lunes, 4 de agosto de 2008

Capítulo 55

Gonzalo volvió al salón con una taza de chocolate humeante en la mano. Laura ya se sentía mas tranquila, y miraba por la ventana con expresión distante.
- Aquí tienes- le susurró alargándole la taza- tómalo.. te sentirá bien
Ella aceptó la bebida, pero la retuvo en las manos sin beber
- No me puedo creer todo lo que está pasando- dijo ella a media voz, perdiéndose en el oscuro líquido de la taza- se que es culpa de Ana, por esa obsesión suya por ese…. Pero si yo no hubiera aceptado el caso, ella no….
- No te tortures mas- la interrumpió Gonzalo- tu hermana se pondrá bien.. estoy seguro
Laura sonrió débilmente.- Con lo cabezona que es, no me extrañaría nada…- le miró, con ojos brillantes- pero me da tanto miedo que después que despierte no siga siendo la misma…
Gonzalo se acercó mas a ella y la abrazó. Ella se dejó abrazar
- No te preocupes ahora por eso..ya verás como todo sale bien- la besó en el cabello- ¿Por qué no intentas dormir un poco? Te prepararé la cama
Ella se separó de él y lo miró, triste
- ¿Y tú dónde vas a dormir?- le preguntó
- Aquí, en el sofá- sonrió- no te creas… es mas cómodo de lo que parece…
Laura volvió a mirar la taza, sorprendentemente tímida de repente
- ¿No.. no…?- se detuvo
Gonzalo la miró, lleno de ternura
- ¿Qué…?- la animó
Laura cogió valor, como quien coge aire
- ¿No querrías dormir conmigo? Necesito que me abracen, que me hagan sentir que de verdad todo está bien
Gonzalo sintió que el corazón se le detenía y lo único que acertó a hacer fue asentir con la cabeza. Le mostró la mano vacía, llena de promesas no habladas, y ella la tomó sin arrepentimientos. Se pusieron de pie y Gonzalo le acarició la mejilla con suavidad, mientras la llevaba hacia el dormitorio. Allí la sentó en la cama, y la miró
- Se que tu estás preocupado por Álvaro, y que estoy abusando de ti, pero…
- Shhh..- la hizo callar con un gesto- es cierto que estoy preocupado.. pero ahora estoy donde quiero estar… contigo
Laura no pudo evitar sonreir y se tumbó en la cama con la ropa puesta. Gonzalo se tumbó a su lado, también sin desnudarse, y la abrazó, atrayéndola hacia él. Laura apoyó la cabeza en su pecho y cerró los ojos. No sabía lo que le depararía el futuro.. pero lo que si sabía es que ella también estaba donde quería estar.
Bea miró la mano que le retenía Álvaro y un sentimiento de felicidad y de pánico se mezclaron en su interior. Tuvo miedo de moverse, de decir algo, por si se estropeaba el momento. Le miró a los ojos, esperando ver odio, rechazo… cualquier cosa que lograra dañarla. Pero lo que encontró hizo que se quedara sin aliento. Su mirada oscura la miraba con nostalgia… y con algo muy cercano a la ternura
- ¿Eres tú?- repitió con el tono de voz algo mas fuerte
Ella tragó saliva. Notaba que ardía en fiebre… que quizás no estaba muy consciente de lo que estaba pasando
- Si.. pero tienes que descansar… - susurró ella, quitándole la toalla mojada con la mano libre
- Conseguimos escapar… por fin somos libres…- siguió hablando él, sin hacerle caso. Su mano seguía apretando la de Bea
Bea no pudo evitar sonreir tristemente al escucharle. Nunca mas volverían a ser libres… él por ser un preso fugado… ella porque estaba dispuesta a seguirle allá dónde fuera.. aunque fuese el fin del mundo
- Descansa y no pienses en eso ahora…estás herido… - le dijo mientras intentaba escurrir la toalla con una sola mano
- Te he echado tanto de menos…- dijo Álvaro de repente, sobresaltándola
- ¿Có…cómo?- preguntó Bea quedándose súbitamente quieta
- Que fue un infierno ir a la cárcel… pero peor fue saber que te había perdido definitivamente… saber que ya no me querías.. que me habías olvidado para siempre…
Las lágrimas acudieron a los ojos de Bea, mientras se daba cuenta de que él, en su delirio febril, parecía haber olvidado todo lo malo que había ocurrido entre ellos. Parecía no sentir nada malo por ella…nada fuera de su amor, de todo lo que habían compartido una vez.
- No te he olvidado..- susurró ella mientras su mano libre, como si tuviera vida propia, le acariciaba el rostro sin poder contenerse- no podría aunque quisiera…
Alvaro se incorporó un poco sobre la cama. Su expresión denotaba que le dolia cualquier movimiento, pero no se quejó… pareciendo que estaba por encima de cualquier cosa que no fuera ella y su cercanía
- ¿Me amas, Bea? ¿Aún te late el corazón cuando me sientes cerca…?¿Puedes escuchar el grito de agonía de tu alma cuando sabes que no me puedes ver?
El llanto de Bea arreció y solo pudo lograr asentir con la cabeza. El se acercó mas a ella, y ella sintió su calor a través de los dedos, de su propia piel
- He llorado lágrimas de sangre por cada minuto que he pasado lejos de ti. Por cada minuto que he anhelado tenerte cerca. He querido odiarte con cada fibra de mi ser, pero me es imposible. Te llevo grabada a fuego mi niña.. y lo único que quiero hacer es amarte…amarte por el resto de mi vida
Bea le cogió el rostro con las dos manos, mientras no podía parar de llorar. Llorar de alegría, de tristeza por sentirse tan vulnerable ante sus palabras… y llena de pánico por dejarse llevar y que él volviera a destruirla con un solo gesto. Alvaro juntó su frente con la de Bea, mientras sus manos cubrían las de ella, llenándolas de calor y de vida
- Alvaro…yo…- empezó ella a decir
- Shhh…- la calló él mientras apretaba las manos de Bea con fuerza sobre su cara- no pienses… no hables… estoy débil… y quiero que las pocas fuerzas que me quedan, me sirvan para sentirte como jamás te he sentido… Regálame eso Bea.. regálame tu cuerpo.. tu amor… tu vida…
Ella contuvo el aliento ante sus palabras y él aprovechó para buscar su boca y apoderarse de su soplo de aire. Un beso desesperado que la dejó sin fuerzas, sin pensamientos coherentes, sin nada que no fuera él. Sintió su lengua buscar la suya y se la entregó sin resquicios, completamente vencida. Alvaro la atrajo hacia si y abrazándola, se tumbó llevándola consigo, apretándola como si quisiera fundirse en su piel… como si sentirla fuera lo que le mantenía con vida. Bea notó su debilidad física, pero no pudo hacer nada por protestar. Le amaba tanto que era incapaz de renunciar a aquel momento…ni a ninguno que él quisiera darle.

1 comentario:

Pheebs dijo...

Aisssss mi jermanita con su Gonza que no se atrevía a pedirle que la abrazara por la noche. Que tímida ma salío y mira que yo intenté que fuera directa, pero na que no hago carrera de ella.
Y esa parejita que no se puede aguantar. Que escena más bonita cosi. Si es que la fiebre pa algunas cosas es mu buena, hasta para que hable con el corazón y deje atrás los rencores y la pobre Bea que ni se lo cree, posita pero vamos, que no le va a decir que no.

Sigue pronto cosi, este ha sido precioso, palabrita de la niña Diana.

P.S.: He tardao tanto xq estaba midiendo las palabras jajaja