Susana clavó las uñas en la madera de debajo de la mesa y lo miró intentando no demostrar ningún tipo de sentimiento
- ¿Qué haces aquí, Goñi?
- Vaya… que formal, koalita…- dijo él acercándose y haciendo que ella tuviera que hacer un esfuerzo sobrehumano para no retroceder- ¿con quien hablabas?¿con tu novio?
- Eso a ti no te importa lo más mínimo- contestó ella sin alzar el tono de voz
- Ah claro….- Nacho entró de lleno en el despacho y empezó a mirarlo todo con curiosidad- supongo que las cosas cambian..¿no koalita?
- Deja de llamarme así- siseó Susana entre dientes
- ¿Cómo? ¿Koalita?- él se inclinó hacia ella, desde el otro lado de la mesa y le sonrió- es que ya sabes que me encantó como te enganchaste a mi aquella maravillosa noche…
- Serás hijo de puta….- esta vez no pudo evitarlo y retrocedió- ¡ aquella noche me forzaste!
Nacho se incorporó, mientras chasqueaba la lengua.- No, no koalita, sabes que no me gusta esa expresión. Simplemente no nos pusimos de acuerdo…
- Déjame en paz o…..
- ¿O que?- le interrumpió él- ah si… que ahora eres jueza… y puedes hacer muchas cosas..¿no es así Susi?
Susana se mordió los labios de pura impotencia. Sabia que no podía contra él.. se lo había demostrado muchas veces. Cada vez que hacía algo en su contra, él se lo devolvía multiplicado por tres. Y estaba cansada de tener miedo… estaba cansada de no poder dejar de mirar por encima del hombro
- ¿Qué es lo que quieres?- preguntó ella con las lágrimas a punto de traicionarla
- Aja… ahora empezamos a hablar el mismo idioma…- Nacho sonrió- verás… se que llevas el caso del malnacido de Aguilar… y quiero que me des el dossier…
- Tú estás loco….- contestó ella mirándolo
- ¿Loco? No preciosa…mi detective lo necesita..¿te he dicho que he contratado a un detective para que lo encuentre? Pues si.. a él y a mi Bea…
- No puedes actuar por tu cuenta… La policia…
Nacho la alcanzó tan rápido, que Susana gritó de sorpresa y no pudo zafarse. El miedo le recorrió las venas como si de lava ardiendo se tratara
- Yo actúo dónde y cuando me da la gana… ¿lo entiendes?- le habló con dureza, apretándole el brazo hasta hacerla gemir de dolor- Ahora dame ese maldito dossier
- Suéltame…- dijo ella intentando controlarse
- ¿De verdad?- Nacho le apretó mas y la acercó a él hasta que su otra mano le recorrió la espalda con posesividad. Ella sintió un escalofrío de terror- ¿de verdad quieres que te suelte? Sigues siendo la chica mas sexy que he conocido en mi vida……
- Por supuesto que quiere que la sueltes, maldito hijo de perra…- dijo una voz desde la puerta y Susana soltó un sollozo de alivio al ver a su amiga allí . Pheebs miraba a Nacho con odio, y en su mano cargaba un arma de fuego. Susana no podía imaginar de dónde la había sacado, pero le daba igual.
- Hombre… la amiguita al rescate…- dijo cínicamente Nacho, pero soltando un tanto a la jueza
- Suéltala Goñi.. – repitió Pheebs- y ni pienses que no soy capaz de usarla. Mi hermana está en coma por tu culpa, me caes como una patada en el pulmón izquierdo, y ahora estás acosando a mi mejor amiga. Reza para que no te cosa a balas, maldito cabrón.. porque te juro que ganas no me faltan de coserte los huevos a tiros- dijo esto último quitándole el seguro a la pistola.
Nacho soltó a Susana de inmediato al oír el chasquido
- Si.. me voy..- miró a Susana mientras se dirigía a la puerta que Pheebs le dejaba libre, pero sin dejar de apuntarle- ya nos veremos…
- Ni se te ocurra volver a acercarte a ella…- Pheebs avanzó un paso hacia él- ¡Fuera de aquí! ¡Vamos!
El abogado la miró con odio y acabó por salir del despacho. Susana, al ver que se había ido, se derrumbó. Pheebs tiró el arma al suelo y corrió hacia ella
- Va, va, cosi.. ya está, ya pasó…- le dijo mientras la abrazaba con fuerza
- ¡Dios, Diana! ¡Esto no va a acabar nunca!- exclamó Susana entre sollozos- ¡ nunca!
- Por supuesto que si, Su… ese malnacido acabará pagando por todo lo que ha hecho…ya verás como si…
- ¿Cuándo? ¿Cuándo haya acabado de fastidiarme la vida?- preguntó su amiga mirándola- no puedo mas, Di.. no puedo…
- Shhh…- Pheebs la abrazó con mas fuerza- ¿Por qué no llamas a tu príncipe azul y os vais a tu casa a dejar que te mime?
- Porque no quiero que me vea asi…- contestó Susana con rapidez
- Es que no te va a ver así… te va a ver con una sonrisa increíble y con muchas ganas de estar con él- Susana la miró- anda, vamos.. llámalo y vete a casa…
- Pero es que tengo que…-señaló los dossieres aún sin firmar
- Ya los firmo yo…¿o te crees que no sé falsificar tu firma?
Susana supo que tenía que regañarla por lo que acababa de decir, pero no tenía fuerzas. Sonrió forzadamente y levantándose buscó su móvil, mas que dispuesta a llamar a Alejandro y refugiarse en su cálido abrazo.
- Oye….¿y la pistola?- preguntó antes de marcar
- ¿La pistola?- Pheebs la miró, y sonrió- es la pistola de fogueo de Ana. La dejó aquí la última vez que vinimos a torturar al becario…
Esta vez Susana no pudo evitar sonreir.
Alvaro sintió abrirse la puerta de la habitación y giró la cabeza levemente para ver quien era. Al ver a su amigo apagó el cigarro en el quicio de la ventana y se giró hacia él
- No deberías darte al vicio, marquesito… no se porque demonios has empezao ahora, si tu nunca has fumao…
- Siempre hay una primera vez…- Álvaro se alzó de hombros y tocándose el costado, que aún llevaba vendado, se dirigió a la cama y se sentó- ¿alguna novedad?
- La pasma sigue dando palos de ciego…amos, que como sigan así te van a buscar en mora mora
- Bora Bora…
- Como se llame joder… tú y tu manía de corregirme!
Alvaro sonrió. Pero la sonrisa no era sincera.. como ninguna que hubiera dibujado sus labios desde que había salido de la crisis
- ¿Qué vas a hacer con ella?- preguntó el Anguila de golpe
Su amigo lo miró- ¿Con quien?
- Podría fingir que me interesa que vas a hacer con el bomboncito ese que ha venido con el rizos, tio.. pero se que a ti te importa tanto como a mi…- Álvaro desvió la vista- me refiero a Bea
- Bea es una prisionera. No podemos deshacernos de ella. Sabes que irá a la policía
- Yo no se una soberana mierda…
- Anguila, no empieces..- le cortó Álvaro de mala manera
- Joder Álvaro.. eres la leche. Tienes a esa chica encerrada, muerta de pena, afirmando que no te acuerdas de habértela beneficiao, cuando en realidad te acuerdas de toito.. y no quieres reconocerlo….Si no quieres saber de ella..¿porque demonios no dejas que se vaya y todos tan contentos?
- Debes de haberte vuelto loco…
- ¿Loco? ¿Porque te digo a la cara que eres una rata?¿O porque no estoy de acuerdo en como haces las cosas?
- No te metas en esto…
- Ya estoy metio tio.. hasta las cejas. Toa la pasma sabe que te ayudé en la fuga y que estoy fugao contigo..¿o te recuerdo que la semana pasada no fui al juzgao por la condicional ni fui un solo día al curro?
Alvaro guardó silencio. Tenía razón. Su amigo lo había dado todo por él. No tenía derecho a recriminarle nada. Pero Bea no. Ese era un tema demasiado delicado.
- Sabes que no puedo dejarla ir…
- ¿Por qué? ¿Por tus sentimientos que ni tu sabes si son buenos o malos? ¿Por qué se chive? Sabes que no lo hará. Yo mismo la dejé ir y no quiso marcharse…
No. Maldita fuese ella que lo alteraba con su sola presencia... No quería dejarla marchar porque el solo hecho de saber que no la podría tener al otro lado del pasillo, lo mataba de dolor. Porque por mucho que él dijera que no recordaba nada, aún sentía cada beso, cada caricia, cada aliento de vida. Porque aquella noche en sus brazos se había sentido vivo por vez primera en muchos meses…y por fin su corazón había dejado de gritar de agonia. Pero la misma certeza, de que no podía confiar en ella, de que no podía perdonarla, casi acaba con él. Porque sentía pánico de entregarle todo de nuevo y perder ya mucho mas que su libertad. Si ella volvía a engañarle, incluso el trozo de alma que ella le había arrebatado, se rompería en mil pedazos. Porque una vez que la había sentido de nuevo entre sus brazos, no había tenido un momento de paz.. llorándola en silencio cada segundo que no sentía sus dedos rozar su piel. Porque lo que había sentido antes por ella, se podía llamar amor… ahora no había palabras para describirlo.
- No es tan fácil Anguila…- dijo avanzando de nuevo hacia la ventana
- Lo que te pasa es que estás acojonao… porque la quieres hasta las trancas y no sabes ya ni que hacer…
Alvaro miró a su amigo, mientras una lágrima solitaria de rabia y tristeza le recorría la mejilla
- Ojalá sólo la quisiera…ojalá el amor y el odio que siento por ella no me estuvieran destrozando por dentro- se golpeó el pecho- ¿Crees que me gusta sentir lo que siento? ¿ Crees que quiero amarla tanto que ya no sepa dónde está el límite? Ella me engañó.. jugó conmigo, consiguió que me condenaran a 15 años.. y ahora voy a ser un prófugo de por vida…¿crees que le debo algo? ¿Qué tengo que estarle agradecido por algo?
- ¿Y por eso te acuestas con ella y luego la engañas?¿Para devolverle algo de todo eso?
Álvaro lo miró con intensidad.
- No.. la hice mia porque estaba harto de vivir a medias.. de no sentir mas que vacio en mis manos. La amé porque si hubiera muerto en aquel momento, sólo hubiera rogado por estar en sus brazos….
Anguila se cruzó de brazos, mirando pesaroso a su amigo
- Ese odio te matará, Álvaro…porque está comprobao, que ni lo que sientes ahí dentro, es capaz de vencerlo, tio…
- Lo se… por supuesto que lo se…- dijo con la voz rota
- Pues déjala marchar e intenta aprender a vivir sin ella… Es lo mejor… Para todos.
Supo que tenía razón, pero no le contestó. Pero no podía dejarla marchar… simplemente no podía.
- No me atosigues Anguila..
- Tu mismo…- y salió de la habitación, dejándolo solo…solo y atormentado.
- ¿Qué haces aquí, Goñi?
- Vaya… que formal, koalita…- dijo él acercándose y haciendo que ella tuviera que hacer un esfuerzo sobrehumano para no retroceder- ¿con quien hablabas?¿con tu novio?
- Eso a ti no te importa lo más mínimo- contestó ella sin alzar el tono de voz
- Ah claro….- Nacho entró de lleno en el despacho y empezó a mirarlo todo con curiosidad- supongo que las cosas cambian..¿no koalita?
- Deja de llamarme así- siseó Susana entre dientes
- ¿Cómo? ¿Koalita?- él se inclinó hacia ella, desde el otro lado de la mesa y le sonrió- es que ya sabes que me encantó como te enganchaste a mi aquella maravillosa noche…
- Serás hijo de puta….- esta vez no pudo evitarlo y retrocedió- ¡ aquella noche me forzaste!
Nacho se incorporó, mientras chasqueaba la lengua.- No, no koalita, sabes que no me gusta esa expresión. Simplemente no nos pusimos de acuerdo…
- Déjame en paz o…..
- ¿O que?- le interrumpió él- ah si… que ahora eres jueza… y puedes hacer muchas cosas..¿no es así Susi?
Susana se mordió los labios de pura impotencia. Sabia que no podía contra él.. se lo había demostrado muchas veces. Cada vez que hacía algo en su contra, él se lo devolvía multiplicado por tres. Y estaba cansada de tener miedo… estaba cansada de no poder dejar de mirar por encima del hombro
- ¿Qué es lo que quieres?- preguntó ella con las lágrimas a punto de traicionarla
- Aja… ahora empezamos a hablar el mismo idioma…- Nacho sonrió- verás… se que llevas el caso del malnacido de Aguilar… y quiero que me des el dossier…
- Tú estás loco….- contestó ella mirándolo
- ¿Loco? No preciosa…mi detective lo necesita..¿te he dicho que he contratado a un detective para que lo encuentre? Pues si.. a él y a mi Bea…
- No puedes actuar por tu cuenta… La policia…
Nacho la alcanzó tan rápido, que Susana gritó de sorpresa y no pudo zafarse. El miedo le recorrió las venas como si de lava ardiendo se tratara
- Yo actúo dónde y cuando me da la gana… ¿lo entiendes?- le habló con dureza, apretándole el brazo hasta hacerla gemir de dolor- Ahora dame ese maldito dossier
- Suéltame…- dijo ella intentando controlarse
- ¿De verdad?- Nacho le apretó mas y la acercó a él hasta que su otra mano le recorrió la espalda con posesividad. Ella sintió un escalofrío de terror- ¿de verdad quieres que te suelte? Sigues siendo la chica mas sexy que he conocido en mi vida……
- Por supuesto que quiere que la sueltes, maldito hijo de perra…- dijo una voz desde la puerta y Susana soltó un sollozo de alivio al ver a su amiga allí . Pheebs miraba a Nacho con odio, y en su mano cargaba un arma de fuego. Susana no podía imaginar de dónde la había sacado, pero le daba igual.
- Hombre… la amiguita al rescate…- dijo cínicamente Nacho, pero soltando un tanto a la jueza
- Suéltala Goñi.. – repitió Pheebs- y ni pienses que no soy capaz de usarla. Mi hermana está en coma por tu culpa, me caes como una patada en el pulmón izquierdo, y ahora estás acosando a mi mejor amiga. Reza para que no te cosa a balas, maldito cabrón.. porque te juro que ganas no me faltan de coserte los huevos a tiros- dijo esto último quitándole el seguro a la pistola.
Nacho soltó a Susana de inmediato al oír el chasquido
- Si.. me voy..- miró a Susana mientras se dirigía a la puerta que Pheebs le dejaba libre, pero sin dejar de apuntarle- ya nos veremos…
- Ni se te ocurra volver a acercarte a ella…- Pheebs avanzó un paso hacia él- ¡Fuera de aquí! ¡Vamos!
El abogado la miró con odio y acabó por salir del despacho. Susana, al ver que se había ido, se derrumbó. Pheebs tiró el arma al suelo y corrió hacia ella
- Va, va, cosi.. ya está, ya pasó…- le dijo mientras la abrazaba con fuerza
- ¡Dios, Diana! ¡Esto no va a acabar nunca!- exclamó Susana entre sollozos- ¡ nunca!
- Por supuesto que si, Su… ese malnacido acabará pagando por todo lo que ha hecho…ya verás como si…
- ¿Cuándo? ¿Cuándo haya acabado de fastidiarme la vida?- preguntó su amiga mirándola- no puedo mas, Di.. no puedo…
- Shhh…- Pheebs la abrazó con mas fuerza- ¿Por qué no llamas a tu príncipe azul y os vais a tu casa a dejar que te mime?
- Porque no quiero que me vea asi…- contestó Susana con rapidez
- Es que no te va a ver así… te va a ver con una sonrisa increíble y con muchas ganas de estar con él- Susana la miró- anda, vamos.. llámalo y vete a casa…
- Pero es que tengo que…-señaló los dossieres aún sin firmar
- Ya los firmo yo…¿o te crees que no sé falsificar tu firma?
Susana supo que tenía que regañarla por lo que acababa de decir, pero no tenía fuerzas. Sonrió forzadamente y levantándose buscó su móvil, mas que dispuesta a llamar a Alejandro y refugiarse en su cálido abrazo.
- Oye….¿y la pistola?- preguntó antes de marcar
- ¿La pistola?- Pheebs la miró, y sonrió- es la pistola de fogueo de Ana. La dejó aquí la última vez que vinimos a torturar al becario…
Esta vez Susana no pudo evitar sonreir.
Alvaro sintió abrirse la puerta de la habitación y giró la cabeza levemente para ver quien era. Al ver a su amigo apagó el cigarro en el quicio de la ventana y se giró hacia él
- No deberías darte al vicio, marquesito… no se porque demonios has empezao ahora, si tu nunca has fumao…
- Siempre hay una primera vez…- Álvaro se alzó de hombros y tocándose el costado, que aún llevaba vendado, se dirigió a la cama y se sentó- ¿alguna novedad?
- La pasma sigue dando palos de ciego…amos, que como sigan así te van a buscar en mora mora
- Bora Bora…
- Como se llame joder… tú y tu manía de corregirme!
Alvaro sonrió. Pero la sonrisa no era sincera.. como ninguna que hubiera dibujado sus labios desde que había salido de la crisis
- ¿Qué vas a hacer con ella?- preguntó el Anguila de golpe
Su amigo lo miró- ¿Con quien?
- Podría fingir que me interesa que vas a hacer con el bomboncito ese que ha venido con el rizos, tio.. pero se que a ti te importa tanto como a mi…- Álvaro desvió la vista- me refiero a Bea
- Bea es una prisionera. No podemos deshacernos de ella. Sabes que irá a la policía
- Yo no se una soberana mierda…
- Anguila, no empieces..- le cortó Álvaro de mala manera
- Joder Álvaro.. eres la leche. Tienes a esa chica encerrada, muerta de pena, afirmando que no te acuerdas de habértela beneficiao, cuando en realidad te acuerdas de toito.. y no quieres reconocerlo….Si no quieres saber de ella..¿porque demonios no dejas que se vaya y todos tan contentos?
- Debes de haberte vuelto loco…
- ¿Loco? ¿Porque te digo a la cara que eres una rata?¿O porque no estoy de acuerdo en como haces las cosas?
- No te metas en esto…
- Ya estoy metio tio.. hasta las cejas. Toa la pasma sabe que te ayudé en la fuga y que estoy fugao contigo..¿o te recuerdo que la semana pasada no fui al juzgao por la condicional ni fui un solo día al curro?
Alvaro guardó silencio. Tenía razón. Su amigo lo había dado todo por él. No tenía derecho a recriminarle nada. Pero Bea no. Ese era un tema demasiado delicado.
- Sabes que no puedo dejarla ir…
- ¿Por qué? ¿Por tus sentimientos que ni tu sabes si son buenos o malos? ¿Por qué se chive? Sabes que no lo hará. Yo mismo la dejé ir y no quiso marcharse…
No. Maldita fuese ella que lo alteraba con su sola presencia... No quería dejarla marchar porque el solo hecho de saber que no la podría tener al otro lado del pasillo, lo mataba de dolor. Porque por mucho que él dijera que no recordaba nada, aún sentía cada beso, cada caricia, cada aliento de vida. Porque aquella noche en sus brazos se había sentido vivo por vez primera en muchos meses…y por fin su corazón había dejado de gritar de agonia. Pero la misma certeza, de que no podía confiar en ella, de que no podía perdonarla, casi acaba con él. Porque sentía pánico de entregarle todo de nuevo y perder ya mucho mas que su libertad. Si ella volvía a engañarle, incluso el trozo de alma que ella le había arrebatado, se rompería en mil pedazos. Porque una vez que la había sentido de nuevo entre sus brazos, no había tenido un momento de paz.. llorándola en silencio cada segundo que no sentía sus dedos rozar su piel. Porque lo que había sentido antes por ella, se podía llamar amor… ahora no había palabras para describirlo.
- No es tan fácil Anguila…- dijo avanzando de nuevo hacia la ventana
- Lo que te pasa es que estás acojonao… porque la quieres hasta las trancas y no sabes ya ni que hacer…
Alvaro miró a su amigo, mientras una lágrima solitaria de rabia y tristeza le recorría la mejilla
- Ojalá sólo la quisiera…ojalá el amor y el odio que siento por ella no me estuvieran destrozando por dentro- se golpeó el pecho- ¿Crees que me gusta sentir lo que siento? ¿ Crees que quiero amarla tanto que ya no sepa dónde está el límite? Ella me engañó.. jugó conmigo, consiguió que me condenaran a 15 años.. y ahora voy a ser un prófugo de por vida…¿crees que le debo algo? ¿Qué tengo que estarle agradecido por algo?
- ¿Y por eso te acuestas con ella y luego la engañas?¿Para devolverle algo de todo eso?
Álvaro lo miró con intensidad.
- No.. la hice mia porque estaba harto de vivir a medias.. de no sentir mas que vacio en mis manos. La amé porque si hubiera muerto en aquel momento, sólo hubiera rogado por estar en sus brazos….
Anguila se cruzó de brazos, mirando pesaroso a su amigo
- Ese odio te matará, Álvaro…porque está comprobao, que ni lo que sientes ahí dentro, es capaz de vencerlo, tio…
- Lo se… por supuesto que lo se…- dijo con la voz rota
- Pues déjala marchar e intenta aprender a vivir sin ella… Es lo mejor… Para todos.
Supo que tenía razón, pero no le contestó. Pero no podía dejarla marchar… simplemente no podía.
- No me atosigues Anguila..
- Tu mismo…- y salió de la habitación, dejándolo solo…solo y atormentado.
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