado…¿cómo podía desconectar el móvil en una situación tan crítica? Santi lo odió mas que nunca en aquel momento, pero no tenía tiempo de asimilar sus propios sentimientos.
No sabía a quien llamar, a quien acudir, hasta que la luz se abrió en su mente. Quizás, alguno de los acompañantes de Alejandro sabría algo de Alejandro, y por consecuencia de Bea. Él no quería delatar a nadie… sólo saber que su mejor amiga se encontraba bien.
Fue a entrar en el hospital, cuando vio salir a Jota acompañado de Cris
- Dios santo… gracias a dios que os encuentro…¿Qué ha pasado, Jota?¿Dónde está Bea?
La pareja se miró entre si, para después volver a mirar al informático
- No sabemos nada de Bea..- respondió Jota
- Pero..¿y Álvaro?
- Alvaro ha conseguido escapar de la policía..- respondió esta vez Cris- pero no sabemos nada mas
Santi palideció.- ¡Dios! ¿Y ahora que? ¿Cómo ha podido llevársela Álvaro? ¡La odia! ¿Qué es lo que se propone?
- ¿Crees realmente que Álvaro le haría daño? – preguntó Jota en respuesta- estaba desesperado de amor por ella..
- Eso fue antes…- le respondió Santi moviéndose nervioso- ¡dios!- repitió
- Tranquilízate..- le dijo Cris poniéndole una mano en el hombro- y vete a casa. En cuanto sepamos algo, te avisaremos
Santi se mordió el labio inferior, sintiéndose impotente. No podía volver a casa, dónde le esperaba un Carmelo también desesperado por noticias. Volver a una casa que se le antojaba horriblemente solitaria desde que Bárbara había volado a New York, harta de sus desplantes. Su vida iba cayendo inexorablemente hacia el vacío… y nada parecía detenerlo.
- Por favor..- suplicó- necesito saber que ella está bien…
Jota le tocó un hombro, infundiéndole ánimos, mientras seguían caminando y se alejaban de él. Santi no les miró marchar. El sentimiento de culpabilidad por haberle fallado a su amiga, se hacia hueco cada vez con mas fuerza, en el alma y en el corazón.
Zarek pidió un whisky doble al camarero y miró el local que estaba casi vacío a aquellas horas de la noche. El camarero se lo sirvió y bebió en silencio, pensando en el caso que tenia entre manos. Algo le decía que el número de personas implicadas, al final le acabaría produciendo dolor de cabeza, pero en el fondo les entendía. Entendía que Alejandro García encubriera a su primo.. y comprendía que aquel hombre, Álvaro Aguilar, hiciera lo imposible por recuperar la libertad, después de haberla perdido por una condena presuntamente injusta. Porque eso era lo que se decía y lo que se murmuraba en el ámbito judicial y policial. Que su juicio había sido un completo chiste…un circo total. Y esa había sido su primera pista a seguir.. contra mas gente estuviera convencida de su inocencia, mas gente estaría dispuesta a ayudarle… y por lo tanto a implicarse en su fuga. Pero cuanta mas gente estuviera implicada, mas se taparían, y eso sería peor que la búsqueda del santo grial. Suspiró y bebió de su vaso, intentando relajarse y dejar de pensar. Pero la imagen de la ayudante interrumpió en su mente y entrecerró los ojos. Había sentido una punzada en el corazón al verla tan mal en el hospital por causa de su hermana, y aunque había querido consolarla como no había querido algo en mucho tiempo, sabía que no era buena idea involucrarse emocionalmente con nadie en aquellos momentos de su vida. Y por eso había escapado del hospital tras el interrogatorio… por eso y por no querer sucumbir ante aquella mujer de carácter endemoniado y mirada directa.
La puerta del bar se abrió en aquel momento y Zarek miró hacia allí, quedándose casi paralizado. El objeto de sus pensamientos se dirigía hacia él
- Inspector…- dijo ella al llegar a su altura- por fin…
Zarek enarcó una ceja.- ¿Por fin?
- Llevo siguiéndote desde que has salido del hospital- contestó Pheebs alzándose de hombros- quería saber que hacía un hombre rudo como tú cuando acaba su jornada laboral
El policia levantó el vaso a modo de brindis
- ¿Satisfecha?- ella le sonrió- ¿quieres una copa?
- Beberé lo mismo que tu- contestó ella con rapidez- necesito algo fuerte
- ¿Estás bien?- le preguntó Zarek tras pedir la copa al camarero
- ¿Yo? Perfectamente… Es la tonta de mi hermana la que está en coma, no yo
Zarek supo entrever la coraza de defensa a través de las cínicas palabras de su acompañante
- Si puedo hacer algo por ti…- dijo
Ella cogió el vaso que le puso el camarero delante
- ¿Por qué Zarek? Es un nombre extraño…- preguntó en lugar de contestar
- Mi padre era griego- respondió él sencillamente
Pheebs guardó silencio
- ¿Y porque Pheebs llamándote Diana?
Ella le miró sorprendida.- ¿Y tú como sabes eso?
Él sonrió.- Soy policia… y creo que de los buenos…
Pheebs desvió la vista hacia el vaso, sin poder evitar sonreir también
- Susana me llama asi. Es el diminutivo de Phoebe.. que es Diana en gaélico.
- Interesante..- dijo él sin perder la sonrisa- sois una caja de sorpresas…
- Al menos lo intentamos. La vida sería muy aburrida si no tuviéramos nuestros momentos
Zarek la miró con intensidad.- ¿Te puedo hacer una pregunta personal?
- ¿Qué si me acostaría contigo?- ella le miró, seria- si
El volvió a enarcar una ceja, mientras intentaba ignorar el fuerte latido de su corazón y el tirón de su entrepierna
- Eres muy directa, ¿no?
Diana se alzó de hombros.- Lo suficiente…¿me ibas a preguntar eso?
- No, te iba a preguntar si a tu amiga le gustaba Alejandro
Ella le miró a través del borde del vaso
- ¿Aún trabajando, inspector? ¿o debo pensar que esa pregunta tiene un carácter, digamos, mas personal?
- No a la primera pregunta, y no a la segunda. Es simple curiosidad
- Pues yo diría que tanto como tu a mi… y es mucho, te lo aseguro
El tirón de la entrepierna de Zarek se acentuó. Bebió de su vaso intentando restarle importancia a la conversación
- Al final conseguirás escandalizarme
Ella se giró de golpe hacia él e hizo que la mirara
- Eres el tio mas increíble que he visto en mi vida… y dios! necesito sentirme viva… - le puso las manos en el pecho, haciéndole sentir su calor a través de la camisa- quiero que me hagas el amor.. besarte, sentirte, escucharte gemir..- había comenzado a besarle el cuello, el lóbulo de la oreja, y los brazos de Zarek la rodearon como si tuvieran vida propia
- Pheebs…- susurró él encendido de deseo
- Diana… llámame Diana- ella buscó su boca, apoderándose de ella, uniendo su lengua a la de él y Zarek le devolvió el beso, ya sin poderse contener
- ¿Tu casa o la mia?- susurró él contra la boca femenina, mientras sus manos le acariciaban la espalda
- La tuya… vamos a tu mundo inspector.. aunque mañana tenga que volver al mio…
Zarek no se hizo de rogar. Sacó un billete del bolsillo dejándolo en la barra, y sin dejar de besarla, la condujo hacia el exterior, dónde esperaba su coche
Había llamado a Nacho, desesperado por noticias, pero el novio de su amiga había desconectado el móvil. Desconectado…¿cómo podía desconectar el móvil en una situación tan crítica? Santi lo odió mas que nunca en aquel momento, pero no tenía tiempo de asimilar sus propios sentimientos.
No sabía a quien llamar, a quien acudir, hasta que la luz se abrió en su mente. Quizás, alguno de los acompañantes de Alejandro sabría algo de Alejandro, y por consecuencia de Bea. Él no quería delatar a nadie… sólo saber que su mejor amiga se encontraba bien.
Fue a entrar en el hospital, cuando vio salir a Jota acompañado de Cris
- Dios santo… gracias a dios que os encuentro…¿Qué ha pasado, Jota?¿Dónde está Bea?
La pareja se miró entre si, para después volver a mirar al informático
- No sabemos nada de Bea..- respondió Jota
- Pero..¿y Álvaro?
- Alvaro ha conseguido escapar de la policía..- respondió esta vez Cris- pero no sabemos nada mas
Santi palideció.- ¡Dios! ¿Y ahora que? ¿Cómo ha podido llevársela Álvaro? ¡La odia! ¿Qué es lo que se propone?
- ¿Crees realmente que Álvaro le haría daño? – preguntó Jota en respuesta- estaba desesperado de amor por ella..
- Eso fue antes…- le respondió Santi moviéndose nervioso- ¡dios!- repitió
- Tranquilízate..- le dijo Cris poniéndole una mano en el hombro- y vete a casa. En cuanto sepamos algo, te avisaremos
Santi se mordió el labio inferior, sintiéndose impotente. No podía volver a casa, dónde le esperaba un Carmelo también desesperado por noticias. Volver a una casa que se le antojaba horriblemente solitaria desde que Bárbara había volado a New York, harta de sus desplantes. Su vida iba cayendo inexorablemente hacia el vacío… y nada parecía detenerlo.
- Por favor..- suplicó- necesito saber que ella está bien…
Jota le tocó un hombro, infundiéndole ánimos, mientras seguían caminando y se alejaban de él. Santi no les miró marchar. El sentimiento de culpabilidad por haberle fallado a su amiga, se hacia hueco cada vez con mas fuerza, en el alma y en el corazón.
Zarek pidió un whisky doble al camarero y miró el local que estaba casi vacío a aquellas horas de la noche. El camarero se lo sirvió y bebió en silencio, pensando en el caso que tenia entre manos. Algo le decía que el número de personas implicadas, al final le acabaría produciendo dolor de cabeza, pero en el fondo les entendía. Entendía que Alejandro García encubriera a su primo.. y comprendía que aquel hombre, Álvaro Aguilar, hiciera lo imposible por recuperar la libertad, después de haberla perdido por una condena presuntamente injusta. Porque eso era lo que se decía y lo que se murmuraba en el ámbito judicial y policial. Que su juicio había sido un completo chiste…un circo total. Y esa había sido su primera pista a seguir.. contra mas gente estuviera convencida de su inocencia, mas gente estaría dispuesta a ayudarle… y por lo tanto a implicarse en su fuga. Pero cuanta mas gente estuviera implicada, mas se taparían, y eso sería peor que la búsqueda del santo grial. Suspiró y bebió de su vaso, intentando relajarse y dejar de pensar. Pero la imagen de la ayudante interrumpió en su mente y entrecerró los ojos. Había sentido una punzada en el corazón al verla tan mal en el hospital por causa de su hermana, y aunque había querido consolarla como no había querido algo en mucho tiempo, sabía que no era buena idea involucrarse emocionalmente con nadie en aquellos momentos de su vida. Y por eso había escapado del hospital tras el interrogatorio… por eso y por no querer sucumbir ante aquella mujer de carácter endemoniado y mirada directa.
La puerta del bar se abrió en aquel momento y Zarek miró hacia allí, quedándose casi paralizado. El objeto de sus pensamientos se dirigía hacia él
- Inspector…- dijo ella al llegar a su altura- por fin…
Zarek enarcó una ceja.- ¿Por fin?
- Llevo siguiéndote desde que has salido del hospital- contestó Pheebs alzándose de hombros- quería saber que hacía un hombre rudo como tú cuando acaba su jornada laboral
El policia levantó el vaso a modo de brindis
- ¿Satisfecha?- ella le sonrió- ¿quieres una copa?
- Beberé lo mismo que tu- contestó ella con rapidez- necesito algo fuerte
- ¿Estás bien?- le preguntó Zarek tras pedir la copa al camarero
- ¿Yo? Perfectamente… Es la tonta de mi hermana la que está en coma, no yo
Zarek supo entrever la coraza de defensa a través de las cínicas palabras de su acompañante
- Si puedo hacer algo por ti…- dijo
Ella cogió el vaso que le puso el camarero delante
- ¿Por qué Zarek? Es un nombre extraño…- preguntó en lugar de contestar
- Mi padre era griego- respondió él sencillamente
Pheebs guardó silencio
- ¿Y porque Pheebs llamándote Diana?
Ella le miró sorprendida.- ¿Y tú como sabes eso?
Él sonrió.- Soy policia… y creo que de los buenos…
Pheebs desvió la vista hacia el vaso, sin poder evitar sonreir también
- Susana me llama asi. Es el diminutivo de Phoebe.. que es Diana en gaélico.
- Interesante..- dijo él sin perder la sonrisa- sois una caja de sorpresas…
- Al menos lo intentamos. La vida sería muy aburrida si no tuviéramos nuestros momentos
Zarek la miró con intensidad.- ¿Te puedo hacer una pregunta personal?
- ¿Qué si me acostaría contigo?- ella le miró, seria- si
El volvió a enarcar una ceja, mientras intentaba ignorar el fuerte latido de su corazón y el tirón de su entrepierna
- Eres muy directa, ¿no?
Diana se alzó de hombros.- Lo suficiente…¿me ibas a preguntar eso?
- No, te iba a preguntar si a tu amiga le gustaba Alejandro
Ella le miró a través del borde del vaso
- ¿Aún trabajando, inspector? ¿o debo pensar que esa pregunta tiene un carácter, digamos, mas personal?
- No a la primera pregunta, y no a la segunda. Es simple curiosidad
- Pues yo diría que tanto como tu a mi… y es mucho, te lo aseguro
El tirón de la entrepierna de Zarek se acentuó. Bebió de su vaso intentando restarle importancia a la conversación
- Al final conseguirás escandalizarme
Ella se giró de golpe hacia él e hizo que la mirara
- Eres el tio mas increíble que he visto en mi vida… y dios! necesito sentirme viva… - le puso las manos en el pecho, haciéndole sentir su calor a través de la camisa- quiero que me hagas el amor.. besarte, sentirte, escucharte gemir..- había comenzado a besarle el cuello, el lóbulo de la oreja, y los brazos de Zarek la rodearon como si tuvieran vida propia
- Pheebs…- susurró él encendido de deseo
- Diana… llámame Diana- ella buscó su boca, apoderándose de ella, uniendo su lengua a la de él y Zarek le devolvió el beso, ya sin poderse contener
- ¿Tu casa o la mia?- susurró él contra la boca femenina, mientras sus manos le acariciaban la espalda
- La tuya… vamos a tu mundo inspector.. aunque mañana tenga que volver al mio…
Zarek no se hizo de rogar. Sacó un billete del bolsillo dejándolo en la barra, y sin dejar de besarla, la condujo hacia el exterior, dónde esperaba su coche
2 comentarios:
Posito Santi que está hecho un manojo de nervios y no tiene a su Barbiloca pa consolarse. Para colmo ni Jota ni Cris le han dado mucha información y está segurísimo de que Alvariño quiere matar a Beíta... ains con lo weno que es el niño.
Y hablando de niños buenos... eso es ser directa y lo demás tontería pero cómo no serlo con ese hombretón ainssss. Encima ma salío listísimo y con chispa, vamos, pa no atacarle. Luego le echaré la culpa al whisky doble... o no, pero que me quiten lo bailao jajaja.
Por cierto, sigo esperando mis dos duros :P
Besotes cosi y gaciasssssss!!!!!
P.S.: Si pretendías un comentario más extenso... ¿cómo crees que puedo pensar después de eso? Comprendeme lexes
Pobrecico Santi... Ahí tó nerviosico perdío por su amiga, que no sabe dónde anda y no le sacan de dudas. ¡A ver cómo vuelve ahora a casa, que Carmelo si de normal ya es súper protector con su hija, ahora ni te cuento! Además ahora ni siquiera tiene a Bárbara para consolarlo. Amos, que si quieres me lo mandas y ya lo consuelo yo (y así Carmelo no lo somete a un tercer grado, que como vaya por allí sin noticias bufff..., mejor no pensarlo).
Total, ¡¿que Pheebs al salir del hospital se había dedicado a esperar escondidica al inspector y a seguirlo hasta el bar?! Joooope, qué tía, jaja. ¡Anda que no se los elige bien ni nada! Lo que a la mañana siguiente menudo lío estarán hechos los dos, jeje, que entre los whiskies, el caso, la hermanísima en coma, los arrumacos y todo, ¡pues como que no estarán demasiado centrados! ¡Pero ya no podrán quitarle la marchuqui de esta noche, jeje!
Sue, guapa, ¡está muy interesante!
Besos, Nuria.
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