Bea abrió los ojos con lentitud. Tuvo que parpadear varias veces debido a la vista borrosa, y se acordó de que no llevaba puestas las gafas. Giró la cabeza para buscarlas, y las encontró en el suelo, casi escondidas bajo la cama. Se las puso y volvió a parpadear, mientras los recuerdos de la noche anterior le venían a la cabeza con una rapidez inusitada. Recordó a Álvaro, sus besos, sus apasionadas ternezas… y el corazón se le disparó en el pecho. Notó el contacto caliente de su cuerpo junto al suyo y una sonrisa de felicidad se dibujó en su cara sin poder remediarlo. Por fin un poco de luz al final del camino….¿un poco de luz? Aquello era un sol entero… con sus rayos, su calor, su color brillante…Bea se sintió eufórica y soltó una breve carcajada, inmersa en su alegría, tapándose la boca después, para que no fuera oída. Se sentía eufórica… pero también cohibida… no sabía como reaccionaría Álvaro con ella tras la noche que habían pasado.. sólo esperaba que aquello fuera el inicio de su felicidad conjunta.
Se incorporó un poco para mirarlo. El estaba a su lado, con los ojos cerrados, y parecía dormido. Bea le miró con una sonrisa, pero en cuanto su mirada se posó en él, supo que las cosas no iban bien.
Álvaro estaba impregnado en sudor, un sudor frío que le hacía moverse inquieto… y su herida sangraba profusamente.. alarmándola, sintiendo, que ese corazón loco que sentía en el pecho, dejara de latir
- ¿Álvaro…?- fue a tocarlo, pero no se atrevió. Se incorporó aún mas en la cama, mientras tapaba con la sábana su desnudez, y escuchó el gemido ahogado de dolor de Álvaro. Se atrevió a tocarlo, con miedo al principio, con mas decisión después al comprobar la temperatura que desprendía el cuerpo de Álvaro. Al tocarlo, se asustó
- Dios…¿Álvaro? Por dios, estás ardiendo en fiebre…y tu herida… - se mordió los labios, aterrada, intentando mantener el control. Pero le era prácticamente imposible. Él no reaccionaba a su voz y el pánico la invadía. Se apretó mas la sábana contra el cuerpo, y corrió hacia la puerta, abriéndola. Fuera, uno de los hombres de Anguila, dormitaba sentado en el suelo. Al escuchar abrirse la puerta, se levantó de un golpe
- ¿Dónde se cree que va, niña?- le preguntó con voz seca
Bea ya lloraba.- Llama a Anguila.. es Álvaro… Álvaro está mal… por favor… llámalo…
El hombre dudó por un instante y miró hacia el interior de la habitación. La volvió a mirar a ella y luego hacia el final del pasillo
- Ninguna tontería… eh? Quédate exactamente dónde estás o haré que te arrepientas…
Bea no tuvo tiempo de responder. Tampoco lo hubiera hecho. No se imaginaba estar en otro lugar que no fuese al lado de Álvaro… sabiendo que él se encontraba a salvo.
Pasaron unos minutos y apareció Anguila a la carrera. La miró durante un segundo, seguramente impactado por su falta de ropa, pero enseguida entró en la habitación de Álvaro. Bea lo siguió
- Jodeeer…- exclamó el Anguila al ver el estado de Álvaro- ¿Qué demonios ha pasado aquí?
Miró a Bea, que lloraba aún asustada, y la pregunta le pareció tan obvia, que se enfadó mas consigo mismo que con ella
- Joeeeer marquesita..¿cómo se os ocurre poneros cariñosos con el estado en el que se encuentra este merluzo??
- Yo…- Bea no sabia que contestar
- ¡Jimmy!- gritó el amigo de Álvaro- llama al médico cagando leches… ¡vuela!
- No hace falta..- dijo otro de los hombres que había subido desde el salón- acaba de llegar. Me ha dicho que quería saber como ha pasado la noche..
- Pues movidita…- dijo Anguila con una mueca- dile que suba… rápido!
El hombre se marchó y Anguila cogió a Bea de un brazo, alejándola de allí. La condujo hacia una habitación a la otra punta del pasillo
- Ahora te vas a quedar aquí bien calladita..¿vale marquesita?
- No me separes de él, Anguila.. necesito saber que está bien…
- Basta ya marquesita.. me vaa a meter en un lio con tus lloros y tus súplicas. Si Álvaro quiere verte, que te llame cuando se recupere. Hasta entonces… lo siento.. pero tiens que quearte aquí…
- ¡No!- gritó Bea al ver que él la empujaba dentro de la habitación y la cerraba con llave- ¡No, por favor, no me dejes aquí! ¡Quiero estar con él! ¡Por favor!
Comenzó a llorar, golpeando la puerta con los puños, hasta quedarse sin fuerzas. Resbaló hasta el suelo, sintiendo el tacto de la madera en las manos, y quedando de rodillas, mientras lloraba sin consuelo y pronunciaba una y otra vez el nombre de Álvaro.
Cris abrió lentamente la puerta del despacho y asomó la cabeza antes de entrar. Le vio sentado tras la mesa, cabizbajo y sumido en sus pensamientos. Entró con la misma lentitud con la que había abierto la puerta y se acercó a la mesa. Él ni siquiera levantó la cabeza
- Si me dieran un millón de euros por decir lo que estás pensando, creo que no podría aceptar el reto…
Jota levantó la cabeza y al verla, sonrió débilmente.
- Hola cielo
- Vamos… acabas de ganarle la guerra al gran Diego de la Vega, y parece que se haya derrumbado el mundo…- dijo ella rodeando la mesa y sentándose en ella, frente a él- ¿a que viene esa cara?
El ex mensajero la miró y retirándose un poco de la mesa, le cogió de una mano, para que Cris se sentara sobre sus rodillas
- Supongo que el sabor de la venganza no es tan dulce como creemos en un principio…
Cris entendió sin necesidad de que él dijera nada mas. sabía que no había sido fácil quitarle todo a Diego y Cayetana. Sobretodo a Cayetana
- Jota…
- Lo siento cielo.. yo…- dijo él dándose cuenta de que ella le había entendido demasiado bien
- No tienes que disculparte. Se que esto no es fácil… pero solo es el principio.. lo sabes..¿verdad?
- Lo se…- contestó él golpeando con el puño suavemente en la pierna de ella- y no se ni como saldrá…
- Lo primero que has de hacer es reubicar a la gente y buscar un director general. Tu no puedes llevar esto…. ¿qué pasaría con J&S?
- No voy a dejar mi empresa…- la apartó levemente y se levantó- todo esto pertenece a los Aguilar… ellos sabrán que tienen que hacer
- ¿No crees que ya es hora de que aparezca tu socia en esto y se haga cargo de la situación
Jota la miró en silencio. Quizás si que era hora de que apareciera… pero él no podía presionar a nadie… y menos a aquella persona
- No lo se, Cris…no lo se. Tengo que llamar a Francisco y a Merche. Ellos me dirán que hacer.
Cris se acercó a él y lo cogió de la cintura
- Estoy orgullosa de ti….
Él la miró con una sonrisa.- Gracias por decírmelo… aunque espero que todas estas palabras bonitas no sean para que te diga quien es mi socia…
- ¿Yo?- Cris puso cara de inocente
- Si tu..- Jota se echó a reir- anda.. vamos a tomar un café…
Cris se colgó de su brazo y los dos salieron del antiguo despacho de Diego y Álvaro
Gonzalo sonrió a Laura cuando ésta entró en la cocina, medio adormilada
- Buenos días…¿Por qué no me has despertado?- dijo ella
- Porque estabas muy bonita asi, dormida…- contestó él ampliando la sonrisa- y me daba pena despertarte
- Quería ir pronto al hospital…- ella miró a su alrededor- por favor..¿café? Sin un café, no soy persona
Gonzalo rió y se apresuró a servirle un café, mientras ella se sentaba en una mesa cercana
- ¿Cómo has dormido?- le preguntó alargándole una taza
- Bien…- Laura cogió la taza y bebió con avidez- gracias por todo…
- No me des las gracias… - él la miró, embelesado- para mi ha sido un auténtico placer tenerte aquí
Laura se ruborizó y bajó la vista hacia la taza. Gonzalo prefirió no darle importancia
- ¿Te llevo al hospital? Tengo que ir a Bulevar a hacer algunas cosas.. y ya se me ha hecho algo tarde…
- Claro…- contestó ella con rapidez. No quería perderlo de vista tan pronto
En ese momento sonó un móvil. Gonzalo se quedó pálido
- ¿Es tu móvil?- preguntó ella
- ¿Me perdonas un momento?- preguntó él a su vez
Laura lo miró extrañada, mientras él se escabullía fuera de la cocina
- ¿Qué pasa?- susurró al coger el teléfono
- Malas noticias tio…- la voz del Anguila sonó asustada- tienes que venir tio. El marquesito está mucho peor… de esta no sale, tio, de esta no sale…
A Gonzalo se le cayó el móvil de las manos
Se incorporó un poco para mirarlo. El estaba a su lado, con los ojos cerrados, y parecía dormido. Bea le miró con una sonrisa, pero en cuanto su mirada se posó en él, supo que las cosas no iban bien.
Álvaro estaba impregnado en sudor, un sudor frío que le hacía moverse inquieto… y su herida sangraba profusamente.. alarmándola, sintiendo, que ese corazón loco que sentía en el pecho, dejara de latir
- ¿Álvaro…?- fue a tocarlo, pero no se atrevió. Se incorporó aún mas en la cama, mientras tapaba con la sábana su desnudez, y escuchó el gemido ahogado de dolor de Álvaro. Se atrevió a tocarlo, con miedo al principio, con mas decisión después al comprobar la temperatura que desprendía el cuerpo de Álvaro. Al tocarlo, se asustó
- Dios…¿Álvaro? Por dios, estás ardiendo en fiebre…y tu herida… - se mordió los labios, aterrada, intentando mantener el control. Pero le era prácticamente imposible. Él no reaccionaba a su voz y el pánico la invadía. Se apretó mas la sábana contra el cuerpo, y corrió hacia la puerta, abriéndola. Fuera, uno de los hombres de Anguila, dormitaba sentado en el suelo. Al escuchar abrirse la puerta, se levantó de un golpe
- ¿Dónde se cree que va, niña?- le preguntó con voz seca
Bea ya lloraba.- Llama a Anguila.. es Álvaro… Álvaro está mal… por favor… llámalo…
El hombre dudó por un instante y miró hacia el interior de la habitación. La volvió a mirar a ella y luego hacia el final del pasillo
- Ninguna tontería… eh? Quédate exactamente dónde estás o haré que te arrepientas…
Bea no tuvo tiempo de responder. Tampoco lo hubiera hecho. No se imaginaba estar en otro lugar que no fuese al lado de Álvaro… sabiendo que él se encontraba a salvo.
Pasaron unos minutos y apareció Anguila a la carrera. La miró durante un segundo, seguramente impactado por su falta de ropa, pero enseguida entró en la habitación de Álvaro. Bea lo siguió
- Jodeeer…- exclamó el Anguila al ver el estado de Álvaro- ¿Qué demonios ha pasado aquí?
Miró a Bea, que lloraba aún asustada, y la pregunta le pareció tan obvia, que se enfadó mas consigo mismo que con ella
- Joeeeer marquesita..¿cómo se os ocurre poneros cariñosos con el estado en el que se encuentra este merluzo??
- Yo…- Bea no sabia que contestar
- ¡Jimmy!- gritó el amigo de Álvaro- llama al médico cagando leches… ¡vuela!
- No hace falta..- dijo otro de los hombres que había subido desde el salón- acaba de llegar. Me ha dicho que quería saber como ha pasado la noche..
- Pues movidita…- dijo Anguila con una mueca- dile que suba… rápido!
El hombre se marchó y Anguila cogió a Bea de un brazo, alejándola de allí. La condujo hacia una habitación a la otra punta del pasillo
- Ahora te vas a quedar aquí bien calladita..¿vale marquesita?
- No me separes de él, Anguila.. necesito saber que está bien…
- Basta ya marquesita.. me vaa a meter en un lio con tus lloros y tus súplicas. Si Álvaro quiere verte, que te llame cuando se recupere. Hasta entonces… lo siento.. pero tiens que quearte aquí…
- ¡No!- gritó Bea al ver que él la empujaba dentro de la habitación y la cerraba con llave- ¡No, por favor, no me dejes aquí! ¡Quiero estar con él! ¡Por favor!
Comenzó a llorar, golpeando la puerta con los puños, hasta quedarse sin fuerzas. Resbaló hasta el suelo, sintiendo el tacto de la madera en las manos, y quedando de rodillas, mientras lloraba sin consuelo y pronunciaba una y otra vez el nombre de Álvaro.
Cris abrió lentamente la puerta del despacho y asomó la cabeza antes de entrar. Le vio sentado tras la mesa, cabizbajo y sumido en sus pensamientos. Entró con la misma lentitud con la que había abierto la puerta y se acercó a la mesa. Él ni siquiera levantó la cabeza
- Si me dieran un millón de euros por decir lo que estás pensando, creo que no podría aceptar el reto…
Jota levantó la cabeza y al verla, sonrió débilmente.
- Hola cielo
- Vamos… acabas de ganarle la guerra al gran Diego de la Vega, y parece que se haya derrumbado el mundo…- dijo ella rodeando la mesa y sentándose en ella, frente a él- ¿a que viene esa cara?
El ex mensajero la miró y retirándose un poco de la mesa, le cogió de una mano, para que Cris se sentara sobre sus rodillas
- Supongo que el sabor de la venganza no es tan dulce como creemos en un principio…
Cris entendió sin necesidad de que él dijera nada mas. sabía que no había sido fácil quitarle todo a Diego y Cayetana. Sobretodo a Cayetana
- Jota…
- Lo siento cielo.. yo…- dijo él dándose cuenta de que ella le había entendido demasiado bien
- No tienes que disculparte. Se que esto no es fácil… pero solo es el principio.. lo sabes..¿verdad?
- Lo se…- contestó él golpeando con el puño suavemente en la pierna de ella- y no se ni como saldrá…
- Lo primero que has de hacer es reubicar a la gente y buscar un director general. Tu no puedes llevar esto…. ¿qué pasaría con J&S?
- No voy a dejar mi empresa…- la apartó levemente y se levantó- todo esto pertenece a los Aguilar… ellos sabrán que tienen que hacer
- ¿No crees que ya es hora de que aparezca tu socia en esto y se haga cargo de la situación
Jota la miró en silencio. Quizás si que era hora de que apareciera… pero él no podía presionar a nadie… y menos a aquella persona
- No lo se, Cris…no lo se. Tengo que llamar a Francisco y a Merche. Ellos me dirán que hacer.
Cris se acercó a él y lo cogió de la cintura
- Estoy orgullosa de ti….
Él la miró con una sonrisa.- Gracias por decírmelo… aunque espero que todas estas palabras bonitas no sean para que te diga quien es mi socia…
- ¿Yo?- Cris puso cara de inocente
- Si tu..- Jota se echó a reir- anda.. vamos a tomar un café…
Cris se colgó de su brazo y los dos salieron del antiguo despacho de Diego y Álvaro
Gonzalo sonrió a Laura cuando ésta entró en la cocina, medio adormilada
- Buenos días…¿Por qué no me has despertado?- dijo ella
- Porque estabas muy bonita asi, dormida…- contestó él ampliando la sonrisa- y me daba pena despertarte
- Quería ir pronto al hospital…- ella miró a su alrededor- por favor..¿café? Sin un café, no soy persona
Gonzalo rió y se apresuró a servirle un café, mientras ella se sentaba en una mesa cercana
- ¿Cómo has dormido?- le preguntó alargándole una taza
- Bien…- Laura cogió la taza y bebió con avidez- gracias por todo…
- No me des las gracias… - él la miró, embelesado- para mi ha sido un auténtico placer tenerte aquí
Laura se ruborizó y bajó la vista hacia la taza. Gonzalo prefirió no darle importancia
- ¿Te llevo al hospital? Tengo que ir a Bulevar a hacer algunas cosas.. y ya se me ha hecho algo tarde…
- Claro…- contestó ella con rapidez. No quería perderlo de vista tan pronto
En ese momento sonó un móvil. Gonzalo se quedó pálido
- ¿Es tu móvil?- preguntó ella
- ¿Me perdonas un momento?- preguntó él a su vez
Laura lo miró extrañada, mientras él se escabullía fuera de la cocina
- ¿Qué pasa?- susurró al coger el teléfono
- Malas noticias tio…- la voz del Anguila sonó asustada- tienes que venir tio. El marquesito está mucho peor… de esta no sale, tio, de esta no sale…
A Gonzalo se le cayó el móvil de las manos
1 comentario:
Weeee capi nuevooooo!!! Gracias, me hacía falta que escribiérais un poco para evadirme aunque fuera unos segundos.
Uys Alvariño pobrecillo que le ha sentao mal el revolcón y posita Bea que la han separado de él ahí, malamente.
Cris conoce demasiado bien a su chico como para leerle la mente en determinadas ocasiones. Espero que vaya bien y la socia de Jota les quite algo de trabajo saliendo a la luz de una vez (Titina? Demasiado fácil jajaja)
Y mi jermanita y su dulce despertar enrizado jajaja. Mírala que no ha estao más concentrada en una taza en toda su vida jajaja.
A ver ahora qué pasa con el misterioso móvil, la llamada y mi jermanita de por medio.
Besotes cosiiiiiii y mil gracias... de verdad que necesito algo de evasión en mi vida y esto ayuda.
Muacks!
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