domingo, 28 de diciembre de 2008

Capítulo 73

Diana repiqueteó con el pie en el suelo de forma impaciente, mientras picaba al timbre del apartamento de su amiga por quinta vez. Chasqueó la lengua y fue a picar, esta vez de forma insistente, un segundo mas tarde de la anterior
- ¿Te quieres esperar un poco?- le dijo Zarek deteniéndole la mano- vas a quemar el timbre con tanta impaciencia
- ¿Impaciencia yo? – Diana bufó- ya le he picado casi seis veces… si fuera impaciente, hace dos que le habría echado la puerta abajo… y eso que no estoy en uno de esos días que tenemos las mujeres de vez en cuando…
- Vaya.. me alegra saberlo..- Zarek hizo una mueca- ¿Por qué no la llamas?
Diana le mostró el móvil que tenía en la mano.- ¿Y que crees que hago? ¿Ligar con el móvil y hacer manitas? Le he hecho cuatro perdidas y voy a mandarle un sms en este mismo instante
- A eso, en mi trabajo, se le llama acoso- dijo él alzando una ceja
- Y aquí se le llama…”ábre la maldita puerta que tengo un plan increíble con un tio increíble y me lo estás gafando”
Zarek puso los ojos en blanco, pero no pudo evitar sonreir. Con aquella mujer no podía estar demasiado tiempo serio. En ese momento sonó en el móvil de ella el aviso de un mensaje, y ella lo leyó con una mueca
- ¡Acabáramos….!
- ¿Qué pasa?
- Dice que no está en casa… que le deje las llaves del coche en el buzón
- ¿Está bien?
Diana ladeó la cabeza, mientras seguía mirando el mensaje.- No lo pone.. pero la conozco lo suficiente como para responderte que no, que no está bien…
- ¿Quieres que…?- preguntó él preocupado
- No.. no. Querrá estar sola- le miró- ¿vamos a cenar?
- Claro…- dijo él no muy convencido al ver la expresión triste de ella- vamos
Diana comenzó a andar, y en ese momento apareció ante ellos un chico alto, delgado y el cabello del color del cobre. Llevaba una mochila en las manos, y al mirarlos con sus ojos dorados, sonrió con reconocimiento.
- Buenas noches…- dijo con voz aterciopelada mientras se marchaba
La ayudante se quedó parada de golpe, haciendo que Zarek se chocara contra su espalda.
- ¿Qué….?
- Joder…
- ¿Qué pasa?- preguntó él
- Uff… -respondió ella
- ¿Uff..?
- Era mi vampiro
Zarek pensó la pregunta antes de formularla. Seguro que había escuchado mal
- ¿Tu…. vampiro?
Ella bufó.- Bueno, no es un vampiro.. pero se parece condenadamente mucho a un personaje de libro que me vuelve loca..
- Lees demasiado… o tienes demasiado imaginación..- ahora fue el turno de él de bufar
- Eso es lo que me dice Su cuando le digo que me deje acampar en la escalera por la noche, para verlo irse a trabajar…- contestó ella con una mueca
- Ahora añado que estás como un cencerro
- Y lo que me cuesta estarlo…. O te crees tu que ser fuera de lo normal es algo que se consigue asi, a la ligera…- ella puso morritos
Zarek no pudo evitar la carcajada y la abrazó por detrás. Ella se giró en sus brazos y le echó los brazos al cuello
- ¿Te conformarías con cenar… no se… spaguettis recalentados?
- ¿Spaguettis recalentados? ¿y permiten que ese bar esté abierto?- él hizo una mueca divertida
Ella se pegó mas contra él.- No es un bar… es mi casa… Podríamos ir a mi casa… y luego te compenso con el postre…- dijo mientras le lamía los labios
- ¿Esto ha sido el vampiro?- preguntó él entre risas
- Mmm…- ella le besó y él se dejó besar, completamente vencido- prefiero la sangre caliente… aunque…
Zarek no la dejó replicar. La besó con fiereza y segundos mas tarde, la arrastró hacia la calle, buscando un taxi que los llevara a casa de Diana. La carcajada de ella, ante su prisa por entrar en el coche, cuando el taxi se detuvo, fue lo único que se escuchó en mitad de la noche, antes de que el motor rugiera y los alejara de allí.
Alejandro entró en la sala con paso cansado y se dejó caer en una silla cercana, mientras se tapaba la cara con las manos. No había dormido en toda la noche y se sentía exhausto… pero sobretodo por no saber nada de Susana, de si estaba bien… de si había pasado buena noche. Había estado tentado de llamarla al móvil en incontable ocasiones, pero no lo había hecho.. queriendo darle un espacio que a él lo volvía loco. No le importaba si lo detenía… si cumplía con su deber…porque lo que le estaba matando era la certeza de que la había perdido… irremediablemente
- Menuda cara..- la voz de Saymi se dejó escuchar entre la neblina de sus pensamientos- ¿mala noche?
Él no alzó la cabeza.- De lo peor…
- ¿Un café?- preguntó ella, con semblante preocupado
- Por favor…- Alejandro afirmó con la cabeza y la miró. Ella se preocupó mas aún al ver el dolor de su mirada. Pero no dijo nada mas, y le tendió la taza, justo cuando los demás comenzaban a entrar en la sala
- Buenos días..- saludó Cris que venía seguida de Jota- ¿estamos todos?
- Creo que si..- contestó Gonzalo desde la puerta. Venía con Laura.. y Beatriz. Esta los miró a todos con sus grandes ojos verdes
- ¡Bea!- exclamaron varias voces al verla- ¿Qué…?
- Ahora contaremos toda la historia… por favor.. ir sentadoos..- dijo Laura entrando en la habitación.
En ese momento entró Diana y saludó a los presentes con un movimiento de mano. Miró a Alejandro, que se había incorporado en la silla de pura ansiedad.
- ¿Y Susana?- le preguntó cuando le miró
Diana no le contestó. Se sentó en una silla cercana, sin mirarlo mas, y vio que efectivamente, estaban todos.
- Creo que estamos todos…- Laura miró a su hermana, y ésta afirmó con la cabeza- y como veis, hay novedades, y de las buenas.. pero Saymi también tiene algo que contarnos.. asi que empecemos con ella…
Saymi se echó hacia delante, apoyando los brazos sobre la mesa, pero no se levantó
- Chicos.. el estado de mi padrino empeora por horas.. y el juez, tal y como nos temiamos, está pidiendo su comparecencia ante un tribunal mexicano. Miguel y yo vamos a ir hacia allí a ayudar a Merche y a Sara. Hemos contratado al mejor abogado criminalista… pero temo que no salga de esta….
Un gran silencio abatió la sala.
- ¿Cuándo te irias..?- preguntó Jota con un nudo en la garganta
- En dos días. Ya está todo preparado… He hablado con Laura y Gonzalo por el tema de la empresa…- miró a Jota con pesar- quería haberlo comentado contigo, lo siento, pero es que no he tenido tiempo físico
- Lo importante es Francisco..- contestó el ex mensajero
- Si.. asi es. Se que Álvaro está muy bien defendido… y la presencia de Bea en la defensa, mejora mucho las cosas…- la miró y sonrió- o eso espero…
- Si.. de eso tenemos que hablar principalmente..- dijo Laura tomando de nuevo la palabra- Beatriz va a cambiar su declaración… eso nos deja la oportunidad de poder repetir el juicio… y que sea justo. Solo tenemos que conseguir que declare frente a un juez y lo demás será puro trámite. Sólo necesitaríamos que Álvaro se entregase
- Eso va a ser complicado..- dijo Gonzalo
- Ayer intenté hablar con él… - intervino Bea- pero no quiere volver a la cárcel…
- Hay otro problema…- dijo Alejandro hablando por primera vez
- ¿Cuál problema?- le preguntó Cris
- Que si tiene que declarar delante de un juez, Susana no está… y estamos perdiendo un tiempo precioso
- Susana no va a estar…- dijo Diana en voz alta
- ¿Qué?- preguntó Alejandro mirándola
Diana le miró fijamente y segundos después retiró la mirada para buscar en el interior de su bolso. Aquella mañana, muy temprano, había llegado a la oficina inmensamente feliz y deseosa de contarle a su mejor amiga lo bien que se lo había pasado aquella noche. Y se había encontrado con la peor noticia que se podía encontrar. Se obligó a no hundirse, a no soltar el grito de rabia que le atenazaba la garganta y sacó dos sobres. Uno se lo tendió a Cris. El otro era para Alejandro
- Aquí lo explica…- les tendió ambas cartas
Cris cogió la suya con rapidez, mientras que Ale miraba la carta como si quemara. Dudó en cogerla, y retrocedió un poco, cuando Diana la dejó caer sobre la mesa.
- Lee lo que dice, por favor..- urgió Gonzalo
Cris abrió la carta y empezó a leer en voz baja y con el ceño fruncido. Todos esperaban impacientes
- Dios santo…¿por….por….porque ahora?- exclamó la abogada llevándose una mano a la frente
- ¿Qué ocurre?- preguntó Saymi
- Su…Susana.. que ha dimitido- Cris los miró a todos, como si no fueran reales, como si estuviera en medio de una auténtica pesadilla- esta misma mañana a puesto a disposición su cargo frente al tribunal supremo……
- ¡¡¡MALDITA SEA!!!- gritó Alejandro levantándose y tirando la silla con el movimiento
- ¿Por qué no lees tu carta, Alejandro?- le preguntó Diana mordiéndose los labios de rabia- ¿tienes miedo de lo que te vas a encontrar? ¿o tienes miedo de saber que todo esto es culpa tuya?
Alejandro la miró con dolor y frustración. Sabia lo que su carrera significaba para Susana.. y había renunciado… por su culpa…
- ¿ De que va todo esto?- preguntó Cris
- Su se enteró de todo..¿verdad?- le preguntó Laura al primo de Álvaro.
Él tragó saliva, mientras una lágrima de impotencia, recorría su mejilla. Se llevó un puño a la boca para no gritar
- ¿Alguien me explica….?- volvió a preguntar Cris
- Alejandro y yo hemos sabido desde el principio el paradero de Álvaro..- soltó Gonzalo, haciéndola callar
- Que…¿Qué?
- Déjalo Cris..- le dijo Jota acariciándole un brazo- es normal… su primo y su mejor amigo. Sabes que Álvaro lo está pasando mal… Tu hubieras hecho lo mismo por mi…
- ¿Y porque no liberasteis a Bea?- preguntó la abogada sin hacer caso de las palabras de su novio
- Porque Bea no quería ser liberada…- contestó Gonzalo
- Estaba allí porque quería estar allí. Y por mi, jamás me hubiera ido… jamás- terminó Bea
Cris cogió aire y lo expulsó con lentitud. Miró a todos y a cada uno
- Pues señores… tenemos un problema….
- ¿Qué vamos a hacer sin Susana? Podemos buscar otro juez.. pero no tendremos la certeza de que se ponga de nuestro lado…- habló Saymi
Alejandro soltó una maldición y salió de la habitación, no sin antes coger la carta de sobre la mesa. Gonzalo quiso seguirlo, pero Laura lo retuvo cogiéndole del brazo, y negando con la cabeza. Era mejor dejarlo solo
Se alejó hacia la salida del edificio donde se producían aquellas reuniones clandestinas, y salió a la luz de la mañana, mientras el sol llegaba ya a su máximo cénit. La angustia y la desesperación lo consumían… y lo único que quería hacer era gritar y gritar hasta quedarse sin voz. Se sentó en una fuente cercana, intentando recuperar el control, y miró el sobre que tenía entre las manos. Si.. Diana tenía razón. Sentía pánico de lo que pudiera poner.. de lo que pudiera decirle aquella carta. Pero debía tener valor… valor para enfrentarse a la pérdida.. a que ella no quisiera saber de él nunca mas. Debía tener valor para perderlo todo en aquel preciso instante.
Rompió el sobre con dedos temblorosos, y cuando sacó el papel, las lágrimas le impedían ver. Se las limpió con impaciencia, mientras respiraba con cortos jadeos

“Ale… aunque te pienses que esta carta es una despedida… no lo es.. porque no puedo. He renunciado a ser juez, a los dilemas, y a las decisiones dolorosas. Se que quizás no es el mejor camino… pero es lo único que se hacer ahora mismo. Necesito alejarme para volver a encontrarme a mi misma….porque ya no sé quien soy.. ni porque estoy aquí. Y no se cuando volveré.. ni si volveré. Solo se que tú eres lo mejor que me ha pasado en la vida… y pase lo que pase, te voy a adorar siempre.
Cuídate mucho peque…
Te quiero
Su”

Esta vez el grito de dolor no se quedó en la garganta. Ni tampoco en el corazón.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Capítulo 72

Ella sonrió, mientras las lágrimas, de pura felicidad la traicionaban.
- ¿Perdonarte?- dijo ella intentando que su voz fuera clara- ¿perdonarte por que?
- Por apartarte de mi…- dijo él con voz cansada- por hacerte sufrir…por no ser lo suficientemente egoísta como para retenerte a mi lado… y a la mierda las consecuencias..
- A la mierda las consecuencias..- afirmó ella en un susurro
Alvaro volvió a suspirar. Se sentía vivo con tan solo escuchar su voz
- Mi amor.. yo.. yo pensaba en ti… siempre he pensado en ti…
- Deja de pensar en mi…- dijo ella apasionadamente- y piensa en nosotros… porque yo no se estar sin ti… no se vivir sin ti….
- ¿A pesar del peligro?- susurró él
- A pesar de lo que sea… - ella apretó el teléfono con fuerza- quiero estar contigo Álvaro… y si mi destino es huir el resto de mi vida.. lo haré. Aunque….- calló de golpe
- ¿Qué…?
- Alvaro…
- ¿Qué pasa, Bea?
- Estoy…estoy en casa de Gonzalo, Álvaro.
- ¿En casa de Gonzalo?- Álvaro no podía entender nada
- Si… él está con la abogada… con Laura… - hizo una pausa y cogió aire, consciente de la reacción que tendría él en cuanto le dijera lo que estaba a punto de decirle- voy a cambiar la declaración, Alvaro
- ¡No Bea! Por dios… ya hablamos de eso…no puedes…
- Si, si que puedo- le cortó ella, decidida- Laura dice que si cambio la declaración y te entregas, pueden anular el juicio y rebajarte la pena hasta prácticamente hacerla nula….
- No es tan fácil Bea… me cayeron 15 años… mas una fuga, mas tu secuestro….
- ¿Qué secuestro? Estuve contigo por voluntad propia… y sabes que no miento en eso…Y los 15 años te cayeron sobre una montaña de mentiras…. Si destruimos esa montaña, tendrán que volver a juzgarte… pero sobre la verdad….
- No Bea…
- Sabes que lo haré… aunque decidas no entregarte… porque te apoyaré en todo lo que hagas.. porque no hay nada en el mundo que me importe mas que tu…
- ¿Y la condena a la que te enfrentarás….?- preguntó él, enfadado
Ella se alzó de hombros.- Tenemos buenas abogadas… Si eso no es suficiente, tendré que denunciar a Diego y a Nacho por….
- ¡NO!- gritó Álvaro presa del pánico- ¡Bea no! ¡Ellos son muy peligrosos!
- No tengo miedo Álvaro… ya no. Si se que me amas.. ya no hay nada que me pueda asustar de nuevo…
- ¿Qué si te amo? Mas que a mi vida….y lo sabes
- Si.. lo se. Y si hay una esperanza de futuro para nosotros, lucharé por ella… con todas mis fuerzas… por ti.. por mi.. por los dos.
- Bea…
- Confía en mi, por favor… en mi y en la gente que te quiere…
El hizo una pausa.- Me aterra que me encierren de nuevo, Bea… no puedo estar en esa celda ni un minuto mas..
Ella apretó los puños sobre las sábanas… muriéndose por estar a su lado, y acariciarlo, consolarlo hasta hacer desaparecer el pesar en su voz
- Pues no te entregues… lo solucionaremos de otra manera… mañana han quedado para hablarlo…
- ¿Vas a ir tu?
- Allí estaré….- ella sonrió
- Bea…
- Dime, mi amor…
- Cuidate…mucho…tu estado…
- Nuestro hijo estará perfectamente…. Y será un niño perfecto, sano y fuerte…Y tú estarás ahí para cogerlo, acariciarlo, besarlo… y mimarlo hasta decir basta- hizo una pausa, mientras lágrimas de emoción contenida corrían por sus mejillas- él tendrá tus ojos.. tu sonrisa pícara… y tu mismo color de pelo. Y sonreirá al verte…. Y algún día… no muy lejano.. te llamará papá…
Se hizo una pausa mas larga… solo interrumpido por los sollozos leves escuchados a través de la línea telefónica. Bea lo respetó, sabiendo que Álvaro necesitaba un momento para reponerse
- Alvaro… - susurró tras unos minutos
- Te amo tanto…. tanto… si estuvieras aquí ahora mismo, te amaría hasta el amanecer…
- ¿Ves? Eso te pasa por tomar decisiones absurdas como mandarme a casa de Gonzalo a dormir en un sofá, en vez de estar entre tus brazos…
Alvaro no lo pudo evitar y se echó a reir.- A veces soy un tanto absurdo…
- Como un bebé… pero tú no sabes lo mucho que yo adoro a los bebés…- ella sonrió
- Gracias mi amor… por todo…- dijo él
- ¿Ya me dejas?- la pena se notó en la voz de ella, y Álvaro se estremeció
- Tengo que colgar, mi amor… no se hasta que punto estos móviles son seguros..pero te volveré a llamar…
- ¿Pronto?
- Pronto… muy pronto… no puedo sobrevivir sin escuchar tu voz…
- Si no, te llamo yo…- le amenazó ella
- Si no, me llamas tu…- corroboró él
- Te amo….
- Cuida de mi corazón… te lo has llevado contigo..
- Aquí está… latiendo junto al mio..- respondió ella, emocionada
- Los dos juntos… siempre…
- Siempre…
Alvaro colgó el móvil sintiendo que su mundo en aquel momento era un lugar mejor, mientras que Bea se dormía, sabiendo exactamente lo que iba a hacer al día siguiente. Se acabaron los miedos…y las falsas verdades. Era el momento de poner las cartas sobre la mesa.
Zarek siguió a Diana hasta el coche y los dos se montaron en silencio. Ella aún hervía de furia, y él no era menos. Le acababa de meter en un aprieto, y no le gustaba que nadie lo pusiera entre la espada y la pared. Y Diana parecía ser una experta en ponerle en situaciones que le volvían loco.
Sabía que el abogado no se quedaría de brazos cruzados ante la agresión de la ayudante, y ante el solo pensamiento de detenerla, se le secaba la boca.
- ¿Ya estás contenta?- dijo él entre dientes
Ella bufó de forma poco femenina.- No… para nada. Me ha faltado ponerle los calzoncillos por corbata… o sacarle los ojos para dárselos a las alimañas… pero aparte de eso…
- Diana… ¿te has dado cuenta de lo que has hecho?- la miró
- ¿El qué?- ella también le miró- ¿ darle una patada en los huevos a ese hijo de perra? Ya te he dicho que me detengas si has de hacerlo.. no me eches sermones
- Soy policía… tengo que hacerlo…- al escucharle, ella le ofreció las muñecas, para que la esposara, y Zarek suspiró, irritado- echarte sermones.. aunque debería darte una azotaina
- Tú tócame un solo pelo, y te juro que la patada que le he pegado al pelos ese, será una mera anécdota al lado de la que te daría a ti- Diana lo fulminó con la mirada
- ¿Siempre tienes que ser tan intensa?- suspiró él de nuevo
- Si no te gusta como soy…- dijo ella con una ceja alzada y bufando a la vez
- Es que si me gusta…- la interrumpió él- me gusta demasiado… y no puedo protegerte todo el tiempo. Ese tipo es peligroso, Diana… y creo que lo sabes mejor que yo…
Ella volvió a bufar.- Estoy harta de contenerme con ese canalla. No hace mas que atacar a Susana, amenazar a diestro y siniestro.. por no contar que intentó comprar a mi hermana…
- ¿Ataca a Susana?¿Y porque no ha ido a la policía?
- Por miedo…- en ese momento sonó su móvil y Diana lo cogió- mira, es ella…¿cosi? Dame un minuto y voy…. Ah… ya…¿ha pasado algo? ¿estás bien? Si, si, claro que te puedo llevar el coche a casa…¿seguro que estás bien? Si.. no, claro que no hay problema…¿mañana? Bueno, como quieras…Un beso..Hasta mañana
- ¿Qué pasa?- preguntó Zarek
- Que se ha ido a casa… y creo, por su voz, que las cosas con Alejandro no han ido bien….- suspiró y puso el coche en marcha
- ¿Ya te has tranquilizado?- preguntó él tras una pausa
- No… pero no me gusta ver mal a mi amiga. Esto la está superando… ya no es ni la sombra de lo que era hace dos meses…- le miró- ¿te devuelvo a casa de Ale?
- No.. me debes una cena…
- ¿Qué?
- Que me debes una cena. He venido aquí para comer algo y me has arruinado el plan. Asi que tendrás que invitarme a algún lado y compensarme
- ¿Y la guardia?
- Soy el jefe… pueden ocuparse otros..- dijo con una sonrisa
Diana también sonrió, contenta en el fondo, de que él no estuviera enfadado con ella
- ¿Me acompañas a casa de Su? Así le dejo el coche y paso a verla. Me ha dejado algo preocupada…
- Claro. Vamos.
Diana sacó el coche del aparcamiento y condujo en silencio hacia la casa de su amiga. Tenia un mal presentimiento… pero no quería compartirlo con Zarek.. aun no. Siempre había sabido que su estatus de policía complicaría las cosas…. pero nunca fue tan consciente de eso, hasta aquel momento.
Diego se subió el cuello del abrigo mientras cerraba la puerta del coche y caminaba hacia el portal del edificio donde vivía. Acababa de dejar a Nacho en su casa, después de insistirle si quería visitar un hospital y la negación del abogado. No es que se alegrara de aquella patada, pero en su fuero interno, le divertía enormemente. Por fin alguien lo había puesto en su sitio… aunque jamás hubiera cambiado su piel por la de aquella chica en esos momentos. Abrió la puerta, tras buscar las llaves en los bolsillos de su pantalón, y encendió las luces de la escalera, mientras avanzaba hacia el ascensor.
Una figura se levantó en las escaleras, haciéndolo retroceder
- Hola Diego…
- Marie…dios mio..¿que haces aquí a estas horas?- se acercó a ella, pero ella no se inmutó. La barriga, de cinco meses, ya se le notaba a través del abrigo
- Quería hablar contigo…
- ¿Y no podías esperar a mañana?
Ella negó con la cabeza.- No… es importante…
- Está bien…¿Por qué no subes a casa y….?- ofreció Diego
Marie volvió a negar con la cabeza.- No… seré rápida… y necesito estar en territorio neutral…
A Diego le dolió que no quisiera subir a su apartamento, pero guardó silencio. Era la primera vez, en meses, que ella iba a buscarlo a él, y se moría de ganas por saber si ella, por fin, estaba dispuesta a darle una nueva oportunidad y a dejarle entrar definitivamente en su vida
- Lucía sabe donde está Álvaro- vio que él apretaba los dientes, pero no se detuvo. Lo que quería decirle era demasiado importante- y se que te lo quiere contar, por puro despecho…
- ¿Y como lo sabes tu?- le interrumpió él sin poderlo evitar
- Vino a casa a buscarte..- respondió ella con rapidez- ella no sabe que tu y yo… no estamos juntos..- desvió la vista durante un momento, para mirarle de nuevo después
- Si ella…-empezó Diego
- Por eso he venido- ahora fue el turno de Marie de interrumpir- porque estoy harta de sufrir y de ver como las personas a las que quiero, se dejan llevar por el odio y por absurdas venganzas..
- Marie..
- No Diego- su voz era cortante, resuelta- esto se acaba aquí. Me da igual lo que te diga mi hermana…pero si quieres algo conmigo, si realmente me amas como dices… te olvidarás de tu venganza contra los Aguilar…
- ¡No puedes pedirme eso!
- No es la primera vez que te lo pido…- Marie sintió que perdía las fuerzas, pero luchó por no hacerlo- y he esperado pacientemente. Pero mi hijo está a pocos meses de nacer.. y no quiero que crezca entre odios. Si no dejas esa venganza, simplemente desapareceré.
Diego la miró, pasmado. Sabia lo que ella pensaba sobre sus sentimientos por los Aguilar, pero pensaba que ella le esperaría.. y que una vez culminado todo, habría tiempo para hacerse perdonar. Pero es que no podía dejar aquella venganza… era como fuego en la piel que no se calmaba. La miró, herido de muerte, mientras una lágrima le recorría la mejilla
- Tu no puedes…- susurró
- Si puedo… si puedo Diego.. y lo haré.. aunque me cueste la vida.
- Yo te amo…
- Y yo… Diego.. tu sabes que te adoro.. pero no me quedaré aquí viendo como empleas tu vida en hundir a los demás…
- ¡Ellos me hundieron a mi!- gritó él
- No… ellos no te hundieron…- le dijo ella luchando contra las lágrimas- sabes que fue Julio de la Vega el que lo arregló para poder criarte , porque su mujer era esteril, haciéndole chantaje emocional a Francisco.. por una antigua deuda..… como hicieron adoptando a las dos niñas de la familia… Y que fueron Titina, tu madre, y Julio, los que engañaron a Francisco, trayendo a Álvaro al mundo, y haciéndolo pasar por un Aguilar..
- ¡Pero el verdadero Aguilar soy yo! ¡Ellos me lo arrebataron todo!¡Todo!
- Fue Julio Diego.. y lo sabes. Tu odio hacia Julio no te deja ver y culpas a todo el mundo… Ni Álvaro, ni Francisco tienen la culpa de nada. Francisco quiere a Álvaro como su hijo, porque es su hijo… aunque no tenga sus genes…Pero a ti también te quiso.. te quiso lo que tu supuesto padre jamás hizo..
- Cállate…- fue una súplica, pero sonó a orden
- Si… claro que me callaré…- Marie avanzó un paso hacia la puerta y se giró para marcharse.
- Marie…- Diego la llamó, sintiéndose solo y débil sin ella.
- Ya sabes donde encontrarme si desistes de la venganza- ella habló sin girarse- No se cuando vendrá mi hermana.. pero si en tres días no has aparecido.. me iré.. y no volverás a verme… nunca mas
Y se marchó.. dejándolo solo, lleno de furia, desolación y confusión.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Capitulo 71

Bea le miró con sus grandes ojos verdes, húmedos por las lágrimas no derramadas
- Gonzalo….- dijo con voz débil- perdona que haya venido… yo…
- ¡No, por dios!- Gonzalo la cogió de un brazo con suavidad, y la hizo entrar en el apartamento- ¿estás bien…?
Ella asintió con la cabeza, mientras el amigo de Álvaro la conducía hacia el salón y la hacía sentar en el sofá
- ¿Quién ha venido, Gonzalo?- Laura apareció en el quicio de la puerta, y se quedó asombrada al ver a Bea. Ésta se levantó como un resorte al verla
- Ella…- empezó
- Está conmigo Bea..- le dijo Gonzalo- es mi… mi novia
Laura sonrió al notar lo que le había costado a Gonzalo pronunciar aquella palabra. Adelantó unos pasos hacia ellos
- Beatriz… que sorpresa…
Bea miró a Gonzalo.- Nacho la contrató..- dijo con un hilo de voz- ella…
- Las cosas han cambiado, Bea- la interrumpió Laura mirándola con fijeza- yo ya no estoy del bando de los malos, si es lo que estás pensando…- se acercó un paso mas a ella, con lentitud- ahora quiero lo mismo que los demás.. que Álvaro salga lo mas indemne posible…
Ante la aparición de su nombre, pronunciado en la boca de Laura, Bea se derrumbó. Empezó a llorar en sollozos desgarradores, mientras Gonzalo, preocupado, la ayudaba a volver a sentarse en el sofá
- ¿Qué pasó Bea?- le preguntó él sin subir el tono de voz- ¿te escapaste?
Ella negó con la cabeza, incapaz de hablar
- ¿Entonces, qué pasó?- Gonzalo no entendía su presencia allí. Conocía de sobra la negativa de Álvaro a dejarla marchar
Se hizo una pausa, mientras Bea intentaba recuperar el control de sus emociones. En silencio, Laura le acercó un vaso de agua y tanto Bea como Gonzalo la miraron sorprendidos. Ninguno de los dos la había oído alejarse y volver a entrar en el salón
- Tranquila…- le susurró Laura mientras la obligaba a beber un par de tragos del agua fresca del vaso- tómate tu tiempo..
Bea bebió sin protestar y le devolvió el vaso a Laura. Cogió aire, pero no pudo evitar que las lágrimas siguieran inundando sus ojos
- Me echó de su lado… - dijo entre sollozos, ya mas calmados- no quería.. no quería que estuviese mas con él… - miró a Gonzalo y le cogió de las manos- tienes que llevarme de vuelta Gonzalo..por favor..
Gonzalo pegó un respingo y miró asustado a Laura que no había modificado la expresión de su rostro. Pero su mirada era torva.. y Gonzalo conocía demasiado bien el significado de esa mirada
- Cariño..- le dijo sin contestar a Bea
Bea se dio cuenta de que había metido la pata con su petición, y soltando las manos de Gonzalo, se dejó caer contra el respaldo del sofá, con una mueca de pena. Gonzalo la miró, sin pronunciar palabra
- No soy tan tonta como para no saber que si sabías donde estaba Álvaro..- dijo Laura en aquel momento- y se que has tenido tus motivos para ocultármelo…- Gonzalo la miró de nuevo y se levantó- pero yo no soy quien juzga, mi amor..- le sonrió tristemente- y entiendo tu postura mejor de lo que crees. No voy a pedirte explicaciones… porque yo defiendo.. porque yo estoy de tu lado. Si te soy sincera, los que me dan pena son Su y Ale… porque ella si juzga… ella si debe estar entre la espada y la pared...
Gonzalo la miró asombrado.. no solo porque supiera su secreto.. sino que también supiera que Alejandro estaba involucrado. Suspiró, sabiendo que tendrían que hablar de ello, pero que ella le daba el espacio necesario para hacerlo
- Gracias mi amor…- dijo él devolviéndole la misma sonrisa triste y girándose de nuevo hacia Bea- Bea….
- Lo siento…- gimió ella secándose las lágrimas- no debí venir… yo..
- Explícame eso de que Álvaro te ha echado de su lado.. por favor..
Beatriz explicó como pudo que había pasado hacía escasamente unas horas. No quería entrar en detalles, pero la pena que la desgarraba por dentro, hizo que al final les contara todo lo que quería contarles en un principio y mas. Pero una vez que lo hubo hecho, no se arrepintió….porque se dio cuenta de lo mucho que había necesitado sacar de dentro lo que sentía.
- Sabes que él te adora…- empezó Gonzalo
- ¿Le vas a denunciar por secuestro?- preguntó Laura tras una pausa. Gonzalo la miró con mala cara. Él no hubiera entrado en el tema que realmente les preocupaba, de forma tan directa. Laura se alzó de hombros
- ¿Denunciarle?- Bea le miró, con los labios apretados- jamás se me ocurriría denunciarle por eso… ni por nada. He estado todo ese tiempo con él porque así lo decidí yo…es mas..- miró a Laura con fijeza- sigue en pie mi decisión de cambiar mi declaración y decir la verdad…
Gonzalo, al escucharla, suspiró de alivio. Pero Laura frunció el ceño
- Beatriz, siento comunicarte que ya ha habido alguien que se te ha adelantado… Álvaro está denunciado por secuestrarte..
- ¿Quién…?- preguntó Bea perdiendo el color del rostro
- Nacho..- esta vez fue Gonzalo quien contestó- tu novio ha denunciado a Álvaro por secuestro.. y está llevando a Diego en la acusación a Francisco por la muerte de Julio de la Vega…
- ¿Qué…?
- Es una historia muy larga…- atajó Laura, algo impaciente- y ahora no tenemos tiempo..- miró a Bea- si vas a cambiar la declaración, tenemos que hacerlo cuanto antes… pero habrás de involucrar a Nacho.. decir la verdad sobre él… para que su denuncia quede en entredicho
Bea sabía a lo que se refería. Nacho no era trigo limpio… y algo, dentro de ella, siempre lo había sabido.
- Haré lo que tenga que hacer. Dejadme a mi a Nacho. Mañana iré a hablar con él
- ¿Estás segura?- le preguntó Gonzalo receloso
Antes de que Bea pudiera contestar, sonó un móvil en la habitación. Laura reconoció su melodía y corrió a contestar
- ¿Si?- dijo mientras caminaba de vuelta al salón- hola Cris.. no, estaba despierta.. dime….¿que? por dios…. ¿Quién ha llamado? Si… ya…. Tenemos que quedar mañana todos a primera hora… llama a Su.. porque la vamos a necesitar….¿que? si, si… por aquí también hay novedades… Bea ha vuelto.. y quiere colaborarnos…si, si.. no es broma… mañana te explico todo…. vale.. hasta mañana..
Colgó el teléfono y suspiró mientras miraba a las dos personas que esperaban que les contara que pasaba.
- Lucía está fuera de control. Marie ha llamado a Jota para decirle que su hermanita está despechada y quiere decirle a Diego dónde se encuentra escondido Álvaro…
- ¡Joder!- exclamó Gonzalo
- Tenemos que darnos prisa…- intervino Bea
- Nos reunimos mañana donde siempre. Ya le he dicho a Cris que llame a Su. Podrás cambiar la declaración delante de ella.
- ¿Y eso servirá?- preguntó Bea
- Tendremos que convencer a Álvaro de que se entregue… pero si lo hace, podremos anular el juicio y buscar una pena leve por fuga.. si es que el juez, que será Su, se la pone. Creo que vamos por el buen camino…- sonrió
Beatriz sonrió levemente y se dejó caer contra el respaldo del sofá. Gonzalo la miró, preocupado
- ¿Por qué no te quedas aquí a dormir esta noche? Te ves exhausta…
- No quiero molestar….- dijo ella en un susurro
- No molestas..- intervino Laura- este sofá esconde una cama muy cómoda.
Bea se limitó a sonreir de nuevo y a asentir con la cabeza. Estar en la casa de Gonzalo, del mejor amigo de Álvaro, le hacía sentir un poco mas cerca de él. Buscó el móvil que le había dado el Anguila en el bolsillo de la chaqueta y lo apretó entre los dedos. Laura salió del salón, seguida de Gonzalo, hacia el cuarto que compartían, y volvió con una camiseta larga
- No te cubrirá entera…- le dijo con algo de pesar- pero es lo único que tengo a mano…
- Gracias…- contestó Bea cogiéndola y sonriendo a Gonzalo que se acercaba con mantas
Gonzalo no contestó. Abrió el sofá, tras pedirle a Bea que se levantara y tras ayudarla con las sábanas y las mantas, la dejaron sola. Bea contestó a los deseos de buenas noches con una sonrisa, mientras la penumbra comenzaba a rodearla. Una vez que se supo sola, no pudo evitar que los sollozos volvieran a dominarla. Saberse lejos de Álvaro la estaba matando…y saber que pasaría tiempo, antes de volverle a ver, no calmaba su estado de ánimo. Quiso sobreponerse, pero el vacío que sentía en su interior, era tan inmenso, que lo único que podía era sacar fuerzas de flaqueza para poder respirar.
Zarek enarcó una ceja cuando vio que Nacho se acercaba, y sintió la tensión en el cuerpo de Diana, que estaba pegada a él. Supo que ella intentaba controlar su mal genio.. y casi sonrió. Aquella mujer era un auténtico volcán en erupción
- Hombre…. Si es la ayudante de mi jueza favorita..- le dijo Nacho al llegar a su altura y mirarla- ¿ ahora te rodeas de policías?
- ¿Cómo sabe usted que yo soy policía?- preguntó Zarek
- Cuando uno es abogado, conoce a quien hay que conocer…- le ofreció la mano- soy Ignacio Goñi… - sonrió- se que usted está en el caso de Álvaro Aguilar…creame… soy el que mas quiere que encierren a ese canalla…
- Se cree el ladrón que todos son de su condición…- siseó Diana entre dientes
- ¿Perdón…?- Nacho miró a la ayudante, con una sonrisa forzada
- Nada…-contestó ella- pero si quieres te compro un sonotone, capullo… porque alomejor, entre putada y putada, te estás quedando sordo y no te das cuenta…
- ¡Diana!- Zarek la miró con una mirada de advertencia. Ella le miró echando humo de la furia
- ¿Qué?
- Déjela, inspector. Las malas compañías es lo que hacen… se les da la mano y tienden a quemarte el brazo entero..
- Pues yo al demonio aún no le he visto ese peinado tan ridículo que tú llevas…- siseó Diana de nuevo
- Diana, por favor…- esta vez Zarek la miró enfadado
Nacho la ignoró.- ¿Quiere sentarse con nosotros? Mi socio, Diego de la Vega y yo, nos encantaría saber si han adelantado algo en la investigación… ese canalla de Aguilar tiene a mi novia retenida.. y quiero… perdón- miró a Diego- queremos, que lo detengan cuanto antes..
- No creo que sea una buena idea, Goñi…- contestó Zarek en voz baja
- Antes me siento en una silla llena de puercoespines en celo…
Nacho perdió la paciencia, y no se dignó en ocultarlo
- Mira, bonita… esta conversación es para mayores…¿Por qué no dejas de meter cizaña?
- ¿Me está llamando niñata?- Diana miró a Zarek, que puso los ojos en blanco- ¿me estás llamando niñata?- esta vez miró directamente a Nacho
- Es exactamente como te comportas….- replicó él
Ella apretó los puños, con la sangre ya hirviéndole de ira
- Pues tengo la misma edad que la “niñata” que te quieres meter entre las piernas….
Nacho, lejos de parecer contrariado, se echó a reir
- ¡Vaya! ¿Qué le tienes envidia a tu amiga Susana? Yo no tengo la culpa de que tu amiguita sea tan fácil de abrir de piernas… Debe ser que ese imbécil que tiene de novio, no la satisface en la cama…- la miró con pena- ¿tú tampoco estás satisfecha, monina?
Diana no se paró a escuchar nada mas. Emitió un rugido de furia y se abalanzó sobre él con todas las fuerzas de las que era capaz. No sintió como las manos de Zarek la sostenían, ni los gritos de advertencia que sonaron en el restaurante. Sus pies no tocaban el suelo, mientras sus manos buscaban el pelo de Nacho y tiraba de él con todas sus fuerzas. Zarek le gritó que parara y la sujetó con mas fuerza. Diana cayó con los pies en el suelo y dio patadas en el aire, mientras forcejeaba para que el policia la soltara.
- ¡Diana, para ya o tendré que detenerte!- le gritó en el oído
Ella pareció reaccionar y se quedó quieta, mientras respiraba con dificultad. Zarek mantuvo el cerco de sus brazos alrededor de ella, mientras sentía como se tranquilizaba. Nacho los miraba con odio en la mirada
- ¡Espero que esto no se quede así, inspector!- rugió el abogado- ¡me da igual que sea su amante!
Zarek apretó los labios.- Buenas noches, señor Goñi…
Soltó un tanto a Diana para girarla hacia la puerta y ella, en un movimiento rápido, se soltó de él, y corriendo hacia el abogado, le golpeó con la rodilla en los genitales, haciéndole aullar de dolor. Zarek se quedó parado de la sorpresa
- La próxima vez que te acerques a Susana, o a mi, o a cualquiera de mis amigos..- le siseó en el oído-, te juro que te buscaré hasta en el fin del mundo, para arrancarte los huevos, maldito hijo de puta. Y no me da miedo acabar en la cárcel… si voy por acabar con una sanguijuela como tú…- le soltó y caminó con la espalda muy recta hacia la puerta. Al llegar a la altura de Zarek, se detuvo, pero no lo miró- ¿Vamos..? Si tienes que llevarme a comisaría, es mejor que te apresures…
Zarek volvió a apretar los labios y la siguió al exterior. A dónde iba a llevarla era a su coche, para darle un par de azotainas… porque era lo que realmente se merecía….
El sonido del vibrador del móvil despertó a Bea de un sueño inquieto. Al principio no supo que era, pero al abrirse paso en su mente, se incorporó con rapidez, mientras un temblor pronunciado, le sacudía las manos. Sacó el móvil de debajo de la almohada, donde lo había colocado antes de intentar dormir, y miró la pantalla, dónde aparecía un número. No necesitaba conocer el número… ya sabía quien era.
- Hola…- susurró cogiendo el móvil
Se oyó un suspiro de rendición.- Hace sólo unas horas que te he echado de mi lado.. y ya me cuesta respirar….- dijo Álvaro al otro lado- mi amor…- susurró también
- Mi amor…- respondió ella
- ¿Podrás perdonarme, mi vida……?
Ella sonrió, mientras las lágrimas, de pura felicidad la traicionaban.

Capítulo 70

Susana detuvo el coche a pocos metros del portal del edificio dónde vivía Alejandro y apagó el motor. Dejó caer la cabeza contra el respaldo y suspiró
- Tiene que estar en casa, cosi..- le dijo Pheebs- hemos ido a todos los sitios posibles dónde podía estar y nada. Incluso el canalla de Nacho está en su casa la mar de tranquilo…
- ¿Y porque no me coge el móvil?- preguntó su amiga mirándola
- Porque seguirá enfadado… ¿aún no sabes que los hombres sólo tienen una neurona y no saben hacer dos cosas a la vez?- la empujó levemente- anda.. sube a hablar con él. Yo me vuelvo con el coche en cuanto me hagas una perdida diciéndome que no te ha tirado nada a la cabeza…- terminó guiñándole un ojo
Susana sonrió.- ¿Estás segura?
- Claro… sube. Yo retomaré mi romance con el cuchillas buenorro…
- Anda que…- Susana salió del coche y tras despedirse de su amiga, se dirigió al portal con el corazón encogido.
Diana la vio alejarse y saliendo del coche, se metió en el lugar del conductor, mientras negaba con la cabeza, pensando en lo complicada que eran las relaciones humanas. Si todos se dedicaran a amarse y punto, el mundo sería un lugar mejor. Pero no… tendían a complicarse la vida… y de mala manera además.
Un golpe en la ventanilla la sobresaltó cuando iba a poner el coche en marcha. Se giró, pensando que Susana quizás se habría arrepentido, y su corazón se detuvo. Bajó la ventana con manos temblorosas
- ¿Qué haces aquí?- preguntó
- Trabajando…- Zarek la miró, serio
- ¿Estás vigilando a Alejandro?- Diana le miró, asombrada
- Si… podría decirse que si..- sus rasgos se suavizaron un tanto- ¿y vosotras?¿a que habéis venido?
- Yo ya me iba… ellos han de hablar.. discutieron….¿porque le vigilas?
- Alguien dio el chivatazo en comisaría de que Alejandro García conoce el paradero de Álvaro Aguilar. Solo lo estamos comprobando
- ¿Y no sería mejor llevarlo a comisaría e interrogarlo?
Zarek sonrió, divertido.- No me gusta llevar a la gente a comisaría cuando mi única prueba es una llamada anónima. Si de verdad tienen algo que esconder, suelen asustarse y luego es más difícil demostrar nada…
- Vaya… habló el profesional…
Él volvió a sonreir.- Un café…? Puedo tomarme media hora..
- ¿El profesional puede descansar?
Zarek señaló con la cabeza al otro lado de la calle.- Hay un coche patrulla al otro lado de la calle…
Diana le señaló el asiento del copiloto, y Zarek, tras hacer una señal, se metió en el coche. Ya dentro, la miró con intensidad y ella se mordió el labio inferior. En un impulso, Zarek la atrajo hacia si, y la besó con fuerza, sobresaltándola.
- Zarek…- susurró ella contra sus labios, cuando él se separó un tanto de ella
- No hagas preguntas… no mas reclamaciones..¿tregua?
Esta vez fue el turno de ella de besarlo, antes de poner el coche en marcha y marcharse de allí. Sólo tenían media hora… e iba a aprovecharla antes de que él cambiara de opinión. Si eso era una tregua…. la tendría
Alejandro oyó el timbre de la puerta, pero tardó en reaccionar. No estaba borracho. Aún. Pero algo le decía que aquella visita lo iba a hacer sentir peor de lo que ya se sentía. Picaron de nuevo a la puerta y esta vez se levantó a abrir.
- Hola…¿puedo…?- le preguntó Susana con una sonrisa tímida
- ¿Qué haces aquí?- le preguntó él sin moverse
- Te he buscado por todos lados.. pensaba que…
- ¿Qué había ido a buscar a mi primo?- le cortó él, seco
- No..que habías ido a buscar a Nacho..
- Y lo hice…
- ¿Qué?
Alejandro se apartó de la puerta y caminó de vuelta al salón. Susana lo siguió tras cerrar la puerta tras de sí
- Alejandro..
- No lo encontré… no estaba en casa…- contestó él dejándose caer en el sofá y cogiendo la botella de cerveza que tenía en la mesita cercana
- Alejandro, por favor…
- ¿Por favor, que?- saltó él- primero le crees a él y luego pretendes que yo me quede de brazos cruzados sabiendo que va haciendo contigo lo que le viene en gana…. ¿ te has vuelto loca o es que me he vuelto loco yo?
Ella bajó la mirada, consciente de que la situación dicha con aquellas palabras, realmente parecía subrrealista.
- Le tengo miedo Ale… se que es capaz de cualquier cosa..
- ¿Capaz de cualquier cosa?- Alejandro la miró- ¿y yo no soy capaz de cualquier cosa por ti?
- Si..- ella se sentó a su lado, pero no lo tocó, tenia miedo de que la rechazara- por eso te busqué.. tenía miedo de que te pudiera pasar algo..
- ¿Te engaño, y luego no soy capaz de defenderte?
- Alejandro, por favor.. deja de sacar las cosas de quicio…
El bebió de su botella sin contestar. Susana se atrevió a ponerle la mano sobre el brazo
- Ale… por favor.. háblame…
Alejandro dejó la botella sobre la mesa con un golpe sordo y se levantó
- Su.. no se que quieres de mi.. de verdad que no lo se…¿Por qué no eres sincera conmigo de una vez?¿Porque no me dices que piensas realmente?
- Alejandro..
- ¡Dimelo!
Ella se levantó, al borde de las lágrimas.- No me pidas eso Ale… por favor….¿no ves que estoy entre la espada y la pared? ¿No ves que si tú estás implicado me vería obligada a denunciarte?
- ¿Crees que no lo se?¿O que para mi es fácil?
Susana se acercó mas a él, llorando ya.- Sabes dónde está…¿verdad?
Alejandro, frustrado, se llevó las manos a la cabeza
- ¡Si! ¡Si, maldita sea, si sé donde está!- la miró, lleno de dolor- ¿y que vas a hacer ahora?¿detenerme?
- Dios mio…- ella se volvió a sentar en el sofá, temblando, sintiendo que sus peores pesadillas se acababan de hacer realidad- dios…..
Alejandro se sintió desesperado. En ningún momento había querido decírselo, implicarla aún mas de lo que ya estaba…hacerle daño…pero tampoco quería seguir engañándola… no podía mas.
- No podía decírtelo… sabes que no podía…- dijo él mirándola, muerto de miedo
Susana levantó la cabeza.- Dios Alejandro… ¿Por qué?¿Porque?
Él se acercó a ella. Toda la rabia había desaparecido, y el miedo lo abarcaba todo… ahogándolo.
- Sé en el lío que te he metido, mi peque… dios..por eso no quería contártelo..- se arrodilló frente a ella- pero haz lo que tengas que hacer, Su…porque lo único que no quiero en el mundo es hacerte daño…Si tienes que detenerme por implicación en la fuga.. hazlo
- ¿Y cómo lo hago?- preguntó ella ya llorando amargamente
- Haciéndolo, mi vida…no voy a dejar de amarte por eso…- susurró Alejandro con el alma en la mirada
Susana lo miró y ahogando un sollozo, lo abrazó con fuerza. Alejandro la apretó contra si
- Perdóname mi amor… perdóname…
Ella se apartó para mirarlo, y se llevó una mano a la boca, mientras no podía parar de llorar. Se levantó, ante la mirada dolida y expectante de él y salió del apartamento.. sin mirar atrás.
Alejandro quiso llamarla, pero supo que tenía que darle su espacio.. su tiempo… para detenerlo.. o para salir de su vida definitivamente.
Anguila entró en la cocina de la casa, y se encontró a Álvaro sentado con un vaso de whisky frente a él. Tenía la cara mojada y los ojos hinchados, y ni siquiera le miró cuando él entró
- ¿Ya te has cansado de destrozar el pisito?- le preguntó su compañero sentándose a horcajadas en una silla frente a él
- Déjame en paz- siseó Álvaro entre dientes
- Vaya… estamos de uñas eh?- Anguila sacó un cigarro del bolsillo de su chaqueta y se lo encendió con el mechero que había sobre la mesa- ¿Por qué ahora, marquesito?
Alvaro hizo una pausa antes de contestar. Bebió del vaso, tragando el líquido ardiente lo mas lentamente que pudo
- Porque está embarazada
- ¿Y….?
Alvaro esta vez si lo miró.- ¿Tú lo sabías?
- Si, marquesito, lo sabía. Y aunque ella estaba segura de que es tuyo, tú dudarías de quien es el padre de ese mocoso…
Su amigo se levantó, empujando la silla en el movimiento. Se mesó el pelo, desesperado
- No es por eso por lo que la he dejado ir….
- Lo se…- Anguila permaneció sentado, fumando tranquilamente- la has dejado ir porque no tienes ningún futuro que ofrecerle, y porque prefieres perderla antes que ponerla en mas peligro…
- Es lo mejor para ella…- dijo Álvaro sabiendo que para él no era lo mejor
- ¿Y que hay de ti? Yo me cansé de decirte que la dejaras ir, y me decias que no, porque la amabas mas que a tu vida, y no querías tenerla lejos…¿a que viene este cambio de opinión, colega?¿sólo por el mocoso?¿Tan seguro estás de que es tuyo?
Alvaro se acercó de nuevo a la mesa y cogió el vaso, volviendo a beber
- No… claro que no estoy seguro de que sea mío….pero no puedo ser tan egoísta como para retenerla aquí, con un bebé en sus entrañas. Cuando dejé atrás el rencor y dejé que mis sentimientos lo arrasaran todo, me di cuenta de que lo máximo que podía hacer por ella y por lo que siento, era ponerla a salvo… darle su libertad. Y si algún día, sólo si algún día, puedo volver a ella, volveré… amándola como el primer día…
- ¿Y si ella ya no está esperándote?- le preguntó Anguila apagando el cigarro
Los ojos oscuros de Álvaro se humedecieron, al sentir el desgarre de una nueva herida en el corazón. Apuró el vaso y volvió a dejarlo encima de la mesa. Anguila se levantó, al ver que su amigo ni siquiera le salían las palabras para contestar.
- Te mueres sólo de pensarlo..¿verdad?
Alvaro lo miró angustiado. Anguila rebuscó en el bolsillo de su chaqueta y sacó un móvil y un cargador. Se lo tendió todo a su amigo
- ¿Qué es esto?- preguntó Álvaro mirando el móvil
- Le he dado otro a Bea. Estos números no están registrados en ningún lado.. podréis hablar por ellos sin problemas.
- ¿Qué…?- Álvaro miró a su amigo que asintió con la cabeza y volvió a mirar el móvil, como si se tratara de un tesoro- Anguila…
- No me lo agradezcas marquesito… que lo hago por mi. Verte por la casa como un alma en pena, no era mi pasatiempo favorito… Pero utilízalo con cabeza. No están registrados.. pero la pasma tiene ojos en todos los lados. No te vayan a pillar por esta gilipollez…
Alvaro cogió el móvil y lo apretó en su mano.- ¿Ella.. ella que te ha dicho?
- Nada… solo lloraba…- Anguila se alzó de hombros y se dirigió a la puerta de la cocina- voy a ayudar a los chicos a recoger el salón.. que me quiero ir a dormir.
Su amigo asintió con la cabeza y apretó el móvil contra su pecho. Su corazón saltaba de felicidad en el pecho…. Y al día siguiente por la mañana, se levantaría escuchando su voz…. y le pediría perdón y la haría comprender… que la amaba mas allá de toda razón.
Zarek abrió la puerta del restaurante y dejó pasar a Diana delante de él. Ella caminó despacio entre las mesas, buscando un lugar dónde sentarse, mientras aferraba la mano del policía. Zarek sonreía ante la actitud cariñosa de la ayudante del juez, mientras con la mano libre, le acariciaba la espalda como al descuido
- ¿Vamos a una mesa lejos de miradas extrañas..?- dijo ella mirándolo de soslayo
- Contando que preferiría que tu fueses el plato principal del menú, por mi no hay problema..- contestó él con una risita divertida
Continuaron andando entre las mesas, cuando ella se detuvo de golpe y maldijo por lo bajo. Zarek miró por encima de su hombro
- ¿Qué pasa, Diana?- pero al mirar mas allá, se dio cuenta de lo que ocurría. Ignacio Goñi y Diego de la Vega, comían en una mesa cercana, y los miraban con expresión divertida
- Ese se va a tragar esa sonrisita de suficiencia…- siseó Diana entre dientes- hoy acabo en comisaría… pero este se traga el plato!
- Di, no hagas locuras.. – la previno Zarek
Ella se giró hacia él.- ¿Qué no hagas locuras? Ahí tienes al hijo puta que hizo la llamada anónima acusando a Ale… estoy segura!
-¿Qué?- Zarek la miró y luego miró a Goñi, que ya se había levantado y se dirigía hacia ellos
El timbre sonó dos veces antes de que Laura, totalmente apresada bajo el cuerpo de Gonzalo, lo escuchara. Rió ante lo que él le hacía, y quiso pasar del timbre de la puerta… hasta que sonó tres veces mas
- Gonzalo, cariño.. están picando…
- Pues que piquen…
Volvieron a picar dos veces mas, muy insistentemente
- Cariño.. debe de ser importante… van a quemar el timbre!
Gonzalo resopló y poniendo cara de fastidio se separó de ella. Buscó sus pantalones y se los puso
- No te muevas de aquí… vuelvo en dos microsegundos….
Laura se echó a reir.- Anda, payaso… ves a abrir a ver quien es…
Gonzalo le mandó un beso y corrió hacia la puerta, a la que seguían picando insistentemente
- ¡Ya va, ya va!- abrió la puerta de un tirón- ¿Pero se puede saber que….?¿Bea? ¡Dios mio! ¿Eres tu….?

jueves, 27 de noviembre de 2008

Capítulo 69

Ella lo miró con los ojos muy abiertos. Entre todas las respuestas de Álvaro que se podía haber imaginado, aquella era la mas inverosímil de todas.
- ¿De Nacho? No.. yo…- empezó
- No me mientas Bea…- le cortó él angustiado, levantándose y separándose de ella
- No te miento…- ella se levantó también, sintiendo frío por su lejanía- Nacho y yo hace tiempo que no tenemos nada… él…
- ¿Me estás diciendo que es tu pareja y no habeis tenido intimidad?- la miró, incrédulo- pues hasta hace poco se os veía muy bien..
- Eso no es verdad….!- ella cerró los ojos, intentando que los nervios, que la desesperación no la consumiera- Álvaro…
Alvaro no la escuchó, no quería escucharla. El dolor del corazón era tan profundo, tan agónico, que le amenazaba con derrumbarlo en el sitio. Se giró para marcharse, pero ella le detuvo. Él no la miró
- Me acabas de decir que te acuerdas de que nos amamos, Álvaro…- casi suplicó
- ¿Y crees que eso mejora las cosas?- las lágrimas se deslizaron por las mejillas de él, silenciosas, traicioneras- ¿crees que podría vivir siendo un criminal y trayendo un hijo a este mundo?
- Álvaro…- a ella se le destrozó el corazón al escucharle hablar asi
- ¿Estás segura de que es mio, verdad?- ella asintió con la cabeza, repetidas veces, intentando transmitirle la misma seguridad que sentía en su corazón- ¿y qué futuro le doy, Bea?¿Qué futuro os doy a los dos? ¿ Vamos huyendo, de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo? ¿Le buscamos un profesor particular que huya con nosotros? O mejor… ¿Por qué tu no haces la carrera de magisterio a distancia para que puedas tu misma educarlo…? Mientras no estés harta de huir con un perdedor.. claro..
Sus palabras eran tan amargas que Bea no pudo evitar las lágrimas también. Le cogió de un brazo, intentando retenerlo
- Yo iría al fin del mundo contigo, Álvaro..si tú estás a mi lado….
- Pero no sé cuanto tiempo tengo Bea..- él se secó las lágrimas, y la miró con una tristeza que le retorció el alma- no sé si mañana salga de aquí y nos encontremos a todo el cuerpo de policía en la puerta de la casa… o si por el contrario, podría huir a Sudamérica, con mi padre, como quiero hacer…- era la primera vez que la hacía partícipe de sus planes, y Bea se sintió desfallecer- pero pase lo que pase, no te puedo arrastrar Bea.. no puedo ser tan egoísta.. y mas si estás embarazada…
- Yo quiero estar contigo..- Bea no pudo reprimir los sollozos
Alvaro la miró y el corazón se le fue tras ella. En un impulso, tiró de la mano que lo retenía y la abrazó con fuerza, perdiéndose en ella, en su contacto.
- Y yo…¡dios, me muero por estar contigo, por darte todo!!- la besó en el cuello, subiendo hasta la frente, besando sus mejillas, sus párpados, su nariz, hasta encontrar su boca, de la que bebió como un sediento ante una fuente de agua clara y cristalina. Bea correspondió al beso, entregándose entera, pegándose a él, buscando un calor que hacia tiempo no sentía
- No te separes de mi…- suplicó ella cuando Álvaro se separó para mirarla- no nos hagas esto…
Alvaro la miró entre lágrimas, acariciándole la cara con las manos, sintiendo que el pensamiento de perderla, le estaba matando. Pero por una vez en la vida, iba a hacer las cosas bien
- Si supieras cuanto te amo mi niña… cuanto te he añorado, cuando te he necesitado… Jamás he podido odiarte.. jamás he podido olvidarme de tu esencia… de tu sonrisa…- le tocó los labios con los dedos y rió entre lágrimas- de esos ruiditos que haces durmiendo y que adoro.. de la forma en que se te enreda el pelo después de la ducha.. y lo fríos que tienes los pies por la noche…- ella también rió- y de lo mucho que me gusta amarte.. sentirte… perderme dentro de ti..Si tu realmente lo supieras mi amor.. no te imaginarías siquiera lo difícil que me resulta todo esto..
- Alvaro… por favor… podemos solucionarlo.. podemos…
- ¿Qué solucionamos? ¿ Convencemos al juez de que no me condene por 10 años mas?
- Voy a cambiar mi declaración..- le dijo ella, seria, y a la vez desesperada- mentí en ese juicio…y voy a decir la verdad…
- No puedes hacer eso…- le dijo él cogiéndola por los brazos y apartándola de él- ahora no Bea… no te lo puedo permitir…
- ¿Por qué no? Eso anularía el juicio!
- Y a ti te acusarían de perjurio en un juicio. Te pueden caer años Bea..
- Me da igual…
- ¡A mi no! ¡Y mucho menos si estás embarazada! ¿Qué quieres? ¿Tener a nuestro hijo en prisión?
Ella lo miró mientras la sonrisa adornaba su cara sin poderlo evitar.
- Has dicho nuestro… nuestro, Álvaro…
Alvaro se alejó de ella, lleno de confusión. Quería creer en las palabras de Bea, quería creer que aquel hijo que ella llevaba en sus entrañas, realmente era de los dos. Pero no podía… Todavía sentía que aquella confianza era frágil.. que todavía se sentía vulnerable ante ella. No sabia muy bien que sentía con respecto a todo lo que estaba pasando entre los dos…. Lo único que tenía claro era que la amaba mas que a su vida, y que antes moriría mil veces antes de que ella volviera a sufrir por su causa un solo segundo mas.
- No quiero que sufras Bea… no quiero que pagues por nada… que nada de esto te salpique..
- Estamos juntos en esto…- contestó ella, firme- como dirían en Titanic… si tu saltas, yo salto…- sonrió
Alvaro también sonrió, con ganas de decirle que había visto demasiadas veces aquella película. Pero no dijo nada. No podía hacerle caso a su corazón, que le gritaba que se aferrara a ella y no la dejara marchar….
- Estás aquí porque te secuestré..
- No, estoy aquí porque le supliqué al Anguila que no me separase de ti…
Él lo sabía… Anguila se lo había dicho.. Y eso le hizo recordar lo egoísta que había sido.
- ¿Y que has conseguido quedándote, Bea?
- Estar cerca de ti…
Alvaro se llevó una mano a los ojos, apretándose los párpados con los dedos, intentando no dejarse llevar por sus sentimientos. Cada segundo que pasaba, su corazón sangraba un poco mas con la sola idea de dejarla marchar. Anguila le había dicho en muchas ocasiones que tenia que dejarla ir y apartarla de todo aquello…. Siempre se había negado.. por egoísmo, por cobardía.. pero ahora sabía que tenía razón
- No hagas esto mas difícil Bea.. por favor…- le suplicó
Ella lo miró a través de las lágrimas.- ¿Me has dicho que me quieres, para ahora decirme que me tengo que ir?- casi le gritó, desesperada
- ¿Crees que para mi es fácil? No quiero que sigas en esto!- le gritó él- ¡no quiero que ese niño nazca huyendo! ¡Me da igual de quien sea! ¡No se merece eso!
- ¿Y quieres que me quede con Nacho, para que así tenga un padre?- le soltó ella rabiosa
Alvaro calló de golpe. No.. no quería ni que se le acercara. La sola idea de saberla cerca de Nacho le quemaba las entrañas….
- Si eso es lo mejor…- dijo sin sentirlo
- ¡Maldito seas! ¡ Le diré a la policia dónde estás! ¡ Haré que te capturen!- le gritó ella golpeándolo en el pecho
Él la cogió de los brazos, sujetándola. Sin contestarle, la abrazó con fuerza, mientras le seguía golpeando
- ¡Anguila!- llamó- ¡Anguila!
Bea lo miró con los ojos muy abiertos, mientras negaba con la cabeza y dejaba de golpearlo.
- Bea, es lo mejor..- dijo él con un nudo en la garganta
- No me hagas esto Álvaro… no me mates…por favor.. no me mates…
- No digas eso, por favor…- él lloraba también- pronto me olvidarás…
- ¿Olvidarte?- ella lloraba ya desesperada- ¿te olvidas tu de respirar?¿ de abrigarte cuando tienes frío?¿Me olvidaste tu a mi?
- No tengo nada que ofrecerte….
- ¡No quiero nada! ¡Sólo estar contigo! ¿Es que no lo entiendes?
Alvaro fue a contestarle cuando apareció el Anguila
- ¿Qué pasa, marquesito?
Su amigo se secó las lágrimas antes de mirarlo
- Dile a Jimmy que saque el coche. Llevadla a casa…
- ¿Estás seguro….?- le preguntó Anguila sorprendido- esto….- quiso seguir hablando, cerciorándose de la decisión de su amigo y compañero, pero el grito de dolor de Bea lo detuvo
- ¡¡NOOOOO!!! ¡¡¡NO ME IRE!!!- se apartó de ambos hombres, dispuesta a luchar si era necesario. Lucharía contra el propio Álvaro si eso hacía que cambiara de opinión
Álvaro retrocedió hasta la pared de la casa, hasta sentirla contra su espalda, como si aquella pared le diera las fuerzas suficientes como para no derrumbarse.
- Lleváosla…- dijo en un susurro casi inaudible- rápido….
El Anguila no necesitó escuchar nada mas. Llamó a uno de los hombres con un chasquido de dedos y señaló a Bea. El hombre se acercó a ella y la sujetó, comenzando a arrastrarla. Ella forcejeó con todas sus fuerzas
- ¡No Álvaro!- gritó entre sollozos- ¡No dejes que me aparten de ti!¡No dejes que me lleven! ¡Te amo! ¡Te amo mas que a nada en el mundo! ¡Por favor! ¡POR FAVOR!- el hombre de Anguila la cogió con mas fuerza, alzándola, mientras ella pataleaba, luchando por soltarse- ¡ Álvaro! ¡ALVAROOOOOOOO!
Álvaro no pudo mas y se derrumbó llorando a lágrima viva, mientras el Anguila, al verle, corría a ayudar al hombre a llevarse a Bea de allí. Los gritos de Bea y su llanto aciago aún llegaban a los oídos de Álvaro, torturándolo… matándolo. Se levantó, intentando huir y entró en la casa, creyendo que las paredes, taparían su voz, su recuerdo… su desesperación. Pero la soledad y la certeza de que ella ya no estaba allí, lo golpeó con tanta fuerza, que se volvió a derrumbar. Y gritó. Gritó de rabia, de impotencia, de puro dolor. Un dolor agónico que le destrozó el alma, y lo dejó muerto en vida. En un impulso destructivo, lo destrozó todo lo que encontró a su paso… sin dejar de gritar, sin dejar de llorar. Quería que desapareciera el dolor… quería que desapareciera el vacío… Pero todo se lo había llevado ella… todo.
Cayó al suelo de rodillas, entre los muebles destrozados, cubriéndose la cara con las manos, y llorando desesperado. Ya no había marcha atrás… su mundo se había derrumbado del todo… ya no le quedaba nada. Nada. Ni tan siquiera la certeza de que aquel hijo fuese suyo.. porque no la volvería a ver… jamás
Siguió llorando, durante minutos interminables… hasta que sólo pudo llorar por dentro porque se le habían acabado las lágrimas.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Capitulo 68

Anguila miró a su compañero con la boca abierta.
- Ahora si que te ahostio marquesito… ¿después de tantas chorradas y gilipolleces, me dices que vas a perdonarla y a volver con ella?
- ¿Te parece mal?
- ¿Mal?¿Que me va a parecer mal?- Anguila sonrió- joder marquesito, si es lo mejor que pues hacer… arrechucharla y dejarte de mariconeces de una buena vez!!
- Vale, vale…- Álvaro también sonrió- no seas tan efusivo..- de repente se sintió azorado, como un adolescente- ¿Qué hago?¿voy a hablar con ella?
- Está en la terraza de atrás…- contestó Anguila señalando la puerta con la cabeza
Alvaro asintió con la cabeza repentinamente serio. Se puso bien las mangas del jersey y se dirigió hacia la puerta de la cocina, ante la mirada atenta de su amigo que movía la cabeza con una sonrisa
Marie se sentó al lado de su hermana en el sofá, mientras le ponía una tila entre las manos. Lucía la cogió aún con el mismo temblor pronunciado que tenía al llegar al apartamento de su hermana
- Ahora me vas a contar todo con calma…- le dijo Marie acariciándole la cara
- Pues no hay mucho mas que contar…- le contestó ella entre lágrimas- Álvaro me rechazó. Se acostó conmigo y luego me dice que no puede estar conmigo.. que no me quiere…
- Cariño… no puedes obligar a nadie a que te quiera… y mucho menos traicionar su confianza por el simple hecho de que no lo haga. Estoy segura de que si Álvaro te dejó ir asi como asi, es porque confía en que jamás le traicionarías
- Pues confía demasiado…
- Luci…
- ¡ Marie, tu sabes lo mucho que he sufrido por él y lo mucho que le he esperado!¡No puedo quedarme cruzada de brazos sabiendo que se va con otra! ¡Con ese esperpento de mujer, por dios!
Marie la miró asombrada.- ¿Qué demonios pasa contigo, Lucía? ¡Tu no eras así!
- Y tu que sabes como soy yo.. me dejaste tirada por quedarte con Diego..¿recuerdas?
Su hermana perdió el color. En todo lo que había pasado entre ellas, jamás se imaginó que Lucía pudiera hablarle asi, echarle en cara de aquella forma su relación con Diego. Total.. para nada, porque ya no estaban juntos
- Yo, al igual que tu, lo hice por amor. Tu no quedaste en Bulevar porque sabías que allí se quedaban los enemigos de Álvaro.. y eso no podía ser bueno para ti frente a sus ojos…- le dijo, dolida
Dríade guardó silencio por unos instantes
- Y no nos ha servido de nada a ninguna de las dos…- contestó
Marie se tocó la tripita, que ya se le notaba.- Ahí te equivocas. Yo tengo mi hijo.. y la certeza de que Diego me ama. Si no estamos juntos, es porque yo le exijo cosas que él de momento no se ve capacitado para darme…y quizás eso nos separe definitivamente… pero se, que si vuelve a mi, será para siempre y por entero…
Lucía comenzó a llorar de nuevo.- Yo me quedé vacia… sin nada…
Marie la abrazó por los hombros.- Lucía… tienes su felicidad en tus manos.. si le dices a Diego donde está, sabes que mandará a toda la policía de Madrid a buscarlo. Y volverán a meterlo preso… y a saber por cuantos años…
- ¿Crees que eso me importa ahora?- le miró, rebelde
- Pues debería importarte.. si dices que le quieres tanto..
- ¡Pues claro que le quiero!¡Mas que esa mujer a la que tiene encerrada!¡Y no dejaré que se quede con él!¡No le dejaré!
- Lucía por dios..
- Si tu no me dices donde está Diego no me importa… yo misma le buscaré
- El rencor no nos lleva a ningún lado…- empezó Marie
- Déjame en paz….- se separó de su hermana, y cogiendo su bolso, se marchó del apartamento con un portazo.
Marie se mordió los labios sin saber que hacer. Miró el teléfono y dudó, pero solo fue un segundo. Se dirigió hacia la mesilla auxiliar y cogió el auricular
- Hola.. soy Marie..si.. se que te asombras con mi llamada.. pero creo que debía llamarte… se trata de mi hermana… sabe donde está Álvaro.. y está dispuesta a decírselo a Diego..
Diana entró en el piso de Susana nada mas abrir la puerta su amiga
- ¿Qué ha pasado para que me llames a las once de la noche, en el mejor momento de mi vida, mientras veía a Hugh Jackman clavando esas cuchillas tan sexis que tiene?
- Alejandro sabe donde está Álvaro…- soltó Susana de golpe
- ¿Qué?- Diana la miró y reparó en su labio- ¿y ese labio a la virulé?
- Nacho..- contestó Sue sin ganas de ocultar nada mas
- ¿Otra vez el cabrón ese? ¡Por dios! ¿Por qué nadie le regala un desierto con kamikaces para que se pierda un rato?
- ¿Me has oído?
- Si coñe.. que Alejandro sabe donde está Álvaro…pero eso ya lo sabías.. no?
- No.. lo sospechaba
- Joder cosi, es lo mismo…- cuando notó la expresión de funeral de su amiga, se desdijo- vale, no es lo mismo… pero Su, no tienes pruebas…¿o si?
- Eso da igual… dios Diana… si Ale es cómplice de Álvaro, tendría que pedir su detención.. y no puedo.. no puedo…no puedo quitarle su libertad….no puedo hacerle eso…
- Su.. por dios, tranquilízate. Aun no sabes si es verdad que está implicado o no…ademas.. ¿Qué ha pasado para que estés tan segura?
- Nacho…
- ¡Ah no! ¿Me vas a decir que estás dudando de Alejandro porque ese cabrón te ha insinuado que efectivamente está implicado con Álvaro?¡Por dios Su, si sabes que quiere hacerte la vida imposible!
Susana guardó silencio durante unos instantes. Cogió aire para seguir hablando.- Ya lo se Di.. pero algo me dice que es cierto.. que Ale sabe el paradero de su primo…y me está mintiendo..
- ¿Y que vas a hacer?
- No lo se.. se ha marchado muy furioso.. por mis dudas, por Nacho.. no se lo que será capaz de hacer
- Si es por Nacho, yo si se lo que le haría..pero para que repetirme…- contestó Diana poniendo los ojos en blanco
- ¿Y si ha ido a buscarle?- Susana miró asustada a su amiga- Nacho me asusta… sabes que es capaz de cualquier cosa…
Diana suspiró ruidosamente.- Anda, vamos a buscarle…
Susana se apresuró a coger su chaqueta y el bolso y siguió a su amiga hasta la puerta, saliendo ambas del piso. No sabia como se iba a tomar Alejandro su presencia… pero no quería que le pasara nada… le quería demasiado.
Bea pasó la página del libro que estaba leyendo y se perdió en las letras sin llegar a leerlas. Era la tercera vez que leía aquel libro, y aunque le gustaba, ya comenzaba a cansarse. No tenia mucha oportunidad de hacerse con libros nuevos, y cada cosa que caia en sus manos, para distraerse, lo guardaba como un tesoro. Porque distraerse significaba poder dejar de pensar en Álvaro por unos instantes… aunque fuera solo por eso.. solo instantes. Suspiró y cerrándolo lo dejó a un lado, dispuesta a buscarse otra forma de distracción.. aunque fuese contando las estrellas que ya se veían en el cielo.
- Aquella de allí es orión..- dijo una voz a su espalda y ella se estremeció al reconocerla- y aquella de mas a la derecha, la grande, es marte.
Bea levantó la cabeza y lo miró. Álvaro no la miraba… buscaba algo en el firmamento
- ¿Y cómo lo sabes?
- Cuando éramos pequeños, Cayetana y yo nos íbamos a la terraza de mi casa a ver las estrellas. A ella le encantaban estas cosas… y yo las encontraba muy cursis. Pero con el paso de los años, me descubrí a mi mismo buscando esas mismas estrellas que Cayetana me enseñaba… y me encantaba hacerlo
- En mi infancia, era Santi el experto en astronomía. A mi siempre me gustaron mas los números…- se alzó de hombros, consciente de que, por vez primera en mucho tiempo, parecían tener una conversación normal- mira, una que es rara
Alvaro no le contestó y se sentó a su lado en el suelo. Bea sintió que comenzaba a temblar y se agarró las manos para que no se le notara
- Siempre fuiste un cerebrito…- dijo él como de pasada, bajando la vista- no se que hubiera sido de mi si no te hubiera tenido a mi lado con tanto número…
- Hasta el día de hoy no he sabido de ningún caso de que un número hubiera mordido a alguien…- dijo ella con una sonrisa
Él sonrió también y sin poderlo evitar, su mirada se desvió hacia las manos de ella, blancas, limpias, suaves… tan suaves como toda su piel, como toda ella.
- No te creas… creo que lo de los números fue un trauma infantil. Siempre he tenido pesadillas con las tablas de multiplicar…
Bea rió, con una risa triste, pero franca. El la miró a la cara
- Hace mucho que no te oía reir…- dijo adorándola con la mirada
- Supongo que no tenía demasiados motivos- contestó ella, tímida
- Si.. supongo que los últimos tiempos no han sido fáciles para nadie
- Pues no…
Ambos se quedaron en silencio, un silencio algo incómodo. Al final fueron a hablar los dos, al mismo tiempo
- Perdón..-dijo Álvaro- dime…
- No, dime tu..- ella sonrió y él se perdió en aquella sonrisa
- Parece que hemos perdido la práctica en esto de sentarnos a hablar.. eh?
- Si.. un poco…- contestó ella desviando la vista
- Y siempre me ha gustado tanto hablar contigo… tú me entendías como nadie..contigo podía ser yo mismo…- la miró intensamente- ¿qué nos pasó, Bea?
- Que nos venció el miedo… el miedo y los malos entendidos..
- ¿ Malos entendidos?- Álvaro bajó la vista- quizá fue el no saber escucharnos…
Los dos se quedaron en silencio una vez mas. Álvaro sabía que tenia que ser sincero con ella… lo mas sincero que pudiera, para poder asi, saber lo que ella sentía. Si en algo Bea tenía razón era al decir que el miedo los había separado… porque en ese momento él estaba rallando el pánico
Aspiró con fuerza, necesitando el aire, como si se tratara de fuerza
- Me acuerdo de todo lo que pasó aquella noche…- dijo de sopetón
- ¿Qué?- el corazón de ella pegó un brinco
- Aquella noche… cuando… cuando nos amamos… me acuerdo de todo..
El temblor de las manos de Bea aumentó. Ella lo miró sin comprender
- ¿Te has acordado…?
- No..- él seguía sin mirarla- me acordé siempre. Supongo que fui demasiado cobarde como para confesarte que te amaba como un estúpido a pesar de todos los motivos que tenia para odiarte…
Ella había comenzado a llorar y a secarse las lágrimas con rapidez. No quería que él la viera llorar. Pero sus palabras la estaban matando… de tristeza y de una alegría desbordante a la vez.
- ¿Y porque… y porque me hiciste creer…?
- Porque no podía sacarme del alma el día del juicio… me había convencido a mi mismo que debía odiarte, que debía sacarte de mi vida…y nada podía convencerme de lo contrario. Que yo sintiera algo mas por ti, era traicionarme a mi mismo… era ser menos que un hombre…era ser un pelele…
- Yo…- empezó ella
- He luchado con tantas fuerzas por olvidarte, que ya no me quedan ni siquiera para negarle a mi alma que tú sigues siendo mi vida entera- siguió sin dejarla hablar- Porque ya no me quedan lágrimas para llorar tu ausencia. Y ahora lo único que quiero y aspiro en la vida, es abrazarte y besarte hasta que se detenga el tiempo… hasta que mi corazón deje de sangrar..
Ella se atrevió a dar un paso mas y le cogió las manos. Álvaro miró el gesto y se dejó hacer, muriéndose de ganas de abrazarla
- Hasta que el corazón de ambos deje de sangrar necesitamos muchos besos, mi amor…- él la miró a los ojos y se acercó mas a ella, mientras sus manos, soltándose de las de Bea, cobraban vida sobre la espalda de ella- muchos momentos tiernos.. y mucho perdón. Yo necesito otra vida mas para que me perdones por todo el mal que te he causado…por todo lo que he hecho contra los dos. Porque la mas engañada fui yo.. por miedo, por cobardía… por tantas cosas…Pero si algo no hice fue engañarme a mi misma… y siempre supe que te amaba.. por encima de todo…
Alvaro le cogió el rostro con las dos manos.- ¿Podremos Bea?¿Podremos olvidarlo todo y empezar de cero?
Ella puso sus manos sobre las de él.- Vayámonos.. lejos… muy lejos…- de repente se detuvo, su boca contra la de él y se apartó como si algo la asustara.
- ¿Qué ocurre…?
Bea lo miró, dudosa, con la angustia reflejándose en sus pupilas verdes. Se tocó el pelo, en un gesto desesperado
- ¿Qué ocurre..?- volvió a preguntar Álvaro
- Alvaro..yo…- hizo una pausa y él, con un gesto, la animó a que continuara. Ella tragó saliva- estoy embarazada…
Alvaro la soltó con rapidez, mirándola noqueado. Su mente se negaba a responder
- ¿Embarazada?¿Y de quien es? Es de Nacho…¿verdad?- medio gritó lleno de angustia

martes, 18 de noviembre de 2008

Capitulo 67

Jota salió de la habitación ahogando un bostezo y se dirigió hacia Cris, que seguía sentada en el salón, absorta en la pantalla del ordenador. Eran apenas las diez de la noche, demasiado temprano para dormir, pero los dos se habían marchado pronto a casa para poder estar juntos….y ella ya llevaba mas de dos horas trabajando.
Él se acercó a la espalda de Cris y le puso las manos en los hombros. Ella no reaccionó
- Cariño… ¿piensas estar mucho mas tiempo tras ese trasto? Y te advierto, que como digas que si, soy capaz de tirarlo por la ventana
Cris no lo miró.- Necesito encontrar una defensa…
- ¿Una defensa?
- Si.. en el caso de que no podamos utilizar el cambio de testimonio de Bea, necesito encontrar algo que nos de un poco de ventaja frente a la fiscalía.
Jota chasqueó la lengua y se colocó frente a ella, obligándola a mirarlo
- Cris, cielo… sabes que ya no es sólo el juicio… Álvaro se ha escapado, ha secuestrado a Bea…
- ¿Y que quieres?¿Qué me rinda? Por dios Jota… llevamos meses luchando por buscar una salida a todo esto… y yo cada vez me siento mas impotente..- tenía un bolígrafo en las manos y lo tiró al suelo con rabia- ¡Dios! ¡Esto es frustrante!
- La solución aparecerá cuando menos te la esperes.. ya verás- la animó él
- Si pudiera demostrar que Bea no fue sincera… que hay algo mas detrás de esa declaración…
Los dos guardaron silencio
- ¿Y que hay de Marie?- preguntó Jota de pronto
- ¿Marie?- Cris lo miró sin comprender
- Si… Marie es la pareja, la amante, lo que sea de Diego.. y parece que está al tanto de todo lo que él hace… ¿y si ella sabe algo?
Cris abrió mas los ojos y sonrió
- ¿Te he dicho alguna vez que te adoro?
- Mmmm… no… almenos hoy no
- ¡Pues te adoro!- gritó ella abalanzándose sobre él. Jota comenzó a reir a carcajadas
Susana se detuvo un instante para coger aire antes de abrir la puerta de su casa. Sabía que Ale la estaba esperando, y después de su encuentro con Nacho, no tenía ganas de verle… ni a él ni a nadie. Las preguntas se amotinaban en su cabeza, haciéndole que le doliera, mientras que su corazón se encogía de miedo por saber las respuestas. No quería saber que Alejando le mentía con respecto a su primo.. no, no quería. Él sabía que ella era la jueza de ese caso… y mentirle era implicarse como cómplice directamente. Y ella no tenía fuerzas para enfrentarse a eso
Cogió aire una vez mas y abrió la puerta. El piso olía a comida recién hecha… un olor que le penetró en los sentidos, pero que no hizo que su estómago protestara de hambre. Se tocó el labio con la punta de la lengua y entró. Estaba comenzando a hincharse
- ¡Hola peque!- la saludó Alejandro saliendo de la cocina y acercándose a ella- ya casi hago llamar a las fuerzas especiales para ver dónde te habías metido..
- Me entretuve en el despacho después del hospital…- dijo ella quitándose la chaqueta y poniéndola junto con el bolso sobre el sofá
- ¿Todo bien?- preguntó él abrazándola por atrás y besándola en el cuello- mmm.. te he echado de menos…
Susana se apartó, visiblemente incómoda
- ¿Qué pasa?- Alejandro se volvió a acercar a ella y la giró hacia él. Al hacerlo, se percató de la herida del labio- ¿Qué te ha pasado?
Ella se tocó el labio con la yema de los dedos.- Nada.. una torpeza
- ¿Te has mordido?- él empezó a sonreir, pero algo en los ojos de ella le dijo que no había ocurrido así- Sue.. ¿Qué te ha pasado?
- Nada…- insistió ella y se volvió a apartar de él- te he llamado varias veces esta tarde, pero no me has cogido el móvil….
- Me lo dejé en el coche…- Alejandro la miró, aturdido- ¿es por eso que estás enfadada?
- ¿Dónde has estado?- preguntó ella a su vez
- Ya hemos hablado de esto, peque…
- ¿Dónde has estado?- repitió Susana
- ¿Se puede saber a que viene todo esto? Ya te he dicho que no puedo contártelo…- preguntó, exasperado- ¿Por qué estás asi?
Susana no pudo mas.- ¿Qué porque estoy así? Porque saber por terceras personas que tu novio te miente como si una fuera imbécil, no es agradable para nadie.. y menos cuando te está mintiendo en algo tan delicado como el caso judicial en el que estoy trabajando…
- ¿Qué te estoy mintiendo? ¿Terceras personas?¿Quien te ha dicho que te estoy mintiendo?- preguntó Alejandro comenzando a alterarse
- No te hagas el loco conmigo Alejandro.. por favor
- No me hago el loco…- dijo él intentando controlarse- te pedí que confiaras en mi.. que todo, tarde o temprano, te lo explicaría…
- ¿Cómo puedo confiar en ti si me estás mintiendo en mi cara? ¡¡Visitas regularmente a Álvaro Aguilar, tu primo del alma!!!¡¡Y tienes la cara dura de decirme que no sabes dónde está escondido!!!
Alejandro calló de súbito, respirando agitadamente. El temor de que ella se enterara se acababa de hacer realidad. Y no sabía como enfrentarlo
- ¿Te piensas que soy tonta?- siguió ella con la voz rota
- ¿Quién te ha dicho eso?- preguntó él sin contestarle
- ¿Qué mas da?
- ¿Quién te lo ha dicho?
- Alejandro, no gires la conversación…
- ¿Quién te lo ha dicho, Susana?- medio gritó él
- Nacho
Alejandro se llevó las manos a la cabeza.- ¿Nacho?¿Has visto a Nacho? – en ese momento, al mirarla, lo entendió todo- te ha vuelto a atacar..¿verdad? Lo del labio te lo ha hecho él..¿verdad?
- No me cambies de tema… empezó ella
- ¿Qué no te cambie el tema? ¡Me importa una jodida mierda lo que te haya dicho ese mal nacido!! ¡¡Será hijo de puta!! ¡Lo voy a matar con mis propias manos por volver a tocarte un solo pelo!!!- se abalanzó hacia la puerta, pero ella lo detuvo
- ¿Dónde vas?¡No te vayas sin contestarme!- le gritó
Él se giró hacia ella, echando fuego por los ojos.- ¿Eso es lo único que te importa?¿Ese mal nacido te ataca y sólo te interesa saber si yo se dónde está Álvaro?
Ella comenzó a llorar, derrotada.- ¿Es que no lo entiendes?¡Soy la maldita jueza de ese caso! Si tú sabes dónde está Álvaro, eso te convierte en su cómplice! ¿Y que hago yo?¿Meto en la cárcel al hombre que amo?¡Dímelo Alejandro!¿Qué hago?
- Haz lo que te de la gana…- y diciendo esto, salió del piso, sin coger abrigo, y sin mirar atrás. Ella miró el espacio vacío y se llevó el puño a la boca para no gritar.
Alvaro miró la taza que tenía en las manos y seguidamente miró hacia la puerta de la cocina que se abría dejando paso al Anguila.
- Que pasa marquesito… llevas horas aquí metio…- le dijo su amigo sentándose frente a él y cogiendo una manzana de un frutero cercano
- Supongo que no me siento muy sociable ahora mismo…- contestó haciendo girar la taza sobre la superficie de la mesa
- ¿Es por la Luci? Se ha ido de la casa llevándose sus cosas…
Álvaro suspiró.- Mejor que se haya ido…
- Pos yo pensaba que había algo entre vosotros marquesito…- mordió la manzana y le miró inquisitivamente
- Un error… eso es lo que había…- suspiró de nuevo- a veces me comporto como un verdadero cabrón… hay cosas que ni la cárcel consiguen cambiar..
- ¿A que te refieres?
- A nada.. da igual..- le miró, dudoso- ¿cómo está Bea?
- Pos mustia tio, como siempre… ¿cómo quieres que esté?- hizo una pausa antes de seguir hablando- ¿Por qué no la dejas ir, Álvaro?
- Porque no puedo mas….- soltó él apretándose los párpados con el pulgar y el índice
- ¿Qué no puedes mas?¿Que no puedes mas de que? Mira marquesito.. como ahora me digas que quieres entregarte a la pasma, te juro que te ahostio!!!
- ¿Qué dices??- Álvaro se levantó de la silla y se paseó por la cocina, deteniéndose poco después- Anguila, dime la verdad..¿tú de verdad crees que Beatriz siente algo por mi?
- Joeeeeer con la movida tio…¡pos claro que siente algo por ti! ¡ Si está ahí encerrada, chuchurría de amor por ti, coño!¡Que te lo he dicho miles de veces!
Alvaro guardó silencio durante unos momentos, mientras podía sentir los latidos de su propio corazón retumbándole en el pecho. Miró a su amigo
- Yo estoy que me muero por ella Anguila…¿y sabes algo? No puedo mas.. no tenerla me está matando. Quiero enterrar los rencores, el pasado.. todo lo que nos separa… y darnos una oportunidad…creo que ya hemos sufrido suficiente..
Anguila miró a su compañero con la boca abierta.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Capítulo 66

Ana aceptó la taza de chocolate caliente que le ofreció su hermana Diana, mientras Laura la miraba desde atrás con expresión preocupada. Hacia dos horas que habían llegado del hospital, y Ana no había pronunciado palabra alguna.. como si nada de aquello fuera con ella
- No hace falta que me mires asi..- dijo por fin, dirigiéndose a su hermana, mientras soplaba el líquido humeante
- Te miro porque me preocupa tu mutismo, hermanita. No entiendo a que viene esa cara de funeral- contestó Laura
- Tu no lo entenderías jamás.. y menos ahora que tienes babeando a tu rizos particular- dijo Ana sin mirarla
- Joder, es que te daría de hostias, hasta que tu única neurona saliera de ese cabezón que tienes, con una banderita blanca, pidiendo clemencia- soltó Diana- ¿ se puede saber que has visto en ese gilipollas integral que se las da de chulo piscina?
- Diana, cállate- Ana la miró de mala manera- Nacho no es gilipollas
- No… gilipollas no… gilipollas integral, que es diferente..- espetó Diana entre resoplidos
- Diana, no me toques los….- empezó Ana
- ¡Vale ya!- estalló Laura cortando la diatriba de sus hermanas- parece mentira que seais adultas- miró a Ana aún mas preocupada- mira hermanita.. tú sabes que jamás le doy la razón a Diana a no ser que sea estrictamente necesario… pero siento decirte que ahora tiene razón. Nacho no es trigo limpio
- ¿Y en que os basais para decir eso?
- ¿En que te dispararon por protegerle, y ni siquiera fue capaz de preguntar si estabas viva?- soltó Laura
- Estaba preocupado por Beatriz…- soltó Ana, cabezona
- Si, claro.. preocupado por Beatriz y deseando meterse entre las piernas de Susana, no te jode….
Ana miró a Pheebs rápidamente al escuchar sus palabras, y su hermana se arrepintió al instante de haberlas pronunciado. Al menos, de haberlas pronunciado tan rudamente
- ¿Qué..?
- Diana, por favor..- intervino Laura
- No..- la cortó su hermana pequeña- que me lo cuente.. que hable, ya que tiene tantas ganas de hablar…
Diana suspiró. No quería pelearse con su hermana a escasas horas de haber salido del hospital… pero no soportaba ver como defendía a aquel canalla de Ignacio Goñi
- Mira Ana..esto no tendrías que saberlo, pero Goñi está rondando a Susana..
- Si, claro..¿y porque?
- Se conocen de antes..- intervino Laura- de la facultad. Y lo sabes.
Ana guardó silencio al recordar que efectivamente asi era. Pero que se conocieran de antes, no significaba nada
- No os creo..
- Normal.. esa neurona…
- ¡Diana, vale ya!- la hizo callar Laura, ya muy nerviosa. Miró a Ana- cree lo que quieras. Pero esto es lo que hay
- Y si la acosa…¿Por qué no le denuncia?- preguntó la pequeña como si acabara de encontrar un cabo suelto que no encajara
- Ahora eres tú la que no entendería nada…- dijo Diana y se alejó de la cama- me voy a mi habitación. Precisamente tengo que llamarla a ver si ha llegado bien a casa
- No me creo nada de lo que decis…- soltó Ana de nuevo antes de que su hermana saliera de la habitación. Diana resopló y se marchó de allí, no sin antes expresar su descontento con un buen portazo. Laura meneó la cabeza negativamente
- Ojalá el día que abras los ojos, el batacazo no sea muy bestia…- le dijo en voz muy baja
- Vete al infierno, Laura…. Y déjame en paz
Laura suspiró y salió también de la habitación hacia su propio cuarto. Pensaba llamar a Gonzalo en cuanto se encerrara en él. Necesitaba su relajante voz al oído para poder dormir un poco.
Susana se detuvo en el umbral de su portería mientras buscaba el móvil en su bolso. Maldijo el tamaño de su bolso unas tres veces, antes de encontrar el móvil y descolgarlo.
- ¿Diga?- contestó mientras hacia malabarismos con el bolso y el móvil para cerrarlo
- Hola cosi..¿Ya estás en casa?- preguntó Diana al otro lado del móvil
- Pues no, pero estoy frente al portal…¿Qué tal con Ana?
- Con ganas de dejarla en coma de nuevo.. pero nada, lo habitual- contestó su amiga, irritada
- ¿Y eso?
- Ella y su obsesión por el chulo piscina de Goñi. A este paso le compro un muñeco hinchable con su cara…- hizo una pausa, como si se lo pensara- ay no, mejor no.. que solo pensar que puedo ver esa cara a cualquier hora, me produce urticaria
Susana rió, a pesar de que el tema de Nacho le pusiera los pelos de punta.
- Anda exagerada… que te dejo, que voy a subir a casa. Ale me estará esperando ya con la cena completamente helada
- Es que no me lo cuidas cosi..- respondió Diana chasqueando la lengua- y mira que te he dicho que a los bombones si no se cuidan, una tiene el riesgo de que se lo roben….
- ¡Anda ya y vete a dormir!- rió su amiga de nuevo- nos vemos mañana en el despacho
- Hasta mañana señorita responsable..- dijo Diana antes de colgar.
La jueza abrió el bolso de nuevo para guardar el móvil y buscar las llaves de su casa, mientras la sonrisa por la conversación, aún se mantenía en su cara.
- Buenas noches.. koalita
Susana se giró como un resorte. Nacho se acercaba a ella con las manos en los bolsillos del pantalón, mirándola con una sonrisa torcida
- Si te acercas mas, gritaré- amenazó ella
- Siempre te gustaron los bolsos grandes…- dijo él meneando la cabeza y chasqueando la lengua repetidas veces- y mira que te he dicho veces que te hacían perder un tiempo muy valioso…
- ¿Qué es lo que quieres?- preguntó ella visiblemente nerviosa. En los dos últimos meses, se habían repetido sus encuentros hasta casi enloquecerla. La seguía, la acosaba, la hacía sentir tremendamente pequeña y frágil.
- Verte… como siempre. La otra noche no estuviste muy amable conmigo…
- Déjame en paz Nacho… por favor..- le dijo ella retrocediendo hasta sentir el hierro de los barrotes del portal en la espalda
- ¿Quién te está esperando arriba?¿Tu noviete, el primito de Álvaro? – se echó a reir- ¿ya te ha dicho que tal está su primo?¿Y que esta misma tarde ha estado con él?
- Cállate…- el corazón de Susana dio un vuelco- deja de mentir
- ¿Mentir yo?- él se acercó a ella y volvió a reir- preguntale a tu querido dónde ha ido… y pregúntale con quien ha ido…
- Alejandro nunca…- empezó ella
Nacho se abalanzó hacia ella tan súbitamente que la pilló desprevenida. La estampó contra la puerta, dónde ya de por si estaba pegada y pegó su cuerpo al de ella, de forma posesiva, dolorosa. Su boca quedó a escasos centímetros de la suya
- Alejandro García Aguilar es un mierda que se te está engañando cuando dice que no sabe dónde está ese mal nacido de Álvaro Aguilar. Y a mi me repatea las entrañas saberte con él…- dijo clavándole los dedos en los brazos, mientras ella había comenzado a sollozar, asustada- porque tú eres mia… sólo mia.. ¿lo entiendes eso?
Ella no contestó y Nacho mordió sus labios hasta hacerle sangre. Susana gritó y él se separó de ella con una sonrisa victoriosa.
- Nos veremos pronto, mi amor…- le dijo él mientras retrocedía
- Vete al infierno…- siseó ella entre lágrimas, ya de rabia
Nacho rió y girándose se alejó de allí. Susana dejó caer el bolso al suelo mientras se limpiaba la sangre del labio con el dorso de la mano, e intentaba controlar las lágrimas
- Hijo de puta…- susurró mientras se agachaba para buscar las benditas llaves y pañuelos de papel para limpiarse las manos. Cuando las encontró, abrió el portal con rapidez y prácticamente corrió hacia el ascensor, mientras picaba y se limpiaba las manos, presa de los nervios. Sabía que tenia que hacer algo en contra de aquel malnacido… pero el miedo le podía… sabía demasiado bien que era capaz de hacer.
Cuando el ascensor llegó con un ruido sordo, Susana abrió la puerta con rapidez y entró. Y solo cuando estuvo en su interior y en movimiento, fue capaz de comenzar a relajarse.
Marie se levantó del sofá con movimientos ágiles cuando escuchó el timbre de la puerta. A pesar de que ya habían pasado dos meses, y la barriga ya se le notaba, aún no se sentía para nada pesada y seguía realizando las tareas habituales. Miró la hora y por lo tarde que era, se imaginó que era Diego. Las mariposas comenzaron a revolotear en su estómago, pero se contuvo. No quería darle esperanzas… Aún no. Le había costado mucho conseguir que admitiera por fin que la amaba.. ahora le necesitaba a su lado al 100%.. sin venganzas, ni rencores… y Marie sabía que mientras los Aguilar vivieran, eso no sería posible. Y aunque ella quería enseñarle a vivir sin odio… sabía que el primer paso lo tenía que dar él.. desvinculándose de Nacho, de Bulevar.. y de su pasado con Francisco Aguilar.
Pero cuando abrió la puerta, la sorpresa inundó sus ojos
- Luci…- susurró
- Hola hermanita…- saludó Driade desde la puerta- ¿puedo pasar?
- Dios..¡claro!- Marie abrió mas la puerta y la abrazó- ¡que alegría me da verte!
Dríade le devolvió el abrazo de forma débil. Marie lo notó y se separó de su hermana para mirarla bien. En sus ojos vio el dolor, la desolación y la tristeza que la invadían por dentro
- ¿Qué…?
- ¿Está Diego? Quiero hablar con él…- le dijo su hermana
- ¿Diego?- Marie se sorprendió- no.. Diego no está… pero..¿que pasa, Luci?
- Es Álvaro..- comenzó a llorar, como si sólo pronunciar aquel nombre fuese como una tortura- si Diego quiere saber su paradero, yo se lo puedo decir.. Sé dónde está Álvaro…
Marie miró a su hermana sin poder pronunciar una palabra, mientras Lucía se derrumbaba contra ella, llorando.

martes, 28 de octubre de 2008

Capítulo 65

Pheebs se puso el abrigo con gesto cansado, mientras cogía el bolso y llevaba la mano hasta el interruptor para apagar la luz del despacho. Había quedado con Susana para ir al hospital a recoger a Ana, que por fin le habían dado el alta. Estaba muy alegre por ese acontecimiento, pero el ritmo emocional agotador de aquellos dos meses, le estaban comenzando a pasar factura. El estado de su hermana, las reuniones del clan salvador de Álvaro, como ella lo llamaba, y a la que normalmente, excepto ese día, asistía, y su lucha interna por no echarse a los brazos del policía que los tenia a todos contra las cuerdas, la estaban acabando de volver loca. Suspiró y colocándose el bolso en el hombro, comenzó a caminar hacia la salida. No había habido ni un solo segundo en aquellos dos meses, que no hubiera pensado en él. En lo que sintió en sus brazos, en lo que le gustaba perderse en su mirada clara. Y verlo casi constantemente no la ayudaba. Zarek parecía haberse tomado muy bien su rechazo y la trataba con una frialdad que la mataba, que la consumía por dentro. Incluso el día que cumplió su promesa, y le trajo la ropa interior olvidada en su casa desde aquella noche, no había mostrado ni un atisbo de emoción. Pheebs sonrió, irónica…¿para que mostrar emoción alguna? Ya había tenido ella suficientes emociones, cuando había cortado las bragas en trocitos, con las tijeras del despacho, llena de rabia y desesperación. Aún podía recordar la cara de confusión de Susana, cuando al llegar, se encontró todo el despacho lleno de diminutos trozos de tela. Y sobretodo recordaba su ataque de risa… una risa que acabó en el llanto mas desesperado.
Ni ella ni Susana habían vuelto a tocar ese tema.
Se abrió el ascensor, al que había llamado momentos antes, y el corazón se le encogió al ver a Zarek que la miraba desde dentro.
- Ho…hola- titubeó ella
Zarek se quitó las gafas de sol.- Hola… ¿Susana?
- Ella no está…- Diana desvió la vista y miró hacia el interior del ascensor- hoy ya no vendrá…
Él guardó silencio durante un instante y ella aprovechó para entrar en el ascensor, dispuesta a salir corriendo de allí.
- Me he enterado de la mejoría de tu hermana…- le dijo él aún de espaldas- felicidades
Diana le miró y bebió de aquella espalda ancha, musculosa, pero suave al tacto
- Gracias…
- De nada…- dijo tras una nueva pausa
- Me voy al hospital…- dijo ella como excusándose.
- Claro…- él por fin se giró hacia ella y la miró. Sus ojos azules desprendían anhelo… pero no fue por mucho tiempo, porque bajó la vista
- Zarek..- le llamó ella casi sin darse cuenta
- ¿Si?- él la miró de nuevo con rapidez, esperanzado
Ella se arrepintió de haberle llamado. Quería decirle miles de cosas… pero no se atrevía a decirle ni la mas simple de ellas.
- Tenemos que hablar… Diana
Pheebs lo miró asombrada. Su corazón saltaba hacia él y las ganas de abrazarlo, la dejaron débil y exhausta
- Me muero por abrazarte… pero creo que tenemos que hablar primero.. que tenemos que decirnos muchas cosas que no nos hemos dicho…- siguió él mientras su mano se apoyaba en el quicio de la puerta del ascensor, evitando que ésta se cerrara. Diana se sintió temblar- ¿no vas a decir nada?
Ella le miró, llena de miedo.. llena de esperanza. Asintió con la cabeza, demasiado emocionada como para poder hablar. Sabía que no podía ser.. que el buscaba a Álvaro para encerrarlo.. y ella para defenderlo. Pero le daba igual… al diablo con todo… al diablo con los porques..al diablo con los miedos y las consecuencias. El apartó la mano de la puerta del ascensor, aparentemente satisfecho de la falta de respuesta de Diana
- Zarek…- le llamó ella cuando ya se cerraban las puertas
- ¿Qué… qué..?- él intentó contener las puertas, sin éxito
- Que te quiero….- ella lo susurró.. aún sabiendo que aunque lo hubiera gritado, probablemente Zarek no la habría escuchado, pues el ascensor ya había tomado su camino descendente hacia la planta baja.
Alvaro miró de nuevo a Bea que había desviado la vista y decidió ir a la cocina con Driade, antes de cometer una tontería. Tenía ganas de gritar, de mandar el mundo al diablo.. de arrastrar a Bea a sus brazos y calmar su tristeza con palabras llenas de ternura. Pero no se atrevió. El dolor de aquellos ojos verdes lo traspasaron, y huyó como un cobarde.. incapaz, por enésima vez de dejarse llevar y decirle todo lo que sentía en su interior.
Entró en la cocina y sintió que Driade le había seguido, pero no se giró. Se sentía furioso, y no hizo nada por no demostrarlo
- ¿Qué te pasa?¿A que viene esa cara?- preguntó ella al notarlo
Alvaro se sentía demasiado enfadado como para no soltar lo que sentía
- ¿A que ha venido el numerito de allá afuera?- le espetó
Lucía lo miró sin entender.- ¿Numerito?¿Qué numerito Álvaro?
Alvaro la miró, lleno de rabia.- Sabes perfectamente de lo que hablo. El numerito del beso en el salón.
- ¿Darte un beso te parece un numerito?- ella puso los brazos en jarras, comenzando también a sentirse furiosa- la noche que me follaste no te pareció un numerito
- Ya hablamos de esa noche..- contestó él- ya dijimos que no nos daba derecho a nada a ninguno de los dos… ¡maldita sea Lucía! ¡Te has comportado como mi maldita novia desde entonces!
- ¡¡Ah claro!- gritó ella, fuera de si- ¡ El problema es que te he besado delante de la mosquita muerta de Beatriz! ¿no?¿Verdad que es eso?
- ¡¡NO LA LLAMES ASI!!- vociferó él- No… no te a-tre-vas a llamarla así
Lucía guardó silencio ante el estallido de Álvaro. No era por miedo, ni por que él se lo hubiera gritado. Calló por rabia, por desesperación. Después de una única noche de haberla pasado en sus brazos, una noche que ella sabía que estaba desesperado por una razón que no quiso ni saber.. había creído realmente que tenía una esperanza, un rayo de luz…pero no había conseguido nada. El la ignoraba… incluso mas que antes
- Te lo he dado todo Álvaro… todo. He renunciado a mi libertad por estar aquí, contigo. He renunciado a mi hermana, a mi trabajo… a todo…- dijo ella con voz rota
- No te lo pedí- Álvaro la miraba con expresión dura, insensible. Había aprendido a no dejarse llevar por nada ni por nadie. Sólo tenia su sed de libertad y su amor por Bea. Nada, nada fuera de aquello, tenia ya cabida en él.
Dríade retrocedió ante la crudeza de sus palabras
- No puedo creer que hayas cambiado tanto…- susurró
- ¿Cómo crees que podía seguir? ¿Cómo un niño rico que lo tiene todo y no hace nada por conseguirlo?- sonrió, intentando que fuese de forma cínica, pero le salió una sonrisa triste- te recuerdo que solo soy un preso en busca y captura… Un preso que está condenado a 15 años.. y que seguramente le caerán mas si le atrapan…
- Alvaro…
- Marchate Lucía. Márchate ahora que estás a tiempo…- le dijo él ya sin rabia
- Pero yo te quiero..- dijo ella al borde de las lágrimas
- No me quieras. No tengo nada que ofrecerte. Nada.
- Pero a ella… a ella si tienes que ofrecerle…- Lucia ya lloraba, sin poder controlarse
Alvaro guardó silencio por unos instantes. No quería mentirle. No quería seguir mintiendo a nadie sobre Bea
- No.. tampoco tengo nada que ofrecerle. Quizás odio…odio y un corazón roto en mil pedazos que ella misma rompió. Pero que hace latir cada trozo con solo dedicarme una mirada. Pero soy el mismo preso para ella que para los demás. Y no tengo ningún futuro, ni ninguna vida que ofrecerle a nadie..
- ¿Por qué....?- ella necesitaba respuestas.. necesitaba saber porque había estado con ella. No hizo falta que preguntara mas… Álvaro sabía a que se refería. Tampoco quiso mentir
- Porque necesitaba sentir.. porque necesitaba llenar un vacío que me quemaba por dentro hasta la agonia….- se detuvo
- Y no lo llené…¿verdad?- ella sorbió las lágrimas, llorando ya con desesperación
Alvaro negó con la cabeza y la miró con tristeza. Conocía a Lucía desde su época dorada en Bulevar y habían tenido un breve romance cuando él estaba comprometido con Cayetana. Pero había llegado Bea y había vuelto todo su mundo del revés. Lucía no se merecía nada de eso. Había sido un cabrón… otra vez
- Lo siento Luci…lo siento…
Ahora fue el turno de ella de negar con la cabeza, pidiéndole en silencio que no dijera nada mas. Se giró, y sin mirar atrás, salió de la cocina corriendo, luchando por poner la mayor distancia entre los dos.
Diego movió los pies nerviosamente y miró a Nacho que miraba unos papeles con toda la tranquilidad del mundo. Le desquiciaba que el abogado no siguiera su propio ritmo, pero Nacho parecía marcar sus propias normas
- ¿Has podido hacer lo que hablamos?- le preguntó
Nacho lo miró y sonrió. Esa sonrisa cínica que hacía que a Diego se le erizara el vello de la nuca
- Vamos a ver Dieguito…¿con quien te crees que estás hablando? ¿Con un aficionado?- suspiró ruidosamente- pues claro que lo he podido hacer. Ya está en marcha el trámite para que Francisco Aguilar se presente ante las autoridades mexicanas.
Diego sonrió.- Eres un cabrón con suerte… Goñi
- No.. no te confundas De la Vega.. la suerte me la hago yo. Y pronto tendré todo lo que quiero
- ¿Incluida Beatriz?- soltó Diego de mala fe
Nacho apretó la mandíbula. Quiso levantarse y golpearlo hasta hacerle perder el sentido. Pero no lo hizo. Se limitó a quedarse sentado y mirarlo con la misma sonrisa cínica
- Mi excusa para no tener a la mujer que amo es que un desgraciado me la ha secuestrado…¿y la tuya Dieguito?¿Qué excusa tienes tú para que la secretarucha esa de la que estás prendado, aún te de puerta?
Diego se quedó lívido y se levantó, con los puños apretados, dispuesto a hacerle tragar su burla. No tenia la misma sangre fría de Nacho ni lo pretendía. Pero estaba harto de que aquel bastardo se burlara de él
- Perdón…- dijo alguien desde la puerta entreabierta, y Diego se detuvo, resoplando de rabia. Nacho se levantó con tranquilidad
- Hombre..mi detective favorito…- dijo al reconocerlo- pasa, pasa.. porque supongo que me traes noticias…
El detective, un hombre de mediana edad, y considerado el mejor en su campo, entró en el despacho con una sonrisa de suficiencia
- Pues si.. tengo noticias… y apuesto que le van a gustar..
- Vamos hombre.. habla de una vez…- le instó Nacho, ya impaciente
- Es sobre Aguilar… Álvaro Aguilar. Le he encontrado, señor Goñi. Ya puedo darle la dirección exacta de su paradero….