domingo, 28 de diciembre de 2008

Capítulo 73

Diana repiqueteó con el pie en el suelo de forma impaciente, mientras picaba al timbre del apartamento de su amiga por quinta vez. Chasqueó la lengua y fue a picar, esta vez de forma insistente, un segundo mas tarde de la anterior
- ¿Te quieres esperar un poco?- le dijo Zarek deteniéndole la mano- vas a quemar el timbre con tanta impaciencia
- ¿Impaciencia yo? – Diana bufó- ya le he picado casi seis veces… si fuera impaciente, hace dos que le habría echado la puerta abajo… y eso que no estoy en uno de esos días que tenemos las mujeres de vez en cuando…
- Vaya.. me alegra saberlo..- Zarek hizo una mueca- ¿Por qué no la llamas?
Diana le mostró el móvil que tenía en la mano.- ¿Y que crees que hago? ¿Ligar con el móvil y hacer manitas? Le he hecho cuatro perdidas y voy a mandarle un sms en este mismo instante
- A eso, en mi trabajo, se le llama acoso- dijo él alzando una ceja
- Y aquí se le llama…”ábre la maldita puerta que tengo un plan increíble con un tio increíble y me lo estás gafando”
Zarek puso los ojos en blanco, pero no pudo evitar sonreir. Con aquella mujer no podía estar demasiado tiempo serio. En ese momento sonó en el móvil de ella el aviso de un mensaje, y ella lo leyó con una mueca
- ¡Acabáramos….!
- ¿Qué pasa?
- Dice que no está en casa… que le deje las llaves del coche en el buzón
- ¿Está bien?
Diana ladeó la cabeza, mientras seguía mirando el mensaje.- No lo pone.. pero la conozco lo suficiente como para responderte que no, que no está bien…
- ¿Quieres que…?- preguntó él preocupado
- No.. no. Querrá estar sola- le miró- ¿vamos a cenar?
- Claro…- dijo él no muy convencido al ver la expresión triste de ella- vamos
Diana comenzó a andar, y en ese momento apareció ante ellos un chico alto, delgado y el cabello del color del cobre. Llevaba una mochila en las manos, y al mirarlos con sus ojos dorados, sonrió con reconocimiento.
- Buenas noches…- dijo con voz aterciopelada mientras se marchaba
La ayudante se quedó parada de golpe, haciendo que Zarek se chocara contra su espalda.
- ¿Qué….?
- Joder…
- ¿Qué pasa?- preguntó él
- Uff… -respondió ella
- ¿Uff..?
- Era mi vampiro
Zarek pensó la pregunta antes de formularla. Seguro que había escuchado mal
- ¿Tu…. vampiro?
Ella bufó.- Bueno, no es un vampiro.. pero se parece condenadamente mucho a un personaje de libro que me vuelve loca..
- Lees demasiado… o tienes demasiado imaginación..- ahora fue el turno de él de bufar
- Eso es lo que me dice Su cuando le digo que me deje acampar en la escalera por la noche, para verlo irse a trabajar…- contestó ella con una mueca
- Ahora añado que estás como un cencerro
- Y lo que me cuesta estarlo…. O te crees tu que ser fuera de lo normal es algo que se consigue asi, a la ligera…- ella puso morritos
Zarek no pudo evitar la carcajada y la abrazó por detrás. Ella se giró en sus brazos y le echó los brazos al cuello
- ¿Te conformarías con cenar… no se… spaguettis recalentados?
- ¿Spaguettis recalentados? ¿y permiten que ese bar esté abierto?- él hizo una mueca divertida
Ella se pegó mas contra él.- No es un bar… es mi casa… Podríamos ir a mi casa… y luego te compenso con el postre…- dijo mientras le lamía los labios
- ¿Esto ha sido el vampiro?- preguntó él entre risas
- Mmm…- ella le besó y él se dejó besar, completamente vencido- prefiero la sangre caliente… aunque…
Zarek no la dejó replicar. La besó con fiereza y segundos mas tarde, la arrastró hacia la calle, buscando un taxi que los llevara a casa de Diana. La carcajada de ella, ante su prisa por entrar en el coche, cuando el taxi se detuvo, fue lo único que se escuchó en mitad de la noche, antes de que el motor rugiera y los alejara de allí.
Alejandro entró en la sala con paso cansado y se dejó caer en una silla cercana, mientras se tapaba la cara con las manos. No había dormido en toda la noche y se sentía exhausto… pero sobretodo por no saber nada de Susana, de si estaba bien… de si había pasado buena noche. Había estado tentado de llamarla al móvil en incontable ocasiones, pero no lo había hecho.. queriendo darle un espacio que a él lo volvía loco. No le importaba si lo detenía… si cumplía con su deber…porque lo que le estaba matando era la certeza de que la había perdido… irremediablemente
- Menuda cara..- la voz de Saymi se dejó escuchar entre la neblina de sus pensamientos- ¿mala noche?
Él no alzó la cabeza.- De lo peor…
- ¿Un café?- preguntó ella, con semblante preocupado
- Por favor…- Alejandro afirmó con la cabeza y la miró. Ella se preocupó mas aún al ver el dolor de su mirada. Pero no dijo nada mas, y le tendió la taza, justo cuando los demás comenzaban a entrar en la sala
- Buenos días..- saludó Cris que venía seguida de Jota- ¿estamos todos?
- Creo que si..- contestó Gonzalo desde la puerta. Venía con Laura.. y Beatriz. Esta los miró a todos con sus grandes ojos verdes
- ¡Bea!- exclamaron varias voces al verla- ¿Qué…?
- Ahora contaremos toda la historia… por favor.. ir sentadoos..- dijo Laura entrando en la habitación.
En ese momento entró Diana y saludó a los presentes con un movimiento de mano. Miró a Alejandro, que se había incorporado en la silla de pura ansiedad.
- ¿Y Susana?- le preguntó cuando le miró
Diana no le contestó. Se sentó en una silla cercana, sin mirarlo mas, y vio que efectivamente, estaban todos.
- Creo que estamos todos…- Laura miró a su hermana, y ésta afirmó con la cabeza- y como veis, hay novedades, y de las buenas.. pero Saymi también tiene algo que contarnos.. asi que empecemos con ella…
Saymi se echó hacia delante, apoyando los brazos sobre la mesa, pero no se levantó
- Chicos.. el estado de mi padrino empeora por horas.. y el juez, tal y como nos temiamos, está pidiendo su comparecencia ante un tribunal mexicano. Miguel y yo vamos a ir hacia allí a ayudar a Merche y a Sara. Hemos contratado al mejor abogado criminalista… pero temo que no salga de esta….
Un gran silencio abatió la sala.
- ¿Cuándo te irias..?- preguntó Jota con un nudo en la garganta
- En dos días. Ya está todo preparado… He hablado con Laura y Gonzalo por el tema de la empresa…- miró a Jota con pesar- quería haberlo comentado contigo, lo siento, pero es que no he tenido tiempo físico
- Lo importante es Francisco..- contestó el ex mensajero
- Si.. asi es. Se que Álvaro está muy bien defendido… y la presencia de Bea en la defensa, mejora mucho las cosas…- la miró y sonrió- o eso espero…
- Si.. de eso tenemos que hablar principalmente..- dijo Laura tomando de nuevo la palabra- Beatriz va a cambiar su declaración… eso nos deja la oportunidad de poder repetir el juicio… y que sea justo. Solo tenemos que conseguir que declare frente a un juez y lo demás será puro trámite. Sólo necesitaríamos que Álvaro se entregase
- Eso va a ser complicado..- dijo Gonzalo
- Ayer intenté hablar con él… - intervino Bea- pero no quiere volver a la cárcel…
- Hay otro problema…- dijo Alejandro hablando por primera vez
- ¿Cuál problema?- le preguntó Cris
- Que si tiene que declarar delante de un juez, Susana no está… y estamos perdiendo un tiempo precioso
- Susana no va a estar…- dijo Diana en voz alta
- ¿Qué?- preguntó Alejandro mirándola
Diana le miró fijamente y segundos después retiró la mirada para buscar en el interior de su bolso. Aquella mañana, muy temprano, había llegado a la oficina inmensamente feliz y deseosa de contarle a su mejor amiga lo bien que se lo había pasado aquella noche. Y se había encontrado con la peor noticia que se podía encontrar. Se obligó a no hundirse, a no soltar el grito de rabia que le atenazaba la garganta y sacó dos sobres. Uno se lo tendió a Cris. El otro era para Alejandro
- Aquí lo explica…- les tendió ambas cartas
Cris cogió la suya con rapidez, mientras que Ale miraba la carta como si quemara. Dudó en cogerla, y retrocedió un poco, cuando Diana la dejó caer sobre la mesa.
- Lee lo que dice, por favor..- urgió Gonzalo
Cris abrió la carta y empezó a leer en voz baja y con el ceño fruncido. Todos esperaban impacientes
- Dios santo…¿por….por….porque ahora?- exclamó la abogada llevándose una mano a la frente
- ¿Qué ocurre?- preguntó Saymi
- Su…Susana.. que ha dimitido- Cris los miró a todos, como si no fueran reales, como si estuviera en medio de una auténtica pesadilla- esta misma mañana a puesto a disposición su cargo frente al tribunal supremo……
- ¡¡¡MALDITA SEA!!!- gritó Alejandro levantándose y tirando la silla con el movimiento
- ¿Por qué no lees tu carta, Alejandro?- le preguntó Diana mordiéndose los labios de rabia- ¿tienes miedo de lo que te vas a encontrar? ¿o tienes miedo de saber que todo esto es culpa tuya?
Alejandro la miró con dolor y frustración. Sabia lo que su carrera significaba para Susana.. y había renunciado… por su culpa…
- ¿ De que va todo esto?- preguntó Cris
- Su se enteró de todo..¿verdad?- le preguntó Laura al primo de Álvaro.
Él tragó saliva, mientras una lágrima de impotencia, recorría su mejilla. Se llevó un puño a la boca para no gritar
- ¿Alguien me explica….?- volvió a preguntar Cris
- Alejandro y yo hemos sabido desde el principio el paradero de Álvaro..- soltó Gonzalo, haciéndola callar
- Que…¿Qué?
- Déjalo Cris..- le dijo Jota acariciándole un brazo- es normal… su primo y su mejor amigo. Sabes que Álvaro lo está pasando mal… Tu hubieras hecho lo mismo por mi…
- ¿Y porque no liberasteis a Bea?- preguntó la abogada sin hacer caso de las palabras de su novio
- Porque Bea no quería ser liberada…- contestó Gonzalo
- Estaba allí porque quería estar allí. Y por mi, jamás me hubiera ido… jamás- terminó Bea
Cris cogió aire y lo expulsó con lentitud. Miró a todos y a cada uno
- Pues señores… tenemos un problema….
- ¿Qué vamos a hacer sin Susana? Podemos buscar otro juez.. pero no tendremos la certeza de que se ponga de nuestro lado…- habló Saymi
Alejandro soltó una maldición y salió de la habitación, no sin antes coger la carta de sobre la mesa. Gonzalo quiso seguirlo, pero Laura lo retuvo cogiéndole del brazo, y negando con la cabeza. Era mejor dejarlo solo
Se alejó hacia la salida del edificio donde se producían aquellas reuniones clandestinas, y salió a la luz de la mañana, mientras el sol llegaba ya a su máximo cénit. La angustia y la desesperación lo consumían… y lo único que quería hacer era gritar y gritar hasta quedarse sin voz. Se sentó en una fuente cercana, intentando recuperar el control, y miró el sobre que tenía entre las manos. Si.. Diana tenía razón. Sentía pánico de lo que pudiera poner.. de lo que pudiera decirle aquella carta. Pero debía tener valor… valor para enfrentarse a la pérdida.. a que ella no quisiera saber de él nunca mas. Debía tener valor para perderlo todo en aquel preciso instante.
Rompió el sobre con dedos temblorosos, y cuando sacó el papel, las lágrimas le impedían ver. Se las limpió con impaciencia, mientras respiraba con cortos jadeos

“Ale… aunque te pienses que esta carta es una despedida… no lo es.. porque no puedo. He renunciado a ser juez, a los dilemas, y a las decisiones dolorosas. Se que quizás no es el mejor camino… pero es lo único que se hacer ahora mismo. Necesito alejarme para volver a encontrarme a mi misma….porque ya no sé quien soy.. ni porque estoy aquí. Y no se cuando volveré.. ni si volveré. Solo se que tú eres lo mejor que me ha pasado en la vida… y pase lo que pase, te voy a adorar siempre.
Cuídate mucho peque…
Te quiero
Su”

Esta vez el grito de dolor no se quedó en la garganta. Ni tampoco en el corazón.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Capítulo 72

Ella sonrió, mientras las lágrimas, de pura felicidad la traicionaban.
- ¿Perdonarte?- dijo ella intentando que su voz fuera clara- ¿perdonarte por que?
- Por apartarte de mi…- dijo él con voz cansada- por hacerte sufrir…por no ser lo suficientemente egoísta como para retenerte a mi lado… y a la mierda las consecuencias..
- A la mierda las consecuencias..- afirmó ella en un susurro
Alvaro volvió a suspirar. Se sentía vivo con tan solo escuchar su voz
- Mi amor.. yo.. yo pensaba en ti… siempre he pensado en ti…
- Deja de pensar en mi…- dijo ella apasionadamente- y piensa en nosotros… porque yo no se estar sin ti… no se vivir sin ti….
- ¿A pesar del peligro?- susurró él
- A pesar de lo que sea… - ella apretó el teléfono con fuerza- quiero estar contigo Álvaro… y si mi destino es huir el resto de mi vida.. lo haré. Aunque….- calló de golpe
- ¿Qué…?
- Alvaro…
- ¿Qué pasa, Bea?
- Estoy…estoy en casa de Gonzalo, Álvaro.
- ¿En casa de Gonzalo?- Álvaro no podía entender nada
- Si… él está con la abogada… con Laura… - hizo una pausa y cogió aire, consciente de la reacción que tendría él en cuanto le dijera lo que estaba a punto de decirle- voy a cambiar la declaración, Alvaro
- ¡No Bea! Por dios… ya hablamos de eso…no puedes…
- Si, si que puedo- le cortó ella, decidida- Laura dice que si cambio la declaración y te entregas, pueden anular el juicio y rebajarte la pena hasta prácticamente hacerla nula….
- No es tan fácil Bea… me cayeron 15 años… mas una fuga, mas tu secuestro….
- ¿Qué secuestro? Estuve contigo por voluntad propia… y sabes que no miento en eso…Y los 15 años te cayeron sobre una montaña de mentiras…. Si destruimos esa montaña, tendrán que volver a juzgarte… pero sobre la verdad….
- No Bea…
- Sabes que lo haré… aunque decidas no entregarte… porque te apoyaré en todo lo que hagas.. porque no hay nada en el mundo que me importe mas que tu…
- ¿Y la condena a la que te enfrentarás….?- preguntó él, enfadado
Ella se alzó de hombros.- Tenemos buenas abogadas… Si eso no es suficiente, tendré que denunciar a Diego y a Nacho por….
- ¡NO!- gritó Álvaro presa del pánico- ¡Bea no! ¡Ellos son muy peligrosos!
- No tengo miedo Álvaro… ya no. Si se que me amas.. ya no hay nada que me pueda asustar de nuevo…
- ¿Qué si te amo? Mas que a mi vida….y lo sabes
- Si.. lo se. Y si hay una esperanza de futuro para nosotros, lucharé por ella… con todas mis fuerzas… por ti.. por mi.. por los dos.
- Bea…
- Confía en mi, por favor… en mi y en la gente que te quiere…
El hizo una pausa.- Me aterra que me encierren de nuevo, Bea… no puedo estar en esa celda ni un minuto mas..
Ella apretó los puños sobre las sábanas… muriéndose por estar a su lado, y acariciarlo, consolarlo hasta hacer desaparecer el pesar en su voz
- Pues no te entregues… lo solucionaremos de otra manera… mañana han quedado para hablarlo…
- ¿Vas a ir tu?
- Allí estaré….- ella sonrió
- Bea…
- Dime, mi amor…
- Cuidate…mucho…tu estado…
- Nuestro hijo estará perfectamente…. Y será un niño perfecto, sano y fuerte…Y tú estarás ahí para cogerlo, acariciarlo, besarlo… y mimarlo hasta decir basta- hizo una pausa, mientras lágrimas de emoción contenida corrían por sus mejillas- él tendrá tus ojos.. tu sonrisa pícara… y tu mismo color de pelo. Y sonreirá al verte…. Y algún día… no muy lejano.. te llamará papá…
Se hizo una pausa mas larga… solo interrumpido por los sollozos leves escuchados a través de la línea telefónica. Bea lo respetó, sabiendo que Álvaro necesitaba un momento para reponerse
- Alvaro… - susurró tras unos minutos
- Te amo tanto…. tanto… si estuvieras aquí ahora mismo, te amaría hasta el amanecer…
- ¿Ves? Eso te pasa por tomar decisiones absurdas como mandarme a casa de Gonzalo a dormir en un sofá, en vez de estar entre tus brazos…
Alvaro no lo pudo evitar y se echó a reir.- A veces soy un tanto absurdo…
- Como un bebé… pero tú no sabes lo mucho que yo adoro a los bebés…- ella sonrió
- Gracias mi amor… por todo…- dijo él
- ¿Ya me dejas?- la pena se notó en la voz de ella, y Álvaro se estremeció
- Tengo que colgar, mi amor… no se hasta que punto estos móviles son seguros..pero te volveré a llamar…
- ¿Pronto?
- Pronto… muy pronto… no puedo sobrevivir sin escuchar tu voz…
- Si no, te llamo yo…- le amenazó ella
- Si no, me llamas tu…- corroboró él
- Te amo….
- Cuida de mi corazón… te lo has llevado contigo..
- Aquí está… latiendo junto al mio..- respondió ella, emocionada
- Los dos juntos… siempre…
- Siempre…
Alvaro colgó el móvil sintiendo que su mundo en aquel momento era un lugar mejor, mientras que Bea se dormía, sabiendo exactamente lo que iba a hacer al día siguiente. Se acabaron los miedos…y las falsas verdades. Era el momento de poner las cartas sobre la mesa.
Zarek siguió a Diana hasta el coche y los dos se montaron en silencio. Ella aún hervía de furia, y él no era menos. Le acababa de meter en un aprieto, y no le gustaba que nadie lo pusiera entre la espada y la pared. Y Diana parecía ser una experta en ponerle en situaciones que le volvían loco.
Sabía que el abogado no se quedaría de brazos cruzados ante la agresión de la ayudante, y ante el solo pensamiento de detenerla, se le secaba la boca.
- ¿Ya estás contenta?- dijo él entre dientes
Ella bufó de forma poco femenina.- No… para nada. Me ha faltado ponerle los calzoncillos por corbata… o sacarle los ojos para dárselos a las alimañas… pero aparte de eso…
- Diana… ¿te has dado cuenta de lo que has hecho?- la miró
- ¿El qué?- ella también le miró- ¿ darle una patada en los huevos a ese hijo de perra? Ya te he dicho que me detengas si has de hacerlo.. no me eches sermones
- Soy policía… tengo que hacerlo…- al escucharle, ella le ofreció las muñecas, para que la esposara, y Zarek suspiró, irritado- echarte sermones.. aunque debería darte una azotaina
- Tú tócame un solo pelo, y te juro que la patada que le he pegado al pelos ese, será una mera anécdota al lado de la que te daría a ti- Diana lo fulminó con la mirada
- ¿Siempre tienes que ser tan intensa?- suspiró él de nuevo
- Si no te gusta como soy…- dijo ella con una ceja alzada y bufando a la vez
- Es que si me gusta…- la interrumpió él- me gusta demasiado… y no puedo protegerte todo el tiempo. Ese tipo es peligroso, Diana… y creo que lo sabes mejor que yo…
Ella volvió a bufar.- Estoy harta de contenerme con ese canalla. No hace mas que atacar a Susana, amenazar a diestro y siniestro.. por no contar que intentó comprar a mi hermana…
- ¿Ataca a Susana?¿Y porque no ha ido a la policía?
- Por miedo…- en ese momento sonó su móvil y Diana lo cogió- mira, es ella…¿cosi? Dame un minuto y voy…. Ah… ya…¿ha pasado algo? ¿estás bien? Si, si, claro que te puedo llevar el coche a casa…¿seguro que estás bien? Si.. no, claro que no hay problema…¿mañana? Bueno, como quieras…Un beso..Hasta mañana
- ¿Qué pasa?- preguntó Zarek
- Que se ha ido a casa… y creo, por su voz, que las cosas con Alejandro no han ido bien….- suspiró y puso el coche en marcha
- ¿Ya te has tranquilizado?- preguntó él tras una pausa
- No… pero no me gusta ver mal a mi amiga. Esto la está superando… ya no es ni la sombra de lo que era hace dos meses…- le miró- ¿te devuelvo a casa de Ale?
- No.. me debes una cena…
- ¿Qué?
- Que me debes una cena. He venido aquí para comer algo y me has arruinado el plan. Asi que tendrás que invitarme a algún lado y compensarme
- ¿Y la guardia?
- Soy el jefe… pueden ocuparse otros..- dijo con una sonrisa
Diana también sonrió, contenta en el fondo, de que él no estuviera enfadado con ella
- ¿Me acompañas a casa de Su? Así le dejo el coche y paso a verla. Me ha dejado algo preocupada…
- Claro. Vamos.
Diana sacó el coche del aparcamiento y condujo en silencio hacia la casa de su amiga. Tenia un mal presentimiento… pero no quería compartirlo con Zarek.. aun no. Siempre había sabido que su estatus de policía complicaría las cosas…. pero nunca fue tan consciente de eso, hasta aquel momento.
Diego se subió el cuello del abrigo mientras cerraba la puerta del coche y caminaba hacia el portal del edificio donde vivía. Acababa de dejar a Nacho en su casa, después de insistirle si quería visitar un hospital y la negación del abogado. No es que se alegrara de aquella patada, pero en su fuero interno, le divertía enormemente. Por fin alguien lo había puesto en su sitio… aunque jamás hubiera cambiado su piel por la de aquella chica en esos momentos. Abrió la puerta, tras buscar las llaves en los bolsillos de su pantalón, y encendió las luces de la escalera, mientras avanzaba hacia el ascensor.
Una figura se levantó en las escaleras, haciéndolo retroceder
- Hola Diego…
- Marie…dios mio..¿que haces aquí a estas horas?- se acercó a ella, pero ella no se inmutó. La barriga, de cinco meses, ya se le notaba a través del abrigo
- Quería hablar contigo…
- ¿Y no podías esperar a mañana?
Ella negó con la cabeza.- No… es importante…
- Está bien…¿Por qué no subes a casa y….?- ofreció Diego
Marie volvió a negar con la cabeza.- No… seré rápida… y necesito estar en territorio neutral…
A Diego le dolió que no quisiera subir a su apartamento, pero guardó silencio. Era la primera vez, en meses, que ella iba a buscarlo a él, y se moría de ganas por saber si ella, por fin, estaba dispuesta a darle una nueva oportunidad y a dejarle entrar definitivamente en su vida
- Lucía sabe donde está Álvaro- vio que él apretaba los dientes, pero no se detuvo. Lo que quería decirle era demasiado importante- y se que te lo quiere contar, por puro despecho…
- ¿Y como lo sabes tu?- le interrumpió él sin poderlo evitar
- Vino a casa a buscarte..- respondió ella con rapidez- ella no sabe que tu y yo… no estamos juntos..- desvió la vista durante un momento, para mirarle de nuevo después
- Si ella…-empezó Diego
- Por eso he venido- ahora fue el turno de Marie de interrumpir- porque estoy harta de sufrir y de ver como las personas a las que quiero, se dejan llevar por el odio y por absurdas venganzas..
- Marie..
- No Diego- su voz era cortante, resuelta- esto se acaba aquí. Me da igual lo que te diga mi hermana…pero si quieres algo conmigo, si realmente me amas como dices… te olvidarás de tu venganza contra los Aguilar…
- ¡No puedes pedirme eso!
- No es la primera vez que te lo pido…- Marie sintió que perdía las fuerzas, pero luchó por no hacerlo- y he esperado pacientemente. Pero mi hijo está a pocos meses de nacer.. y no quiero que crezca entre odios. Si no dejas esa venganza, simplemente desapareceré.
Diego la miró, pasmado. Sabia lo que ella pensaba sobre sus sentimientos por los Aguilar, pero pensaba que ella le esperaría.. y que una vez culminado todo, habría tiempo para hacerse perdonar. Pero es que no podía dejar aquella venganza… era como fuego en la piel que no se calmaba. La miró, herido de muerte, mientras una lágrima le recorría la mejilla
- Tu no puedes…- susurró
- Si puedo… si puedo Diego.. y lo haré.. aunque me cueste la vida.
- Yo te amo…
- Y yo… Diego.. tu sabes que te adoro.. pero no me quedaré aquí viendo como empleas tu vida en hundir a los demás…
- ¡Ellos me hundieron a mi!- gritó él
- No… ellos no te hundieron…- le dijo ella luchando contra las lágrimas- sabes que fue Julio de la Vega el que lo arregló para poder criarte , porque su mujer era esteril, haciéndole chantaje emocional a Francisco.. por una antigua deuda..… como hicieron adoptando a las dos niñas de la familia… Y que fueron Titina, tu madre, y Julio, los que engañaron a Francisco, trayendo a Álvaro al mundo, y haciéndolo pasar por un Aguilar..
- ¡Pero el verdadero Aguilar soy yo! ¡Ellos me lo arrebataron todo!¡Todo!
- Fue Julio Diego.. y lo sabes. Tu odio hacia Julio no te deja ver y culpas a todo el mundo… Ni Álvaro, ni Francisco tienen la culpa de nada. Francisco quiere a Álvaro como su hijo, porque es su hijo… aunque no tenga sus genes…Pero a ti también te quiso.. te quiso lo que tu supuesto padre jamás hizo..
- Cállate…- fue una súplica, pero sonó a orden
- Si… claro que me callaré…- Marie avanzó un paso hacia la puerta y se giró para marcharse.
- Marie…- Diego la llamó, sintiéndose solo y débil sin ella.
- Ya sabes donde encontrarme si desistes de la venganza- ella habló sin girarse- No se cuando vendrá mi hermana.. pero si en tres días no has aparecido.. me iré.. y no volverás a verme… nunca mas
Y se marchó.. dejándolo solo, lleno de furia, desolación y confusión.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Capitulo 71

Bea le miró con sus grandes ojos verdes, húmedos por las lágrimas no derramadas
- Gonzalo….- dijo con voz débil- perdona que haya venido… yo…
- ¡No, por dios!- Gonzalo la cogió de un brazo con suavidad, y la hizo entrar en el apartamento- ¿estás bien…?
Ella asintió con la cabeza, mientras el amigo de Álvaro la conducía hacia el salón y la hacía sentar en el sofá
- ¿Quién ha venido, Gonzalo?- Laura apareció en el quicio de la puerta, y se quedó asombrada al ver a Bea. Ésta se levantó como un resorte al verla
- Ella…- empezó
- Está conmigo Bea..- le dijo Gonzalo- es mi… mi novia
Laura sonrió al notar lo que le había costado a Gonzalo pronunciar aquella palabra. Adelantó unos pasos hacia ellos
- Beatriz… que sorpresa…
Bea miró a Gonzalo.- Nacho la contrató..- dijo con un hilo de voz- ella…
- Las cosas han cambiado, Bea- la interrumpió Laura mirándola con fijeza- yo ya no estoy del bando de los malos, si es lo que estás pensando…- se acercó un paso mas a ella, con lentitud- ahora quiero lo mismo que los demás.. que Álvaro salga lo mas indemne posible…
Ante la aparición de su nombre, pronunciado en la boca de Laura, Bea se derrumbó. Empezó a llorar en sollozos desgarradores, mientras Gonzalo, preocupado, la ayudaba a volver a sentarse en el sofá
- ¿Qué pasó Bea?- le preguntó él sin subir el tono de voz- ¿te escapaste?
Ella negó con la cabeza, incapaz de hablar
- ¿Entonces, qué pasó?- Gonzalo no entendía su presencia allí. Conocía de sobra la negativa de Álvaro a dejarla marchar
Se hizo una pausa, mientras Bea intentaba recuperar el control de sus emociones. En silencio, Laura le acercó un vaso de agua y tanto Bea como Gonzalo la miraron sorprendidos. Ninguno de los dos la había oído alejarse y volver a entrar en el salón
- Tranquila…- le susurró Laura mientras la obligaba a beber un par de tragos del agua fresca del vaso- tómate tu tiempo..
Bea bebió sin protestar y le devolvió el vaso a Laura. Cogió aire, pero no pudo evitar que las lágrimas siguieran inundando sus ojos
- Me echó de su lado… - dijo entre sollozos, ya mas calmados- no quería.. no quería que estuviese mas con él… - miró a Gonzalo y le cogió de las manos- tienes que llevarme de vuelta Gonzalo..por favor..
Gonzalo pegó un respingo y miró asustado a Laura que no había modificado la expresión de su rostro. Pero su mirada era torva.. y Gonzalo conocía demasiado bien el significado de esa mirada
- Cariño..- le dijo sin contestar a Bea
Bea se dio cuenta de que había metido la pata con su petición, y soltando las manos de Gonzalo, se dejó caer contra el respaldo del sofá, con una mueca de pena. Gonzalo la miró, sin pronunciar palabra
- No soy tan tonta como para no saber que si sabías donde estaba Álvaro..- dijo Laura en aquel momento- y se que has tenido tus motivos para ocultármelo…- Gonzalo la miró de nuevo y se levantó- pero yo no soy quien juzga, mi amor..- le sonrió tristemente- y entiendo tu postura mejor de lo que crees. No voy a pedirte explicaciones… porque yo defiendo.. porque yo estoy de tu lado. Si te soy sincera, los que me dan pena son Su y Ale… porque ella si juzga… ella si debe estar entre la espada y la pared...
Gonzalo la miró asombrado.. no solo porque supiera su secreto.. sino que también supiera que Alejandro estaba involucrado. Suspiró, sabiendo que tendrían que hablar de ello, pero que ella le daba el espacio necesario para hacerlo
- Gracias mi amor…- dijo él devolviéndole la misma sonrisa triste y girándose de nuevo hacia Bea- Bea….
- Lo siento…- gimió ella secándose las lágrimas- no debí venir… yo..
- Explícame eso de que Álvaro te ha echado de su lado.. por favor..
Beatriz explicó como pudo que había pasado hacía escasamente unas horas. No quería entrar en detalles, pero la pena que la desgarraba por dentro, hizo que al final les contara todo lo que quería contarles en un principio y mas. Pero una vez que lo hubo hecho, no se arrepintió….porque se dio cuenta de lo mucho que había necesitado sacar de dentro lo que sentía.
- Sabes que él te adora…- empezó Gonzalo
- ¿Le vas a denunciar por secuestro?- preguntó Laura tras una pausa. Gonzalo la miró con mala cara. Él no hubiera entrado en el tema que realmente les preocupaba, de forma tan directa. Laura se alzó de hombros
- ¿Denunciarle?- Bea le miró, con los labios apretados- jamás se me ocurriría denunciarle por eso… ni por nada. He estado todo ese tiempo con él porque así lo decidí yo…es mas..- miró a Laura con fijeza- sigue en pie mi decisión de cambiar mi declaración y decir la verdad…
Gonzalo, al escucharla, suspiró de alivio. Pero Laura frunció el ceño
- Beatriz, siento comunicarte que ya ha habido alguien que se te ha adelantado… Álvaro está denunciado por secuestrarte..
- ¿Quién…?- preguntó Bea perdiendo el color del rostro
- Nacho..- esta vez fue Gonzalo quien contestó- tu novio ha denunciado a Álvaro por secuestro.. y está llevando a Diego en la acusación a Francisco por la muerte de Julio de la Vega…
- ¿Qué…?
- Es una historia muy larga…- atajó Laura, algo impaciente- y ahora no tenemos tiempo..- miró a Bea- si vas a cambiar la declaración, tenemos que hacerlo cuanto antes… pero habrás de involucrar a Nacho.. decir la verdad sobre él… para que su denuncia quede en entredicho
Bea sabía a lo que se refería. Nacho no era trigo limpio… y algo, dentro de ella, siempre lo había sabido.
- Haré lo que tenga que hacer. Dejadme a mi a Nacho. Mañana iré a hablar con él
- ¿Estás segura?- le preguntó Gonzalo receloso
Antes de que Bea pudiera contestar, sonó un móvil en la habitación. Laura reconoció su melodía y corrió a contestar
- ¿Si?- dijo mientras caminaba de vuelta al salón- hola Cris.. no, estaba despierta.. dime….¿que? por dios…. ¿Quién ha llamado? Si… ya…. Tenemos que quedar mañana todos a primera hora… llama a Su.. porque la vamos a necesitar….¿que? si, si… por aquí también hay novedades… Bea ha vuelto.. y quiere colaborarnos…si, si.. no es broma… mañana te explico todo…. vale.. hasta mañana..
Colgó el teléfono y suspiró mientras miraba a las dos personas que esperaban que les contara que pasaba.
- Lucía está fuera de control. Marie ha llamado a Jota para decirle que su hermanita está despechada y quiere decirle a Diego dónde se encuentra escondido Álvaro…
- ¡Joder!- exclamó Gonzalo
- Tenemos que darnos prisa…- intervino Bea
- Nos reunimos mañana donde siempre. Ya le he dicho a Cris que llame a Su. Podrás cambiar la declaración delante de ella.
- ¿Y eso servirá?- preguntó Bea
- Tendremos que convencer a Álvaro de que se entregue… pero si lo hace, podremos anular el juicio y buscar una pena leve por fuga.. si es que el juez, que será Su, se la pone. Creo que vamos por el buen camino…- sonrió
Beatriz sonrió levemente y se dejó caer contra el respaldo del sofá. Gonzalo la miró, preocupado
- ¿Por qué no te quedas aquí a dormir esta noche? Te ves exhausta…
- No quiero molestar….- dijo ella en un susurro
- No molestas..- intervino Laura- este sofá esconde una cama muy cómoda.
Bea se limitó a sonreir de nuevo y a asentir con la cabeza. Estar en la casa de Gonzalo, del mejor amigo de Álvaro, le hacía sentir un poco mas cerca de él. Buscó el móvil que le había dado el Anguila en el bolsillo de la chaqueta y lo apretó entre los dedos. Laura salió del salón, seguida de Gonzalo, hacia el cuarto que compartían, y volvió con una camiseta larga
- No te cubrirá entera…- le dijo con algo de pesar- pero es lo único que tengo a mano…
- Gracias…- contestó Bea cogiéndola y sonriendo a Gonzalo que se acercaba con mantas
Gonzalo no contestó. Abrió el sofá, tras pedirle a Bea que se levantara y tras ayudarla con las sábanas y las mantas, la dejaron sola. Bea contestó a los deseos de buenas noches con una sonrisa, mientras la penumbra comenzaba a rodearla. Una vez que se supo sola, no pudo evitar que los sollozos volvieran a dominarla. Saberse lejos de Álvaro la estaba matando…y saber que pasaría tiempo, antes de volverle a ver, no calmaba su estado de ánimo. Quiso sobreponerse, pero el vacío que sentía en su interior, era tan inmenso, que lo único que podía era sacar fuerzas de flaqueza para poder respirar.
Zarek enarcó una ceja cuando vio que Nacho se acercaba, y sintió la tensión en el cuerpo de Diana, que estaba pegada a él. Supo que ella intentaba controlar su mal genio.. y casi sonrió. Aquella mujer era un auténtico volcán en erupción
- Hombre…. Si es la ayudante de mi jueza favorita..- le dijo Nacho al llegar a su altura y mirarla- ¿ ahora te rodeas de policías?
- ¿Cómo sabe usted que yo soy policía?- preguntó Zarek
- Cuando uno es abogado, conoce a quien hay que conocer…- le ofreció la mano- soy Ignacio Goñi… - sonrió- se que usted está en el caso de Álvaro Aguilar…creame… soy el que mas quiere que encierren a ese canalla…
- Se cree el ladrón que todos son de su condición…- siseó Diana entre dientes
- ¿Perdón…?- Nacho miró a la ayudante, con una sonrisa forzada
- Nada…-contestó ella- pero si quieres te compro un sonotone, capullo… porque alomejor, entre putada y putada, te estás quedando sordo y no te das cuenta…
- ¡Diana!- Zarek la miró con una mirada de advertencia. Ella le miró echando humo de la furia
- ¿Qué?
- Déjela, inspector. Las malas compañías es lo que hacen… se les da la mano y tienden a quemarte el brazo entero..
- Pues yo al demonio aún no le he visto ese peinado tan ridículo que tú llevas…- siseó Diana de nuevo
- Diana, por favor…- esta vez Zarek la miró enfadado
Nacho la ignoró.- ¿Quiere sentarse con nosotros? Mi socio, Diego de la Vega y yo, nos encantaría saber si han adelantado algo en la investigación… ese canalla de Aguilar tiene a mi novia retenida.. y quiero… perdón- miró a Diego- queremos, que lo detengan cuanto antes..
- No creo que sea una buena idea, Goñi…- contestó Zarek en voz baja
- Antes me siento en una silla llena de puercoespines en celo…
Nacho perdió la paciencia, y no se dignó en ocultarlo
- Mira, bonita… esta conversación es para mayores…¿Por qué no dejas de meter cizaña?
- ¿Me está llamando niñata?- Diana miró a Zarek, que puso los ojos en blanco- ¿me estás llamando niñata?- esta vez miró directamente a Nacho
- Es exactamente como te comportas….- replicó él
Ella apretó los puños, con la sangre ya hirviéndole de ira
- Pues tengo la misma edad que la “niñata” que te quieres meter entre las piernas….
Nacho, lejos de parecer contrariado, se echó a reir
- ¡Vaya! ¿Qué le tienes envidia a tu amiga Susana? Yo no tengo la culpa de que tu amiguita sea tan fácil de abrir de piernas… Debe ser que ese imbécil que tiene de novio, no la satisface en la cama…- la miró con pena- ¿tú tampoco estás satisfecha, monina?
Diana no se paró a escuchar nada mas. Emitió un rugido de furia y se abalanzó sobre él con todas las fuerzas de las que era capaz. No sintió como las manos de Zarek la sostenían, ni los gritos de advertencia que sonaron en el restaurante. Sus pies no tocaban el suelo, mientras sus manos buscaban el pelo de Nacho y tiraba de él con todas sus fuerzas. Zarek le gritó que parara y la sujetó con mas fuerza. Diana cayó con los pies en el suelo y dio patadas en el aire, mientras forcejeaba para que el policia la soltara.
- ¡Diana, para ya o tendré que detenerte!- le gritó en el oído
Ella pareció reaccionar y se quedó quieta, mientras respiraba con dificultad. Zarek mantuvo el cerco de sus brazos alrededor de ella, mientras sentía como se tranquilizaba. Nacho los miraba con odio en la mirada
- ¡Espero que esto no se quede así, inspector!- rugió el abogado- ¡me da igual que sea su amante!
Zarek apretó los labios.- Buenas noches, señor Goñi…
Soltó un tanto a Diana para girarla hacia la puerta y ella, en un movimiento rápido, se soltó de él, y corriendo hacia el abogado, le golpeó con la rodilla en los genitales, haciéndole aullar de dolor. Zarek se quedó parado de la sorpresa
- La próxima vez que te acerques a Susana, o a mi, o a cualquiera de mis amigos..- le siseó en el oído-, te juro que te buscaré hasta en el fin del mundo, para arrancarte los huevos, maldito hijo de puta. Y no me da miedo acabar en la cárcel… si voy por acabar con una sanguijuela como tú…- le soltó y caminó con la espalda muy recta hacia la puerta. Al llegar a la altura de Zarek, se detuvo, pero no lo miró- ¿Vamos..? Si tienes que llevarme a comisaría, es mejor que te apresures…
Zarek volvió a apretar los labios y la siguió al exterior. A dónde iba a llevarla era a su coche, para darle un par de azotainas… porque era lo que realmente se merecía….
El sonido del vibrador del móvil despertó a Bea de un sueño inquieto. Al principio no supo que era, pero al abrirse paso en su mente, se incorporó con rapidez, mientras un temblor pronunciado, le sacudía las manos. Sacó el móvil de debajo de la almohada, donde lo había colocado antes de intentar dormir, y miró la pantalla, dónde aparecía un número. No necesitaba conocer el número… ya sabía quien era.
- Hola…- susurró cogiendo el móvil
Se oyó un suspiro de rendición.- Hace sólo unas horas que te he echado de mi lado.. y ya me cuesta respirar….- dijo Álvaro al otro lado- mi amor…- susurró también
- Mi amor…- respondió ella
- ¿Podrás perdonarme, mi vida……?
Ella sonrió, mientras las lágrimas, de pura felicidad la traicionaban.

Capítulo 70

Susana detuvo el coche a pocos metros del portal del edificio dónde vivía Alejandro y apagó el motor. Dejó caer la cabeza contra el respaldo y suspiró
- Tiene que estar en casa, cosi..- le dijo Pheebs- hemos ido a todos los sitios posibles dónde podía estar y nada. Incluso el canalla de Nacho está en su casa la mar de tranquilo…
- ¿Y porque no me coge el móvil?- preguntó su amiga mirándola
- Porque seguirá enfadado… ¿aún no sabes que los hombres sólo tienen una neurona y no saben hacer dos cosas a la vez?- la empujó levemente- anda.. sube a hablar con él. Yo me vuelvo con el coche en cuanto me hagas una perdida diciéndome que no te ha tirado nada a la cabeza…- terminó guiñándole un ojo
Susana sonrió.- ¿Estás segura?
- Claro… sube. Yo retomaré mi romance con el cuchillas buenorro…
- Anda que…- Susana salió del coche y tras despedirse de su amiga, se dirigió al portal con el corazón encogido.
Diana la vio alejarse y saliendo del coche, se metió en el lugar del conductor, mientras negaba con la cabeza, pensando en lo complicada que eran las relaciones humanas. Si todos se dedicaran a amarse y punto, el mundo sería un lugar mejor. Pero no… tendían a complicarse la vida… y de mala manera además.
Un golpe en la ventanilla la sobresaltó cuando iba a poner el coche en marcha. Se giró, pensando que Susana quizás se habría arrepentido, y su corazón se detuvo. Bajó la ventana con manos temblorosas
- ¿Qué haces aquí?- preguntó
- Trabajando…- Zarek la miró, serio
- ¿Estás vigilando a Alejandro?- Diana le miró, asombrada
- Si… podría decirse que si..- sus rasgos se suavizaron un tanto- ¿y vosotras?¿a que habéis venido?
- Yo ya me iba… ellos han de hablar.. discutieron….¿porque le vigilas?
- Alguien dio el chivatazo en comisaría de que Alejandro García conoce el paradero de Álvaro Aguilar. Solo lo estamos comprobando
- ¿Y no sería mejor llevarlo a comisaría e interrogarlo?
Zarek sonrió, divertido.- No me gusta llevar a la gente a comisaría cuando mi única prueba es una llamada anónima. Si de verdad tienen algo que esconder, suelen asustarse y luego es más difícil demostrar nada…
- Vaya… habló el profesional…
Él volvió a sonreir.- Un café…? Puedo tomarme media hora..
- ¿El profesional puede descansar?
Zarek señaló con la cabeza al otro lado de la calle.- Hay un coche patrulla al otro lado de la calle…
Diana le señaló el asiento del copiloto, y Zarek, tras hacer una señal, se metió en el coche. Ya dentro, la miró con intensidad y ella se mordió el labio inferior. En un impulso, Zarek la atrajo hacia si, y la besó con fuerza, sobresaltándola.
- Zarek…- susurró ella contra sus labios, cuando él se separó un tanto de ella
- No hagas preguntas… no mas reclamaciones..¿tregua?
Esta vez fue el turno de ella de besarlo, antes de poner el coche en marcha y marcharse de allí. Sólo tenían media hora… e iba a aprovecharla antes de que él cambiara de opinión. Si eso era una tregua…. la tendría
Alejandro oyó el timbre de la puerta, pero tardó en reaccionar. No estaba borracho. Aún. Pero algo le decía que aquella visita lo iba a hacer sentir peor de lo que ya se sentía. Picaron de nuevo a la puerta y esta vez se levantó a abrir.
- Hola…¿puedo…?- le preguntó Susana con una sonrisa tímida
- ¿Qué haces aquí?- le preguntó él sin moverse
- Te he buscado por todos lados.. pensaba que…
- ¿Qué había ido a buscar a mi primo?- le cortó él, seco
- No..que habías ido a buscar a Nacho..
- Y lo hice…
- ¿Qué?
Alejandro se apartó de la puerta y caminó de vuelta al salón. Susana lo siguió tras cerrar la puerta tras de sí
- Alejandro..
- No lo encontré… no estaba en casa…- contestó él dejándose caer en el sofá y cogiendo la botella de cerveza que tenía en la mesita cercana
- Alejandro, por favor…
- ¿Por favor, que?- saltó él- primero le crees a él y luego pretendes que yo me quede de brazos cruzados sabiendo que va haciendo contigo lo que le viene en gana…. ¿ te has vuelto loca o es que me he vuelto loco yo?
Ella bajó la mirada, consciente de que la situación dicha con aquellas palabras, realmente parecía subrrealista.
- Le tengo miedo Ale… se que es capaz de cualquier cosa..
- ¿Capaz de cualquier cosa?- Alejandro la miró- ¿y yo no soy capaz de cualquier cosa por ti?
- Si..- ella se sentó a su lado, pero no lo tocó, tenia miedo de que la rechazara- por eso te busqué.. tenía miedo de que te pudiera pasar algo..
- ¿Te engaño, y luego no soy capaz de defenderte?
- Alejandro, por favor.. deja de sacar las cosas de quicio…
El bebió de su botella sin contestar. Susana se atrevió a ponerle la mano sobre el brazo
- Ale… por favor.. háblame…
Alejandro dejó la botella sobre la mesa con un golpe sordo y se levantó
- Su.. no se que quieres de mi.. de verdad que no lo se…¿Por qué no eres sincera conmigo de una vez?¿Porque no me dices que piensas realmente?
- Alejandro..
- ¡Dimelo!
Ella se levantó, al borde de las lágrimas.- No me pidas eso Ale… por favor….¿no ves que estoy entre la espada y la pared? ¿No ves que si tú estás implicado me vería obligada a denunciarte?
- ¿Crees que no lo se?¿O que para mi es fácil?
Susana se acercó mas a él, llorando ya.- Sabes dónde está…¿verdad?
Alejandro, frustrado, se llevó las manos a la cabeza
- ¡Si! ¡Si, maldita sea, si sé donde está!- la miró, lleno de dolor- ¿y que vas a hacer ahora?¿detenerme?
- Dios mio…- ella se volvió a sentar en el sofá, temblando, sintiendo que sus peores pesadillas se acababan de hacer realidad- dios…..
Alejandro se sintió desesperado. En ningún momento había querido decírselo, implicarla aún mas de lo que ya estaba…hacerle daño…pero tampoco quería seguir engañándola… no podía mas.
- No podía decírtelo… sabes que no podía…- dijo él mirándola, muerto de miedo
Susana levantó la cabeza.- Dios Alejandro… ¿Por qué?¿Porque?
Él se acercó a ella. Toda la rabia había desaparecido, y el miedo lo abarcaba todo… ahogándolo.
- Sé en el lío que te he metido, mi peque… dios..por eso no quería contártelo..- se arrodilló frente a ella- pero haz lo que tengas que hacer, Su…porque lo único que no quiero en el mundo es hacerte daño…Si tienes que detenerme por implicación en la fuga.. hazlo
- ¿Y cómo lo hago?- preguntó ella ya llorando amargamente
- Haciéndolo, mi vida…no voy a dejar de amarte por eso…- susurró Alejandro con el alma en la mirada
Susana lo miró y ahogando un sollozo, lo abrazó con fuerza. Alejandro la apretó contra si
- Perdóname mi amor… perdóname…
Ella se apartó para mirarlo, y se llevó una mano a la boca, mientras no podía parar de llorar. Se levantó, ante la mirada dolida y expectante de él y salió del apartamento.. sin mirar atrás.
Alejandro quiso llamarla, pero supo que tenía que darle su espacio.. su tiempo… para detenerlo.. o para salir de su vida definitivamente.
Anguila entró en la cocina de la casa, y se encontró a Álvaro sentado con un vaso de whisky frente a él. Tenía la cara mojada y los ojos hinchados, y ni siquiera le miró cuando él entró
- ¿Ya te has cansado de destrozar el pisito?- le preguntó su compañero sentándose a horcajadas en una silla frente a él
- Déjame en paz- siseó Álvaro entre dientes
- Vaya… estamos de uñas eh?- Anguila sacó un cigarro del bolsillo de su chaqueta y se lo encendió con el mechero que había sobre la mesa- ¿Por qué ahora, marquesito?
Alvaro hizo una pausa antes de contestar. Bebió del vaso, tragando el líquido ardiente lo mas lentamente que pudo
- Porque está embarazada
- ¿Y….?
Alvaro esta vez si lo miró.- ¿Tú lo sabías?
- Si, marquesito, lo sabía. Y aunque ella estaba segura de que es tuyo, tú dudarías de quien es el padre de ese mocoso…
Su amigo se levantó, empujando la silla en el movimiento. Se mesó el pelo, desesperado
- No es por eso por lo que la he dejado ir….
- Lo se…- Anguila permaneció sentado, fumando tranquilamente- la has dejado ir porque no tienes ningún futuro que ofrecerle, y porque prefieres perderla antes que ponerla en mas peligro…
- Es lo mejor para ella…- dijo Álvaro sabiendo que para él no era lo mejor
- ¿Y que hay de ti? Yo me cansé de decirte que la dejaras ir, y me decias que no, porque la amabas mas que a tu vida, y no querías tenerla lejos…¿a que viene este cambio de opinión, colega?¿sólo por el mocoso?¿Tan seguro estás de que es tuyo?
Alvaro se acercó de nuevo a la mesa y cogió el vaso, volviendo a beber
- No… claro que no estoy seguro de que sea mío….pero no puedo ser tan egoísta como para retenerla aquí, con un bebé en sus entrañas. Cuando dejé atrás el rencor y dejé que mis sentimientos lo arrasaran todo, me di cuenta de que lo máximo que podía hacer por ella y por lo que siento, era ponerla a salvo… darle su libertad. Y si algún día, sólo si algún día, puedo volver a ella, volveré… amándola como el primer día…
- ¿Y si ella ya no está esperándote?- le preguntó Anguila apagando el cigarro
Los ojos oscuros de Álvaro se humedecieron, al sentir el desgarre de una nueva herida en el corazón. Apuró el vaso y volvió a dejarlo encima de la mesa. Anguila se levantó, al ver que su amigo ni siquiera le salían las palabras para contestar.
- Te mueres sólo de pensarlo..¿verdad?
Alvaro lo miró angustiado. Anguila rebuscó en el bolsillo de su chaqueta y sacó un móvil y un cargador. Se lo tendió todo a su amigo
- ¿Qué es esto?- preguntó Álvaro mirando el móvil
- Le he dado otro a Bea. Estos números no están registrados en ningún lado.. podréis hablar por ellos sin problemas.
- ¿Qué…?- Álvaro miró a su amigo que asintió con la cabeza y volvió a mirar el móvil, como si se tratara de un tesoro- Anguila…
- No me lo agradezcas marquesito… que lo hago por mi. Verte por la casa como un alma en pena, no era mi pasatiempo favorito… Pero utilízalo con cabeza. No están registrados.. pero la pasma tiene ojos en todos los lados. No te vayan a pillar por esta gilipollez…
Alvaro cogió el móvil y lo apretó en su mano.- ¿Ella.. ella que te ha dicho?
- Nada… solo lloraba…- Anguila se alzó de hombros y se dirigió a la puerta de la cocina- voy a ayudar a los chicos a recoger el salón.. que me quiero ir a dormir.
Su amigo asintió con la cabeza y apretó el móvil contra su pecho. Su corazón saltaba de felicidad en el pecho…. Y al día siguiente por la mañana, se levantaría escuchando su voz…. y le pediría perdón y la haría comprender… que la amaba mas allá de toda razón.
Zarek abrió la puerta del restaurante y dejó pasar a Diana delante de él. Ella caminó despacio entre las mesas, buscando un lugar dónde sentarse, mientras aferraba la mano del policía. Zarek sonreía ante la actitud cariñosa de la ayudante del juez, mientras con la mano libre, le acariciaba la espalda como al descuido
- ¿Vamos a una mesa lejos de miradas extrañas..?- dijo ella mirándolo de soslayo
- Contando que preferiría que tu fueses el plato principal del menú, por mi no hay problema..- contestó él con una risita divertida
Continuaron andando entre las mesas, cuando ella se detuvo de golpe y maldijo por lo bajo. Zarek miró por encima de su hombro
- ¿Qué pasa, Diana?- pero al mirar mas allá, se dio cuenta de lo que ocurría. Ignacio Goñi y Diego de la Vega, comían en una mesa cercana, y los miraban con expresión divertida
- Ese se va a tragar esa sonrisita de suficiencia…- siseó Diana entre dientes- hoy acabo en comisaría… pero este se traga el plato!
- Di, no hagas locuras.. – la previno Zarek
Ella se giró hacia él.- ¿Qué no hagas locuras? Ahí tienes al hijo puta que hizo la llamada anónima acusando a Ale… estoy segura!
-¿Qué?- Zarek la miró y luego miró a Goñi, que ya se había levantado y se dirigía hacia ellos
El timbre sonó dos veces antes de que Laura, totalmente apresada bajo el cuerpo de Gonzalo, lo escuchara. Rió ante lo que él le hacía, y quiso pasar del timbre de la puerta… hasta que sonó tres veces mas
- Gonzalo, cariño.. están picando…
- Pues que piquen…
Volvieron a picar dos veces mas, muy insistentemente
- Cariño.. debe de ser importante… van a quemar el timbre!
Gonzalo resopló y poniendo cara de fastidio se separó de ella. Buscó sus pantalones y se los puso
- No te muevas de aquí… vuelvo en dos microsegundos….
Laura se echó a reir.- Anda, payaso… ves a abrir a ver quien es…
Gonzalo le mandó un beso y corrió hacia la puerta, a la que seguían picando insistentemente
- ¡Ya va, ya va!- abrió la puerta de un tirón- ¿Pero se puede saber que….?¿Bea? ¡Dios mio! ¿Eres tu….?