lunes, 21 de julio de 2008

Capítulo 53

Gonzalo quiso seguir preguntándole, movido por la curiosidad, pero en ese momento apareció el médico de Ana, y Laura corrió hacia él. A su lado ya estaban Pheebs, Cris y Susana.
- ¿Cómo está, doctor?- preguntó Pheebs muy nerviosa
- Siento darles malas noticias…- comenzó el médico con voz grave- pero su hermana ha entrado en coma..
- ¿¿Qué??- fue el grito de impotencia de Pheebs que había comenzado a llorar. Laura se giró hacia Gonzalo que la abrazó con fuerza, mientras también lloraba
- ¿Y es irrevocable?- preguntó Susana sintiendo un nudo en la garganta
- No.. esperemos que no. De momento está estable. Esperemos que su organismo reaccione y despierte en poco tiempo. No son buenas noticias… pero tampoco malas. Deben tener fe
- Gracias… - susurró Susana mientras miraba a Cris, que abrazaba a Pheebs- mantenganos informados, por favor…
- Claro..- el médico se despidió y se alejó por el pasillo. Laura seguía llorando en brazos de Gonzalo, pero Pheebs ya se había recobrado y se limpiaba las lágrimas con rabia
- ¡¡Esta hermana mia es tonta!!- exclamó con rabia
- ¡Diana, por favor!- le reprendió Sue
- No me llames Diana que sabes que no me gusta
- ¿Qué no te gusta…..?- Susana la miró asombrada. Su amiga siempre había estado muy orgullosa de llamarse como la diosa romana
- Me voy a casa
- Pheebs…- empezó Cris
- ¡Y dale con el tono maternal!¡Que me voy a casa!- miró a Gonzalo- ¿te quedas tu con mi hermana, campeón? No tengo ganas de dramas
Susana se mordió los labios ante el tono de su amiga, mientras Gonzalo afirmaba con la cabeza. Era su coraza de defensa… la que no dejaba que el dolor entrara. Pheebs se dirigió a la salida, casi chocándose con Jota, que entraba a la carrera
- ¿Qué ha pasado?- le preguntó a Cris y a Susana cuando llegó a su altura- ni me ha saludado…
- Ana está en coma…- le dijo Cris tras darle un beso
Jota asintió con tristeza y miró a su alrededor, hasta descubrir a Gonzalo que lo miraba. Lo saludó con una inclinación de cabeza
- ¿Cómo está Alejandro?- preguntó
- Él bien… hace un tiempo despertó
- Me alegra oírlo… tengo noticias de Álvaro..
- ¿Qué ha pasado?- preguntó Cris
- Consiguió huir…nadie sabe dónde se esconde…Consiguió burlar a la policia…
- Me pregunto en que deparará todo esto…- murmuró Susana
- No lo se… sólo espero que no lo cojan… que huya muy lejos. Alvaro no debe estar condenado a 15 años…y yo seguiré haciendo lo imposible por ayudarle…
Todo el mundo guardó silencio ante las palabras de Jota. En el fondo, aunque no le conocieran mucho, las dos amigas pensaban igual.
- Me llevo a Laura a casa..- dijo Gonzalo de golpe, rompiendo el silencio- creo que es lo mejor
- Si..- dijo Susana mirando a su antigua compañera, que lloraba desesperada- estamos en contacto…
Gonzalo se alejó hacia la salida. Jota miró a Cris
- ¿Nos vamos a casa?
Cris miró a Susana.- ¿Tú que vas a hacer?
- Me voy a quedar.. quiero ver a Alejandro…- confesó
- Esta bien..- Cris no hizo preguntas. La conocía demasiado bien- te llamo mañana
Las dos amigas se dieron un beso en la mejilla y Cris se cogió a Jota que la condujo hacia el exterior del hospital. Susana retrocedió y se sentó en una silla de la sala de espera, desde dónde, minutos mas tarde, vio salir al inspector de policia y dirigirse a la salida. Él no la vio y ella no hizo nada por revelar su presencia. Quería estar sola y tranquila… y en eso ese policia, no la iba a ayudar en absoluto.
El médico abrió la puerta del dormitorio donde había asistido a Álvaro y se dirigió a un lavabo cercano, para quitarse los guantes llenos de sangre y lavarse las manos. Beatriz, al ver la sangre, sintió que se mareaba, pero se obligó a mantenerse en pie.El médico tardó unos segundos en salir y al hacerlo, les miró con expresión grave
- ¿Cómo está?- preguntó el Anguila
- Interiormente tenía una hemorragia debido al impacto de bala, pero por fortuna no le ha perforado ningún órgano vital. Debería ir a un hospital, pero creo que no podéis hacerlo…
- No..- Anguila negó con la cabeza- pero…¿se pondrá bien o que, tio?
- Eso espero. Le he detenido la hemorragia y seguramente saldrá de esta. Pero os aviso que va a tener mucha fiebre y lo va a pasar muy mal estos días.
- ¿Está.. está despierto..?- preguntó Bea casi sin atreverse
- No, ahora está sedado. Pero no creo que tarde en hacerlo. Cuando lo haga, dadle algo de beber y por dios, que no se mueva demasiado
- Lo que usté diga, doctor…- Anguila le puso una mano en la espalda y lo invitó a caminar hacia la escalera que conducía al piso inferior. Allí se despidió del él y dejó que uno de sus colegas, le acompañara a la puerta. Se acercó a Bea- que marrón…
- ¿Me puedo quedar con él?- pidió ella
Anguila la miró.- No se marquesita.. como despierte y…
- Por favor.. si me echa, me iré. Pero te prometo no dar problemas.. tampoco voy a escapar..
El amigo de Álvaro la miró ladeando la cabeza.- Sabes que no te va a perdonar..¿verdad? Son 15 años tia.. y ahora ha perdido definitivamente su libertad…- ella no contestó y Anguila suspiró- si, entra. Tengo que hacer un par de llamadas y no quiero que esté solo. Pero si despierta, me llamas,eh?
Bea sonrió tristemente y tras afirmar con la cabeza, entró en la habitación, cerrando la puerta tras ella. Álvaro dormía cubierto de sudor y ella volvió a salir, hacia el lavabo, para coger un recipiente de agua fría y una toalla. Volvió a entrar en la habitación, bajo la mirada de uno de los hombres que Anguila había dejado apostado en el pasillo, y dejó el recipiente con el agua al lado de la cama, sentándose en la cabecera, muy cerca de él. Lo miró durante un instante, perdida en sus rasgos, en las duras líneas de su cara, en sus labios, en su nariz aguileña, en su belleza casi dolorosa, y alzó una mano deseando tocarlo.. deseando sentir el tacto de su piel bajo las yemas de los dedos. Pero no se atrevió. No se atrevió a hacer nada que pudiera despertarlo y cambiara aquel momento por miradas de odio, por palabras hirientes que la obligaran a marcharse de la habitación. Reprimió las lágrimas y cogiendo la toalla, la mojó en el agua fría y tras escurrirla, se la colocó en la frente, haciendo que Álvaro se moviese inquieto y ella se apartara, temerosa. Él volvió a quedarse tranquilo y Bea suspiró, obligándose a tranquilizarse. Podia hacerle tanto daño, simplemente con las palabras, que la aterraba. Jamás se había sentido tan vulnerable delante de él, ni tan siquiera cuando supo que la había engañado, cuando supo que su amor en un primer momento, había sido una brutal mentira. Ni siquiera en aquel momento, había podido hacerle el daño del que era capaz de hacerle en aquellos momentos. Porque en aquellos momentos era inocente… pero ahora no. Ahora era tan culpable que la culpa la ahogaba, la dejaba sin aliento… y nada de lo que él pudiera decirle era suficiente para poder mitigar su culpa. Y porque el amor que sentía por él en aquellos momentos, no era nada comparado con lo que sentía ahora… con lo que le llenaba el alma… con lo que gritaba desde dentro pugnando por salir… por suplicar… por rogar.
Álvaro volvió a moverse y ella le quitó la toalla para volver a mojarla en el agua fría. Al colocársela de nuevo en la frente, se atrevió a tocarle, a acariciarle con un suave roce, rozando sus mejillas con la punta de los dedos. Tocarle le hizo temblar de anhelo, de emoción…de pura agonía
- Cada noche desde que nos separamos he imaginado tus brazos alrededor de mi cuerpo para poder dormir, para soñar que seguías a mi lado…- susurró mientras sus dedos seguían las amadas líneas del rostro de Alvaro -y he dejado la imagen de tu sonrisa clavada en mi alma, por si un día la vida me perdonara y dejara que volvieras a mi. Cada noche he llorado gritando en silencio por tu ausencia, manteniendo a duras penas una ranura de esperanza de que algún día volvería a ser digna de ti…- las lágrimas comenzaron a traicionarla- cada mentira que pronuncié, abrió una herida en mi interior que aún no ha dejado de sangrar.. y sangra mas con cada minuto que paso lejos de ti.. con cada minuto que afirmas odiarme…- la batalla contra las lágrimas no fue efectiva y comenzó a llorar desesperada, mientras le cogía la mano cercana a ella y se inclinaba sobre ella- porque si tu no estás ya no existe nada Álvaro.. porque en vez de olvidarte, en vez de rehacer mi vida después de condenarte, me condené a mi misma.. amándote cada día mas..mucho mas…-las lágrimas no la dejaban hablar, no le daban tregua
- ¿B…Bea?
Beatriz levantó la cabeza con rapidez, mirando a Álvaro que la miraba con la mirada turbada.
- ¿Eres tú…?- la voz de él era apenas un susurro y Bea fue a apartar la mano de la de Álvaro, esperando las primeras palabras de reproche. Pero ante su asombro, él no dejó que apartara la mano… apretándosela aún mas.

domingo, 20 de julio de 2008

Capítulo 52

Zarek entró en la habitación en penumbra tras tocar suavemente a la puerta. Alejandro lo miró desde la cama y sus ojos mostraron incertidumbre. Llevaba una venda en la cabeza y unos cables que le salían de la nariz y del brazo, lo mantenían conectado a una máquina. El policía se acercó en silencio, mientras contemplaba, en el fondo apenado, el estado en el que le había dejado su propio familiar
- Buenas noches señor García…me alegra saber que ha despertado
Alejandro lo miró fijamente.- ¿Quién es usted?
Zarek buscó en el bolsillo interior de su chaqueta y sacó su placa.- Soy el inspector Vryzas, Zarek Vryzas… necesito hacerle algunas preguntas..
- No tengo mucho que decir..- contestó Ale tenso- como ve, me golpearon…
- Su primo Álvaro Aguilar, ¿Verdad?
- Si.. pero no hay delito si no hay denuncia..¿cierto?
Zarek alzó una ceja, mirándolo con curiosidad
- ¿A que se refiere, señor García?
- No pienso acusar a Álvaro..- dijo con convicción
- Bueno, bueno.. esa es su decisión..pero..¿me puede explicar que hacía usted allí si el vis a vis estaba concertado por una tal Lucía Pérez?
Alejandro apretó los puños por encima de las sábanas. A Zarek no le pasó inadvertido el gesto
- Lucía es amiga de mi primo y yo la acompañé a verle. Tras media hora, salió y me preguntó si quería verle. Y yo estaba deseando hacerlo
- ¿Salió?¿Me está diciendo que la puerta estaba abierta?
- Asi es. El guardia de seguridad se tuvo que marchar porque hubo un altercado en uno de los módulos y le dijo a Lucía que fuera entrando.
- ¿Y dónde fue Lucía? No estaba cuando el preso se escapó
- No lo se.. eso deberá preguntárselo a ella. Álvaro se llevó nuestro coche.. así que no debió ir muy lejos
- Y usted afirma que la puerta estaba abierta…¿cierto?
- Si, asi es…
- ¿Así que Álvaro Aguilar podía haber escapado en cualquier momento, no es así?
- Como efectivamente pasó…- acabó Alejandro
Zarek sonrió.- Lo veo a usted muy puesto, señor García
- Estuve ahí.. y no soy ni ciego ni sordo..- hizo una pausa- ¿me está acusando de algo, inspector?
- No… de momento. Necesitaré tenerlo localizado, señor García
- Como ve.. estoy en un hospital. No me puedo ir muy lejos
El policia no contestó y haciéndole un gesto con la cabeza, salió de la habitación. No estaba seguro de que aquel hombre estuviera implicado en la huída.. pero lo que si era cierto es que allí pasaba algo muy raro.. y que había mas gente implicada de lo que se pretendía.
Dríade miró su refresco mientras intentaba que las manos le dejaran de temblar. Saymi la miraba preocupada mientras el bar donde estaban comenzaba a llenarse de gente a aquella hora de la noche.
- Necesito ir allí, Saymi. Necesito saber si está bien
- No es buena idea Dri. Sabes que tiene a la policia encima… y ahora no está precisamente en la mejor posición
- Nadie se enterará de que voy…- insistió ella
- ¿Estás segura? No creo que la policia tarde mucho en ir a verte. Estás en el punto de mira Dri.. no te precipites
Dríade sintió que lágrimas calientes pugnaban por salir de sus ojos.
- Dios Saymi… solo quiero estar con él.. yo..
- Bea está con él. Se la llevó
- Dios…- Dri se llevó una mano a la frente- ¿y porque?¿Qué…?
- No lo se… - le cogió una mano a través de la mesa- tienes que tranquilizarte. Te aseguro que en cuanto sea seguro, te lo haremos saber.
La secretaria la miró sin estar convencida. Sabía que era peligroso para Álvaro que ella se desplazara. Pero se moria por saber si estaba bien… si estaba fuera de peligro. Aun sentía tantas cosas por él que la ahogaba. Y era incapaz de seguir adelante… no sin él existiendo en el mismo mundo que ella.
- Prométeme que podré ir a verlo cuando las cosas se asienten
- Te lo prometo Dri. Esperemos que todo se arregle tarde o temprano
- Álvaro lo tiene muy complicado…¿verdad?
Saymi asintió con tristeza.- Si Dri..mucho. Si te soy sincera no se como va a salir de todo esto…
- Dios le ayude…- susurró la secretaria
- Dios no… un milagro…eso es lo que Álvaro necesita… un milagro.
Gonzalo vio entrar a Zarek en la habitación de Alejandro y algo le dijo que las cosas seguían complicándose a pasos agigantados. Nadie le había presentado a aquel hombre, pero tenia una pinta de policia que asustaba, y quedaba muy claro a que había ido al hospital. El hecho de que le mirara, aún pasando de largo, le decía que no tardaría mucho en ir en su busca… y preguntarle cosas que no sabría como contestar. Miró a Laura que estaba a su lado, y se dio cuenta de que también habían cosas que no se atrevía a preguntar. No quería saber que Laura realmente había querido jugársela a Álvaro…no aunque lo sospechara desde el principio… no cuando ella ya le importaba de una forma que jamás pudo imaginarse.
- Conocí a Nacho en la facultad…- dijo ella en un susurro, interrumpiendo los pensamientos de Gonzalo
- ¿Qué?- él volvió a la realidad y la miró sin comprender, desorientado por un momento
- Nacho. Lo conocí en la facultad de derecho. Íbamos a la misma clase y solíamos salir en el mismo grupo de amigos.
- ¿Por eso te pidió lo de Álvaro?- preguntó Gonzalo sin pararse a pensar que ella parecía haberle leído el pensamiento
- No. Me pidió lo de Álvaro porque sabía que no podría negarme. Porque sabía que el dinero que me iba a ofrecer, yo lo necesitaba para huir de mi pasado…- Gonzalo no le dijo nada y ella siguió hablando tras una pausa- estuve cuatro años con un chico. Un chico que era muy amigo suyo y por el que, en cierta manera, nos mantuvimos en contacto tras finalizar la carrera. Y digo en cierta manera, porque cada vez que mi ex quedaba con Nacho, yo me negaba a ir. La relación iba bien y nos fuimos a vivir juntos a un piso que compramos los dos.. eso sí, utilizando mi dinero como entrada. Cuando nos separamos, mi ex me llevó a juicio por la separación de bienes. Nacho fue su abogado y me dejaron en la miseria…. en la mas absoluta miseria. Así que sabía que necesitaba dinero… y que acabaría aceptando
La losa de la desilusión hizo brillar los ojos oscuros de Gonzalo.- Ya…
- No Gonzalo… no es lo que piensas.. te lo juro. Jamás estuve de acuerdo con sus métodos ni con nada de lo que él quería hacer. Estaba decidida a jugársela en un momento u otro… hasta que aparecieron Cris y Susana
- La otra abogada y la jueza..
- Si, exacto. Ellas me dieron fuerzas para luchar por Álvaro aún a pesar de las intenciones de Nacho. Te prometo que jamás hice nada contra tu amigo… jamás..- dijo casi con desesperación
- ¿Y esto lo sabe Bea?- preguntó Gonzalo intentando entender todo lo que estaba pasando
- No. Esa chica está completamente engañada. Nacho le dice lo que ella quiere oír y Beatriz le cree. Ella piensa que me contrató para defender a Álvaro… y nadie la ha sacado de su error.
- ¿Y que pasa con tu hermana Ana y Nacho?
Laura desvió la vista.- No lo se muy bien. Creo que se enamoró de él cuando le conoció estando yo aún en la facultad y desde ese momento lo único que ha buscado es llamar su atención. Nunca le salió bien… porque Nacho siempre la ha visto mas como un estorbo, que una mujer. Ese malnacido solo ha tenido ojos para Susana
- ¿Susana?¿La jueza?- dijo Gonzalo sorprendido
- Si… la misma. Pobrecita… por culpa de este caso, la ha vuelto a encontrar… y dios sabe lo peligroso que puede resultar eso…

domingo, 13 de julio de 2008

Capitulo 51

Bea sintió que el corazón se le rompía en mil pedazos ante el silencio del amigo de Álvaro
- Por favor….- murmuró entre sollozos desgarradores- no me apartes de él… le amo…¡dios! le amo tanto….
Su tono era tan sincero, que Anguila sintió que se comprimía algo en su interior. No sabía que había pasado entre ellos, porque aquella mujer había hundido a su amigo. Sólo sabia que su amigo lo había arriesgado todo por ir a donde ella se encontraba y que ella, la que había sido secuestrada, le estaba suplicando porque quería seguir estándolo. Que un maldito rayo lo alcanzara si entendía algo de lo que estaba pasando. Seguro que se arrepentiría de lo que estaba a punto de decidir, pero era incapaz de dejarla allí.
- Entra en el coche…- le dijo con voz seca- y como digas una sola palabra a la pasma, yo mismo te pego un tiro…¿entendiste marquesita?
Bea se apresuró a afirmar con la cabeza y corrió hacia la otra puerta para entrar en el coche. Cerró la puerta tras de si y apoyó la cabeza de Álvaro en su falda, mientras el coche se ponía en marcha a toda velocidad. Bea le acarició el cabello, húmedo por la fiebre, mientras el miedo por la vida de Álvaro aumentaba. No le importaban las amenazas del Anguila, no cuando antes preferiría estar muerta que volver a traicionar al hombre que mas amaba en el mundo, al hombre que era toda su vida
- Aprieta aquí bien fuerte..- le dijo el Anguila señalándole la camiseta- voy a mirar que ha pasao con la bala…- ella le obedeció, con la mirada llena de angustia
En cuanto Bea apretó la camiseta, el Anguila se puso de rodillas en el asiento y giró el cuerpo de Álvaro 180 grados para poder ver el alcance de la herida. Alvaro no se inmutó siquiera, y el pánico invadió el corazón y el alma de Bea. Oyó sisear al Anguila y reprimió un sollozo
- ¿Qué… que ocurre?- preguntó mordiéndose los labios para no llorar
- Esto pinta mu feo marquesita..- dijo Anguila volviéndolo a colocar en su posición inicial- la bala ha salido..tiene un peazo agujero que pa que…pero…yo no soy médico, amos, pero eso tiene muy mala pinta…
- ¿Cómo de mala pinta….?
- ¿No te he dicho que no soy médico?- preguntó de mala manera, como si ella fuera tonta
Bea guardó silencio, mientras apretaba mas la camiseta que ya estaba empapada en sangre. Quizás Anguila la considerara tonta, pero ella no necesitaba darle la vuelta a Álvaro, para saber que la herida pintaba realmente mal. Apretó la camiseta con una mano, y con la otra, le acarició la cara cubierta de sudor frío. Quería llorar, suplicarle, gritarle que no la abandonara. Pero no podía…no debía. Necesitaba ser fuerte.. por él, por transmitirle su fuerza, su amor, sus ganas de vivir, por él, por ellos.
- ¿Vamos a llegar pronto a algún sitio?- preguntó con la voz mas firme que pudo
- No lo se, marquesita.. no me agobies..- contestó Anguila en el mismo mal tono.
Bea no le contestó. En el fondo sabía que el compañero de Álvaro se arrepentía por haberla traído. Pero ella no quería darle problemas a ninguno.. y menos a Álvaro. Si él tenia que pasarse el resto de su vida huyendo… ella lo haría con él. Pensar que no vería nunca mas a nadie querido, le hizo pensar en Nacho. No se merecía que ella le hubiera abandonado de esa manera, pero no conocía otra manera, en aquellas circunstancias, de seguir su corazón. Y su vida estaba junto a la de Álvaro… aunque tuviera que pagar sus errores mas de lo que había pagado ya.
- ¿Por qué me llamas marquesita?- le preguntó Bea a Anguila tras una larga pausa
- Pos por el marquesito.. vamos, que sois como esos culebrones de la tele… nos odiamos, pero suplicáis estar juntos.. vamos…igualito que una mala novela de serie B..
Ella volvió a guardar silencio. Aunque le parecía un mote ridículo, le gustaba que la relacionaran con Álvaro. El conductor puso la radio y las noticias hablaron de Álvaro y su huida de Bulevar. También hablaron del secuestro de Beatriz, y ella desvió la vista. No, ya no estaba secuestrada. Estaba allí por pura iniciativa… y allí estaría mientras la dejaran estarlo.
Pasaron las horas de forma lenta y desesperante. Los médicos aún no habían dicho nada del estado de Ana y las dos hermanas comenzaban a perder la poca esperanza que tenían. Susana y Gonzalo seguía con ellas en el hospital, sin querer marcharse mientras no hubieran noticias. Cris también seguía en el hospital y esperaba a Jota, que se había enterado de lo de Alejandro y se dirigía hacia allí. Saymi había recibido una llamada de Driade, ya muy nerviosa y se había marchado hacia su casa para explicarle que había pasado. Alejandro ya se había despertado y tras comprobar que estaba bien, había preferido ir a averiguar que había pasado con Álvaro. Gonzalo también estaba deseando averiguar algo de su mejor amigo… pero no se atrevía a dejar a Laura a solas.. sobretodo después de saber que efectivamente había sido contratada para hundir a Álvaro. No quería juzgarla… no cuando se había dado cuenta de que prefería escuchar su versión…Sentía demasiadas cosas por ella. En ese momento, sonó su móvil y se encogió al ver que era el Anguila
- ¿Qué ha pasado? Dime como está… por dios- contestó nada mas descolgar
- Tio.. esto pinta muy mal…- contestó Anguila- acabamos de llegar al refugio.. pero Álvaro se está desangrando. No sabemos como detener la hemorragia Gonzalo..
- Dios mio..- Gonzalo sintió un sudor frío que le recorría la espalda. Tenía que pensar en algo… y tenia que pensar rápido. Pero no podían llevar ningún médico, no cuando toda la policía de la ciudad estaba buscando a Álvaro para meterle de nuevo en la cárcel.. esta vez con nuevos cargos que sumar a su ya larga condena. Pero era la única solución…la vida de su amigo estaba en juego. Y prefería verlo de nuevo en la cárcel, antes que perderlo definitivamente
- Hay que buscar un médico Anguila.. un médico que se deje comprar. Debe de haber uno en el pueblo cercano- dijo intentando que su voz sonara serena- prométele lo que haga falta para comprar su silencio…- su mente giraba a toda velocidad, intentando pensar con rapidez
- Eso ya está solucionado. En cuanto vi el percal, llamé a un matasanos que sabe mantener la boca cerradita… está de camino
La tensión aflojó un poco el nudo que Gonzalo tenía en la garganta y soltó el aire que tenía retenido sin ni siquiera darse cuenta.
- Cuento contigo Anguila.. – dijo en un susurro- la vida de Álvaro está en tus manos
- Joder tio.. no seas tan explicito que me cago en los pantalones..bastante tengo con estar aquí..¡joder!
- Mantenme informado…por favor..- dijo Gonzalo sin hacer caso de su puya. Colgó y miró hacia el hombre que se acercaba a la sala de espera.
Zarek entró en el hospital y miró a su alrededor. Había sabido que Alejandro García había recobrado la conciencia, y necesitaba hablar con él, a ver si podía echar alguna luz en el caso de Álvaro Aguilar. Miró al hombre moreno que lo miraba y desvió la vista hacia la sala de espera. Sabia quien era aquel hombre, pero esperaría un poco antes de abordarlo. Nada mas mirar hacia la sala de espera, vio a la jueza y a su ayudante. Aquel huracán que parecía haber perdido toda su fuerza. Estaba sentada en una silla, casi doblada sobre si misma y no levantaba la cabeza. Algo iba mal… pero no se podía imaginar el que. Antes de ni siquiera pensarlo, se encontró dirigiéndose hacia ella
- Buenas noches..- dijo al llegar a la altura de las dos amigas.
Susana lo miró. Una chica que no conocía, también lo miró desde otra silla, pero la ayudante no levantó la cabeza. Zarek la miró sin poder evitarlo
- ¿Ha ocurrido algo grave?- preguntó
- La hermana de Pheebs fue herida en el tiroteo…- contestó Susana en voz baja
- ¿En la fuga de Álvaro Aguilar?
La jueza afirmó con la cabeza y le miró. Él guardó silencio y miró a Pheebs que al escuchar a su amiga, había levantado la vista. Al verlo, sonrió débilmente y él le devolvió la sonrisa
- ¿A que debemos su visita, inspector?- le preguntó Susana
- Quería hablar con el señor García. Supe que despertó…
Susana afirmó con la cabeza con un peso en el corazón. Ella misma había deseado ir a verlo al menos treinta veces desde que había despertado. Pero no se había atrevido… ella no pintaba nada allí.
- Si.. despertó. Nosotras esperamos por noticias de Ana…
- Estaré por aquí…- dijo el inspector alejándose y mirando a Pheebs
La ayudante lo miró y se perdió en los ojos azules de Zarek. Aquel hombre hacía que su corazón latiera un poco mas rápido. Y le gustaba que estuviera allí… le gustaba mucho.
El médico llegó a la carrera al refugio y ni siquiera miró al Anguila mientras subia los escalones de dos en dos, hasta la habitación donde estaba Álvaro. En la habitación estaba Bea, intentando, entre lágrimas, bajarle la fiebre a Álvaro con compresas frías.
- Señorita, necesito que salga..- le dijo el médico mirándola-
Bea quiso negarse, pero supo que no era buena idea. Salió lentamente de la habitación, cogiéndose las manos para evitar que le temblaran. En la puerta estaba el Anguila, con expresión fúnebre
- Saldrá marquesita… saldrá. Tiene muchos motivos para vivir…- le dijo mirándola
Bea no le contestó. Ella no estaba tan segura de que Álvaro tuviera motivos para vivir.

sábado, 5 de julio de 2008

Capitulo 50

Nacho entró en Bulevar abriéndose paso a codazos y subió por las escaleras hasta la redacción sin esperar el ascensor. Nada mas llegar, se encontró con Diego que aún fisgaba por las ventanas, al lado de Marie
- ¿Qué ha pasado?- le preguntó Diego dirigiéndose hacia el. Nacho, en un arrebato de rabia, tiró todo lo que había en una mesa cercana al suelo
- ¡¡¡El muy cabrón se ha escapado de la policia y se ha llevado a Bea con él!! ¡¡Maldito malnacido!!
Diego lo miró con una sonrisa de medio lado. Sabia que la fuga de Álvaro no le beneficiaba en nada, pero al mismo tiempo no podía evitar sentirse orgulloso de su hermano pequeño…
- ¿Y como ha conseguido salir?- preguntó
- Creo que está herido..- dijo Nacho mesándose el pelo con furia- espero que se muera.. que se muera y me deje en paz
- Pobre Bea..- susurró Marie. Diego la miró y le cogió de la mano. Sabía que ella no tenía nada en contra de Beatriz, y quería que siguiera así…que ella no estuviera en medio del fuego cruzado.
- ¿Qué te ha dicho la policia?- le preguntó Diego a Nacho de nuevo
- Nada.. se han ido detrás del coche..- se giró de espaldas a él y se dirigió a su despacho- que nadie me moleste
Diego vio como se marchaba y miró a Marie que también seguía a Nacho con la mirada
- En el fondo se lo merece..- dijo Marie
- Shhh..mi vida… no llames al mal tiempo. Ahora estará demasiado ocupado buscando a su horrible novia y no se preocupará por mí. Gracias a Alvarito, podemos tener un momento de tranquilidad
Marie se mordió el labio inferior.- Diego.. recuerda que mañana viene Jota con sus abogados para tomar posesión de le empresa…
Diego apretó los dientes.- No me iré sin luchar… por eso necesito a Nacho fuera de combate…- apretó la mano de ella con fuerza sin darse cuenta, y ella se soltó con un gemido de dolor. El la miró de inmediato
- ¡Perdona! Yo..
- No pasa nada..- le tranquilizó ella con una sonrisa- estás muy tenso. Y lo entiendo…¿Por qué no nos vamos a casa por hoy? Creo que han sido demasiadas emociones fuertes para un solo día…
- Si.. tienes razón…- la abrazó de forma posesiva, sin importarle quien pudiera verles, y la besó- vámonos a casa..
Marie sonrió y le devolvió el beso. Se sentía inquieta porque algo le decía que Dríade sabía mas de la fuga de lo que hubiera estado dispuesta a admitir. Conocía el amor incondicional que su hermana sentía por Álvaro. Sólo esperaba, que si estaba metida, supiera mantenerse al margen en el momento oportuno.
El coche perdió el control en la segunda curva, mientras el coche que lo seguía, retenía a la policía y aparecía un coche más que venía en dirección contraria. Bea intentó coger el volante, mientras Álvaro se desvanecía por momentos y también soltaba los pedales. Ella lloraba desesperada. Tenía miedo, miedo por ella y miedo por él. Los disparos no cesaban, y si ella no se hacía con el control del coche, se estrellarían en cuestión de segundos. Sin pensárselo demasiado se tiró encima de Álvaro en horizontal, e intentando no poner todo el peso de su cuerpo sobre él, le colocó un pie sobre el embrague. Notó que la miraba y alzó la vista
- Por favor Álvaro… nos vamos a estrellar.. tienes que resistir…- dijo ella entre lágrimas
- Bea…- le dolía demasiado la herida como para permanecer despierto. Notaba el dolor de ella, notaba su desesperación, y en su incapacidad para reaccionar, lo único que quería era consolarla
- Apreta el embrague para que yo pueda reducir la marcha…- suplicó ella- ¿podrás?
Álvaro se mojó los labios y asintió con la cabeza. Hizo un esfuerzo y pisó el embrague lo suficiente para que Bea pudiera reducir a segunda. El motor del coche protestó con fuerza, pero ella no le prestó atención. Se incorporó, mirando hacia atrás, mientras el coche que iba en dirección contraria iba directamente hacia ellos
- ¡¡FRENA!!!- le gritó una voz desde el coche contrario- ¡METE EL FRENO DE MANO Y PARA EL COCHE!!
Beatriz no se hizo de rogar. Tiró del freno de mano y el coche dio dos sacudidas y se puso a girar sobre si mismo. Bea gritó asustada y cogió el volante con las dos manos, mientras Álvaro se hundía mas en el asiento y cerraba los ojos con una mueca de dolor.
- Álvaro, por favor.. reacciona.. necesito que me ayudes.. que pises el embrague y el freno… ¡¡Álvaro, por favor!!
Alvaro abrió los ojos durante un instante. Su rostro estaba pálido y un sudor frío recubría su frente. La miró, haciendo una mueca de dolor, e intentó sentarse bien y coger el volante con ella. Bea ahogó un sollozo al verle las manos llenas de sangre
- ¿Qué.. que quieres que haga…?- susurró él con voz débil
Bea sorbió sus propias lágrimas e intentó sonreir para darle fuerzas. Sabia el esfuerzo sobrehumano que estaba haciendo Álvaro por mantenerse consciente y lo amaba cada segundo mas por eso. Le daba miedo estrellarse… pero lo que mas miedo le daba, era que él cerrara los ojos y no volviera a abrirlos nunca mas. Si Álvaro faltaba, ella se moriría con él..El era toda su vida.. tenia que salvarlo como diera lugar… aunque fuera lo único que hiciera en su ya miserable vida.
- Pisa el freno y el embrague Álvaro.. pisalos con todas tus fuerzas..
Álvaro pisó el freno y el embrague a fondo, mientras un grito de dolor pugnaba por salir de su garganta. Bea jugó con el freno de mano, recordando lo que una vez aprendió en la escuela de conducir a la que dejó de ir por miedo, y giró el volante al lado contrario del lado hacia el que el coche giraba. El coche dio un bandazo mas y se paró con un golpe seco que hizo que los dos salieran despedidos hacia delante, golpeándose con la luna delantera. Álvaro gimió de dolor y cayó de nuevo sobre el asiento, perdiendo el conocimiento. Bea gritó asustada y se llevó una mano a la frente, sintiendo su propia sangre correrle por la cara. Pero no se paró a mirar sus propias heridas y se giró con rapidez hacia Álvaro que yacía en el asiento con expresión cadavérica. Ella lo cogió en brazos, separándolo del airbag que había saltado a destiempo y abrazándolo con fuerza. Le acarició el pelo, de forma frenética, sintiendo que perdía los nervios y la cordura.
- Alvaro.. mi amor, mi vida.. por favor.. no me hagas esto..¿no ves que te quiero?¿que me muero sin ti? No te vengues asi de mi.. no, por favor..- lloraba desesperada, sin sentir que los disparos arreciaban a su alrededor, y que las sirenas de la policia parecían volverse mas tenues..- hazme lo que quieras… ódiame el resto de tu vida, no me ames si no puedes… si ya no confias en mi.. pero sigue en este mundo… comparte el aire conmigo, déjame vivir.. déjame tener una vana esperanza… aunque ya sea perdida…déjame amarte aunque sea en la distancia…- le cogió la camisa, llenándose las manos de sangre y gritó de dolor al ver que él no reaccionaba- ¡¡Álvaro, no me dejes!! ¡¡Dios!!!¡¡¡ Álvaro, no me dejes, tienes que vivir!!!¡ Si alguno de los dos debe morir aquí soy yo. Yo soy la única culpable de todo esto y la que debe pagar!!- fue perdiendo la voz, a medida que sus fuerzas, su esperanza menguaba- Mi amor, no me hagas esto…¡¡Por favor!!!!

En ese momento se abrió la puerta del conductor del coche y Bea reconoció al Anguila a través de las lágrimas. El coche que venia en contra dirección estaba justo al lado de ellos con las puertas abiertas
- Bea, dejale. Lo tengo que llevar al otro coche- dijo el compañero de Álvaro con voz suave
Ella estaba lenta de reflejos y lo soltó con la misma lentitud. El Anguila se apresuró a sacar a Alvaro del coche con la ayuda de otro hombre y entre los dos, lo metieron en el otro, dejándolo tendido en el asiento de atrás. El hombre que les acompañaba se metió en el asiento del copiloto y el Anguila junto a Álvaro, mientras se sacaba la camiseta limpia que llevaba y taponaba la herida de su amigo y compañero. Bea casi cayó al suelo, en su prisa por salir del coche. El otro coche ya estaba arrancando
- ¡No me dejéis aquí!- gritó ella desesperada
Anguila abrió la puerta de nuevo, casi a punto de cerrarla
- Tu viaje acaba aquí, Bea. No puedes seguir..
- Por favor..- dijo ella entre lágrimas, mostrándole las manos vacías, manchadas con la sangre de Álvaro- no me apartes de él…por favor..- suplicó- déjame estar a su lado..
- No puedo…- miró hacia atrás, dónde el otro coche se acercaba tras burlar al último coche patrulla- esto es serio Bea. Ya traicionaste una vez al marquesito.. no me fio de ti
Ella lloraba desesperada, con lágrimas que resquebrajaban su ya agónica alma
- Tápame los ojos.. no hablaré.. te lo juro Anguila… por favor.. no me dejes aquí… no…- no podía hablar, el dolor no la dejaba
- Tio, este se está desangrando.. nos tenemos que dar el piro..- dijo el que estaba al volante
- Por favor…- dijo ella acercándose al coche, casi sin fuerzas
Anguila la miró sin saber que hacer por vez primera en su vida