Bea sintió que el corazón se le rompía en mil pedazos ante el silencio del amigo de Álvaro
- Por favor….- murmuró entre sollozos desgarradores- no me apartes de él… le amo…¡dios! le amo tanto….
Su tono era tan sincero, que Anguila sintió que se comprimía algo en su interior. No sabía que había pasado entre ellos, porque aquella mujer había hundido a su amigo. Sólo sabia que su amigo lo había arriesgado todo por ir a donde ella se encontraba y que ella, la que había sido secuestrada, le estaba suplicando porque quería seguir estándolo. Que un maldito rayo lo alcanzara si entendía algo de lo que estaba pasando. Seguro que se arrepentiría de lo que estaba a punto de decidir, pero era incapaz de dejarla allí.
- Entra en el coche…- le dijo con voz seca- y como digas una sola palabra a la pasma, yo mismo te pego un tiro…¿entendiste marquesita?
Bea se apresuró a afirmar con la cabeza y corrió hacia la otra puerta para entrar en el coche. Cerró la puerta tras de si y apoyó la cabeza de Álvaro en su falda, mientras el coche se ponía en marcha a toda velocidad. Bea le acarició el cabello, húmedo por la fiebre, mientras el miedo por la vida de Álvaro aumentaba. No le importaban las amenazas del Anguila, no cuando antes preferiría estar muerta que volver a traicionar al hombre que mas amaba en el mundo, al hombre que era toda su vida
- Aprieta aquí bien fuerte..- le dijo el Anguila señalándole la camiseta- voy a mirar que ha pasao con la bala…- ella le obedeció, con la mirada llena de angustia
En cuanto Bea apretó la camiseta, el Anguila se puso de rodillas en el asiento y giró el cuerpo de Álvaro 180 grados para poder ver el alcance de la herida. Alvaro no se inmutó siquiera, y el pánico invadió el corazón y el alma de Bea. Oyó sisear al Anguila y reprimió un sollozo
- ¿Qué… que ocurre?- preguntó mordiéndose los labios para no llorar
- Esto pinta mu feo marquesita..- dijo Anguila volviéndolo a colocar en su posición inicial- la bala ha salido..tiene un peazo agujero que pa que…pero…yo no soy médico, amos, pero eso tiene muy mala pinta…
- ¿Cómo de mala pinta….?
- ¿No te he dicho que no soy médico?- preguntó de mala manera, como si ella fuera tonta
Bea guardó silencio, mientras apretaba mas la camiseta que ya estaba empapada en sangre. Quizás Anguila la considerara tonta, pero ella no necesitaba darle la vuelta a Álvaro, para saber que la herida pintaba realmente mal. Apretó la camiseta con una mano, y con la otra, le acarició la cara cubierta de sudor frío. Quería llorar, suplicarle, gritarle que no la abandonara. Pero no podía…no debía. Necesitaba ser fuerte.. por él, por transmitirle su fuerza, su amor, sus ganas de vivir, por él, por ellos.
- ¿Vamos a llegar pronto a algún sitio?- preguntó con la voz mas firme que pudo
- No lo se, marquesita.. no me agobies..- contestó Anguila en el mismo mal tono.
Bea no le contestó. En el fondo sabía que el compañero de Álvaro se arrepentía por haberla traído. Pero ella no quería darle problemas a ninguno.. y menos a Álvaro. Si él tenia que pasarse el resto de su vida huyendo… ella lo haría con él. Pensar que no vería nunca mas a nadie querido, le hizo pensar en Nacho. No se merecía que ella le hubiera abandonado de esa manera, pero no conocía otra manera, en aquellas circunstancias, de seguir su corazón. Y su vida estaba junto a la de Álvaro… aunque tuviera que pagar sus errores mas de lo que había pagado ya.
- ¿Por qué me llamas marquesita?- le preguntó Bea a Anguila tras una larga pausa
- Pos por el marquesito.. vamos, que sois como esos culebrones de la tele… nos odiamos, pero suplicáis estar juntos.. vamos…igualito que una mala novela de serie B..
Ella volvió a guardar silencio. Aunque le parecía un mote ridículo, le gustaba que la relacionaran con Álvaro. El conductor puso la radio y las noticias hablaron de Álvaro y su huida de Bulevar. También hablaron del secuestro de Beatriz, y ella desvió la vista. No, ya no estaba secuestrada. Estaba allí por pura iniciativa… y allí estaría mientras la dejaran estarlo.
Pasaron las horas de forma lenta y desesperante. Los médicos aún no habían dicho nada del estado de Ana y las dos hermanas comenzaban a perder la poca esperanza que tenían. Susana y Gonzalo seguía con ellas en el hospital, sin querer marcharse mientras no hubieran noticias. Cris también seguía en el hospital y esperaba a Jota, que se había enterado de lo de Alejandro y se dirigía hacia allí. Saymi había recibido una llamada de Driade, ya muy nerviosa y se había marchado hacia su casa para explicarle que había pasado. Alejandro ya se había despertado y tras comprobar que estaba bien, había preferido ir a averiguar que había pasado con Álvaro. Gonzalo también estaba deseando averiguar algo de su mejor amigo… pero no se atrevía a dejar a Laura a solas.. sobretodo después de saber que efectivamente había sido contratada para hundir a Álvaro. No quería juzgarla… no cuando se había dado cuenta de que prefería escuchar su versión…Sentía demasiadas cosas por ella. En ese momento, sonó su móvil y se encogió al ver que era el Anguila
- ¿Qué ha pasado? Dime como está… por dios- contestó nada mas descolgar
- Tio.. esto pinta muy mal…- contestó Anguila- acabamos de llegar al refugio.. pero Álvaro se está desangrando. No sabemos como detener la hemorragia Gonzalo..
- Dios mio..- Gonzalo sintió un sudor frío que le recorría la espalda. Tenía que pensar en algo… y tenia que pensar rápido. Pero no podían llevar ningún médico, no cuando toda la policía de la ciudad estaba buscando a Álvaro para meterle de nuevo en la cárcel.. esta vez con nuevos cargos que sumar a su ya larga condena. Pero era la única solución…la vida de su amigo estaba en juego. Y prefería verlo de nuevo en la cárcel, antes que perderlo definitivamente
- Hay que buscar un médico Anguila.. un médico que se deje comprar. Debe de haber uno en el pueblo cercano- dijo intentando que su voz sonara serena- prométele lo que haga falta para comprar su silencio…- su mente giraba a toda velocidad, intentando pensar con rapidez
- Eso ya está solucionado. En cuanto vi el percal, llamé a un matasanos que sabe mantener la boca cerradita… está de camino
La tensión aflojó un poco el nudo que Gonzalo tenía en la garganta y soltó el aire que tenía retenido sin ni siquiera darse cuenta.
- Cuento contigo Anguila.. – dijo en un susurro- la vida de Álvaro está en tus manos
- Joder tio.. no seas tan explicito que me cago en los pantalones..bastante tengo con estar aquí..¡joder!
- Mantenme informado…por favor..- dijo Gonzalo sin hacer caso de su puya. Colgó y miró hacia el hombre que se acercaba a la sala de espera.
Zarek entró en el hospital y miró a su alrededor. Había sabido que Alejandro García había recobrado la conciencia, y necesitaba hablar con él, a ver si podía echar alguna luz en el caso de Álvaro Aguilar. Miró al hombre moreno que lo miraba y desvió la vista hacia la sala de espera. Sabia quien era aquel hombre, pero esperaría un poco antes de abordarlo. Nada mas mirar hacia la sala de espera, vio a la jueza y a su ayudante. Aquel huracán que parecía haber perdido toda su fuerza. Estaba sentada en una silla, casi doblada sobre si misma y no levantaba la cabeza. Algo iba mal… pero no se podía imaginar el que. Antes de ni siquiera pensarlo, se encontró dirigiéndose hacia ella
- Buenas noches..- dijo al llegar a la altura de las dos amigas.
Susana lo miró. Una chica que no conocía, también lo miró desde otra silla, pero la ayudante no levantó la cabeza. Zarek la miró sin poder evitarlo
- ¿Ha ocurrido algo grave?- preguntó
- La hermana de Pheebs fue herida en el tiroteo…- contestó Susana en voz baja
- ¿En la fuga de Álvaro Aguilar?
La jueza afirmó con la cabeza y le miró. Él guardó silencio y miró a Pheebs que al escuchar a su amiga, había levantado la vista. Al verlo, sonrió débilmente y él le devolvió la sonrisa
- ¿A que debemos su visita, inspector?- le preguntó Susana
- Quería hablar con el señor García. Supe que despertó…
Susana afirmó con la cabeza con un peso en el corazón. Ella misma había deseado ir a verlo al menos treinta veces desde que había despertado. Pero no se había atrevido… ella no pintaba nada allí.
- Si.. despertó. Nosotras esperamos por noticias de Ana…
- Estaré por aquí…- dijo el inspector alejándose y mirando a Pheebs
La ayudante lo miró y se perdió en los ojos azules de Zarek. Aquel hombre hacía que su corazón latiera un poco mas rápido. Y le gustaba que estuviera allí… le gustaba mucho.
El médico llegó a la carrera al refugio y ni siquiera miró al Anguila mientras subia los escalones de dos en dos, hasta la habitación donde estaba Álvaro. En la habitación estaba Bea, intentando, entre lágrimas, bajarle la fiebre a Álvaro con compresas frías.
- Señorita, necesito que salga..- le dijo el médico mirándola-
Bea quiso negarse, pero supo que no era buena idea. Salió lentamente de la habitación, cogiéndose las manos para evitar que le temblaran. En la puerta estaba el Anguila, con expresión fúnebre
- Saldrá marquesita… saldrá. Tiene muchos motivos para vivir…- le dijo mirándola
Bea no le contestó. Ella no estaba tan segura de que Álvaro tuviera motivos para vivir.
- Por favor….- murmuró entre sollozos desgarradores- no me apartes de él… le amo…¡dios! le amo tanto….
Su tono era tan sincero, que Anguila sintió que se comprimía algo en su interior. No sabía que había pasado entre ellos, porque aquella mujer había hundido a su amigo. Sólo sabia que su amigo lo había arriesgado todo por ir a donde ella se encontraba y que ella, la que había sido secuestrada, le estaba suplicando porque quería seguir estándolo. Que un maldito rayo lo alcanzara si entendía algo de lo que estaba pasando. Seguro que se arrepentiría de lo que estaba a punto de decidir, pero era incapaz de dejarla allí.
- Entra en el coche…- le dijo con voz seca- y como digas una sola palabra a la pasma, yo mismo te pego un tiro…¿entendiste marquesita?
Bea se apresuró a afirmar con la cabeza y corrió hacia la otra puerta para entrar en el coche. Cerró la puerta tras de si y apoyó la cabeza de Álvaro en su falda, mientras el coche se ponía en marcha a toda velocidad. Bea le acarició el cabello, húmedo por la fiebre, mientras el miedo por la vida de Álvaro aumentaba. No le importaban las amenazas del Anguila, no cuando antes preferiría estar muerta que volver a traicionar al hombre que mas amaba en el mundo, al hombre que era toda su vida
- Aprieta aquí bien fuerte..- le dijo el Anguila señalándole la camiseta- voy a mirar que ha pasao con la bala…- ella le obedeció, con la mirada llena de angustia
En cuanto Bea apretó la camiseta, el Anguila se puso de rodillas en el asiento y giró el cuerpo de Álvaro 180 grados para poder ver el alcance de la herida. Alvaro no se inmutó siquiera, y el pánico invadió el corazón y el alma de Bea. Oyó sisear al Anguila y reprimió un sollozo
- ¿Qué… que ocurre?- preguntó mordiéndose los labios para no llorar
- Esto pinta mu feo marquesita..- dijo Anguila volviéndolo a colocar en su posición inicial- la bala ha salido..tiene un peazo agujero que pa que…pero…yo no soy médico, amos, pero eso tiene muy mala pinta…
- ¿Cómo de mala pinta….?
- ¿No te he dicho que no soy médico?- preguntó de mala manera, como si ella fuera tonta
Bea guardó silencio, mientras apretaba mas la camiseta que ya estaba empapada en sangre. Quizás Anguila la considerara tonta, pero ella no necesitaba darle la vuelta a Álvaro, para saber que la herida pintaba realmente mal. Apretó la camiseta con una mano, y con la otra, le acarició la cara cubierta de sudor frío. Quería llorar, suplicarle, gritarle que no la abandonara. Pero no podía…no debía. Necesitaba ser fuerte.. por él, por transmitirle su fuerza, su amor, sus ganas de vivir, por él, por ellos.
- ¿Vamos a llegar pronto a algún sitio?- preguntó con la voz mas firme que pudo
- No lo se, marquesita.. no me agobies..- contestó Anguila en el mismo mal tono.
Bea no le contestó. En el fondo sabía que el compañero de Álvaro se arrepentía por haberla traído. Pero ella no quería darle problemas a ninguno.. y menos a Álvaro. Si él tenia que pasarse el resto de su vida huyendo… ella lo haría con él. Pensar que no vería nunca mas a nadie querido, le hizo pensar en Nacho. No se merecía que ella le hubiera abandonado de esa manera, pero no conocía otra manera, en aquellas circunstancias, de seguir su corazón. Y su vida estaba junto a la de Álvaro… aunque tuviera que pagar sus errores mas de lo que había pagado ya.
- ¿Por qué me llamas marquesita?- le preguntó Bea a Anguila tras una larga pausa
- Pos por el marquesito.. vamos, que sois como esos culebrones de la tele… nos odiamos, pero suplicáis estar juntos.. vamos…igualito que una mala novela de serie B..
Ella volvió a guardar silencio. Aunque le parecía un mote ridículo, le gustaba que la relacionaran con Álvaro. El conductor puso la radio y las noticias hablaron de Álvaro y su huida de Bulevar. También hablaron del secuestro de Beatriz, y ella desvió la vista. No, ya no estaba secuestrada. Estaba allí por pura iniciativa… y allí estaría mientras la dejaran estarlo.
Pasaron las horas de forma lenta y desesperante. Los médicos aún no habían dicho nada del estado de Ana y las dos hermanas comenzaban a perder la poca esperanza que tenían. Susana y Gonzalo seguía con ellas en el hospital, sin querer marcharse mientras no hubieran noticias. Cris también seguía en el hospital y esperaba a Jota, que se había enterado de lo de Alejandro y se dirigía hacia allí. Saymi había recibido una llamada de Driade, ya muy nerviosa y se había marchado hacia su casa para explicarle que había pasado. Alejandro ya se había despertado y tras comprobar que estaba bien, había preferido ir a averiguar que había pasado con Álvaro. Gonzalo también estaba deseando averiguar algo de su mejor amigo… pero no se atrevía a dejar a Laura a solas.. sobretodo después de saber que efectivamente había sido contratada para hundir a Álvaro. No quería juzgarla… no cuando se había dado cuenta de que prefería escuchar su versión…Sentía demasiadas cosas por ella. En ese momento, sonó su móvil y se encogió al ver que era el Anguila
- ¿Qué ha pasado? Dime como está… por dios- contestó nada mas descolgar
- Tio.. esto pinta muy mal…- contestó Anguila- acabamos de llegar al refugio.. pero Álvaro se está desangrando. No sabemos como detener la hemorragia Gonzalo..
- Dios mio..- Gonzalo sintió un sudor frío que le recorría la espalda. Tenía que pensar en algo… y tenia que pensar rápido. Pero no podían llevar ningún médico, no cuando toda la policía de la ciudad estaba buscando a Álvaro para meterle de nuevo en la cárcel.. esta vez con nuevos cargos que sumar a su ya larga condena. Pero era la única solución…la vida de su amigo estaba en juego. Y prefería verlo de nuevo en la cárcel, antes que perderlo definitivamente
- Hay que buscar un médico Anguila.. un médico que se deje comprar. Debe de haber uno en el pueblo cercano- dijo intentando que su voz sonara serena- prométele lo que haga falta para comprar su silencio…- su mente giraba a toda velocidad, intentando pensar con rapidez
- Eso ya está solucionado. En cuanto vi el percal, llamé a un matasanos que sabe mantener la boca cerradita… está de camino
La tensión aflojó un poco el nudo que Gonzalo tenía en la garganta y soltó el aire que tenía retenido sin ni siquiera darse cuenta.
- Cuento contigo Anguila.. – dijo en un susurro- la vida de Álvaro está en tus manos
- Joder tio.. no seas tan explicito que me cago en los pantalones..bastante tengo con estar aquí..¡joder!
- Mantenme informado…por favor..- dijo Gonzalo sin hacer caso de su puya. Colgó y miró hacia el hombre que se acercaba a la sala de espera.
Zarek entró en el hospital y miró a su alrededor. Había sabido que Alejandro García había recobrado la conciencia, y necesitaba hablar con él, a ver si podía echar alguna luz en el caso de Álvaro Aguilar. Miró al hombre moreno que lo miraba y desvió la vista hacia la sala de espera. Sabia quien era aquel hombre, pero esperaría un poco antes de abordarlo. Nada mas mirar hacia la sala de espera, vio a la jueza y a su ayudante. Aquel huracán que parecía haber perdido toda su fuerza. Estaba sentada en una silla, casi doblada sobre si misma y no levantaba la cabeza. Algo iba mal… pero no se podía imaginar el que. Antes de ni siquiera pensarlo, se encontró dirigiéndose hacia ella
- Buenas noches..- dijo al llegar a la altura de las dos amigas.
Susana lo miró. Una chica que no conocía, también lo miró desde otra silla, pero la ayudante no levantó la cabeza. Zarek la miró sin poder evitarlo
- ¿Ha ocurrido algo grave?- preguntó
- La hermana de Pheebs fue herida en el tiroteo…- contestó Susana en voz baja
- ¿En la fuga de Álvaro Aguilar?
La jueza afirmó con la cabeza y le miró. Él guardó silencio y miró a Pheebs que al escuchar a su amiga, había levantado la vista. Al verlo, sonrió débilmente y él le devolvió la sonrisa
- ¿A que debemos su visita, inspector?- le preguntó Susana
- Quería hablar con el señor García. Supe que despertó…
Susana afirmó con la cabeza con un peso en el corazón. Ella misma había deseado ir a verlo al menos treinta veces desde que había despertado. Pero no se había atrevido… ella no pintaba nada allí.
- Si.. despertó. Nosotras esperamos por noticias de Ana…
- Estaré por aquí…- dijo el inspector alejándose y mirando a Pheebs
La ayudante lo miró y se perdió en los ojos azules de Zarek. Aquel hombre hacía que su corazón latiera un poco mas rápido. Y le gustaba que estuviera allí… le gustaba mucho.
El médico llegó a la carrera al refugio y ni siquiera miró al Anguila mientras subia los escalones de dos en dos, hasta la habitación donde estaba Álvaro. En la habitación estaba Bea, intentando, entre lágrimas, bajarle la fiebre a Álvaro con compresas frías.
- Señorita, necesito que salga..- le dijo el médico mirándola-
Bea quiso negarse, pero supo que no era buena idea. Salió lentamente de la habitación, cogiéndose las manos para evitar que le temblaran. En la puerta estaba el Anguila, con expresión fúnebre
- Saldrá marquesita… saldrá. Tiene muchos motivos para vivir…- le dijo mirándola
Bea no le contestó. Ella no estaba tan segura de que Álvaro tuviera motivos para vivir.
1 comentario:
Ainssssss Alvariño ta malito posito y mi Anguiluchi que se me va a cagar en los pantalones con la presión, mira que él no quería pero nada, ahí en medio. Vamos que es de los que no busca problemas... los problemas le encuentran a él.
¿Cómo no me voy a perder en los ojos de ese hombretón? Ainssss ojalá mi inspector me registre... digooooo que mi hermana se ponga bien... así me voy con el inspector jajajaja.
Besotes cosi y asiaaaas!!
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