sábado, 5 de julio de 2008

Capitulo 50

Nacho entró en Bulevar abriéndose paso a codazos y subió por las escaleras hasta la redacción sin esperar el ascensor. Nada mas llegar, se encontró con Diego que aún fisgaba por las ventanas, al lado de Marie
- ¿Qué ha pasado?- le preguntó Diego dirigiéndose hacia el. Nacho, en un arrebato de rabia, tiró todo lo que había en una mesa cercana al suelo
- ¡¡¡El muy cabrón se ha escapado de la policia y se ha llevado a Bea con él!! ¡¡Maldito malnacido!!
Diego lo miró con una sonrisa de medio lado. Sabia que la fuga de Álvaro no le beneficiaba en nada, pero al mismo tiempo no podía evitar sentirse orgulloso de su hermano pequeño…
- ¿Y como ha conseguido salir?- preguntó
- Creo que está herido..- dijo Nacho mesándose el pelo con furia- espero que se muera.. que se muera y me deje en paz
- Pobre Bea..- susurró Marie. Diego la miró y le cogió de la mano. Sabía que ella no tenía nada en contra de Beatriz, y quería que siguiera así…que ella no estuviera en medio del fuego cruzado.
- ¿Qué te ha dicho la policia?- le preguntó Diego a Nacho de nuevo
- Nada.. se han ido detrás del coche..- se giró de espaldas a él y se dirigió a su despacho- que nadie me moleste
Diego vio como se marchaba y miró a Marie que también seguía a Nacho con la mirada
- En el fondo se lo merece..- dijo Marie
- Shhh..mi vida… no llames al mal tiempo. Ahora estará demasiado ocupado buscando a su horrible novia y no se preocupará por mí. Gracias a Alvarito, podemos tener un momento de tranquilidad
Marie se mordió el labio inferior.- Diego.. recuerda que mañana viene Jota con sus abogados para tomar posesión de le empresa…
Diego apretó los dientes.- No me iré sin luchar… por eso necesito a Nacho fuera de combate…- apretó la mano de ella con fuerza sin darse cuenta, y ella se soltó con un gemido de dolor. El la miró de inmediato
- ¡Perdona! Yo..
- No pasa nada..- le tranquilizó ella con una sonrisa- estás muy tenso. Y lo entiendo…¿Por qué no nos vamos a casa por hoy? Creo que han sido demasiadas emociones fuertes para un solo día…
- Si.. tienes razón…- la abrazó de forma posesiva, sin importarle quien pudiera verles, y la besó- vámonos a casa..
Marie sonrió y le devolvió el beso. Se sentía inquieta porque algo le decía que Dríade sabía mas de la fuga de lo que hubiera estado dispuesta a admitir. Conocía el amor incondicional que su hermana sentía por Álvaro. Sólo esperaba, que si estaba metida, supiera mantenerse al margen en el momento oportuno.
El coche perdió el control en la segunda curva, mientras el coche que lo seguía, retenía a la policía y aparecía un coche más que venía en dirección contraria. Bea intentó coger el volante, mientras Álvaro se desvanecía por momentos y también soltaba los pedales. Ella lloraba desesperada. Tenía miedo, miedo por ella y miedo por él. Los disparos no cesaban, y si ella no se hacía con el control del coche, se estrellarían en cuestión de segundos. Sin pensárselo demasiado se tiró encima de Álvaro en horizontal, e intentando no poner todo el peso de su cuerpo sobre él, le colocó un pie sobre el embrague. Notó que la miraba y alzó la vista
- Por favor Álvaro… nos vamos a estrellar.. tienes que resistir…- dijo ella entre lágrimas
- Bea…- le dolía demasiado la herida como para permanecer despierto. Notaba el dolor de ella, notaba su desesperación, y en su incapacidad para reaccionar, lo único que quería era consolarla
- Apreta el embrague para que yo pueda reducir la marcha…- suplicó ella- ¿podrás?
Álvaro se mojó los labios y asintió con la cabeza. Hizo un esfuerzo y pisó el embrague lo suficiente para que Bea pudiera reducir a segunda. El motor del coche protestó con fuerza, pero ella no le prestó atención. Se incorporó, mirando hacia atrás, mientras el coche que iba en dirección contraria iba directamente hacia ellos
- ¡¡FRENA!!!- le gritó una voz desde el coche contrario- ¡METE EL FRENO DE MANO Y PARA EL COCHE!!
Beatriz no se hizo de rogar. Tiró del freno de mano y el coche dio dos sacudidas y se puso a girar sobre si mismo. Bea gritó asustada y cogió el volante con las dos manos, mientras Álvaro se hundía mas en el asiento y cerraba los ojos con una mueca de dolor.
- Álvaro, por favor.. reacciona.. necesito que me ayudes.. que pises el embrague y el freno… ¡¡Álvaro, por favor!!
Alvaro abrió los ojos durante un instante. Su rostro estaba pálido y un sudor frío recubría su frente. La miró, haciendo una mueca de dolor, e intentó sentarse bien y coger el volante con ella. Bea ahogó un sollozo al verle las manos llenas de sangre
- ¿Qué.. que quieres que haga…?- susurró él con voz débil
Bea sorbió sus propias lágrimas e intentó sonreir para darle fuerzas. Sabia el esfuerzo sobrehumano que estaba haciendo Álvaro por mantenerse consciente y lo amaba cada segundo mas por eso. Le daba miedo estrellarse… pero lo que mas miedo le daba, era que él cerrara los ojos y no volviera a abrirlos nunca mas. Si Álvaro faltaba, ella se moriría con él..El era toda su vida.. tenia que salvarlo como diera lugar… aunque fuera lo único que hiciera en su ya miserable vida.
- Pisa el freno y el embrague Álvaro.. pisalos con todas tus fuerzas..
Álvaro pisó el freno y el embrague a fondo, mientras un grito de dolor pugnaba por salir de su garganta. Bea jugó con el freno de mano, recordando lo que una vez aprendió en la escuela de conducir a la que dejó de ir por miedo, y giró el volante al lado contrario del lado hacia el que el coche giraba. El coche dio un bandazo mas y se paró con un golpe seco que hizo que los dos salieran despedidos hacia delante, golpeándose con la luna delantera. Álvaro gimió de dolor y cayó de nuevo sobre el asiento, perdiendo el conocimiento. Bea gritó asustada y se llevó una mano a la frente, sintiendo su propia sangre correrle por la cara. Pero no se paró a mirar sus propias heridas y se giró con rapidez hacia Álvaro que yacía en el asiento con expresión cadavérica. Ella lo cogió en brazos, separándolo del airbag que había saltado a destiempo y abrazándolo con fuerza. Le acarició el pelo, de forma frenética, sintiendo que perdía los nervios y la cordura.
- Alvaro.. mi amor, mi vida.. por favor.. no me hagas esto..¿no ves que te quiero?¿que me muero sin ti? No te vengues asi de mi.. no, por favor..- lloraba desesperada, sin sentir que los disparos arreciaban a su alrededor, y que las sirenas de la policia parecían volverse mas tenues..- hazme lo que quieras… ódiame el resto de tu vida, no me ames si no puedes… si ya no confias en mi.. pero sigue en este mundo… comparte el aire conmigo, déjame vivir.. déjame tener una vana esperanza… aunque ya sea perdida…déjame amarte aunque sea en la distancia…- le cogió la camisa, llenándose las manos de sangre y gritó de dolor al ver que él no reaccionaba- ¡¡Álvaro, no me dejes!! ¡¡Dios!!!¡¡¡ Álvaro, no me dejes, tienes que vivir!!!¡ Si alguno de los dos debe morir aquí soy yo. Yo soy la única culpable de todo esto y la que debe pagar!!- fue perdiendo la voz, a medida que sus fuerzas, su esperanza menguaba- Mi amor, no me hagas esto…¡¡Por favor!!!!

En ese momento se abrió la puerta del conductor del coche y Bea reconoció al Anguila a través de las lágrimas. El coche que venia en contra dirección estaba justo al lado de ellos con las puertas abiertas
- Bea, dejale. Lo tengo que llevar al otro coche- dijo el compañero de Álvaro con voz suave
Ella estaba lenta de reflejos y lo soltó con la misma lentitud. El Anguila se apresuró a sacar a Alvaro del coche con la ayuda de otro hombre y entre los dos, lo metieron en el otro, dejándolo tendido en el asiento de atrás. El hombre que les acompañaba se metió en el asiento del copiloto y el Anguila junto a Álvaro, mientras se sacaba la camiseta limpia que llevaba y taponaba la herida de su amigo y compañero. Bea casi cayó al suelo, en su prisa por salir del coche. El otro coche ya estaba arrancando
- ¡No me dejéis aquí!- gritó ella desesperada
Anguila abrió la puerta de nuevo, casi a punto de cerrarla
- Tu viaje acaba aquí, Bea. No puedes seguir..
- Por favor..- dijo ella entre lágrimas, mostrándole las manos vacías, manchadas con la sangre de Álvaro- no me apartes de él…por favor..- suplicó- déjame estar a su lado..
- No puedo…- miró hacia atrás, dónde el otro coche se acercaba tras burlar al último coche patrulla- esto es serio Bea. Ya traicionaste una vez al marquesito.. no me fio de ti
Ella lloraba desesperada, con lágrimas que resquebrajaban su ya agónica alma
- Tápame los ojos.. no hablaré.. te lo juro Anguila… por favor.. no me dejes aquí… no…- no podía hablar, el dolor no la dejaba
- Tio, este se está desangrando.. nos tenemos que dar el piro..- dijo el que estaba al volante
- Por favor…- dijo ella acercándose al coche, casi sin fuerzas
Anguila la miró sin saber que hacer por vez primera en su vida

1 comentario:

Pheebs dijo...

Tú verás que se nos desangra el niño porque una está toa desesperá y el otro no se decide. Ains mi niño, posito, que ahí perdiendo el conocimiento y en lo único que piensa es en consolar a Bea, si es que es pa comérselo. Casi se la pegan, pero menos mal que Beíta es la única persona de toda España... mínimo, que sacuerda de algo de la autoescuela jajaja.
A ver ahora qué leches piensa hacer el Anguila, aunque veo muy normal que no se fíe de ella aunque se esté rasgando las vestiduras delante de él para que no la separen de Alvariño.

Que me ha encantao cosi, sigue que está esto a tope con la intriga!!

Ah, se me olvidaba... al pelos que le peten jajajaja