Ella lo miró con los ojos muy abiertos. Entre todas las respuestas de Álvaro que se podía haber imaginado, aquella era la mas inverosímil de todas.
- ¿De Nacho? No.. yo…- empezó
- No me mientas Bea…- le cortó él angustiado, levantándose y separándose de ella
- No te miento…- ella se levantó también, sintiendo frío por su lejanía- Nacho y yo hace tiempo que no tenemos nada… él…
- ¿Me estás diciendo que es tu pareja y no habeis tenido intimidad?- la miró, incrédulo- pues hasta hace poco se os veía muy bien..
- Eso no es verdad….!- ella cerró los ojos, intentando que los nervios, que la desesperación no la consumiera- Álvaro…
Alvaro no la escuchó, no quería escucharla. El dolor del corazón era tan profundo, tan agónico, que le amenazaba con derrumbarlo en el sitio. Se giró para marcharse, pero ella le detuvo. Él no la miró
- Me acabas de decir que te acuerdas de que nos amamos, Álvaro…- casi suplicó
- ¿Y crees que eso mejora las cosas?- las lágrimas se deslizaron por las mejillas de él, silenciosas, traicioneras- ¿crees que podría vivir siendo un criminal y trayendo un hijo a este mundo?
- Álvaro…- a ella se le destrozó el corazón al escucharle hablar asi
- ¿Estás segura de que es mio, verdad?- ella asintió con la cabeza, repetidas veces, intentando transmitirle la misma seguridad que sentía en su corazón- ¿y qué futuro le doy, Bea?¿Qué futuro os doy a los dos? ¿ Vamos huyendo, de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo? ¿Le buscamos un profesor particular que huya con nosotros? O mejor… ¿Por qué tu no haces la carrera de magisterio a distancia para que puedas tu misma educarlo…? Mientras no estés harta de huir con un perdedor.. claro..
Sus palabras eran tan amargas que Bea no pudo evitar las lágrimas también. Le cogió de un brazo, intentando retenerlo
- Yo iría al fin del mundo contigo, Álvaro..si tú estás a mi lado….
- Pero no sé cuanto tiempo tengo Bea..- él se secó las lágrimas, y la miró con una tristeza que le retorció el alma- no sé si mañana salga de aquí y nos encontremos a todo el cuerpo de policía en la puerta de la casa… o si por el contrario, podría huir a Sudamérica, con mi padre, como quiero hacer…- era la primera vez que la hacía partícipe de sus planes, y Bea se sintió desfallecer- pero pase lo que pase, no te puedo arrastrar Bea.. no puedo ser tan egoísta.. y mas si estás embarazada…
- Yo quiero estar contigo..- Bea no pudo reprimir los sollozos
Alvaro la miró y el corazón se le fue tras ella. En un impulso, tiró de la mano que lo retenía y la abrazó con fuerza, perdiéndose en ella, en su contacto.
- Y yo…¡dios, me muero por estar contigo, por darte todo!!- la besó en el cuello, subiendo hasta la frente, besando sus mejillas, sus párpados, su nariz, hasta encontrar su boca, de la que bebió como un sediento ante una fuente de agua clara y cristalina. Bea correspondió al beso, entregándose entera, pegándose a él, buscando un calor que hacia tiempo no sentía
- No te separes de mi…- suplicó ella cuando Álvaro se separó para mirarla- no nos hagas esto…
Alvaro la miró entre lágrimas, acariciándole la cara con las manos, sintiendo que el pensamiento de perderla, le estaba matando. Pero por una vez en la vida, iba a hacer las cosas bien
- Si supieras cuanto te amo mi niña… cuanto te he añorado, cuando te he necesitado… Jamás he podido odiarte.. jamás he podido olvidarme de tu esencia… de tu sonrisa…- le tocó los labios con los dedos y rió entre lágrimas- de esos ruiditos que haces durmiendo y que adoro.. de la forma en que se te enreda el pelo después de la ducha.. y lo fríos que tienes los pies por la noche…- ella también rió- y de lo mucho que me gusta amarte.. sentirte… perderme dentro de ti..Si tu realmente lo supieras mi amor.. no te imaginarías siquiera lo difícil que me resulta todo esto..
- Alvaro… por favor… podemos solucionarlo.. podemos…
- ¿Qué solucionamos? ¿ Convencemos al juez de que no me condene por 10 años mas?
- Voy a cambiar mi declaración..- le dijo ella, seria, y a la vez desesperada- mentí en ese juicio…y voy a decir la verdad…
- No puedes hacer eso…- le dijo él cogiéndola por los brazos y apartándola de él- ahora no Bea… no te lo puedo permitir…
- ¿Por qué no? Eso anularía el juicio!
- Y a ti te acusarían de perjurio en un juicio. Te pueden caer años Bea..
- Me da igual…
- ¡A mi no! ¡Y mucho menos si estás embarazada! ¿Qué quieres? ¿Tener a nuestro hijo en prisión?
Ella lo miró mientras la sonrisa adornaba su cara sin poderlo evitar.
- Has dicho nuestro… nuestro, Álvaro…
Alvaro se alejó de ella, lleno de confusión. Quería creer en las palabras de Bea, quería creer que aquel hijo que ella llevaba en sus entrañas, realmente era de los dos. Pero no podía… Todavía sentía que aquella confianza era frágil.. que todavía se sentía vulnerable ante ella. No sabia muy bien que sentía con respecto a todo lo que estaba pasando entre los dos…. Lo único que tenía claro era que la amaba mas que a su vida, y que antes moriría mil veces antes de que ella volviera a sufrir por su causa un solo segundo mas.
- No quiero que sufras Bea… no quiero que pagues por nada… que nada de esto te salpique..
- Estamos juntos en esto…- contestó ella, firme- como dirían en Titanic… si tu saltas, yo salto…- sonrió
Alvaro también sonrió, con ganas de decirle que había visto demasiadas veces aquella película. Pero no dijo nada. No podía hacerle caso a su corazón, que le gritaba que se aferrara a ella y no la dejara marchar….
- Estás aquí porque te secuestré..
- No, estoy aquí porque le supliqué al Anguila que no me separase de ti…
Él lo sabía… Anguila se lo había dicho.. Y eso le hizo recordar lo egoísta que había sido.
- ¿Y que has conseguido quedándote, Bea?
- Estar cerca de ti…
Alvaro se llevó una mano a los ojos, apretándose los párpados con los dedos, intentando no dejarse llevar por sus sentimientos. Cada segundo que pasaba, su corazón sangraba un poco mas con la sola idea de dejarla marchar. Anguila le había dicho en muchas ocasiones que tenia que dejarla ir y apartarla de todo aquello…. Siempre se había negado.. por egoísmo, por cobardía.. pero ahora sabía que tenía razón
- No hagas esto mas difícil Bea.. por favor…- le suplicó
Ella lo miró a través de las lágrimas.- ¿Me has dicho que me quieres, para ahora decirme que me tengo que ir?- casi le gritó, desesperada
- ¿Crees que para mi es fácil? No quiero que sigas en esto!- le gritó él- ¡no quiero que ese niño nazca huyendo! ¡Me da igual de quien sea! ¡No se merece eso!
- ¿Y quieres que me quede con Nacho, para que así tenga un padre?- le soltó ella rabiosa
Alvaro calló de golpe. No.. no quería ni que se le acercara. La sola idea de saberla cerca de Nacho le quemaba las entrañas….
- Si eso es lo mejor…- dijo sin sentirlo
- ¡Maldito seas! ¡ Le diré a la policia dónde estás! ¡ Haré que te capturen!- le gritó ella golpeándolo en el pecho
Él la cogió de los brazos, sujetándola. Sin contestarle, la abrazó con fuerza, mientras le seguía golpeando
- ¡Anguila!- llamó- ¡Anguila!
Bea lo miró con los ojos muy abiertos, mientras negaba con la cabeza y dejaba de golpearlo.
- Bea, es lo mejor..- dijo él con un nudo en la garganta
- No me hagas esto Álvaro… no me mates…por favor.. no me mates…
- No digas eso, por favor…- él lloraba también- pronto me olvidarás…
- ¿Olvidarte?- ella lloraba ya desesperada- ¿te olvidas tu de respirar?¿ de abrigarte cuando tienes frío?¿Me olvidaste tu a mi?
- No tengo nada que ofrecerte….
- ¡No quiero nada! ¡Sólo estar contigo! ¿Es que no lo entiendes?
Alvaro fue a contestarle cuando apareció el Anguila
- ¿Qué pasa, marquesito?
Su amigo se secó las lágrimas antes de mirarlo
- Dile a Jimmy que saque el coche. Llevadla a casa…
- ¿Estás seguro….?- le preguntó Anguila sorprendido- esto….- quiso seguir hablando, cerciorándose de la decisión de su amigo y compañero, pero el grito de dolor de Bea lo detuvo
- ¡¡NOOOOO!!! ¡¡¡NO ME IRE!!!- se apartó de ambos hombres, dispuesta a luchar si era necesario. Lucharía contra el propio Álvaro si eso hacía que cambiara de opinión
Álvaro retrocedió hasta la pared de la casa, hasta sentirla contra su espalda, como si aquella pared le diera las fuerzas suficientes como para no derrumbarse.
- Lleváosla…- dijo en un susurro casi inaudible- rápido….
El Anguila no necesitó escuchar nada mas. Llamó a uno de los hombres con un chasquido de dedos y señaló a Bea. El hombre se acercó a ella y la sujetó, comenzando a arrastrarla. Ella forcejeó con todas sus fuerzas
- ¡No Álvaro!- gritó entre sollozos- ¡No dejes que me aparten de ti!¡No dejes que me lleven! ¡Te amo! ¡Te amo mas que a nada en el mundo! ¡Por favor! ¡POR FAVOR!- el hombre de Anguila la cogió con mas fuerza, alzándola, mientras ella pataleaba, luchando por soltarse- ¡ Álvaro! ¡ALVAROOOOOOOO!
Álvaro no pudo mas y se derrumbó llorando a lágrima viva, mientras el Anguila, al verle, corría a ayudar al hombre a llevarse a Bea de allí. Los gritos de Bea y su llanto aciago aún llegaban a los oídos de Álvaro, torturándolo… matándolo. Se levantó, intentando huir y entró en la casa, creyendo que las paredes, taparían su voz, su recuerdo… su desesperación. Pero la soledad y la certeza de que ella ya no estaba allí, lo golpeó con tanta fuerza, que se volvió a derrumbar. Y gritó. Gritó de rabia, de impotencia, de puro dolor. Un dolor agónico que le destrozó el alma, y lo dejó muerto en vida. En un impulso destructivo, lo destrozó todo lo que encontró a su paso… sin dejar de gritar, sin dejar de llorar. Quería que desapareciera el dolor… quería que desapareciera el vacío… Pero todo se lo había llevado ella… todo.
Cayó al suelo de rodillas, entre los muebles destrozados, cubriéndose la cara con las manos, y llorando desesperado. Ya no había marcha atrás… su mundo se había derrumbado del todo… ya no le quedaba nada. Nada. Ni tan siquiera la certeza de que aquel hijo fuese suyo.. porque no la volvería a ver… jamás
Siguió llorando, durante minutos interminables… hasta que sólo pudo llorar por dentro porque se le habían acabado las lágrimas.
- ¿De Nacho? No.. yo…- empezó
- No me mientas Bea…- le cortó él angustiado, levantándose y separándose de ella
- No te miento…- ella se levantó también, sintiendo frío por su lejanía- Nacho y yo hace tiempo que no tenemos nada… él…
- ¿Me estás diciendo que es tu pareja y no habeis tenido intimidad?- la miró, incrédulo- pues hasta hace poco se os veía muy bien..
- Eso no es verdad….!- ella cerró los ojos, intentando que los nervios, que la desesperación no la consumiera- Álvaro…
Alvaro no la escuchó, no quería escucharla. El dolor del corazón era tan profundo, tan agónico, que le amenazaba con derrumbarlo en el sitio. Se giró para marcharse, pero ella le detuvo. Él no la miró
- Me acabas de decir que te acuerdas de que nos amamos, Álvaro…- casi suplicó
- ¿Y crees que eso mejora las cosas?- las lágrimas se deslizaron por las mejillas de él, silenciosas, traicioneras- ¿crees que podría vivir siendo un criminal y trayendo un hijo a este mundo?
- Álvaro…- a ella se le destrozó el corazón al escucharle hablar asi
- ¿Estás segura de que es mio, verdad?- ella asintió con la cabeza, repetidas veces, intentando transmitirle la misma seguridad que sentía en su corazón- ¿y qué futuro le doy, Bea?¿Qué futuro os doy a los dos? ¿ Vamos huyendo, de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo? ¿Le buscamos un profesor particular que huya con nosotros? O mejor… ¿Por qué tu no haces la carrera de magisterio a distancia para que puedas tu misma educarlo…? Mientras no estés harta de huir con un perdedor.. claro..
Sus palabras eran tan amargas que Bea no pudo evitar las lágrimas también. Le cogió de un brazo, intentando retenerlo
- Yo iría al fin del mundo contigo, Álvaro..si tú estás a mi lado….
- Pero no sé cuanto tiempo tengo Bea..- él se secó las lágrimas, y la miró con una tristeza que le retorció el alma- no sé si mañana salga de aquí y nos encontremos a todo el cuerpo de policía en la puerta de la casa… o si por el contrario, podría huir a Sudamérica, con mi padre, como quiero hacer…- era la primera vez que la hacía partícipe de sus planes, y Bea se sintió desfallecer- pero pase lo que pase, no te puedo arrastrar Bea.. no puedo ser tan egoísta.. y mas si estás embarazada…
- Yo quiero estar contigo..- Bea no pudo reprimir los sollozos
Alvaro la miró y el corazón se le fue tras ella. En un impulso, tiró de la mano que lo retenía y la abrazó con fuerza, perdiéndose en ella, en su contacto.
- Y yo…¡dios, me muero por estar contigo, por darte todo!!- la besó en el cuello, subiendo hasta la frente, besando sus mejillas, sus párpados, su nariz, hasta encontrar su boca, de la que bebió como un sediento ante una fuente de agua clara y cristalina. Bea correspondió al beso, entregándose entera, pegándose a él, buscando un calor que hacia tiempo no sentía
- No te separes de mi…- suplicó ella cuando Álvaro se separó para mirarla- no nos hagas esto…
Alvaro la miró entre lágrimas, acariciándole la cara con las manos, sintiendo que el pensamiento de perderla, le estaba matando. Pero por una vez en la vida, iba a hacer las cosas bien
- Si supieras cuanto te amo mi niña… cuanto te he añorado, cuando te he necesitado… Jamás he podido odiarte.. jamás he podido olvidarme de tu esencia… de tu sonrisa…- le tocó los labios con los dedos y rió entre lágrimas- de esos ruiditos que haces durmiendo y que adoro.. de la forma en que se te enreda el pelo después de la ducha.. y lo fríos que tienes los pies por la noche…- ella también rió- y de lo mucho que me gusta amarte.. sentirte… perderme dentro de ti..Si tu realmente lo supieras mi amor.. no te imaginarías siquiera lo difícil que me resulta todo esto..
- Alvaro… por favor… podemos solucionarlo.. podemos…
- ¿Qué solucionamos? ¿ Convencemos al juez de que no me condene por 10 años mas?
- Voy a cambiar mi declaración..- le dijo ella, seria, y a la vez desesperada- mentí en ese juicio…y voy a decir la verdad…
- No puedes hacer eso…- le dijo él cogiéndola por los brazos y apartándola de él- ahora no Bea… no te lo puedo permitir…
- ¿Por qué no? Eso anularía el juicio!
- Y a ti te acusarían de perjurio en un juicio. Te pueden caer años Bea..
- Me da igual…
- ¡A mi no! ¡Y mucho menos si estás embarazada! ¿Qué quieres? ¿Tener a nuestro hijo en prisión?
Ella lo miró mientras la sonrisa adornaba su cara sin poderlo evitar.
- Has dicho nuestro… nuestro, Álvaro…
Alvaro se alejó de ella, lleno de confusión. Quería creer en las palabras de Bea, quería creer que aquel hijo que ella llevaba en sus entrañas, realmente era de los dos. Pero no podía… Todavía sentía que aquella confianza era frágil.. que todavía se sentía vulnerable ante ella. No sabia muy bien que sentía con respecto a todo lo que estaba pasando entre los dos…. Lo único que tenía claro era que la amaba mas que a su vida, y que antes moriría mil veces antes de que ella volviera a sufrir por su causa un solo segundo mas.
- No quiero que sufras Bea… no quiero que pagues por nada… que nada de esto te salpique..
- Estamos juntos en esto…- contestó ella, firme- como dirían en Titanic… si tu saltas, yo salto…- sonrió
Alvaro también sonrió, con ganas de decirle que había visto demasiadas veces aquella película. Pero no dijo nada. No podía hacerle caso a su corazón, que le gritaba que se aferrara a ella y no la dejara marchar….
- Estás aquí porque te secuestré..
- No, estoy aquí porque le supliqué al Anguila que no me separase de ti…
Él lo sabía… Anguila se lo había dicho.. Y eso le hizo recordar lo egoísta que había sido.
- ¿Y que has conseguido quedándote, Bea?
- Estar cerca de ti…
Alvaro se llevó una mano a los ojos, apretándose los párpados con los dedos, intentando no dejarse llevar por sus sentimientos. Cada segundo que pasaba, su corazón sangraba un poco mas con la sola idea de dejarla marchar. Anguila le había dicho en muchas ocasiones que tenia que dejarla ir y apartarla de todo aquello…. Siempre se había negado.. por egoísmo, por cobardía.. pero ahora sabía que tenía razón
- No hagas esto mas difícil Bea.. por favor…- le suplicó
Ella lo miró a través de las lágrimas.- ¿Me has dicho que me quieres, para ahora decirme que me tengo que ir?- casi le gritó, desesperada
- ¿Crees que para mi es fácil? No quiero que sigas en esto!- le gritó él- ¡no quiero que ese niño nazca huyendo! ¡Me da igual de quien sea! ¡No se merece eso!
- ¿Y quieres que me quede con Nacho, para que así tenga un padre?- le soltó ella rabiosa
Alvaro calló de golpe. No.. no quería ni que se le acercara. La sola idea de saberla cerca de Nacho le quemaba las entrañas….
- Si eso es lo mejor…- dijo sin sentirlo
- ¡Maldito seas! ¡ Le diré a la policia dónde estás! ¡ Haré que te capturen!- le gritó ella golpeándolo en el pecho
Él la cogió de los brazos, sujetándola. Sin contestarle, la abrazó con fuerza, mientras le seguía golpeando
- ¡Anguila!- llamó- ¡Anguila!
Bea lo miró con los ojos muy abiertos, mientras negaba con la cabeza y dejaba de golpearlo.
- Bea, es lo mejor..- dijo él con un nudo en la garganta
- No me hagas esto Álvaro… no me mates…por favor.. no me mates…
- No digas eso, por favor…- él lloraba también- pronto me olvidarás…
- ¿Olvidarte?- ella lloraba ya desesperada- ¿te olvidas tu de respirar?¿ de abrigarte cuando tienes frío?¿Me olvidaste tu a mi?
- No tengo nada que ofrecerte….
- ¡No quiero nada! ¡Sólo estar contigo! ¿Es que no lo entiendes?
Alvaro fue a contestarle cuando apareció el Anguila
- ¿Qué pasa, marquesito?
Su amigo se secó las lágrimas antes de mirarlo
- Dile a Jimmy que saque el coche. Llevadla a casa…
- ¿Estás seguro….?- le preguntó Anguila sorprendido- esto….- quiso seguir hablando, cerciorándose de la decisión de su amigo y compañero, pero el grito de dolor de Bea lo detuvo
- ¡¡NOOOOO!!! ¡¡¡NO ME IRE!!!- se apartó de ambos hombres, dispuesta a luchar si era necesario. Lucharía contra el propio Álvaro si eso hacía que cambiara de opinión
Álvaro retrocedió hasta la pared de la casa, hasta sentirla contra su espalda, como si aquella pared le diera las fuerzas suficientes como para no derrumbarse.
- Lleváosla…- dijo en un susurro casi inaudible- rápido….
El Anguila no necesitó escuchar nada mas. Llamó a uno de los hombres con un chasquido de dedos y señaló a Bea. El hombre se acercó a ella y la sujetó, comenzando a arrastrarla. Ella forcejeó con todas sus fuerzas
- ¡No Álvaro!- gritó entre sollozos- ¡No dejes que me aparten de ti!¡No dejes que me lleven! ¡Te amo! ¡Te amo mas que a nada en el mundo! ¡Por favor! ¡POR FAVOR!- el hombre de Anguila la cogió con mas fuerza, alzándola, mientras ella pataleaba, luchando por soltarse- ¡ Álvaro! ¡ALVAROOOOOOOO!
Álvaro no pudo mas y se derrumbó llorando a lágrima viva, mientras el Anguila, al verle, corría a ayudar al hombre a llevarse a Bea de allí. Los gritos de Bea y su llanto aciago aún llegaban a los oídos de Álvaro, torturándolo… matándolo. Se levantó, intentando huir y entró en la casa, creyendo que las paredes, taparían su voz, su recuerdo… su desesperación. Pero la soledad y la certeza de que ella ya no estaba allí, lo golpeó con tanta fuerza, que se volvió a derrumbar. Y gritó. Gritó de rabia, de impotencia, de puro dolor. Un dolor agónico que le destrozó el alma, y lo dejó muerto en vida. En un impulso destructivo, lo destrozó todo lo que encontró a su paso… sin dejar de gritar, sin dejar de llorar. Quería que desapareciera el dolor… quería que desapareciera el vacío… Pero todo se lo había llevado ella… todo.
Cayó al suelo de rodillas, entre los muebles destrozados, cubriéndose la cara con las manos, y llorando desesperado. Ya no había marcha atrás… su mundo se había derrumbado del todo… ya no le quedaba nada. Nada. Ni tan siquiera la certeza de que aquel hijo fuese suyo.. porque no la volvería a ver… jamás
Siguió llorando, durante minutos interminables… hasta que sólo pudo llorar por dentro porque se le habían acabado las lágrimas.